La economía es una ciencia de incentivos. Y los incentivos, incentivos son (el efecto cobra) Juan Luis Jiménez

La economía es una ciencia de incentivos. Y los incentivos, incentivos son (el efecto cobra)


Por Juan Luis Jiménez

(A raiz de un tuit que tuvo buena acogida, decidimos convertirlo en entrada para NeG, por su capacidad pedagógica acerca de las intervenciones en economía. Algunos de los ejemplos derivan de ideas aportadas por otras personas, a las que cito en cada caso).


Los agentes responden a los incentivos. Y eso es la economía.

Veámoslo con un ejemplo paradigmático expuesto en Freakonomics (Levitt y Dubner, 2006). En la India bajo bandera de Reino Unido, hubo un problema con la población de cobras (serpientes) en las calles, que amenazaba a la ciudadanía. Para tratar de mitigarlo, el Gobierno colonial estableció un incentivo claro: una recompensa por cada cobra que fuese capturada.

Así, la ciudadanía internalizó dicho incentivo y, en busca de un mayor número de piezas capturadas, en lugar de matarlas en libertad, lo hicieron en cautividad. Es decir, la población se dedicó a criar cobras.

Pero el verdadero problema se dio cuando el Gobierno se percató de cómo estaban obteniendo las cobras quienes querían la recompensa. Inmediatamente acabó con esta ayuda y…¡aumentó el número de cobras, al ponerlas en libertad quienes las criaban!

Este ejemplo ilustra lo que la imagen resume: una medida bien intencionada (intervención pública, habitualmente), que consigue el efecto opuesto al pretendido. Pero esta anécdota no es, por desgracia, un caso aislado. Y, de hecho, múltiples políticas a lo largo de la historia han alcanzado similares efectos.

El objetivo de esta entrada es detallar alguno de ellos para que sirvan como ejemplo a docentes, ciudadanía y, sobre todo, a servidores públicos que deben velar por el bien común: no evalúen la intención sino el resultado.

Disfruten de los errores que a continuación les mostraremos. Son relatos salvajes….:

Fuente imagen: @sketchplanations

Tener muchos hijos para ganar guerras al enemigo, pero no al futuro…

David Cuberes resumía un post sobre Malthus y la isla de Pascua, basado en un artículo de De la Croix y Dottori (2008). En él se analiza por qué razón en la isla de Pascua (Chile), la población indígena prácticamente desapareció por sí misma, sin intermediar colonizadores.

Cuentan los autores que en la isla vivían varios clanes que se enzarzaron en guerra por el control de la isla. Y la tecnología bélica que existía allí consistía básicamente en mano de obra: los mayores ejércitos tenían una mayor probabilidad de ganar. Esto llevó a una rápida sobrepoblación de la isla por parte de los clanes (teniendo muchos hijos), y esta presión demográfica instó a los Rapa Nui a cultivar la tierra de una forma intensísima. Llegó un punto en el que, sencillamente, no había forma de alimentar a toda esta población y la hambruna se apoderó de la isla, diezmando su población.

En definitiva: los diferentes clanes decidieron un día tener muchos más hijos para garantizar su supervivencia y fue precisamente esto lo que les llevó a su casi total extinción.

Esclavo bueno, ¿esclavo muerto? (Video explicativo en Youtube.)

El 1787, el gobierno británico contrató capitanes de barco para que transportasen prisioneros hacia Australia. Las condiciones en el primer viaje condujeron a que un tercio de los convictos fallecieran y, además, con lesiones para el resto. Esto generó críticas sociales, no solo de la población británica alentada por los periódicos, sino también de la iglesia e incluso del Parlamento, que estableció regulaciones para que se dispensase un trato humano a los presos en esos viajes.

Todas estas críticas, ¿a qué condujeron? A nada. En los siguientes viajes, la población reclusa seguía sufriendo similares resultados que en el viaje original.

Y es aquí cuando los economistas hacen su aparición, generando los incentivos correctos. De esta forma, en lugar de pagarle al capitán del barco por cada recluso embarcado, el Gobierno comenzó a remunerar solo por aquellos que llegasen vivos.

¿Adivinan el resultado? ¡Efectivamente! La tasa de supervivencia pasó del 66% al 99%. Los incentivos hicieron más que las críticas de la calle, la iglesia y los consejos gubernamentales…..

Ayudar a comprar vehículos en España para que los precios aumenten.

Aunque no es política única del Gobierno de España, en múltiples ocasiones se han utilizado subsidios para la sustitución de vehículos por otros nuevos y, supuestamente, menos contaminantes.

