Bretton Woods III debe abordar los siguientes desafíos:
- Estabilidad financiera: El sistema debe ser más resistente a las crisis financieras, especialmente aquellas que son globales. Esto implica fortalecer la regulación financiera internacional, promover la cooperación entre los bancos centrales y establecer mecanismos para gestionar las crisis de deuda soberana.
- Crecimiento inclusivo: El nuevo sistema debe promover el crecimiento económico que beneficie a todos, no solo a las élites. Esto implica invertir en capital humano, promover la igualdad de género y garantizar que los beneficios del comercio internacional se compartan de manera más equitativa.
- Cambio climático: El sistema debe promover la acción climática, incluyendo la inversión en energías renovables, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la adaptación al cambio climático. Los países deben coordinar sus políticas para asegurar que la transición hacia una economía verde sea justa y equitativa.
- Gobernanza global: El nuevo sistema debe ser más democrático y transparente, con una mayor participación de los países en desarrollo en la toma de decisiones. Esto implica reformar las instituciones financieras internacionales, como el FMI y el Banco Mundial, y fortalecer los mecanismos de cooperación entre las naciones.
Algunos elementos clave que podrían formar parte de Bretton Woods III:
- Una moneda global basada en una cesta de productos básicos: Esto podría ayudar a reducir la dependencia del dólar estadounidense y proporcionar una mayor estabilidad al sistema financiero internacional.
- Un sistema de regulación financiera más sólido: Esto podría ayudar a prevenir futuras crisis financieras y garantizar la estabilidad del sistema financiero global.
- Un enfoque más coordinado para la acción climática: Esto podría ayudar a acelerar la transición hacia una economía verde y mitigar los riesgos del cambio climático.
- Una mayor participación de los países en desarrollo: Esto podría ayudar a garantizar que los beneficios del crecimiento económico se compartan de manera más equitativa.
La implementación de Bretton Woods III presenta desafíos significativos. Los países deben encontrar un consenso sobre la arquitectura del nuevo sistema y deben estar dispuestos a ceder soberanía en algunas áreas. Además, la implementación del nuevo sistema requerirá una fuerte voluntad política y una cooperación internacional efectiva.
El camino hacia Bretton Woods III no será fácil, pero es necesario para construir un entorno más estable, sostenible y equitativo. El entorno necesita un nuevo orden monetario y financiero internacional que responda a los desafíos del siglo XXI y que garantice la prosperidad económica y el bienestar de todos
Bretton Woods Iii: Un Nuevo Orden Monetario Y Financiero Internacional | Inversión Y Finanzas
The Case for Bretton Woods III” de Erasmus Cromwell-Smith plantea que estamos entrando en una nueva era económica mundial, marcada por la transición desde un sistema dominado por el dólar hacia un orden multipolar basado en materias primas, nuevas alianzas geopolíticas y activos digitales.
Contexto histórico
Bretton Woods I (1944–1971): sistema de tipos de cambio fijos anclados al oro y al dólar.
Bretton Woods II (1971–2020): tras el fin de la convertibilidad del dólar en oro, el mundo adoptó un sistema centrado en el dólar como moneda de reserva global.
Bretton Woods III (actualidad): describe un posible nuevo orden donde el dólar pierde hegemonía frente a bloques regionales, monedas alternativas y activos no soberanos como materias primas o criptomonedas.
🔑 Ideas principales del ensayo
Declive del dólar como único eje: La dependencia mundial del dólar se ve cuestionada por tensiones geopolíticas, sanciones financieras y la búsqueda de soberanía monetaria por parte de países emergentes.
El auge de las materias primas: Energía, metales y alimentos se convierten en “colaterales duros” que respaldan nuevas formas de intercambio internacional.
Multipolaridad económica: China, Rusia, India y otros actores promueven acuerdos bilaterales en monedas locales, debilitando la centralidad del dólar.
Tecnología y dinero digital: Criptomonedas y monedas digitales de bancos centrales (CBDCs) podrían desempeñar un papel clave en este nuevo sistema.
Reconfiguración institucional: El FMI y el Banco Mundial podrían perder influencia frente a nuevas instituciones financieras regionales.
📌 Conclusión del autor
Cromwell-Smith sostiene que Bretton Woods III no es un evento único, sino un proceso en marcha, impulsado por la convergencia de crisis energéticas, rivalidades geopolíticas y avances tecnológicos. El resultado sería un orden económico más fragmentado, pero también más resiliente, donde el poder financiero se distribuye entre múltiples polos y activos.
👉 En pocas palabras: El texto argumenta que estamos presenciando el nacimiento de un sistema financiero internacional híbrido, menos dependiente del dólar y más anclado en recursos tangibles y tecnologías digitales
Un nuevo sistema monetario y financiero internacional: Bretton Woods III” es un ensayo de Ramón Casilda Béjar publicado en 2022 en el Boletín del Instituto Español de Estudios Estratégicos. El autor analiza cómo la inestabilidad global, las tensiones geopolíticas y las crisis financieras recientes apuntan a la necesidad de un nuevo marco internacional —un “Bretton Woods III”— que garantice estabilidad y crecimiento económico.
Contexto histórico
Bretton Woods I (1944–1971): estableció un sistema de tipos de cambio fijos, con el dólar convertible en oro. Dio estabilidad durante más de dos décadas, pero terminó en 1971 cuando EE. UU. suspendió la convertibilidad del dólar en oro.
Bretton Woods II (1971–2008): caracterizado por la hegemonía del dólar como moneda de reserva mundial, sostenido por la globalización financiera y el auge de los mercados emergentes. Colapsó con la crisis financiera global de 2008.
Bretton Woods III: concepto que surge tras la crisis de 2008 y se intensifica con la pandemia de COVID-19 y la guerra en Ucrania. Se plantea como un nuevo orden monetario multipolar, menos dependiente del dólar y más abierto a monedas regionales y activos alternativos como materias primas o incluso monedas digitales de bancos centrales.
🔑 Aportaciones de Ramón Casilda Béjar
Diagnóstico: La inestabilidad monetaria y financiera actual es más profunda y duradera que la vivida bajo Bretton Woods I.
Propuesta: Un sistema internacional renovado que combine innovación financiera, cooperación multilateral y nuevas normas para asegurar estabilidad.
Factores clave:
El ascenso de China y el bloque BRICS como contrapeso al dólar.
La fragmentación geopolítica tras la guerra de Ucrania.
La necesidad de integrar monedas digitales y nuevas tecnologías financieras.
Objetivo: Evitar crisis recurrentes y crear un marco que permita un crecimiento económico más equilibrado y sostenible.
🌍 Implicaciones globales
Multipolaridad monetaria: mayor uso del yuan, el euro y monedas regionales en comercio y reservas.
Reconfiguración financiera: bancos centrales con un papel más activo en la regulación y emisión de monedas digitales.
Tensiones geopolíticas: el sistema reflejará la división entre bloques (Occidente vs. Eurasia/Sur Global).
Riesgos y oportunidades: aunque puede reducir la dependencia del dólar, también puede aumentar la fragmentación y la volatilidad
Un nuevo sistema monetario y financiero internacional: Bretton Woods III
Ramon Casilda Bejar
Un nuevo sistema monetario y financiero internacional: Bretton Woods III
Bretton Woods III y China | Articulos.claves
"Cuando termine esta guerra, el dinero no va a volver nunca a ser como era". Con esta frase, Zoltan Pozsar, director de estrategia de tipos de interés de corto plazo en Credit Suisse, termina su último informe, un documento titulado "Bretton Woods III", en el que el experto argumenta que, con la guerra de Ucrania, acaba de comenzar un nuevo orden monetario en el mundo
El 'Breton Woods' del siglo XXI: un nuevo orden monetario basado en materias primas
Comparación de Bretton Woods I, II y III
| Característica | Bretton Woods I (1944–1971) | Bretton Woods II (1971–2020 aprox.) | Bretton Woods III (emergente) |
|---|---|---|---|
| Base del sistema | Dólar ligado al oro (35 USD/onza) | Dólar como moneda de reserva global, sin respaldo en oro | Materias primas (energía, metales, alimentos) y activos digitales como respaldo implícito |
| Rol del dólar | Moneda ancla, convertible en oro | Moneda hegemónica en comercio, reservas y deuda | Sigue siendo importante, pero pierde centralidad frente a monedas locales y acuerdos bilaterales |
| Instituciones clave | FMI, Banco Mundial (creados en 1944) | FMI y Banco Mundial dominados por EE. UU. | Nuevas instituciones regionales (BRICS Bank, AIIB, etc.) y monedas digitales de bancos centrales |
| Geopolítica | Liderazgo absoluto de EE. UU. tras la Segunda Guerra Mundial | Globalización bajo hegemonía estadounidense | Multipolaridad: China, Rusia, India, Medio Oriente y otros desafían el orden unipolar |
| Colateral / respaldo | Oro físico | Confianza en la economía y deuda de EE. UU. | Recursos naturales estratégicos y tecnologías financieras |
| Dinámica del comercio | Reconstrucción de posguerra, comercio regulado | Expansión global, cadenas de suministro internacionales | Fragmentación, regionalización y “friend-shoring” (comercio entre aliados) |
| Riesgos / tensiones | Rigidez del patrón oro | Déficits crecientes de EE. UU., crisis de deuda emergente | Volatilidad energética, sanciones financieras, competencia tecnológica |
📌 Clave de lectura
Bretton Woods I: estabilidad basada en el oro.
Bretton Woods II: hegemonía del dólar y globalización.
Bretton Woods III: transición hacia un sistema multipolar, híbrido y más fragmentado, donde las materias primas y la tecnología digital juegan un papel central
El término Bretton Woods III ha entrado en las conversaciones entre economistas y tecnólogos para describir un cambio emergente en el orden financiero global. El marco original de Bretton Woods (mediados del siglo XX) estableció la hegemonía del dólar estadounidense al vincular las monedas al dólar (y el dólar al oro), mientras que Bretton Woods II (posterior a 1971) evolucionó hacia un sistema centrado en el dólar fiduciario tras la eliminación de la vinculación al oro. Hoy, en medio de las divisiones geopolíticas y la rápida innovación en tecnología financiera, se está gestando un nuevo paradigma, uno que podría caracterizarse por monedas digitales descentralizadas, reservas multipolares y una reinvención de cómo se almacena e intercambia el valor a nivel global. Este "nuevo orden económico mundial" plantea una mezcla de lo antiguo y lo nuevo: algunos lo ven como un retorno al dinero respaldado por materias primas (oro, materias primas, etc.), otros como el auge de las criptomonedas y las finanzas descentralizadas (DeFi) como alternativas a las instituciones tradicionales, o una combinación de ambas. En este informe, exploramos el caso de Bretton Woods III, centrándonos en la dimensión basada en las criptomonedas de este cambio de paradigma, al tiempo que examinamos críticamente los riesgos, los desafíos y la dinámica geopolítica en juego.
