Crisis 2008 Articulos universidad (2)

Después del rescate: ¿Cuál es el futuro de Fannie y Freddie?

“Un matrimonio de conveniencia”

Unas instituciones suspendían pagos,otras eran vendidas o socorridas por el gobierno federal, otras instituciones importantes de Wall Street no sabian cual era su destino.

American International Group (AIG) había recibido un rescate sin precedentes de 85.000 millones de dólares de la Reserva Federal en pago de un 80% de sus activos.

Eso sucedió pocos días después de que Lehman se hundiera y Merrill Lynch fuera vendida a Bank of America para evitar que corrieran la misma fortuna.

Antes,el Gobierno había asumido el control de Fannie Mae y de Freddie Mac, empresas de hipotecas constituidas con aval del gobierno federal.

Algunos meses antes, Bear Stearns se vio obligado a celebrar un “matrimonio de conveniencia”, según dice Herring, con JP Morgan Chase.

El acuerdo, cerrado en una más de una serie de sesiones de emergencia realizadas apresuradamente el fin de semana, “puso en riesgo 29.000 millones de dólares del contribuyente en una maniobra poco transparente”, dijo Herring.
El gobierno federal “rompió de manera impresionante con el pasado”, y lo hizo utilizando el tipo de entidad de propósito especial que provocó la caída de empresas como Enron y WorldCom a principios de la década. Con eso, puede haber estabilizado los mercados a corto plazo, dijo, pero, en realidad, acabó creando un “peligro moral”.
En el caso de Lehman, señaló, “el peligro moral era que el banco de inversión no creía, de hecho, que el gobierno fuera a consentir una suspensión de pagos”.

Los meses que siguieron a la venta apresurada de Bear Stearns y a la suspensión de pagos de Lehman, los profesores reunidos en el panel dijeron que había quedado claro que los grandes bancos de inversiones estaban ---excesivamente apalancados —--sobrecargados con deudas incobrables de productos complejos que permitían titularizaciones en un número cada vez mayor y negocios con activos o deudas que no constaban en el balance patrimonial de las empresas.



"No todo está perdido""
es la opinión del profesor de Wharton.
“Hay cerca de medio billón de dólares en activos depreciados incorporados a los precios de esos stocks financieros”, señal de que las empresas financieras están finalmente siendo obligadas a hablar claro sobre sus inversiones. “Estamos observando un cambio de competidores”, añadió.

“Existe aún una fuerte demanda de servicios financieros. Esa demanda va a crecer, y los flujos internacionales de crédito serán más intensos que nunca [...] Estamos ahora mostrando, de hecho, cuanto valen esos instrumentos”.

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