Jiménez, Perdiguero y García (2016) evaluaron si estas ayudas públicas eran efectivas, incentivando la sustitución y no incidiendo en el precio. El resultado es contundente: de una parte, el incentivo no genera nueva demanda; y de otra, y a pesar de lo anterior, los productores se apropian de la mayor parte de la ayuda.

En otras palabras: el Gobierno invierte dinero público para abaratar los coches nuevos más eficientes y esta se convierte en un subsidio a la industria, que los encarece.

Aumentar impuestos y pedir a sus ciudadanos que sigan comprando (gracias a Raúl Bajo, @raulbajob)

En febrero de 2016, el Gobierno portugués aumentó los impuestos a los hidrocarburos. Cuatro semanas después, en una ampliamente difundida entrevista al ministro portugués de Economía, este instó públicamente a sus ciudadanos, sobre todo a aquellos que viven cerca de la frontera con España, a no cruzarla para llenar los depósitos de combustible de sus coches en España, país donde los impuestos (y precios) eran menores.

Bajo-Buenestado y Morella Mas (2019) muestran que esta entrevista hizo más destacada la reforma fiscal para los consumidores y, paradójicamente, la mayor parte del impacto que la reforma tributaria tuvo sobre las estaciones de servicio españolas situadas en la frontera con Portugal fue inmediatamente después de la entrevista del ministro. Es decir, que el ministro tratando de reducir los efectos del impuesto, magnificó su existencia y alertó de la existencia de un incentivo, consiguiendo precisamente lo opuesto.

La política “One Child” en China (gracias a Javier Campos. Resumido por The Economist en este video).

La política “One Child” fue establecida en 1979 como medida de control de la natalidad para evitar el crecimiento de las zonas urbanas, principalmente. Para su éxito, las autoridades incluían multas en la renta y factores similares que garantizasen su ejecución. Esta política condujo a mujeres al aborto, sobre todo si el futuro bebé era una niña.

Abolida en 2015, datos de 2019 muestran unas consecuencias (quizás) inesperadas. Es costumbre en China que los padres concedan una “dote” a sus hijos varones, consistente principalmente en el pago de la boda, dinero y propiedades. Pero la política ha reducido el número de mujeres disponibles para el “mercado de matrimonios”, con lo que la escasez aumenta directamente su “precio”.

¿Implicaciones? El “precio” (disculpas por este tratamiento, solo transcribo la realidad) de las novias ha aumentado. Hace 10 años, la dote media estaba en 2-3 mil yuanes y en 2018 ronda los 200-300 mil. Ello supone que las familias deben ahorrar en torno al 38% de su renta y endeudarse para casar a su hijo varón.

Pero el aumento del ahorro y endeudamiento no son la única consecuencia. Al encarecerse las dotes, los jóvenes pobres, principalmente residentes en zonas rurales, no pueden acceder a casarse, con lo que se generan problemas sociales relevantes, generados por 60 millones de solteros, de baja renta, que de ser potenciales apoyos para la vejez de sus padres, suponen ahora una carga para sus familias. Algunos emigran a la ciudad en busca de mayores rentas pero, cuando ahorran, son “viejos” para casarse.

La salud, el gran incentivo…(gracias a este hilo de @AndreuOrestes)

Doleac y Mukherjee (2019) mostraron cómo en EEUU facilitaron el acceso a la naxolona (un medicamento para casos de sobredosis) y no consiguieron reducir los fallecimientos por abuso de opioides. ¿Por qué? Pues porque esta medida hizo “más seguro” el tener una sobredosis.

Respecto a políticas de natalidad, Pfeifer y Reutter (2020) estudiaron, principalmente en Alemania, el efecto sobre el número de embarazos al no tener que ir al médico para conseguir la pastilla del día después, sino conseguirla en una farmacia directamente. Contrariamente a lo esperado, aumentaron un 4%, ya que las mujeres entre 25-34 años relajaron su comportamiento respecto al uso de anticonceptivos.

Buckles y Hungerman (2016) evaluaron cómo el regalar preservativos a los adolescentes para evitar embarazos no deseados condujo a un incremento del 10% de tales embarazos en los años 90 en EEUU. Este resultado negativo se alcanzó en aquellas comunidades en las que no se aportó asesoramiento en materia sexual junto a esta facilidad en el acceso a los preservativos.