El término Bretton Woods III ha entrado en las conversaciones entre economistas y tecnólogos para describir un cambio emergente en el orden financiero global. El marco original de Bretton Woods (mediados del siglo XX) estableció la hegemonía del dólar estadounidense al vincular las monedas al dólar (y el dólar al oro), mientras que Bretton Woods II (posterior a 1971) evolucionó hacia un sistema centrado en el dólar fiduciario tras la eliminación de la vinculación al oro. Hoy, en medio de las divisiones geopolíticas y la rápida innovación en tecnología financiera, se está gestando un nuevo paradigma, uno que podría caracterizarse por monedas digitales descentralizadas, reservas multipolares y una reinvención de cómo se almacena e intercambia el valor a nivel global. Este "nuevo orden económico mundial" plantea una mezcla de lo antiguo y lo nuevo: algunos lo ven como un retorno al dinero respaldado por materias primas (oro, materias primas, etc.), otros como el auge de las criptomonedas y las finanzas descentralizadas (DeFi) como alternativas a las instituciones tradicionales, o una combinación de ambas. En este informe, exploramos el caso de Bretton Woods III, centrándonos en la dimensión basada en las criptomonedas de este cambio de paradigma, al tiempo que examinamos críticamente los riesgos, los desafíos y la dinámica geopolítica en juego.
De Bretton Woods I y II a Bretton Woods III
Bretton Woods I (1944-1971): Tras la Segunda Guerra Mundial, los líderes mundiales establecieron el sistema de Bretton Woods para fomentar la estabilidad. El dólar estadounidense se fijó al oro a 35 dólares por onza, y otras monedas también lo fueron. Esto convirtió al dólar en un activo prácticamente equivalente al oro y en la columna vertebral del comercio internacional. El acuerdo creó un período de estabilidad, pero con el tiempo se vio sometido a tensiones a medida que las reservas de oro estadounidenses menguaban. En 1971, el presidente Nixon puso fin a la convertibilidad del dólar al oro, lo que provocó el colapso de Bretton Woods I.
Bretton Woods II (década de 1970-presente): Después de 1971, las monedas flotaban libremente. El dólar estadounidense siguió siendo dominante, pero ahora como moneda fiduciaria pura, respaldada por la fortaleza de la economía estadounidense y la plena confianza y crédito del gobierno. Esta era se ha caracterizado por el estatus del dólar como principal moneda de reserva, a menudo denominada "dinero interno" porque está respaldada por el crédito del gobierno y del banco central en lugar de ser un activo tangible. Bretton Woods II ha apuntalado la globalización, con el dólar utilizado en la mayor parte del comercio, la deuda y las reservas. Sin embargo, también ha presenciado problemas recurrentes: los mercados emergentes acumulan grandes reservas de dólares (desequilibrios globales), crisis financieras periódicas y quejas de que el sistema favorece a EE. UU. (que puede incurrir en déficits con menos penalizaciones inmediatas debido a la demanda global de dólares).
Hacia Bretton Woods III
El concepto de Bretton Woods III ganó popularidad a través de los escritos de Zoltan Pozsar (anteriormente de Credit Suisse) en 2022. Pozsar argumentó que estamos presenciando el nacimiento de un nuevo orden centrado en el "dinero externo" (activos duros y materias primas), particularmente impulsado por economías orientales como China y Rusia. En su opinión, las sanciones occidentales (como las impuestas a Rusia en 2022) y la pérdida de confianza en los bonos del Tesoro estadounidense (que, según señaló, conllevan "riesgos de confiscación imposibles de cubrir" en ciertos escenarios) están impulsando a los países a considerar alternativas. Imagina un sistema en el que el oro y las monedas respaldadas por materias primas ganen prominencia, el renminbi chino (yuan) quizás respaldado por una cesta de materias primas y, en general, un mundo menos dependiente del dólar estadounidense. Como dijo Pozsar: "Después de que termine esta guerra, el 'dinero' nunca volverá a ser el mismo... y Bitcoin (si todavía existe entonces) probablemente se beneficiará de todo esto". Esto implica que incluso Bitcoin , como materia prima digital descentralizada, podría desempeñar un papel junto con los activos duros tradicionales en el nuevo régimen.
Es importante destacar que Bretton Woods III es un concepto vagamente definido; distintos pensadores enfatizan distintos aspectos. Algunos destacan el enfoque de las materias primas (un retroceso del dinero fiduciario puro a monedas respaldadas por activos). Otros se centran en la descentralización y las monedas digitales : esencialmente, un orden financiero no orquestado por un puñado de estados, sino que surge de la adopción colectiva de monedas y redes financieras basadas en blockchain. En este artículo, exploramos este último enfoque: la posibilidad de que la proliferación de criptomonedas, monedas estables y protocolos DeFi —en gran medida descentralizados y sin fronteras— esté transformando el orden económico mundial de una manera que podría ser tan transformadora como los acuerdos de Bretton Woods del siglo XX.
El auge de las finanzas descentralizadas y las monedas digitales
Uno de los avances más significativos de la última década ha sido el auge de las monedas digitales descentralizadas , en particular Bitcoin, Ethereum y otras criptomonedas, y todo un ecosistema de servicios financieros basado en blockchain (denominado Finanzas Descentralizadas o DeFi). Estas innovaciones crean la posibilidad de un sistema financiero global que opera al margen del control de los bancos centrales e instituciones tradicionales. Esta sección examina cómo estas tecnologías están sentando las bases para un nuevo orden:
- Adopción global de criptomonedas: El uso de las criptomonedas ha pasado de ser un pasatiempo de nicho a un fenómeno generalizado. Datos recientes muestran que su adopción es verdaderamente global, y los países en desarrollo suelen liderar su uso popular. Según Chainalysis, los principales países en su Índice Global de Adopción de Criptomonedas de 2023 fueron India , Nigeria y Vietnam , seguidos de Estados Unidos y Ucrania. Este índice pondera la adopción según el uso de criptomonedas por parte de la gente común (no solo de los grandes inversores). Es revelador que los países de ingresos bajos y medios predominen, lo que refleja las necesidades reales que impulsan el uso de las criptomonedas. De hecho, incluso después del desplome del mercado de criptomonedas en 2022, los países de ingresos medios-bajos experimentaron una fuerte recuperación en su uso y, en conjunto, su adopción de criptomonedas en 2023 se mantuvo por encima de la de 2020 (antes del mercado alcista). Estos países, que incluyen India, Nigeria, Ucrania, Vietnam, Filipinas, etc., representan el 40 % de la población mundial, lo que indica que una parte sustancial de la humanidad encuentra utilidad en las criptomonedas. En cambio, los países con mayores ingresos experimentaron una caída mayor después de 2021, a medida que se enfrió el fervor especulativo. Esta dicotomía sugiere que, en lugares donde los sistemas fiduciarios son menos fiables, la propuesta de valor de las criptomonedas como alternativa sigue siendo atractiva incluso cuando pasan los ciclos de euforia.
- Casos de uso en mercados emergentes: Las fuerzas impulsoras detrás de la adopción de criptomonedas a menudo se vinculan directamente con los desafíos económicos. En países como Turquía y Argentina, con una inflación crónicamente alta y estrictos controles de capital, grandes segmentos de la población han recurrido a las criptomonedas como un salvavidas financiero . Los datos de una encuesta de 2023 mostraron que el 27,1% de los turcos y el 23,5% de los argentinos poseían criptomonedas, frente a un promedio mundial del 11,9% . Esto convierte a Turquía y Argentina en líderes mundiales en posesión de criptomonedas per cápita, una estadística sorprendente basada en la necesidad. Sus monedas nacionales (la lira y el peso) han estado perdiendo valor a un ritmo alarmante (la inflación de Turquía alcanzó aproximadamente el 50% y la de Argentina superó el 100% a principios de 2023). Ante el colapso de la moneda, las personas buscan refugio en activos que sus gobiernos no pueden inflar a voluntad. Muchos han optado por monedas estables vinculadas al dólar estadounidense como USDT (Tether) y USDC, que son criptomonedas diseñadas para mantener un valor de 1:1 con el dólar estadounidense. En esencia, se trata de dólares digitales accesibles para cualquier persona con un teléfono, lo que proporciona una cobertura contra la depreciación de la moneda local y una forma de mantener el valor en dólares incluso si el banco restringe el acceso a la moneda. En Argentina y Turquía, la demanda de monedas estables se ha disparado cada vez que aumenta el pánico económico local. Este fenómeno, a veces llamado "criptoización", ilustra cómo el dinero digital descentralizado puede sustituir al dinero tradicional en crisis. Se trata de un impulso ascendente hacia un nuevo orden: las personas eligen una moneda digital global (la moneda estable, a menudo gestionada por un emisor privado) en lugar de una moneda nacional que se considera fallida.
- Bitcoin como oro digital: Si bien las monedas estables abordan la necesidad de una reserva estable de valor, Bitcoin cumple una función diferente: un activo no soberano con un suministro fijo, a menudo comparado con el oro digital . El atractivo de Bitcoin en el contexto de Bretton Woods III radica en que no es responsabilidad de nadie y ningún país puede devaluarlo. En teoría, podría actuar como un activo de reserva o ancla en un nuevo sistema (tal como lo hizo el oro bajo Bretton Woods I). De hecho, ya vemos indicios de esto: algunos inversores e incluso algunos gobiernos (El Salvador, por ejemplo) han agregado Bitcoin a sus tenencias como cobertura contra el sistema del dólar. Pozsar mencionó explícitamente que Bitcoin podría beneficiarse a medida que el mundo reconsidera las reservas. A medida que disminuye la confianza en los gobiernos y las monedas fiduciarias, activos como Bitcoin ganan atractivo. Sin embargo, la volatilidad de Bitcoin actualmente lo limita como una reserva primaria; es más un complemento o especulación. Aun así, en situaciones de crisis (por ejemplo, durante las semanas iniciales de la guerra entre Rusia y Ucrania o ciertas quiebras bancarias), el precio y el uso de Bitcoin se dispararon, lo que sugiere que la gente lo ve como una protección contra la catástrofe .
- Finanzas Descentralizadas (DeFi): Más allá de las monedas, el movimiento DeFi ha recreado los servicios financieros en redes blockchain. Ahora existen plataformas donde los usuarios pueden prestar y pedir prestado criptomonedas sin bancos, intercambiar activos en plataformas de intercambio descentralizadas sin intermediarios e incluso adquirir cobertura similar a un seguro mediante contratos inteligentes. A mediados de 2021, en pleno auge, el valor total bloqueado (TVL) en los protocolos DeFi superó los 100 000 millones de dólares, lo que indica un capital significativo invertido en estas alternativas. DeFi representa una arquitectura financiera alternativa que, de madurar, podría funcionar en paralelo o sustituir partes del sistema bancario tradicional. No requiere permisos (cualquier persona a nivel mundial puede participar con acceso a internet) y funciona 24/7. Sus defensores argumentan que esto podría constituir la columna vertebral de un sistema financiero global descentralizado en un escenario de Bretton Woods III, donde el código, en lugar de los bancos centrales, ejecuta las reglas financieras. Ya vemos ejemplos a pequeña escala: empresas en algunos países están empezando a usar préstamos de monedas estables o programas de rendimiento de DeFi para gestionar su tesorería, y personas aisladas de los bancos (por ejemplo, en regiones sancionadas) utilizan plataformas de intercambio de criptomonedas y DeFi para acceder a los mercados globales. Si bien aún es un nicho, el crecimiento de DeFi indica cómo una orden basada en criptomonedas podría gestionar funciones como el crédito, el comercio y el ahorro sin los guardianes tradicionales.
