La importancia del espíritu empresarial para el progreso de cualquier modelo económico, recae especialmente en la gran repercusión positiva en el empleo, la competitividad, el desarrollo de las personas y el bienestar de la sociedad.
Los datos en materia de empleo ponen de manifiesto que la creación de puestos de trabajo se concentra cada vez más en las empresas nuevas y pequeñas, y que los países que presentan un mayor aumento de los índices de iniciativa empresarial tienden a mayores reducciones de las tasas de desempleo. Además de favorecer en algunos casos, la integración de colectivos desfavorecidos y personas desempleadas.
La contribución que el espíritu empresarial se refiere a la competitividad de un país deriva del impulso a la productividad que genera la presencia de un mayor número de empresas. Si hay un mayor número de iniciativas empresariales hay más competencia entre las empresas, lo que las obliga a reaccionar mejorando la eficacia e innovando, al tiempo el aumento de la eficacia e innovación mejora la fuerza competitiva de la economía en conjunto. Este proceso conlleva un aumento en la oferta y, puede llevar reducciones en los precios de los productos / servicios que benefician a los consumidores.
El espíritu empresarial se facilita la satisfacción de las llamadas necesidades superiores, como la realización personal y la independencia.
Finalmente, la significación del espíritu empresarial ha sido subrayada por el papel que las nuevas iniciativas pueden desempeñar en la prestación de servicios de interés para la comunidad, como los servicios sanitarios, educativos o de bienestar. Por ejemplo, las empresas de economía social pueden mejorar la prestación de estos servicios propiciando la innovación y la orientación al cliente.
Los emprendedores se caracterizan por las virtudes del esfuerzo, el trabajo, el sacrificio y la voluntad de sacar adelante sus negocios. Pero no olvidemos la necesidad de financiacón sin una banca orientada a la industria no hay salida, sin businees angels no hay salida.
El proceso emprendedor suele empezar con la detección de una oportunidad de negocio. La validación de que realmente existe esta oportunidad en el mercado, es el que marcará y condicionará sustancialmente la forma, el tamaño y las características del empresario o equipo que la aproveche y lo explote, y los recursos necesarios para hacer lo.
Como ya sabemos que una buena idea no debe ser necesariamente una buena oportunidad, es fundamental valorar en qué medida la oportunidad (o más bien la idea inicial) puede considerarse, literalmente, una oportunidad de negocio. Para ello, debemos cuestionarnos diversos aspectos sobre la potencialidad del mercado en el que se inserta la oportunidad.
Paralelamente a este proceso, hay que contemplar y evaluar la importancia que tienen los recursos, no sólo económicos, sino también materiales o físicos, para la puesta en marcha de un nuevo proyecto empresarial. Una buena evaluación de los recursos que se necesitarían para hacer efectivo el éxito del negocio, es crucial para el buen desarrollo del proyecto.
Como tercer elemento a evaluar inicialmente es la capacidad emprendedora y las habilidades y capacidades del equipo que liderará el proyecto. En la actualidad, no hay ninguna duda de la importancia que tienen las cualidades del empresario o del equipo fundador en el éxito de las iniciativas empresariales. Es importante, por ejemplo, los conocimientos, las habilidades y las actitudes que demuestren las personas inmersas en el proyecto empresarial, ya que serán determinantes en los resultados del proyecto.
Una vez hecha la evaluación de los tres ejes básicos del proyecto, hay que iniciar el proceso de planificación que nos llevará a implementar el proyecto empresarial.
http://notistecnicas.blogspot.com/2011/01/charles-leadbeater-experto-en.html
http://notistecnicas.blogspot.com/2010/07/equivocaos-por-favor-solo-asi-podreis.html
Lorenzo Amor: "Si en los ministerios hubiera emprendedores nos iría de otra manera"
http://www.expansion.com/2011/09/29/funcion-publica/1317290670.html
Los datos en materia de empleo ponen de manifiesto que la creación de puestos de trabajo se concentra cada vez más en las empresas nuevas y pequeñas, y que los países que presentan un mayor aumento de los índices de iniciativa empresarial tienden a mayores reducciones de las tasas de desempleo. Además de favorecer en algunos casos, la integración de colectivos desfavorecidos y personas desempleadas.