Los criterios de género en los procesos de selección de las universidades (Gracias a Gabriel Doménech, @GdomenechP; y Antonio Maudes, @amaudes)

Otro efecto cobra, este más reciente: El Tribunal Supremo avala que las universidades incluyan una variable de género en los criterios para seleccionar los departamentos donde crear nuevas cátedras. Esta política, aunque no ha sido evaluada, podría generar que aquellos departamentos de Universidades Públicas con mayor proporción de Catedráticos (hombres), puedan disponer de una ventaja adicional y, por lo tanto, prioridad para crear nuevas plazas.

Es decir, se estaría premiando con la posibilidad de nuevas plazas a los departamentos menos igualitarios, con el agravante, además, que el ganador/a de esa plaza no tenga por qué ser una mujer. ¡Con lo cuál, el mejor resultado para el Departamento es que la volviese a ganar un hombre!

Moraleja:

El cambio se genera solo por los incentivos. Evaluemos previamente cada política para conocer a qué incentivos afecta y cómo estos moldearán el comportamiento.

Nada es Gratis. Y los incentivos, incentivos son.


Los momentos críticos en el desarrollo económico de España

Los momentos críticos en el desarrollo económico de España

De Concha Betrán y M.A. Pons

Todos los países han tenido momentos decisivos que han provocado importantes transformaciones en sus economías y sociedades. Estos puntos de inflexión, que pueden desencadenarse por guerras, cambios de régimen político, nuevas tecnologías y mercados, o crisis, requieren nuevas políticas y reformas para adaptarse a los nuevos desafíos que generan. La manera en la que un país se enfrenta a los mismos depende del contexto internacional, pero también de restricciones domésticas que a su vez están condicionadas por el tamaño del país y su nivel de desarrollo. Estos retos, además, generan conflictos por la existencia de intereses e ideas contrapuestas; y la resolución de dichos conflictos puede ser de continuidad o de cambio, de éxito o fracaso.


La respuesta de los países del “centro” (la más estudiada) y la “periferia” ha sido diferente, y, por ese motivo, consideramos relevante el estudio de cómo un país pequeño y de la periferia como España se ha enfrentado a los retos en el largo plazo. Es lo que hemos hecho en el libro que hemos editado titulado Historical Turning Points in Growth and Development, Spain 1808-2008. En el mismo, se han identificado seis puntos de inflexión para la economía española en su historia reciente (1808-2008). El objetivo ha sido explicar la capacidad de la sociedad española para responder a los desafíos provocados por los shocks y las continuidades y discontinuidades resultantes. Este libro muestra cómo los problemas económicos españoles han sido similares a los internacionales, pero España, como país periférico, ha tenido mayores condicionantes que los países del centro al afrontar sus principales desafíos; por tanto, examina las principales restricciones y vulnerabilidades que han condicionado las respuestas a los desafíos que el país adoptó en estos momentos clave.

El primer punto de inflexión fueron las guerras napoleónicas, período tumultuoso en toda Europa que comportó, en todos los países, importantes cambios institucionales, crisis fiscales, la interrupción y bloqueo del comercio, y supuso un cambio geopolítico, con la pérdida de las colonias americanas. En el caso de España, la invasión napoleónica tuvo lugar en 1808 y las principales consecuencias fueron una larga revolución liberal hasta 1840 y un período de guerras civiles e inestabilidad política que duró hasta 1874. Como explica Francisco Comín, este periodo fue testigo de varias reformas destinadas a la formación de un estado liberal y la abolición del Antiguo Régimen. Sin embargo, la falta de una burguesía sustancial para apoyar las reformas y la eventual necesidad de llegar a un acuerdo con la nobleza, provocaron que, aunque las instituciones se modernizaron, las reformas favorecieron a los terratenientes y las élites financieras, y no hubo una reforma fiscal para resolver la crisis producida por la pérdida de las colonias americanas y la escasez de capacidad fiscal. El reducido tamaño de la industria y, por tanto, de la burguesía, fue debido en parte a las restricciones que impidieron el éxito de la industrialización (país periférico, dotación de tierra no apta para la agricultura de cereal y pastoreo y mala dotación de carbón, la fuente energética fundamental). El resultado, por tanto, fueron, unas instituciones menos inclusivas que en otros países, lo que tuvo consecuencias políticas y económicas en el largo plazo.