- Impulso de las bases frente a las instituciones: Cabe destacar que la adopción de criptomonedas ha sido impulsada por dos bandos muy diferentes. Por un lado, están los usuarios de base (a menudo en mercados emergentes, como se mencionó) que utilizan las criptomonedas para necesidades prácticas. Por otro lado, están los actores institucionales (bancos, fondos de cobertura, corporaciones) en economías avanzadas que exploran las criptomonedas como inversión o activo estratégico. Curiosamente, incluso durante el "invierno criptográfico" de 2022-2023, el interés institucional no desapareció. A finales de 2023, se observaron indicios de un renovado compromiso institucional : solicitudes de ETF de Bitcoin en EE. UU., importantes gestoras de activos como BlackRock y Fidelity que se están moviendo para ofrecer productos criptográficos y un aumento de la inversión de riesgo en infraestructura blockchain. Forbes informó que la adopción institucional continuó ganando impulso a pesar del mercado bajista. Esto sugiere que la aceptación de las criptomonedas , desde arriba hacia abajo, está aumentando gradualmente junto con la adopción desde abajo hacia arriba . Si ambas tendencias se mantienen, las criptomonedas podrían integrarse en el tejido del sistema financiero global desde ambos extremos: minorista y mayorista. En un futuro Bretton Woods III, tal vez no solo haya individuos realizando transacciones con Bitcoin o monedas estables, sino también bancos y gobiernos teniéndolas o usándolas tras bastidores
En resumen, el auge de las monedas digitales descentralizadas está creando canales financieros paralelos que eluden las instituciones de Bretton Woods II. Ya sea un comerciante argentino que usa USDT para proteger sus ingresos de la inflación, un trabajador autónomo nigeriano que recibe Bitcoin como pago debido a las restricciones de la banca local, o un banco multinacional que liquida una transacción mediante una red blockchain privada, estos son indicios tempranos de cómo podría funcionar un Bretton Woods III (edición cripto). El valor fluye cada vez más fuera del sistema tradicional. Las preguntas clave son: ¿crecerán estos canales alternativos hasta el punto de rivalizar significativamente con el sistema tradicional, y qué riesgos o desafíos podrían obstaculizarlos? Abordaremos estos temas a continuación.
Oportunidades y factores impulsores de un nuevo orden
¿Por qué podría consolidarse un Bretton Woods III, basado en activos descentralizados y digitales ?
Varios factores convergentes están impulsando al mundo a reconsiderar el statu quo:
- Erosionando la confianza en el sistema dólar-céntrico: El orden de Bretton Woods II se ha sustentado en la confianza en el dólar estadounidense y los bonos del Tesoro estadounidense. Sin embargo, los acontecimientos recientes han dado a algunos países razones para cuestionar ese acuerdo. El uso del dólar y del sistema bancario occidental como herramienta de sanciones (por ejemplo, la congelación de los activos del banco central ruso en 2022) envió un mensaje claro: las reservas internacionales no están al margen de la política . Las potencias rivales, como China y Rusia, ahora están más motivadas a diversificar sus inversiones para evitar vulnerabilidades similares. Esto se evidencia en los cambios en la composición de las reservas: a finales de 2024, el dólar representaba aproximadamente el 58 % de las reservas mundiales de divisas, frente al 65 % de una década antes . Si bien el dólar sigue siendo dominante, esa proporción es la más baja en más de 25 años y la tendencia es a la baja. Mientras tanto, activos "neutrales" como el oro han registrado compras récord por parte de los bancos centrales (en 2022, compraron más oro que en cualquier año desde 1967), y se habla cada vez más de fijar el precio de las materias primas en monedas alternativas. Todo esto sugiere la búsqueda de un nuevo punto de apoyo. Los criptoactivos, especialmente Bitcoin, entran en esta narrativa como activos apolíticos . A diferencia del oro, Bitcoin es fácilmente transable y, a diferencia del dólar, es inmune a las sanciones o la inflación de cualquier nación. Algunos analistas argumentan que si aumenta la desconfianza en el dólar, Bitcoin se beneficiará como "oro digital" que los países o las personas pueden usar como cobertura (de hecho, la tesis de Pozsar incluía que Bitcoin se beneficiaría de una transición hacia una moneda externa). Incluso las monedas estables podrían desempeñar un papel en este caso: las monedas estables respaldadas por dólares siguen siendo dólares, pero su existencia fuera del control directo de EE. UU. (circulando en cadenas de bloques) podría resultar atractiva para quienes desconfían de tener fondos en bancos occidentales. Irónicamente, esto amplía la influencia del dólar (más sobre esto en la sección sobre CBDC), pero también ofrece a los usuarios una vía de escape del sistema bancario tradicional.
- Maduración tecnológica: La tecnología subyacente a las criptomonedas y las DeFi ha avanzado significativamente. La escalabilidad y la eficiencia, si bien representan desafíos, se están abordando activamente mediante nuevas redes (por ejemplo, la transición de Ethereum a soluciones de prueba de participación y escalado de capa 2, o cadenas de bloques alternativas como Solana, que ofrecen un mayor rendimiento). La experiencia del usuario, aunque aún compleja para muchos, está mejorando con mejores billeteras e integraciones. Fundamentalmente, la interoperabilidad entre las criptomonedas y las finanzas tradicionales se está profundizando: las monedas estables sirven como moneda puente, las plataformas de intercambio de criptomonedas y las aplicaciones fintech ofrecen vías de acceso más intuitivas, e incluso gigantes de los pagos (Visa, Mastercard) se están asociando con empresas de criptomonedas. A medida que la tecnología mejora, las barreras prácticas para el uso de criptomonedas a gran escala disminuyen. Si enviar una moneda estable se vuelve tan fácil como enviar un correo electrónico (en algunos casos casi lo es, con las aplicaciones móviles), entonces el atractivo de una red financiera descentralizada crece. En Bretton Woods I y II, la tecnología limitó la organización de los sistemas monetarios (basándose en telégrafos, luego en las primeras computadoras, con un sistema centralizado de registros). En contraste, la tecnología blockchain actual permite un libro de contabilidad distribuido accesible globalmente en tiempo real, algo sin precedentes. Esta capacidad es un factor fundamental que hace viable un orden mundial descentralizado de una forma que antes no lo era. Algunos economistas han establecido paralelismos con la idea de Keynes de una moneda global supranacional (el "Bancor" ), propuesta en 1944. Si bien no prosperó entonces, ahora la idea de una moneda digital no nacional utilizada para pagos internacionales es técnicamente mucho más viable.
- Inclusión financiera y necesidades de los mercados emergentes: Alrededor de 1.400 millones de adultos siguen sin acceso a servicios bancarios en todo el mundo. La infraestructura bancaria tradicional no ha logrado llegar ni atender a muchas de las personas más pobres del mundo. Las criptomonedas ofrecen una gran oportunidad: cualquier persona con un teléfono inteligente puede tener una billetera de criptomonedas y participar en el comercio. Esto ya está sucediendo, desde comunidades rurales de África que utilizan billeteras móviles de criptomonedas para enviar remesas hasta pequeñas empresas del sudeste asiático que acceden a préstamos a través de plataformas de criptomonedas. En países con monedas volátiles, las criptomonedas proporcionan una unidad estable (a menudo el dólar estadounidense a través de criptomonedas estables) para el comercio diario. Por ejemplo, durante el colapso económico de Venezuela, muchos comerciantes y particulares comenzaron a cotizar precios en dólares y a aceptar pagos con criptomonedas. La capacidad de las criptomonedas para facilitar las remesas a un menor costo también es un factor clave (las remesas a países de ingresos bajos y medios ascendieron a aproximadamente 626.000 millones de dólares en 2022, actualmente con comisiones elevadas en los canales tradicionales). Bitcoin y las criptomonedas estables se han utilizado para enviar dinero a través de fronteras en minutos, por una fracción del costo de las transferencias bancarias o Western Union. La decisión de El Salvador de adoptar Bitcoin en 2021 se basó, en parte, en capitalizar esto: el presidente Bukele argumentó que el uso de Bitcoin y la Red Lightning podría ahorrarles a los salvadoreños millones en comisiones por remesas. (En la práctica, los resultados han sido dispares: la adopción de Bitcoin para las remesas en El Salvador ha sido baja, con solo aproximadamente el 1 % de las remesas enviadas en BTC en 2023, pero la visión de remesas directas y más económicas sigue siendo convincente). En un escenario de Bretton Woods III centrado en la inclusión, se podría imaginar un mundo donde un agricultor en Kenia, un comerciante en Bangladesh y un conductor de Uber en Argentina operan en un ecosistema global de monedas digitales (quizás utilizando diferentes aplicaciones de interfaz, pero interoperables en el backend), integrando así a miles de millones de nuevos participantes a la economía global formal. Esta inclusión ascendente es un fuerte impulsor positivo: un nuevo sistema puede incorporar a quienes quedaron excluidos por Bretton Woods II.
- Alineación de intereses en algunas áreas: Curiosamente, hay aspectos de un orden basado en criptomonedas que alinean intereses opuestos. Por ejemplo, las personas buscan privacidad y control sobre su dinero, mientras que los gobiernos (como el de EE. UU.) buscan ampliar su influencia monetaria. Una moneda estable en dólares estadounidenses puede satisfacer ambas necesidades: los usuarios obtienen una moneda estable más accesible y, a veces, más privada que una cuenta bancaria, y EE. UU. podría ver cómo el dólar se expande aún más a medida que estos dólares digitales circulan globalmente. (Veremos más adelante que los legisladores estadounidenses están considerando cómo las monedas estables podrían reforzar el dominio del dólar). De igual manera, las empresas tecnológicas y las instituciones financieras están interesadas en nuevos mercados y productos; las criptomonedas ofrecen ambas cosas, impulsando la inversión en el sector por parte de los actores principales. Esta creciente participación de las empresas tradicionales en las criptomonedas podría generar un impulso político-económico a favor de un sistema más híbrido en lugar de uno puramente estandarizado. Por ejemplo, si las grandes empresas de pagos obtienen ingresos significativos de las redes de criptomonedas, podrían presionar para que se implementen regulaciones que legitimen las criptomonedas en lugar de prohibirlas. Esto contrasta, por ejemplo, con períodos anteriores, donde las únicas entidades que impulsaban las monedas alternativas eran grupos marginales. Ahora hay grandes corporaciones, inversores e incluso gobiernos municipales (como Miami o Dubái, que promueven las criptomonedas) involucrados. Esta alineación puede impulsar el cambio.