La contribución que el espíritu empresarial se refiere a la competitividad de un país deriva del impulso a la productividad que genera la presencia de un mayor número de empresas. Si hay un mayor número de iniciativas empresariales hay más competencia entre las empresas, lo que las obliga a reaccionar mejorando la eficacia e innovando, al tiempo el aumento de la eficacia e innovación mejora la fuerza competitiva de la economía en conjunto. Este proceso conlleva un aumento en la oferta y, puede llevar reducciones en los precios de los productos / servicios que benefician a los consumidores.
El espíritu empresarial se facilita la satisfacción de las llamadas necesidades superiores, como la realización personal y la independencia.
Finalmente, la significación del espíritu empresarial ha sido subrayada por el papel que las nuevas iniciativas pueden desempeñar en la prestación de servicios de interés para la comunidad, como los servicios sanitarios, educativos o de bienestar. Por ejemplo, las empresas de economía social pueden mejorar la prestación de estos servicios propiciando la innovación y la orientación al cliente.
Los emprendedores se caracterizan por las virtudes del esfuerzo, el trabajo, el sacrificio y la voluntad de sacar adelante sus negocios. Pero no olvidemos la necesidad de financiacón sin una banca orientada a la industria no hay salida, sin businees angels no hay salida.
El proceso emprendedor suele empezar con la detección de una oportunidad de negocio. La validación de que realmente existe esta oportunidad en el mercado, es el que marcará y condicionará sustancialmente la forma, el tamaño y las características del empresario o equipo que la aproveche y lo explote, y los recursos necesarios para hacer lo.
Como ya sabemos que una buena idea no debe ser necesariamente una buena oportunidad, es fundamental valorar en qué medida la oportunidad (o más bien la idea inicial) puede considerarse, literalmente, una oportunidad de negocio. Para ello, debemos cuestionarnos diversos aspectos sobre la potencialidad del mercado en el que se inserta la oportunidad.
Paralelamente a este proceso, hay que contemplar y evaluar la importancia que tienen los recursos, no sólo económicos, sino también materiales o físicos, para la puesta en marcha de un nuevo proyecto empresarial. Una buena evaluación de los recursos que se necesitarían para hacer efectivo el éxito del negocio, es crucial para el buen desarrollo del proyecto.
Como tercer elemento a evaluar inicialmente es la capacidad emprendedora y las habilidades y capacidades del equipo que liderará el proyecto. En la actualidad, no hay ninguna duda de la importancia que tienen las cualidades del empresario o del equipo fundador en el éxito de las iniciativas empresariales. Es importante, por ejemplo, los conocimientos, las habilidades y las actitudes que demuestren las personas inmersas en el proyecto empresarial, ya que serán determinantes en los resultados del proyecto.
Una vez hecha la evaluación de los tres ejes básicos del proyecto, hay que iniciar el proceso de planificación que nos llevará a implementar el proyecto empresarial.
- En primer lugar, tener objetivos válidos es el requisito inicial en el proceso de planificación. En este sentido, debemos ser conscientes de que los objetivos poco realistas no sirven de mucho, y en el ámbito empresarial pueden llevar cualquier proyecto al fracaso.
- Obtener la información relevante es el segundo paso en la planificación. Si estamos planificando la puesta en marcha de un nuevo proyecto empresarial, obtener información sobre la oportunidad de negocio detectada, sobre el mercado, sobre los recursos financieros necesarios para ponerla en marcha, la tecnología para poder producir o el personal necesario para desarrollarla constituyen la esencia de esta etapa de la planificación.
- Una vez recopilada la información, habrá que evaluar las diferentes alternativas. Normalmente, hay más de una alternativa a la hora de realizar cualquier acción. Cada una de las alternativas tendrá repercusión en los costes y en los beneficios futuros.
- Finalmente, documentar el plan por escrito, en un plan de empresa, si es que hablamos de un proyecto empresarial, y desarrollar el programa en el horizonte temporal constituyen las últimas fases del proceso de planificación.
http://notistecnicas.blogspot.com/2011/01/charles-leadbeater-experto-en.html
http://notistecnicas.blogspot.com/2010/07/equivocaos-por-favor-solo-asi-podreis.html
Lorenzo Amor: "Si en los ministerios hubiera emprendedores nos iría de otra manera"
http://www.expansion.com/2011/09/29/funcion-publica/1317290670.html
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