El segundo punto de inflexión, estudiado por Pablo Martín Aceña e Inés Roldan de Montaud, fue 1898. Fue un punto de inflexión nacional: mientras que otros países aumentaban su poder colonial y su imperialismo a fines del siglo XIX, España perdió sus últimas colonias de ultramar después de una guerra internacional contra los Estados Unidos, con la consiguiente caída en sus exportaciones (del 24% al 6% del comercio) y mostró su retraso con respecto a otras naciones más avanzadas. En un intento por cerrar esa brecha, se aplicaron diversas reformas que, aunque tímidas y lentas, pusieron al país en el camino hacia la industrialización. El alcance de algunas de ellas fue limitado, como las reformas fiscales, lo que restringió la obtención de recursos fiscales para llevar a cabo el programa de modernización (entre ellos el educativo). Sin embargo, el programa de estabilización económica tras la guerra fue un éxito y en la década y media anterior a la I Guerra mundial la economía española creció gracias a esta regeneración y a un contexto internacional favorable.

El tercer punto de inflexión, analizado por Concha Betrán, fue 1936, que aunque inicialmente fue un punto de inflexión nacional, se convirtió en internacional y preludio de la Segunda Guerra Mundial. Las consecuencias para la economía española fueron desastrosas, generando un impacto duradero en el crecimiento económico, un retroceso en las reformas emprendidas con políticas de autarquía e intervención, y una dictadura de 40 años. La Gran Depresión fue el acontecimiento económico fundamental de esta época, que, aunque afectó sobre todo a los países industriales, también lo hizo en países todavía agrarios como España, por el impacto negativo del comercio en la agricultura y las materias primas. Igualmente, las políticas proteccionistas aplicadas por otros países produjeron el hundimiento de sus exportaciones. Francia y el Reino Unido pudieron desviar el comercio a sus colonias, pero España las había perdido y no era miembro de un bloque comercial. Además, hubo un cambio institucional, con la caída de la monarquía y el establecimiento de una democracia con la Segunda república en 1931. El nuevo régimen tenía el ambicioso proyecto de modernizar las instituciones y la economía, lo que chocó con un contexto internacional adverso. Pero las esperanzas de llevar al país hacia un sistema democrático y más igualitario se desvanecieron. A la oposición a las reformas por parte de los grupos conservadores, se unieron la falta de cohesión dentro del gobierno y la pérdida de consenso social sobre el alcance y oportunidad de las reformas en tiempos turbulentos.

El cuarto punto de inflexión es 1959. Como explican Elena Martínez Ruiz y M.A. Pons, el Plan de Estabilización de 1959, apoyado por el FMI, fue similar a otros programas de la época (Gran Bretaña en 1957, Turquía en 1958, Francia y Argentina en 1958 y Chile en 1959). El Plan es un ejemplo de las ventajas de eliminar la autarquía y moderar el intervencionismo, lo que permitió que España se aprovechase de un contexto internacional favorable, recibiese ayuda exterior, mitigase los desequilibrios del mercado laboral gracias a la emigración, aumentase sus ingresos por turismo e impulsase la inversión domestica y extranjera. Pero al ser sólo un cambio parcial, el necesario para garantizar la supervivencia del régimen, no se abordaron reformas estructurales imprescindibles: un ejemplo de cómo las restricciones políticas (dictadura), minimizaron el alcance y las características de las reformas, limitando las posibilidades de crecimiento en el largo plazo.

El quinto punto de inflexión se produjo en 1977, en el que coincidieron una crisis internacional, la muerte de Franco y el establecimiento de la democracia con una fuerte crisis económica y bancaria. Como señalan Joaquim Cuevas y M.A. Pons, la transición política exigió grandes cambios institucionales pero la debilidad del nuevo gobierno y la gravedad de los problemas económicos condicionó la toma de decisiones. Tras 40 años de dictadura se adoptó una solución pactada en la que participaron nuevos actores políticos y sociales y que, pese a sus limitaciones ante la magnitud de los problemas, marcaron un punto de partida hacia la modernización (con la introducción de una reforma fiscal o la creación del estado de bienestar, entre otras medidas), liberalización e integración internacional del país, sin el cual hubiera sido imposible la futura integración con Europa y el proceso de convergencia.

El último punto de inflexión, analizado por Jose Ignacio Conde-Ruiz y Elena Martínez Ruiz, es 2008. La crisis financiera internacional provocó un fuerte shock sobre la economía española, un episodio al que estos autores ya dedicaron una entrada en este blog (aquí). Una gran parte de las reformas se dirigieron a solventar los problemas del sistema financiero y la falta de instrumentos de política monetaria fue especialmente costosa para España que en lugar de devaluar su moneda sufrió una fuerte devaluación interna (en términos de salarios y paro) que aumentó la desigualdad y perjudicó a determinados sectores de la población. Además de los problemas económicos, y en parte asociados a los mismos, hubo una crisis política e institucional, con una pérdida de confianza en las instituciones y un aumento de las tensiones territoriales. Las crisis de 2008, pese a ser una crisis global, puso sobre la mesa las imperfecciones del diseño de la zona euro y la necesidad de acciones y políticas coordinadas en una economía más globalizada e interconectada.