- Presiones macroeconómicas: La era posterior a 2008 se ha caracterizado por tasas de interés históricamente bajas, flexibilización cuantitativa y elevadas deudas soberanas. Algunos argumentan que el sistema basado en monedas fiduciarias está llegando a sus límites, lo que se manifiesta en picos de inflación (como en 2021-22) y burbujas de activos. Las criptomonedas surgieron en 2009 precisamente como reacción a las fallas percibidas en el sistema tradicional (el bloque génesis de Bitcoin contiene una famosa referencia a los rescates bancarios). Si la confianza en la capacidad de los bancos centrales para gestionar la economía flaqueara (por ejemplo, si la inflación se mantuviera persistentemente alta o si se produjera una crisis monetaria importante), el atractivo de las alternativas se dispararía. El argumento de Bretton Woods III a menudo se basa en la idea de que Bretton Woods II (moneda fiduciaria de libre flotación) es inherentemente inestable a largo plazo; los críticos señalan las crisis recurrentes y el aumento de las desigualdades. En cambio, un sistema descentralizado, en principio, no puede inflar tus ahorros sin consenso (Bitcoin tiene un suministro fijo, los protocolos DeFi son transparentes, etc.). Este atractivo de la moneda sólida resuena en muchos, desde personas con inclinaciones libertarias en Occidente hasta ciudadanos de países con bancos centrales disfuncionales. Si la inestabilidad económica del sistema tradicional se profundiza, podría catalizar una transición más rápida hacia nuevos sistemas.
En resumen, el impulso hacia un nuevo orden surge tanto de motivaciones negativas (desconfianza, insatisfacción con el sistema actual) como de innovaciones positivas (nuevas tecnologías que permiten mejores soluciones). Las finanzas descentralizadas, las criptomonedas y los activos digitales son la base de este impulso, con la promesa de un sistema financiero más distribuido, que empodere al usuario y posiblemente más justo. Sin embargo, obtener estos beneficios depende de afrontar importantes riesgos y desafíos, que analizaremos a continuación
Riesgos y desafíos en un Bretton Woods III descentralizado
Un sistema financiero global descentralizado o basado en criptomonedas no está exento de vulnerabilidades significativas. De hecho, muchos escépticos argumentan que estos desafíos podrían impedir que desplace por completo al sistema actual. Esta sección describe los principales riesgos y obstáculos:
- Amenazas a la Ciberseguridad: En un sistema monetario digital descentralizado, el código es ley , lo que significa que la integridad del sistema se basa en el software y la criptografía, más que en instituciones de confianza. Esto hace que la ciberseguridad sea primordial. Desafortunadamente, la historia reciente ofrece muchas advertencias. 2022 fue el año más grande registrado en piratería de criptomonedas, con 3.800 millones de dólares robados , principalmente de protocolos DeFi. Los hackers, incluidos grupos patrocinados por estados (como el Grupo Lazarus de Corea del Norte), han explotado vulnerabilidades en contratos inteligentes, protocolos puente que conectan cadenas de bloques y la seguridad de los intercambios. A diferencia del sistema tradicional, donde los bancos suelen reembolsar el fraude o los gobiernos aseguran los depósitos, en el cripto las pérdidas suelen recaer completamente sobre los usuarios. Un solo ataque a un protocolo puede tener efectos en cascada: por ejemplo, si una stablecoin o una plataforma de préstamos popular se ve comprometida, podría desatar el pánico y afectar a otros activos interconectados (similar a una corrida bancaria, pero potencialmente a la velocidad de internet). Los errores en los contratos inteligentes representan un riesgo particular: estos programas son difíciles de modificar una vez implementados, y si los atacantes encuentran una falla, pueden drenar los fondos antes de que nadie pueda reaccionar. Además, los usuarios individuales se enfrentan a riesgos de phishing, malware y robo de claves. En Bitcoin no existe una línea directa para solicitar un restablecimiento de contraseña; si te roban las claves privadas, tu dinero desaparece. Para que un sistema de Bretton Woods III basado en criptomonedas sea sostenible, necesitará soluciones robustas para estas amenazas: una mejor auditoría del código, mecanismos de seguro, prácticas de seguridad multicapa y, quizás, la integración de algunas capas de confianza y verificación (como una gobernanza que pueda pausar un contrato si se detecta una vulnerabilidad). Hasta entonces, acecha el espectro de un ciberataque financiero masivo ; por ejemplo, imaginemos un ataque informático coordinado que robe una gran parte de las reservas de una importante moneda estable o paralice una cadena de bloques ampliamente utilizada. Un evento de este tipo podría socavar gravemente la confianza en toda la iniciativa.
- Inestabilidad financiera y volatilidad: Los mercados de criptomonedas descentralizados han demostrado ser extremadamente volátiles y, en ocasiones, inestables . Bitcoin ha experimentado múltiples caídas de más del 50% en cuestión de meses. Las monedas más pequeñas pueden llegar a cero. En 2022, un evento significativo fue el colapso de TerraUSD (UST) , una moneda estable algorítmica, que pasó de una capitalización de mercado de $18 mil millones a prácticamente cero, lo que provocó un colapso más amplio del mercado de criptomonedas. Las plataformas DeFi que tenían exposición a UST o a su token hermano LUNA sufrieron enormes pérdidas. Esto demostró lo frágiles que pueden ser los mecanismos de estabilidad en las criptomonedas ; en ese caso, una dinámica de corrida que el algoritmo no pudo manejar. En términos más generales, el ecosistema de criptomonedas en 2022 experimentó una cascada de fracasos: los fondos de cobertura (Three Arrows Capital) quebraron, las plataformas de préstamos (Celsius, Voyager) colapsaron y una importante plataforma de intercambio (FTX) implosionó debido al fraude y la mala gestión. Estos incidentes expusieron el apalancamiento, los desajustes de vencimientos y los efectos de contagio inquietantemente similares a las crisis financieras tradicionales. La diferencia radica en que en el ámbito de las criptomonedas no existe un banco central ni un regulador que intervenga como prestamista de última instancia o que detenga las operaciones para calmar el pánico. Las DeFi heredan y pueden amplificar las vulnerabilidades financieras tradicionales . Por ejemplo, la liquidación automática de préstamos mediante contratos inteligentes puede provocar ventas forzosas si los precios se desploman, agravando así una crisis. En 2022, muchas plataformas de préstamos DeFi experimentaron este efecto: los préstamos garantizados por criptomonedas se liquidaron automáticamente a medida que los precios caían, lo que los presionó aún más a la baja en un ciclo de retroalimentación. Hasta ahora, la contención de estas crisis de criptomonedas dentro del ámbito de las criptomonedas ha sido afortunada (no representaron un riesgo sistémico para el sistema financiero en general, en parte porque el tamaño de las criptomonedas en relación con las finanzas globales aún es pequeño). Pero si imaginamos un futuro donde las criptomonedas/DeFi sean la columna vertebral de un nuevo orden global, dicha volatilidad e inestabilidad es una preocupación importante. Mitigarla podría requerir la introducción de interruptores automáticos, mejores protocolos de gestión de riesgos o incluso algún tipo de seguro descentralizado o fondo de respaldo. Sin embargo, cada uno de estos empieza a asemejarse a la supervisión tradicional a la que los puristas de las criptomonedas suelen resistirse. Este es un verdadero enigma: ¿puede un sistema descentralizado lograr una estabilidad comparable a la del sistema actual (que, si bien no es perfecto, cuenta con mecanismos de prestamista de última instancia y décadas de marcos regulatorios para amortiguar las perturbaciones)? Mientras no se demuestre, este seguirá siendo un desafío clave.
- Fragmentación Regulatoria y Desafíos para la Aplicación: El panorama regulatorio global para las criptomonedas es, en la actualidad, un mosaico de enfoques diferentes, y esta fragmentación representa un riesgo para cualquier adopción fluida de un nuevo orden. Algunas economías importantes tienen prohibiciones estrictas (por ejemplo, China prohibió el comercio y la minería de criptomonedas en 2021, eliminándolas en gran medida de su economía convencional), mientras que otras han sido más permisivas o incluso alentadoras (por ejemplo, El Salvador adoptó Bitcoin como moneda de curso legal, o Hong Kong en 2023 abrió el comercio minorista de criptomonedas bajo licencia). La Unión Europea aprobó una regulación integral de criptomonedas (MiCA) en 2023 para crear normas unificadas dentro de Europa, mientras que Estados Unidos ha adoptado un enfoque más cauteloso y caso por caso, utilizando las leyes existentes sobre valores y materias primas para reprimir a los actores ilícitos o que no cumplen con las normas, pero sin aprobar aún una nueva legislación integral. Esta inconsistencia significa que un sistema descentralizado se enfrenta a posibles impactos legales: las políticas de una jurisdicción podrían entrar en conflicto con las de otra. Por ejemplo, si un país considera ilegal una determinada stablecoin y obliga a realizar reembolsos, mientras que otro la utiliza como moneda clave, los mercados podrían verse afectados. Esto también conduce al arbitraje regulatorio : las empresas de criptomonedas acuden en masa a jurisdicciones favorables (como las plataformas de intercambio que se trasladan a Bahamas o Malta), lo que puede socavar las normas. La aplicación de la normativa es inherentemente complicada cuando se trata de redes descentralizadas que trascienden fronteras. ¿Cómo se aplican las normas KYC/AML (Conozca a su cliente/Antilavado de dinero) en un protocolo sin un operador central? ¿Cómo se gravan las transacciones que pueden realizarse de forma seudónima a través de las fronteras? Las autoridades ya se enfrentan a estas cuestiones. El Consejo de Estabilidad Financiera (FSB) y otros organismos mundiales han reconocido que el incumplimiento en partes del sector de las criptomonedas está exacerbando los riesgos y han pedido esfuerzos coordinados para subsanar las deficiencias regulatorias. A finales de 2023, el FMI y el G20 presentaron una hoja de ruta para la regulación global de las criptomonedas con el fin de evitar que los criptoactivos socaven la estabilidad financiera . Sin embargo, lograr una coordinación global (una especie de «conferencia de Bretton Woods» para las criptomonedas, por así decirlo) es un desafío, dados los diferentes intereses nacionales. Sin cierta armonización regulatoria, un sistema global descentralizado podría verse obstaculizado por las normas más restrictivas o permanecer balcanizado, lo que limitaría su eficacia como sistema verdaderamente global .
- Obstáculos para la Integración Global e Interoperabilidad: Incluso ignorando la regulación gubernamental, el propio ecosistema descentralizado se enfrenta a una fragmentación interna. Existen docenas de cadenas de bloques independientes, miles de tokens, muy lejos de la simplicidad pulcra (aunque ocasionalmente hegemónica) de una moneda de reserva global. La interoperabilidad entre estas redes aún se encuentra en sus primeras etapas. Los proyectos conocidos como puentes entre cadenas intentan conectar activos de una cadena a otra, pero a menudo han demostrado ser inseguros (muchos de los hackeos más grandes fueron hackeos de puentes). Para que Bretton Woods III sea un orden económico cohesivo, necesita una plataforma dominante o una forma confiable de que el valor se mueva entre plataformas. Actualmente, la competencia entre redes (Ethereum vs. Binance Chain vs. otras, por no mencionar las posibles redes CBDC) podría conducir a un sistema fragmentado en lugar de uno unificado . Imaginemos un futuro donde China utiliza un sistema de yuanes digitales, Occidente usa un estándar de stablecoin y los puristas de las criptomonedas usan Bitcoin y DeFi. Si no se comunican entre sí, no hemos logrado un nuevo orden unificado, sino que simplemente hemos creado sistemas paralelos. Lograr la integración probablemente requeriría estándares técnicos comunes (para identidad, mensajería entre cadenas de bloques, etc.) y posiblemente protocolos paraguas para conectar diversas redes. Además, es necesario abordar la escalabilidad antes de que un sistema basado en criptomonedas pueda gestionar volúmenes globales de transacciones. Bitcoin y Ethereum procesan actualmente alrededor de 7 y 30 transacciones por segundo, respectivamente, en cadena, mientras que Visa gestiona aproximadamente 65.000 TPS en su punto máximo. Las soluciones de escalado (como Lightning Network para Bitcoin y rollups para Ethereum) están progresando, pero el uso a escala global (miles de millones de transacciones al día) es un desafío sin resolver. Sin una solución, un sistema descentralizado no podría asumir el control por completo o se centralizaría en unas pocas cadenas de alto rendimiento (lo que, si no se gestiona adecuadamente, podría socavar la descentralización). En la comunidad blockchain se está trabajando en la interoperabilidad y la escalabilidad , pero hasta que se implementen soluciones robustas y se prueben en acción, seguirán siendo factores de riesgo para la visión de un Bretton Woods III sin fisuras.