Algunos de los puntos de inflexión en España también lo fueron a nivel internacional (1808, 1977 o 2008) y otros fueron resultados de guerras o crisis (1808, 1898, 1936, 1977 y 2008). En algunos casos, como 1808, 1898, 1959 y 1977 las reformas adoptadas fomentaron el cambio y la modernización, aunque con limitaciones. No se abordaron todas las reformas necesarias y algunas, que si se hicieron, no tuvieron el alcance necesario para transformar el país. La inestabilidad política y económica y el rechazo de las élites a introducir instituciones más modernas e inclusivas explican en muchos casos los limites de las reformas. Sin embargo, en el período (1808-2008) España logró convertirse en un país desarrollado, con fases de crecimiento y convergencia.  El objetivo de esta investigación ha sido también identificar el origen económico, social y político de estos cambios.

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https://nadaesgratis.es/admin/los-momentos-criticos-en-el-desarrollo-economico-de-espana


Europa avanza hacia un área monetaria óptima (AMO)

'Momento Hamilton' de la UE" Antón Costas

   Con la decisión de emitir deuda europea para financiar el gasto de la pandemia los Veintisiete avanzan en la unión económica que tanto se le resiste
No hay mal que por bien no venga, sentencia un conocido refrán, expresando la idea de que aún los sucesos más traumáticos para la vida de las personas y de los países, bien manejados, pueden acabar trayendo cosas buenas.

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Los economistas y asesores políticos tienen su propia versión de este refrán. Con frecuencia, recomiendan a los dirigentes políticos que “no desaprovechen una buena crisis”. Esta frase se atribuye al maquiavélico Rahm Emanuel, colaborador de Bill Clinton, jefe de Gabinete de Barak Obama, un cargo que en Estados Unidos es equivalente al de jefe de Gobierno en Europa. Posteriormente también fue alcalde de Chicago hasta época reciente. Pero en boca de asesores como Emanuel tiene un sentido de oportunismo partidista, para imponer a la sociedad o a sectores sociales concretos políticas y reformas que en circunstancias normales no serían aceptadas. 
Sin embargo, esa frase tiene precedentes más honorables. Uno de ellos es la frase de Winston Churchill, político británico y jefe de gobierno durante la segunda guerra mundial, “never let a crisis go to waste” (nunca desaproveches una crisis) mientras estaba trabajando, a principios de los años 40, en el diseño de las Naciones Unidas

Fondo de reconstrucción

Viniendo a lo que hoy me interesa, ¿puede ser la pandemia de covid-19 un mal que acabe trayendo un bien para la UE y le permita dar ese salto en su unión económica y política que tanto se le resiste?
 El acuerdo alcanzado esta semana entre los jefes de Estado y Gobierno de los 27 países de la UE para la creación del nuevo fondo contra la pandemia ('Next Generation UE'), dotado con 750.000 millones de euros hubiese sido impensable antes de la pandemia. 
Tiempo habrá para analizar aspectos como las largas negociaciones, la posición de cada bloque (“frugales” y “pedigüeños”), las dificultades que puede encontrar su aprobación en el Parlamento Europeo o la forma en que va a aplicarse. Lo que ahora me interesa es entrever el significado que puede tener ese acuerdo en la dinámica de la UE. En este sentido, la pregunta de muchos analistas es si el 'Next Generation UE' es un 'plan Marshall' o un 'momento Hamilton'.
La referencia al 'plan Marshall' es debida a ciertas similitudes del nuevo fondo europeo con la propuesta que hizo George Marshall -general norteamericano y secretario de Estado del presidente Harry Truman- al Congreso norteamericano para aprobar un gran programa de ayudas, en forma de subvenciones y préstamos, para estimular la recuperación de los países europeos después de la segunda guerra mundial. Llamado oficialmente 'European Recovery Program', al 'plan Marshall' se le atribuye el haber sentado las bases para la recuperación económica y social de la Europa de posguerra, alejando a las sociedades europeas occidentales de la influencia del comunismo y de la Unión Soviética.
Con la expresión 'momento Hamilton' los analistas se refieren al impulso dado por Alexander Hamilton, primer secretario del Tesoro de los Estados Unidos con el presidente George Washington, a la unión económica y política de Norteamérica. Después de la guerra de independencia, unos estados quedaron muy endeudados mientras otros no, como Virginia. Estos últimos se negaban a ser solidarios. Hamilton logró emitir por primera vez deuda federal para financiar la ayuda a los estados endeudados. Tuvo que hacer concesiones, como poner la capital federal, Washington, en el estado de Virginia. Su obra política económica fue muy amplia, pero la decisión de emitir deuda federal supone el nacimiento de la economía americana. De ahí que se le considere el padre fundador.
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Volviendo al fondo europeo 'Next Generation'
¿Estamos ante un remedo de 'plan Marshall' o de un 'momento Hamilton'?  
En la medida en que el fondo es un programa de una sola vez, se le podría considerar como un 'plan Marshall'. Pero, una vez que se ha roto el tabú fiscal y se ha decidido emitir deuda europea para financiar el gasto de la pandemia y el déficit fiscal de los estados miembros, esa decisión podrá volver a repetirse. Y, lo que es más importante, creará un mercado de deuda pública europea que será permanente y un activo seguro para los inversores. Tendrá otros efectos duraderos. Entre ellos, el usar los déficits como instrumentos del ciclo económico, así como el fortalecimiento del euro como divisa global.   
Por eso pienso que con la decisión de emitir deuda europea para financiar el fondo 'Next Generation UE' ha surgido un 'momento Hamilton'. A partir de ahora podremos hablar de una verdadera 'economía europea'. 