- Protección del consumidor e integridad del mercado: La naturaleza descentralizada de las criptomonedas implica que la advertencia al comprador ( caveat emptor ) suele ser la norma. Sin embargo, los sistemas financieros a gran escala suelen contar con niveles de protección para los participantes: seguro de depósitos, protección contra fraudes, requisitos de divulgación, etc. En el ámbito de las criptomonedas, los usuarios están directamente expuestos a riesgos: perder una clave privada implica perder fondos, enviar dinero a una dirección incorrecta es irreversible y una gran cantidad de estafas se aprovechan de los desinformados. En 2022, las transacciones ilícitas de criptomonedas alcanzaron un máximo histórico de más de 20 000 millones de dólares (esto incluye estafas, mercados de la darknet, ransomware, etc.), y el fraude y la manipulación siguen siendo prevalentes . Si las finanzas descentralizadas se convierten en la norma, ¿cómo protegemos a los consumidores y a las empresas de la explotación? Sin ciertas protecciones, la reacción política podría ser grave una vez que el público en general esté más expuesto; las estafas ya han afectado a millones de usuarios, lo que ha dado lugar a peticiones de una supervisión más estricta. Además, los problemas de integridad del mercado, como la manipulación de precios, son motivo de preocupación. En mercados de criptomonedas con escasa regulación, hemos visto esquemas de bombeo y descarga, operaciones de lavado (donde se reporta un volumen falso) y criptomonedas estables que plantean dudas sobre la transparencia de las reservas. Un sistema Bretton Woods III no puede permitirse construirse sobre un castillo de naipes en términos de confianza: si la gente cree que el sistema está manipulado o es opaco, no alcanzará legitimidad. Abordar esto podría requerir una combinación de pruebas criptográficas (por ejemplo, prueba de reservas para que los emisores de criptomonedas estables demuestren que están completamente respaldados) y supervisión regulatoria, incluso en un contexto descentralizado (quizás estándares impuestos por la comunidad o auditorías de terceros). Esta es otra área donde la ética criptográfica (privacidad, anonimato) podría entrar en conflicto con las demandas de responsabilidad y seguridad. Lograr un equilibrio será crucial para que un sistema descentralizado sea robusto y públicamente aceptable
En esencia, la descentralización es un arma de doble filo . Elimina algunos riesgos (como errores de política del banco central o instituciones de punto único de fallo) pero introduce otros (ataques, oscilaciones bruscas, falta de recurso). Los desafíos mencionados anteriormente son sustanciales. Los defensores de un Bretton Woods III descentralizado creen que estos pueden mitigarse mediante una mejor tecnología (por ejemplo, cifrado resistente a la cuántica, fondos de seguros descentralizados, mecanismos de gobernanza mejorados en los protocolos) y una regulación más inteligente que trabaje con la innovación en lugar de en contra de ella. De hecho, el informe de 2023 del FSB sobre DeFi subrayó la necesidad de monitorear las vulnerabilidades y llenar las brechas de datos, lo que implica que es posible una mejor supervisión sin deshacer por completo la descentralización. No obstante, hasta que el ecosistema cripto demuestre una resiliencia a la par con las finanzas tradicionales, el escepticismo persistirá. Cualquier transición a Bretton Woods III probablemente será gradual y cautelosa por esta razón: ningún país o gran institución querrá arriesgarse a un colapso sistémico. Por lo tanto, mientras tanto, es probable que veamos un enfoque híbrido: incorporación de tecnología descentralizada dentro de un marco que proporcione interruptores y garantías (por ejemplo, monedas estables reguladas que combinen la eficiencia de la cadena de bloques con salvaguardas como el respaldo de activos y la supervisión del emisor).
El papel de las monedas digitales de los bancos centrales (CBDC)
Ningún debate sobre un nuevo orden monetario digital está completo sin abordar las Monedas Digitales de los Bancos Centrales (CBDC) , esencialmente, monedas nacionales digitalizadas emitidas por los bancos centrales. Las CBDC pueden considerarse la respuesta del establishment al auge de las criptomonedas. Tienen el potencial de coexistir, complementar o competir con las criptomonedas descentralizadas y las monedas estables. El encaje de las CBDC en Bretton Woods III determinará significativamente el resultado. Analicemos la dinámica:
- ¿Qué es una CBDC? Es una forma digital de la moneda soberana de un país, emitida y respaldada por el banco central, que generalmente utiliza algunos elementos de la tecnología de registro distribuido (DLT), pero está totalmente regulada por las autoridades. Una CBDC se diferencia de las criptomonedas en que está centralizada (el banco central controla la oferta y el registro, incluso si la tecnología está inspirada en blockchain) y posee la estabilidad y el estatus legal de la moneda fiduciaria. Para 2025, alrededor de 130 países están explorando las CBDC en algún nivel, con un puñado de ellas ya en marcha (ejemplos: el "Sand Dollar" de Bahamas, "eNaira" de Nigeria, "DCash" del Caribe Oriental) y varios pilotos importantes ( el yuan digital chino o e-CNY es el más grande). Las motivaciones para las CBDC incluyen: mantener la relevancia del dinero del banco central en un futuro sin efectivo, mejorar la eficiencia del sistema de pagos, promover la inclusión financiera y contrarrestar la amenaza de las monedas digitales privadas o extranjeras.
- CBDC vs. Criptomonedas Descentralizadas: A primera vista, ambas son "monedas digitales", pero filosóficamente son casi opuestas. Las criptomonedas descentralizadas (como Bitcoin) no son responsabilidad de nadie, están limitadas por la oferta y no requieren permisos. Las CBDC son completamente responsabilidad del gobierno, la oferta se puede gestionar (la política inflacionaria o deflacionaria aún se aplica) y las transacciones podrían ser permisionadas (el banco central podría ver y/o controlar las transferencias). Esta tensión inherente implica una competencia potencial . Por ejemplo, tomemos las monedas estables (stablecoins) , que actualmente se utilizan para transacciones en dólares digitales a nivel mundial. Si la Reserva Federal de EE. UU. lanzara una CBDC de dólar digital disponible para todos, ¿sería necesario USDC o USDT? Algunos argumentan que sí: que las monedas estables privadas podrían innovar más rápido y atender nichos específicos, mientras que la CBDC sirve como infraestructura pública básica. Otros argumentan que una CBDC exitosa simplemente reemplazaría la demanda de monedas estables privadas para la mayoría de los usuarios, ya que la gente generalmente confía más en el banco central emisor (suponiendo que la privacidad y la usabilidad sean adecuadas). Un gran conflicto potencial es sobre la soberanía monetaria : los países podrían preocuparse de que si las personas adoptan monedas estables extranjeras o criptomonedas descentralizadas ampliamente, podría socavar el uso de la moneda local (un proceso llamado criptoización o dolarización a través de monedas estables ). Las CBDC son una herramienta para intentar reafirmar el control; por ejemplo, una rupia digital india para disuadir a los indios de usar USDT, o una eNaira nigeriana para ofrecer una alternativa a las monedas estables en dólares a las que recurrieron los nigerianos cuando el naira estaba débil. Sin embargo, hasta ahora la evidencia es mixta. La eNaira de Nigeria, lanzada en 2021, tuvo una adopción extremadamente baja (~0,5% de la población en el primer año) , mientras que los nigerianos continuaron usando criptomonedas (Nigeria tiene una de las tasas de adopción de criptomonedas más altas a nivel mundial). La circulación de la eNaira es <0,5% de la oferta monetaria, y para 2023 el 98,5% de las billeteras eNaira estaban inactivas , esencialmente un fracaso. Esto demuestra que una CBDC no supera automáticamente a las criptomonedas si no ofrece una clara ventaja. En cambio, el yuan digital chino tuvo más éxito inicialmente: a mediados de 2023, registró 950 millones de transacciones con 120 millones de billeteras abiertas , gracias a la sólida promoción gubernamental y su integración en aplicaciones de pago populares. Aun así, el e-CNY sigue representando una porción minúscula (aproximadamente el 0,16 %) del total de la moneda en circulación en China, y su uso se limita principalmente a ciertas ciudades y escenarios piloto.
- Coexistencia y complementariedad: Muchos expertos prevén un futuro donde las CBDC y las criptomonedas privadas coexistirán , cada una desempeñando funciones diferentes. Un estudio de McKinsey de 2021 postuló que "se pueden presentar argumentos sólidos para la coexistencia de las monedas estables y las CBDC", donde, por ejemplo, las monedas estables brindan servicios en DeFi y liquidez transfronteriza, mientras que las CBDC proporcionan liquidación digital sin riesgo para uso general. En tal escenario, se podría usar una CBDC para compras domésticas cotidianas (de forma similar al efectivo o una transferencia bancaria actual), pero usar una moneda estable o criptomoneda descentralizada para otros fines, tal vez para acceder a una plataforma de préstamos global o realizar transacciones en un país donde no se tiene una cuenta bancaria. La interoperabilidad entre ambos mundos será clave. Es concebible que las monedas estables reguladas se diseñen para ser totalmente interoperables con las CBDC: por ejemplo, un dólar digital emitido por la Reserva Federal podría mantenerse en reserva 1:1 por un emisor privado de monedas estables, que luego emite tokens en varias cadenas de bloques. De esta manera, la moneda estable se convierte en un portador de la CBDC en diferentes ecosistemas (de manera muy similar a como hoy algunas monedas estables están respaldadas efectivamente por letras del Tesoro, por lo que indirectamente “albergan” dinero del banco central en forma de criptomoneda
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- Conflictos potenciales: A pesar de la posible sinergia, también hay conflictos que observar . Uno es privacidad vs. control: Las personas que valoran las criptomonedas a menudo lo hacen por privacidad y resistencia a la censura; una CBDC, si está diseñada para la trazabilidad, podría no satisfacerlas. Por otro lado, los gobiernos pueden no estar cómodos con el anonimato y podrían imponer reglas que alejen a las personas de los sistemas descentralizados hacia CBDC más monitoreadas. Otro conflicto es la velocidad de innovación: la tecnología se mueve rápido en criptomonedas, mientras que los bancos centrales se mueven con cautela. Si las CBDC son demasiado lentas o carecen de funciones, los usuarios podrían preferir monedas estables ágiles (por ejemplo, una moneda estable que se integre en cada nueva aplicación DeFi frente a una CBDC con funcionalidad limitada). Los bancos centrales, para ganar usuarios, podrían necesitar incorporar cierta programabilidad (por ejemplo, permitiendo contratos inteligentes con CBDC), pero eso abre preguntas complejas sobre quién puede programar dinero. También hay un ángulo geopolítico: ¿qué CBDC obtienen aceptación internacional? El dólar domina hoy en día, por lo que un dólar digital podría reforzarlo, pero China podría impulsar el e-CNY en el extranjero (como lo ha hecho mediante acuerdos bilaterales y exhibiéndolo en eventos como los Juegos Olímpicos). La competencia entre infraestructuras de CBDC podría reflejar la competencia estratégica más amplia (similar a internets o estándares tecnológicos separados).
- Tendencias regulatorias y coordinación internacional: Actualmente, vemos enfoques divergentes entre las principales potencias. En Estados Unidos , se produjo un cambio político interesante para 2025: altos funcionarios y legisladores señalaron su oposición a una CBDC estadounidense minorista y, en cambio, expresaron su apoyo a las monedas estables reguladas. A principios de 2025, la Reserva Federal declaró que no estaba buscando un dólar digital a corto plazo, alineándose con un Congreso y una Administración que prefieren explícitamente el enfoque del sector privado hacia la moneda digital. Voces influyentes como el gobernador de la Reserva Federal, Christopher Waller, han dicho abiertamente que están a favor de las monedas estables en dólares porque estas "propagan el estatus del dólar" a nivel mundial, mientras que consideran innecesaria una CBDC emitida por la Reserva Federal. La lógica es que las monedas estables en dólares pueden tener influencia estadounidense de manera informal : cada USDT en circulación es esencialmente otro dólar más, a menudo utilizado en mercados donde Estados Unidos podría querer que el dólar penetre. Además, las propuestas estadounidenses han discutido exigir a los emisores de monedas estables que mantengan reservas de alta calidad como los bonos del Tesoro estadounidense , lo que aumentaría la demanda de deuda pública estadounidense y vincularía el ecosistema de las monedas estables a la política monetaria estadounidense. En otras palabras, si el mundo está gravitando hacia los criptodólares, Estados Unidos parece estar diciendo "asegurémonos de que sean NUESTROS dólares". En contraste, la Unión Europea y muchos otros países están impulsando las CBDC. El Banco Central Europeo considera que un euro digital es esencial para la soberanía monetaria y para proporcionar una opción pública en los pagos digitales. Los reguladores europeos también argumentan que las monedas estables y las criptomonedas, si no se controlan, plantean riesgos para la estabilidad financiera (por ejemplo, el uso generalizado de una moneda estable no regulada podría ser peligroso si esa moneda fracasara). Por lo tanto, la estrategia de Europa es regular estrictamente las monedas estables (según MiCA, los emisores necesitan licencias y reservas para cualquier moneda estable significativa en la UE) y, simultáneamente, desarrollar una CBDC. China , como se ha señalado, apuesta firmemente por una CBDC y ha prohibido en gran medida las criptomonedas privadas, por lo que su camino está claro: lograr el éxito del yuan digital a nivel nacional y, posiblemente, en el comercio con sus socios, y frustrar las alternativas que no controla. Muchos países en desarrollo están experimentando con cautela con ambas opciones: por ejemplo, India lanzó un programa piloto de rupias digitales, pero también trabaja en estándares de interoperabilidad y participó en las discusiones del G20 sobre las normas para las criptomonedas; Brasil está probando un real digital, pero también aprobó leyes para legalizar las criptomonedas como método de pago y sus ciudadanos las usan ampliamente, lo que refleja un enfoque dual.
En el ámbito internacional, organizaciones como el BPI (Banco de Pagos Internacionales) actúan como centros de investigación y coordinación de las CBDC. El BPI lideró un proyecto llamado mBridge, que conecta los sistemas mayoristas de CBDC de varios países para pagos transfronterizos (entre los participantes se encontraban China, Emiratos Árabes Unidos, Tailandia y Hong Kong). Sin embargo, la política intervino: a finales de 2024, el BPI retiró su apoyo a mBridge debido a la preocupación de que pudiera facilitar transacciones sancionadas (ya que involucraba a China y potencialmente a Rusia). El BPI declaró que debe garantizar que sus proyectos no se utilicen para eludir sanciones. Esto pone de relieve cómo la confianza geopolítica puede afectar la colaboración en materia de CBDC : las instituciones occidentales podrían mostrarse reticentes a vincular redes con estados sancionados o rivales. Por el contrario, esos estados podrían crear sus propias redes. En el ámbito más cooperativo, el FMI y el Banco Mundial han estado debatiendo la posibilidad de establecer estándares para que las diferentes CBDC puedan interoperar y para que los países que las adopten lo hagan de forma que no generen inestabilidad. El documento de 2023 del FMI sobre «Elementos de políticas eficaces para los criptoactivos» hace hincapié en el desarrollo de un marco integral para que las criptomonedas (y, por extensión, las CBDC) puedan integrarse sin socavar el orden financiero. La OICV (Organización Internacional de Comisiones de Valores) y el FSB también han emitido recomendaciones sobre las monedas estables para garantizar que sean tan seguras como los fondos tradicionales del mercado monetario, dado su creciente uso a nivel mundial.
En el contexto de Bretton Woods III, cabría imaginar una posible fusión : quizás una red de redes donde las CBDC de las principales monedas interoperaran para liquidaciones a gran escala (similar a los Derechos Especiales de Giro del FMI, pero en blockchain), mientras que las monedas estables y las criptomonedas descentralizadas operaran en un perímetro regulado para su uso minorista y transfronterizo, con convertibilidad entre ellas. Podría existir una coordinación internacional similar a la del antiguo Bretton Woods: no para fijar los tipos de cambio, sino para establecer estándares técnicos y legales comunes para las monedas digitales. Iniciativas como la hoja de ruta del G20 son pasos iniciales en esa dirección, buscando garantizar la coherencia.
En resumen, las CBDC pueden considerarse tanto una reacción como un componente de Bretton Woods III. Si el nuevo orden es muy descentralizado, las CBDC podrían desempeñar un papel estabilizador, generando la confianza de los bancos centrales en un sistema que, de otro modo, carecería de confianza (por ejemplo, actuando como garantía segura o como activos de liquidación en DeFi). Si el nuevo orden está más impulsado por el Estado (multipolar, pero con monedas digitales nacionales), las CBDC serán los actores principales y las criptomonedas pasarán a un segundo plano. El resultado probable podría ser una combinación: sistemas coexistentes que gradualmente se volverán interoperables. El éxito del diseño e implementación de las CBDC por parte de los bancos centrales en los próximos años influirá significativamente en si el equilibrio de poder se inclina hacia el dinero digital soberano o se mantiene en favor de las redes privadas descentralizadas.
Implicaciones y respuestas geopolíticas
La transición a un Bretton Woods III, especialmente uno que involucre finanzas descentralizadas y nuevas monedas, no es solo una cuestión técnica o económica; es profundamente geopolítica. Las potencias globales son plenamente conscientes de que el control del dinero equivale a poder estratégico. Por lo tanto, el auge de las criptomonedas y la perspectiva de un nuevo orden han suscitado diferentes respuestas en todo el mundo, condicionadas por los intereses y vulnerabilidades de cada actor. A continuación, analizamos cómo están respondiendo los actores y regiones clave
Estados Unidos: Defendiendo el dominio del dólar mediante la innovación y la regulación
Para Estados Unidos, país que gobierna Bretton Woods II, hay mucho en juego. Estados Unidos se beneficia enormemente del estatus de reserva del dólar: disfruta de menores costos de endeudamiento y una influencia significativa a través de canales financieros (sanciones, control SWIFT, etc.). Por lo tanto, los legisladores estadounidenses están interactuando con cautela con la tendencia de las criptomonedas, con el objetivo de fortalecer el papel del dólar, no de debilitarlo. Como se mencionó, Estados Unidos actualmente prioriza las monedas estables como vehículo para los dólares digitales a nivel mundial, en lugar de una CBDC emitida por la Reserva Federal. La razón es que las monedas estables respaldadas por dólares, si se regulan adecuadamente, pueden actuar como embajadoras del dólar en el ámbito de las criptomonedas, expandiendo potencialmente su uso. A principios de 2025, legisladores estadounidenses de alto rango declararon explícitamente que una adopción más amplia de las monedas estables en dólares podría ayudar a "extender el estatus de moneda de reserva" del dólar. Los funcionarios de la Reserva Federal se hicieron eco de esta afirmación, considerando que las monedas estables privadas probablemente "propaguen el estatus del dólar" a nivel internacional, convirtiendo esencialmente la revolución de las criptomonedas en un nuevo vector para la diplomacia del dólar.
Estratégicamente, Estados Unidos también está aprovechando sus puntos fuertes: la innovación y el estado de derecho . Estados Unidos tiene una presencia masiva en la industria de las criptomonedas (intercambios, desarrolladores, mineros) y alberga gran parte del capital de riesgo que impulsa los proyectos Web3. Al crear un entorno regulatorio más claro (que está en curso: varios proyectos de ley en el Congreso apuntan a definir si los tokens son valores o materias primas, cómo se deben supervisar las monedas estables, etc.), Estados Unidos podría posicionarse como un centro seguro para la innovación en criptomonedas. Si tiene éxito, esto significaría que la infraestructura clave de cualquier nuevo sistema global podría estar bajo la jurisdicción o influencia de Estados Unidos. Al mismo tiempo, los reguladores estadounidenses (como la SEC y la CFTC) han estado vigilando activamente el espacio para prevenir excesos y usos ilícitos . Las acciones de cumplimiento de alto perfil (contra las ventas de tokens no registradas o los intercambios que violan las normas contra el lavado de dinero) indican que Estados Unidos no permitirá que una frontera de criptomonedas sin ley prospere dentro de sus fronteras. Esto ha sido criticado en ocasiones por ser excesivo (algunos en la industria hablan de una "represión de las criptomonedas" por parte de EE. UU.), pero se alinea con la preparación del terreno para un ecosistema de criptomonedas más favorable a las instituciones . EE. UU. probablemente aspira a un escenario donde las monedas estables reguladas y quizás los ETF o los productos de criptomonedas ofrecidos por los bancos se generalicen, mientras que se eliminan los actores riesgosos o que no cumplen con las normas.