  • https://www.elperiodico.com/es/opinion/20200724/momento-hamilton-ue-articulo-anton-costas-8053056

Área Monetaria Óptima (AMO)

La zona del euro no es un Área Monetaria Óptima (AMO), no dispone de estabilizadores automáticos y por lo tanto necesita una unión fiscal para sobrevivir. El Tratado Intergubernamental de Estabilidad Fiscal de 2011 (FC) retrasa más que ayuda a la necesaria unión fiscal. La política de presupuesto equilibrado no funciona cuando los multiplicadores son mayores que en la mayoría de los Estados miembros. Un Fondo de Redención de la Deuda será necesario para poder esperar, a largo plazo, un cambio en los tratados que cree progresivamente una necesaria unión fiscal. Todos estos problemas fueron anunciados repetidamente por economistas miembros del CEPR años antes de que la Unión Monetaria fuese creada.
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The Euro Area is not an Optimum Currency Area (OCA), it does not have automatic stabilizers and needs a Fiscal Union to be able survive. The Intergovernmental Treaty or Fiscal Compact (2011) is more of the same and does not help a necessary Fiscal Union. A balanced budget´s policy cannot work when fiscal multipliers are higher than 1, making it difficult or impossible for member states to pay back their large debts. A Euro Area Redemption Fund will be necessary, while waiting for a long-term change of the Treaties to create progressively Fiscal Union, which will eventually need a Political Union. All these problems were already warned several times in the late eighties and early nineties by CEPR economists.

El reto de la unión fiscal europea; (2014), nº 141

Octubre - 2014

¿Tiene realmente futuro la zona euro? Guillermo de la Dehesa (AMO) 2015

El futuro de la zona euro es cada vez más incierto. Desde su creación, se han cometido serios errores de diseño y de gestión, porque los deseos políticos se han impuesto tozudamente a la teoría, a la lógica y a la realidad económicas, siendo el BCE el único que, felizmente, ha podido evitar su desaparición. Antes, varios economistas europeos ya habíamos enumerado los requisitos necesarios que tenía que cumplir.

Yo mismo, junto a Paul Krugman, alerté en 1992 de los efectos regionales y de aglomeración que podrían provocar "choques asimétricos" en algunos estados miembros de una Unión Monetaria. Ya en 1993 tratamos de los problemas fiscales de una unión monetaria y la necesidad de una unión fiscal.

Antes, el Nobel Robert Mundell había investigado sobre las áreas monetarias óptimas (AMO). Basado en la experiencia, Mundelli, y una larga lista de economistas que le siguieron, demostraron que Europa no era un AMO y advirtió del peligro de aplicar una política monetaria única en estas circunstancias, al no haber una movilidad total del trabajo, del capital y de la tecnología.

-El primer pecado original de la eurozona fue creer que una unión monetaria podría ser viable sin necesidad de crear, al mismo tiempo, una unión fiscal. Durante sus diez primeros años dominaron los deseos políticos sobre la realidad económica, pero la Gran Recesión ha terminado demostrando su inviabilidad. La eurozona no es un área monetaria óptima, ya que su capital y su trabajo no circulan libremente entre sus estados miembros, siendo los inmigrantes y el capital de terceros países los que más lo hacen y por tanto unos estados miembros crecen más que otros por sufrir estos últimos "choques asimétricos" sin que el trabajo y el capital de la zona euro puedan desplazarse para compensarlos, como ocurre en EE UU y en Canadá que sí crearon simultáneamente una unión monetaria y fiscal tras su unión política.

La eurozona lleva seis años sin resolver el problema de deuda de Grecia mientras que EE UU resolvió, en tres meses, el problema de impago de California

Solo una política fiscal única puede hacer frente a dichos "choques asimétricos" que solo afectan a uno o varios de sus estados miembros, dado que la política monetaria convencional suele tener efectos similares y simultáneos sobre todos ellos. Y lo que es peor, los sistemas nacionales de estabilización que existían antes de la eurozona para hacer frente a dichos choques fueron eliminados. Creer que la UE, con un presupuesto que representa un 1% del PIB (frente al 20% del PIB en EE UU y en Canadá) puede hacer frente al choque asimétrico de un estado miembro es ridículo. La eurozona lleva seis años sin resolver el problema de deuda de Grecia —que representa solo el 2% de su PIB— mientras que EE UU resolvió, en tres meses, el problema de impago de California, siendo el 16% de su PIB.

-El segundo pecado original de la eurozona, como han demostrado Kopf y de Grauwe, ha sido que sus estados miembros han perdido totalmente su capacidad anterior para emitir deuda en su propia moneda. La separación de las decisiones de emisión de deuda de la moneda en la que la emiten crea una vulnerabilidad crítica entre sus potenciales inversores que puede provocar una espiral de desconfianza y, finalmente, acelerar su impago.

El Tratado de Maastricht creía, erróneamente, que imponiendo unas reglas para disciplinar el déficit fiscal (3% del PIB) y la deuda (60% del PIB) no haría falta una "red de seguridad fiscal" para hacer frente a la posibilidad de un impago de deuda de sus estados miembros. Hoy, varios de ellos, sin crecimiento y con inflación negativa, aumentan sus niveles de deuda mientras están obligados a cumplir sus objetivos fiscales, que reducen su crecimiento e inflación, aumentando todavía más su deuda. Mientras, los que están mejor no aumentan su demanda interna para compensarlo bajo la idea falaz de que existe una "austeridad expansiva" (Schäuble dixit). Su única alternativa es que todos sus trabajadores hagan una "devaluación interna", reduciendo sus salarios o emigrando a otro estado miembro.

-Por fin, en febrero de 2012, se creó el Mecanismo de Estabilidad Europeo (MEDE) para hacer frente a las crisis de solvencia de estados miembros. Este mecanismo puede prestar hasta 500.000 millones de euros, pero sus decisiones todavía requieren unanimidad, haciéndolas más escasas y menos efectivas.

**El BCE (2) que es la única institución de la eurozona que realmente hace política económica, está salvando temporalmente la situación, viéndose obligado a hacer política monetaria "asimétrica" con sus compras de deuda pública y privada de aquellos estados miembros más afectados por la Gran Recesión. Pero su Consejo de Gobierno ha conseguido aprobarlo, finalmente, a cambio de que solo pueda mutualizarse el riesgo del 20% de sus compras, quedando el riesgo del 80% restante en el balance de los bancos centrales nacionales.

Prueba de la falta de una política fiscal común es que hoy las tasas de crecimiento del AE, cinco años después de la Gran Recesión, son menos de la mitad que las de EE UU y Reino Unido, que pueden utilizar ambas políticas macroeconómicas. Más aún, ningún estado importante de la eurozona cumple hoy su objetivo del 60% de deuda sobre el PIB, salvo los más pequeños como Estonia, Eslovaquia, Letonia, Lituania y Luxemburgo. Crear ahora una política fiscal única para enfrentar dichos choques asimétricos necesitaría un deseo compartido por todos los estados miembros y un cambio de los tratados. Modificarlos y ratificarlos llevaría hasta diez años, al haber estados miembros que necesitan aprobarlo por referéndum. Demasiado tiempo para una decisión tan urgente y necesaria.