Geopolíticamente, Estados Unidos está interesado en evitar que sus rivales utilicen criptomonedas para eludir el sistema actual. La evasión de sanciones mediante criptomonedas es preocupante: una de las razones por las que las autoridades estadounidenses sancionaron servicios como Tornado Cash (un servicio de mezcla que ofusca las transacciones de criptomonedas) fue la afirmación de que hackers norcoreanos blanquearon fondos robados a través de él. El Tesoro y el Departamento de Justicia de Estados Unidos cuentan con unidades dedicadas a monitorear los flujos de blockchain para aplicar sanciones y leyes antiterroristas. Además, Estados Unidos está al tanto de las iniciativas de otros países para reducir la dependencia del dólar. El presidente Trump (en su segundo mandato, que comienza en 2025) incluso prometió aplicar aranceles de forma punitiva a los países que socaven el papel global del dólar. Su administración (como lo indican las medidas tomadas a principios de 2025) está en alerta sobre las redes CBDC no basadas en dólares que podrían facilitar el comercio fuera del sistema SWIFT basado en dólares. Estados Unidos, en esencia, busca desalentar la formación de un "bloque blockchain" que lo excluya. Al adoptar las monedas estables, Estados Unidos podría esperar ofrecer una red basada en dólares tan atractiva que los aliados e incluso los neutrales se queden con las opciones en dólares por conveniencia, incluso en un mundo de criptomonedas.
En resumen, la estrategia estadounidense es doble: (1) cooptar las innovaciones de las criptomonedas para afianzar aún más el dólar (convirtiendo las amenazas potenciales en fortalezas) y (2) acabar con los usos de las criptomonedas que amenacen su seguridad o la integridad de su sistema financiero (como las finanzas ilícitas o la banca paralela no regulada).
China: Revolución digital centralizada e internacionalización de la moneda
El enfoque de China ante la perspectiva de un nuevo orden financiero es casi un reflejo del enfoque estadounidense. La prioridad de China es mantener el control estatal sobre las finanzas y promover el renminbi como una moneda internacional más importante, a la vez que reduce la vulnerabilidad al poder financiero estadounidense. Con ese fin, China ha sido pionera en ciertos aspectos: fue una de las primeras grandes economías en explorar una CBDC (iniciando la investigación ya en 2014) y para la década de 2020 contaba con el piloto a gran escala más avanzado de una moneda digital emitida por un banco central, el e-CNY . Al mismo tiempo, China tomó medidas enérgicas contra las criptomonedas descentralizadas: prohibió las ICO (ofertas iniciales de monedas) en 2017 y, en 2021, prohibió efectivamente el comercio y la minería de criptomonedas a nivel nacional. Esto expulsó a las plataformas de intercambio y a los mineros de criptomonedas de China. Las razones oficiales esgrimidas fueron prevenir la delincuencia financiera, proteger a los inversores de pérdidas especulativas y frenar las salidas de capital. Extraoficialmente, está claro que las autoridades chinas no querían que creciera un sistema monetario paralelo (Bitcoin o stablecoins) que no pudieran controlar, ni querían que el consumo de energía se destinara a la minería de Bitcoin cuando tenían objetivos de carbono, ni una especulación desenfrenada que pudiera socavar la estabilidad del sistema bancario.
Al eliminar la competencia criptográfica doméstica, China despejó el campo para su Yuan Digital . El e-CNY se ha utilizado en docenas de ciudades, se ha integrado con aplicaciones de pago populares (como WeChat Pay y Alipay) e incluso se ha utilizado en pilotos transfronterizos (como transacciones entre residentes de Hong Kong y Shenzhen, y en las pruebas mBridge para transferencias internacionales). El objetivo parece ser multifacético: modernizar la infraestructura de pagos , garantizar la supervisión del Partido Comunista sobre todas las formas de flujo de dinero e internacionalizar gradualmente el yuan . China ha enmarcado el yuan digital como una forma de mejorar la inclusión financiera (dando acceso a quienes no tienen cuentas bancarias), para combatir la corrupción (ya que cada transacción de e-CNY puede ser rastreable por el banco central, en teoría) y para mejorar la transmisión de la política monetaria (algunos economistas especulan que China podría implementar políticas como fechas de vencimiento en el dinero CBDC para estimular el gasto en recesiones). Geopolíticamente, si los socios comerciales chinos adoptan el e-CNY para el comercio bilateral, podría reducir ligeramente el papel del dólar en esos contextos. Desde las sanciones impuestas a Rusia, China y Rusia han trasladado gran parte de su comercio bilateral a la liquidación en yuanes . A finales de 2022, la participación del yuan en el mercado cambiario ruso pasó de insignificante a aproximadamente el 45 % . China también ha llegado a acuerdos con países como Argentina para aumentar el comercio en yuanes. Un yuan digital podría facilitar estas medidas al facilitar las transacciones transfronterizas en yuanes (aunque es importante destacar que China aún mantiene controles de capital; el yuan digital no es libremente convertible a monedas extranjeras sin autorización, es simplemente una nueva forma del RMB).
Aunque China está totalmente comprometida con las CBDC , no ha mostrado interés en respaldar el yuan con materias primas o criptomonedas; de hecho, los funcionarios chinos a menudo enfatizan la necesidad de estabilidad y control de la moneda , lo que está en desacuerdo con las criptomonedas volátiles o los patrones oro rígidos. Desde la perspectiva de China, Bretton Woods III podría significar un mundo donde el dominio del dólar estadounidense se modere y múltiples monedas (especialmente el RMB) compartan el escenario. Podrían visualizar una red comercial centrada en Asia donde el yuan, tal vez respaldado por el poder económico de China e incluso líneas de intercambio o infraestructura de moneda digital, desempeñe un papel importante. La estrategia más amplia de Pekín incluye iniciativas como la Franja y la Ruta (donde la financiación a veces es en yuanes), el establecimiento de instituciones como el Banco Asiático de Inversión en Infraestructura (como alternativas al Banco Mundial liderado por EE. UU.) y la acumulación de oro (China es uno de los mayores compradores oficiales de oro, posiblemente para tener una cobertura contra los activos en dólares
Sin embargo, existen límites naturales: el RMB, digital o no, aún no es totalmente convertible y el sistema financiero chino, aunque grande, no es tan abierto ni confiable a nivel mundial como los sistemas estadounidense/euro. Incluso con el e-CNY, las encuestas indican un interés limitado fuera de China a menos que se incentive. La prohibición de las criptomonedas por parte de China también significa que renuncia en gran medida a la influencia sobre la capa descentralizada del nuevo orden. Curiosamente, China no ha rechazado la cadena de bloques por completo: promueve la cadena de bloques, no Bitcoin . Por ejemplo, China tiene una Red de Servicios Basada en Cadena de Bloques (BSN), un proyecto respaldado por el gobierno para desarrollar aplicaciones de cadena de bloques (menos criptomonedas públicas). Es probable que el liderazgo chino quiera aprovechar la tecnología de la cadena de bloques para obtener ganancias de eficiencia (por ejemplo, seguimiento de la cadena de suministro, identidad digital), pero mantenerlo todo dentro de entornos controlados
En resumen, la respuesta de China es forjar un nuevo orden más centralizado en torno al aparato estatal (todo lo contrario de la visión descentralizada), con ella misma al mando o, al menos, no bajo el dominio estadounidense. Aprovecha su ventaja como impulsora temprana de las CBDC y su enorme mercado interno para impulsar sus estándares. Si Bretton Woods III involucra monedas digitales, China quiere que sus protocolos (o al menos su moneda) sean influyentes. La verdadera prueba será si otros países adoptan el e-CNY o se interconectan con él. Algunos socios asiáticos y de Oriente Medio están experimentando, pero muchos se muestran cautelosos debido a preocupaciones estratégicas y de privacidad (por ejemplo, no querrían que todas sus transacciones fueran visibles para el Banco Popular de China). Por lo tanto, China podría encontrar más impulso en promover la multipolaridad (usar monedas locales para el comercio, no todo en dólares estadounidenses) combinada con el uso de su CBDC como modelo o respaldo, en lugar de impulsar directamente el uso generalizado del e-CNY en otros países.
Rusia y la búsqueda de una red financiera a prueba de sanciones
Rusia ofrece un ejemplo de cómo un país puede adaptar su estrategia financiera al estar aislado del sistema liderado por Occidente. Con fuertes sanciones desde 2014 (que se ampliaron masivamente en 2022 con la invasión de Ucrania), el acceso de Rusia a la financiación en dólares y euros se ha visto gravemente restringido. En respuesta, Rusia ha estado desdolarizando sus reservas (aumentando la cuota de oro y reduciendo los activos en dólares estadounidenses), trasladando el comercio a otras monedas (especialmente el yuan, como se mencionó) y explorando sistemas de pago alternativos. El presidente Putin ha criticado abiertamente la hegemonía financiera estadounidense y, en particular, a finales de 2022 habló de la creación de un "sistema de pagos internacionales basado en blockchain" que sería independiente de los bancos y de la interferencia de terceros. Esta declaración es notable viniendo de un jefe de estado, ya que básicamente respalda la idea de utilizar la tecnología blockchain para eludir a SWIFT y las redes controladas por Occidente.
Si bien Rusia prohibió el uso de Bitcoin a nivel nacional en el pasado (y aún no lo permite como medio de pago nacional), desde las sanciones, las autoridades rusas han adoptado las criptomonedas en contextos específicos: para pagos transfronterizos y para inversiones de actores no minoristas. Para 2023, se consideró una legislación en Rusia para permitir el uso de criptomonedas para el comercio internacional (por ejemplo, el pago de importaciones) bajo regímenes experimentales. Además, Rusia ha acelerado el desarrollo de su Rublo Digital (CBDC). En 2023 se lanzó un piloto con consumidores reales, con el objetivo de generalizar su uso para 2025. El rublo digital busca, en parte, garantizar que la población rusa cuente con opciones de pago modernas bajo control local (tras la retirada de Visa y Mastercard en 2022, Rusia tuvo que recurrir a su red de tarjetas Mir y otras alternativas). También se prevé que se conecte directamente con los sistemas de otros países. Por ejemplo, Rusia debatió la integración de su CBDC con los de países amigos de la Unión Económica Euroasiática o BRICS.
En el escenario internacional, Rusia ha defendido un orden financiero multipolar . Ha lanzado ideas como una canasta de monedas de reserva BRICS (aunque esto no se ha materializado), o un mayor uso de monedas como el yuan, la rupia, etc., en el comercio. En 2023, en las reuniones de BRICS, se habló de aumentar la liquidación comercial en monedas locales e incluso visiones a largo plazo de una moneda digital BRICS. Estos son preliminares, pero indican la intención de Rusia de reducir la dependencia del sistema del dólar. Rusia también pidió alternativas a SWIFT, y de hecho, Rusia construyó su propio sistema nacional de mensajería de pagos (SPFS) y se conectó con el CIPS de China. Pero estos son más regionales. Una red blockchain podría ser más global y más difícil de sancionar.
Sin embargo, Rusia enfrenta problemas de confianza y escala. Muchos países que comercian con Rusia (incluso los aliados) aún prefieren el dólar o el euro por su estabilidad. Además, la volatilidad de las criptomonedas es preocupante: Rusia no facturaría el petróleo en Bitcoin debido a las fluctuaciones de precios. Una solución intermedia que Rusia ha considerado es el oro o tokens respaldados por materias primas . Se discutió la creación de una "moneda estable" respaldada por oro para facilitar el comercio (en realidad, una liquidación digital en oro). De concretarse, esto evocaría un instrumento similar al de Bretton Woods I a través de la tecnología moderna.