-Por esta razón, en julio de 2012, un grupo de 17 economistas, formando el Consejo del INET (Instituto para el Nuevo Pensamiento Económico) sobre la Crisis de la Eurozona, propusimos una solución temporal, pero efectiva, que solo necesitaba un pacto y no un cambio de los tratados. La idea no era nueva: había sido propuesta anteriormente por el Consejo de Expertos para la Evaluación de la Política Macroeconómica alemán (SVR) para ayudar a aquellos estados miembros con niveles de deuda muy elevada que estaban haciendo esfuerzos serios para reducirla a través del procedimiento de deuda excesiva.Nuestra propuesta era una mutualización temporal del exceso de deuda de todos los estados miembros (más del 60% del PIB), derivada de dos grandes crisis, la primera importada de EE UU y la segunda derivada de los fallos de diseño de la eurozona. Dicho exceso de deuda se depositaria en un Fondo de Redención de Deuda (DRF) que se financiaría en los mercados emitiendo euroletras con la garantía conjunta y solidaria de los 19 estados miembros, más alguna ayuda del MEDE. Dichas euroletras refinanciarían dicho Fondo a unos tipos de interés mucho más bajos que la media de todos sus miembros por separado, dada la enorme atracción que tendría para los inversores institucionales poder invertir en euros con tan elevada diversificación del riesgo entre 19 estados miembros, creando así un mercado competidor de las del Tesoro de EEUU.

-En 2013, un Grupo de Trabajo con aprobación del Presidente del Consejo y de la Comisión estudió la propuesta. Su informe final fue que dichas euroletras con garantía conjunta y solidaria de todos los estados miembros requería una "modificación de los tratados" con lo que las euroletras solo podrían emitirse con la propia garantía de cada estado miembro, evitando una situación de "riesgo moral". Sin embargo, esta idea podría ser todavía posible creando un DRF sólo entre aquellos estados miembros que así lo decidan. El BCE podría comprar deuda directamente del DRF, junto con los inversores privados. Se habla ahora mucho de un "mercado único europeo de capitales" pero al mismo tiempo se rechaza su base: los mercados de euroletras y de eurobonos.

-Guillermo de la Dehesa es presidente de honor del CEPR (Centre for Economic Policy Research) de Londres

https://elpais.com/economia/2015/05/08/actualidad/1431078066_669817.html
https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=4829539

Explicación económica (2012)

Economía de la integración europea ¿shock asimetricos? ¿fallo el diseño? ¿Área Monetaria Óptima (AMO) ? vs Grauwe (2012)

Teoría de la Integración Monetaria: Zonas monetarias optimas

El liderazgo de EEUU se consolida con la creación de un conjunto de organizaciones internacionales, algunas económicas (como por ejemplo el FMI y el BM), mediante las cuales Estados Unidos dirige las políticas económicas de sus aliados europeos, y otras militares (fundamentalmente la OTAN), mediante las cuales impone y dirige su política de defensa y su hegemonía militar.

En esta relegación a un segundo plano de los europeos está el origen de la integración europea. Se trataba de ir construyendo la futura unión de los diferentes países de Europa como única posibilidad de hacer frente a los dos gigantes de la época: Estados Unidos y la URSS.

La integración se entendió como el único mecanismo capaz en el futuro de colocar a Europa en condiciones de seguir pesando en el concierto mundial de naciones. Necesidad que se ha visto reforzada por la tendencia actual de la economía hacia el unilateralismo norteamericano.

Area monetaria optima / Shock asimétrico vs Unión económica, fiscal, bancaria, política. vs Estados federales.

I-El proceso de integración en Europa

- Políticas instrumentales que puede recurrir un país de UE

II-Unión monetaria

-Ventajas  de una unión monetaria:

-Inconvenientes de una unión monetaria:

III-Criterios para un Área Monetaria Optima

Estados Unidos de Europa  EUE (2011)


Europa con dos crisis a sus espaldas, con parte de la construcción europea para ser una Area Economica Optima sin acabar, con una unión monetaria y bancari realizada, pero aún sin una unión fiscal y sin aún una unión de politca industrial realizada, con estrategias geopoliticas y geoeconomicas comunes, solo tenia dos opciones , su fragmentación Norte Sur, casi imposible por todas las relaciones entramadas de contratos y relaciones entre empresas  y la opción mas optima, ir hacia los estados unidos federales de Europa. Sin política fiscal común es complicado tener una política monetaria común y asi llevamos mucho tiempo.

China-Cat ¿es la mejor opción?  - En tan solo cinco años, de 2018 a 2022, la inversión extranjera procedente de China hacia Cataluña ha ...