En la práctica, para 2025, la economía rusa se está alineando financieramente con la órbita de China. El yuan se convirtió en una parte significativa de las reservas rusas e incluso del ahorro público (algunas empresas rusas emitieron bonos en yuanes, y los ciudadanos pueden tener cuentas en yuanes). Por lo tanto, Rusia podría, en efecto, contribuir a impulsar un bloque basado en el yuan como una forma de debilitar al dólar. Sin embargo, la moneda rusa, el rublo, no tiene una fuerte demanda internacional, por lo que Rusia por sí sola no puede liderar un nuevo orden. En el mejor de los casos, puede ejercer una fuerte influencia impulsando un marco de cooperación chino-ruso que utilice monedas y materias primas digitales para reducir el dominio occidental.
En cuanto a iniciativas específicas : Rusia introdujo la idea de un sistema financiero multipolar en foros como el Foro Económico de San Petersburgo y sugirió desarrollar un nuevo mecanismo de pagos internacionales para los países BRICS y la OCS, posiblemente utilizando monedas digitales y registros distribuidos. También hemos visto al banco central y al gobierno ruso debatir entre prohibir las criptomonedas (para control interno) y usarlas (para evadir sanciones); el resultado parece ser un uso cuidadosamente controlado de las criptomonedas: no abierto a la población general por temor a la fuga de capitales, sino utilizado por el estado o empresas autorizadas para realizar transacciones en el extranjero. Este enfoque de caso de uso controlado podría convertirse en un modelo para otros países sancionados o en desarrollo: permitir las criptomonedas para el mercado de divisas y la liquidación de operaciones bajo supervisión, pero no como moneda competitiva a nivel interno.
Europa y otras economías desarrolladas: regular y competir
Europa (UE): La postura de la Unión Europea se basa tanto en la ambición como en la cautela. Por un lado, Europa quiere reducir su dependencia de la infraestructura financiera externa (en particular, la estadounidense); esto molestó a los líderes europeos cuando, en 2018, sus empresas tuvieron que abandonar el comercio con Irán debido, por ejemplo, a las sanciones impuestas por EE. UU. al SWIFT. Por otro lado, el euro es en sí mismo una moneda importante, y los reguladores europeos se consideran a sí mismos como los referentes de la regulación financiera a nivel mundial. Por ello, la UE ha adoptado un enfoque regulatorio proactivo: la MiCA (Regulación de Mercados de Criptoactivos), aprobada en 2023, es el primer marco general en una jurisdicción importante. Establece normas para emisores de criptoactivos, proveedores de servicios (bolsas, monederos) y criptomonedas estables (con requisitos estrictos para los "tokens referenciados a activos" respaldados por reservas y límites de uso si alcanzan un tamaño excesivo en relación con la economía). El objetivo es que la actividad con criptomonedas sea segura y transparente dentro de la UE. Esto refleja la aceptación de que las criptomonedas y las criptomonedas estables formarán parte del futuro, pero bajo supervisión. Al crear claridad jurídica, la UE también espera fomentar la innovación (por ejemplo, Alemania y Francia tienen industrias de criptografía activas que ahora pueden operar con certeza regulatoria, algo en lo que Estados Unidos se ha quedado atrás).
Estratégicamente, el euro digital es un proyecto clave. Si el BCE emite un euro digital (probablemente a mediados de la década de 2020 si se aprueba), garantizará su relevancia en el comercio digital y quizás incluso en su uso transfronterizo. Europa probablemente no prevé que el euro desplace al dólar a través del euro digital, pero sí garantiza que la eurozona se mantenga al día en la tecnología monetaria, y posiblemente podría servir como una alternativa confiable si algunos países o regiones desconfían de las opciones en dólares o yuanes. Europa también está tratando de equilibrar la apertura y el riesgo: la UE habla de apoyar la tecnología blockchain (existen fondos de investigación de la UE para blockchain, y algunos países como Estonia la utilizan en servicios gubernamentales), pero simultáneamente protegiendo contra el riesgo sistémico. El colapso de una gran bolsa como FTX preocupó a los reguladores de la UE por el contagio, aunque los bancos de la UE tenían poca exposición. Al regular preventivamente, la UE pretende evitar un incidente grave en su territorio
Reino Unido, Canadá, Japón, Australia y otras economías desarrolladas se encuentran, en su mayoría, en un bando similar al de la UE o EE. UU. en cuanto a enfoque: están interesados en las CBDC (la mayoría de los bancos centrales del G7 están investigando o realizando pruebas piloto; por ejemplo, Japón planea un experimento con el yen digital, el Banco de Inglaterra está diseñando una posible libra digital) y están estableciendo regulaciones o directrices para las criptomonedas. Japón fue pionero en regular las plataformas de intercambio de criptomonedas (tras el colapso de Mt. Gox en 2014, Japón instituyó licencias para las plataformas y exigió el almacenamiento en frío, etc., lo que irónicamente protegió bien a los usuarios japoneses durante las crisis posteriores). Japón incluso reconoció legalmente ciertas monedas estables recientemente, permitiendo a los bancos y empresas con licencia emitirlas. El objetivo de Japón es fomentar la innovación en la Web3 (el ex primer ministro Abe y los funcionarios actuales han promocionado a Japón como una nación proactiva en la Web3) y, al mismo tiempo, evitar otro Mt. Gox. El Reino Unido , tras el Brexit, quiere ser un líder en tecnología financiera: ha señalado que convertirá a Londres en un centro para las criptomonedas con normas proporcionadas, y el Banco de Inglaterra está explorando una libra digital (Britcoin). Las fuerzas del orden del Reino Unido también vigilan activamente los delitos relacionados con las criptomonedas a través de unidades especializadas. Canadá y Australia han adoptado posturas moderadamente favorables; por ejemplo, Canadá aprobó los ETF de Bitcoin (el primer país en hacerlo), y Australia ha estado trabajando en la asignación de tokens para actualizar las leyes. Estos países ven una oportunidad para beneficiarse de la innovación fintech en sus economías, pero ninguno desea un colapso del sistema internacional. Se coordinan principalmente a través de foros como el G7 y el BPI para garantizar que cualquier nuevo desarrollo (CBDC, etc.) sea interoperable y seguro. En Bretton Woods III, es probable que estas naciones se alineen con el enfoque de EE. UU. o la UE, abogando por una evolución basada en normas en lugar de un cambio radical de poder.
Mercados emergentes y economías en desarrollo: experimentación en medio de la necesidad
Más allá de las grandes potencias, muchos mercados emergentes se encuentran en el centro de la ola de adopción de criptomonedas (como se mencionó anteriormente, con países como India, Nigeria y Vietnam a la cabeza en su uso). Sus respuestas varían según sus condiciones económicas:
- Casos a favor de la adopción: Algunos países se han inclinado fuertemente por las criptomonedas. El Salvador es un ejemplo paradigmático, tras haber declarado Bitcoin como moneda de curso legal en 2021. La audaz decisión del presidente Bukele pretendía atraer inversiones, mejorar la inclusión financiera y reducir la dependencia del dólar estadounidense (irónico, ya que El Salvador también utiliza el dólar estadounidense). Hasta el momento, la adopción por parte de la población es baja (la gran mayoría de los salvadoreños aún no usa Bitcoin con regularidad), pero el gobierno de Bukele redobló sus esfuerzos, incluso comprando bitcoins para el Tesoro y planeando una "Ciudad Bitcoin" financiada con bonos de Bitcoin. La importancia geopolítica radica en que una nación soberana desafió las finanzas tradicionales (e incluso las advertencias del FMI) para alinearse con una visión basada en las criptomonedas. Dicho esto, El Salvador es pequeño y aún tiene pocos imitadores, aunque otros países están observando (por ejemplo, la República Centroafricana anunció brevemente la adopción de Bitcoin como moneda de curso legal en 2022, pero con aún más obstáculos, y ese programa se estancó en medio de objeciones del FMI y problemas internos). Dubái (EAU) es otro centro que se está posicionando como una capital cripto global con regulaciones amigables y que atrae talento, combinándolo con su estrategia fintech para estar a la vanguardia en activos digitales.
- Casos de regulación cautelosos: Muchos mercados emergentes ven tanto promesas como riesgos. India tiene una de las mayores bases de usuarios de criptomonedas (en cifras brutas), pero el gobierno indio se ha mostrado ambivalente, oscilando entre proponer una prohibición total (que no se implementó) y ahora imponer fuertes impuestos que han frenado el comercio. India se preocupa por el impacto de las criptomonedas en los controles de capital y su sistema bancario, pero tampoco quiere perderse la innovación. Durante su presidencia del G20, India se centró en un marco global para las criptomonedas para que las economías emergentes no queden vulnerables. Brasil es bastante progresista: aprobó una ley que integra las criptomonedas en su sistema legal (por ejemplo, definiendo que el fraude en criptomonedas es punible, sentando las bases para normas más claras para las empresas). Las empresas brasileñas, como se ha señalado, están muy involucradas en las criptomonedas (incluso su mayor banco, Itaú, ofrece servicios de criptomonedas). Brasil también está probando una versión tokenizada de su moneda con funciones para integrarse en DeFi (el piloto de Drex mencionado). Esto demuestra una estrategia de adopción de la tecnología para potencialmente dar una ventaja a las empresas brasileñas, al tiempo que la regula para prevenir la inestabilidad. Otros países latinoamericanos como Argentina y Turquía , que enfrentan una inflación severa, tienen poblaciones que usan criptomonedas masivamente, pero sus gobiernos se encuentran en un aprieto: no pueden aprobarlas plenamente porque socavan sus controles de capital y podrían agravar la inflación (a través de la dolarización), pero tampoco pueden suprimirlas fácilmente sin provocar protestas públicas o forzar su uso clandestino. El gobierno argentino, por ejemplo, restringió las plataformas de pago para operar con criptomonedas en un intento de frenar la dolarización de facto mediante las monedas estables (stablecoins), incluso cuando los argentinos siguen recurriendo a ellas.
- Estados con dificultades financieras: Países como Líbano o Venezuela , que experimentaron hiperinflación o colapsos bancarios, han visto una importante adopción popular de criptomonedas como un salvavidas. En estos casos, los gobiernos han tenido una capacidad limitada para gestionar o regular, ya que están más centrados en otras crisis. Sin embargo, se puede observar que en tales escenarios, las criptomonedas (principalmente las monedas estables o Bitcoin) se convirtieron en un sistema paralelo para muchos: en Líbano, cuando los bancos congelaron los retiros, algunas personas recurrieron a la minería de Bitcoin o USDT para realizar transacciones. En Venezuela, en un momento dado se informó que el país se convirtió en uno de los principales usuarios de criptomonedas, e incluso el régimen experimentó con el Petro , una especie de criptomoneda nacional (que no generó confianza y fracasó en gran medida). Estos ejemplos muestran el atractivo de las criptomonedas en casos extremos y cómo un orden futuro podría beneficiar a las poblaciones donde los sistemas estatales fallan. Pero también destacan que sin estabilidad, las criptomonedas no lo solucionan todo (la economía de Venezuela no mejoró mágicamente gracias a las criptomonedas; simplemente permitió que algunas personas se adaptaran mejor).
- Alianzas Regionales: Algunos países en desarrollo se están uniendo para compartir experiencias y posiblemente infraestructura. Los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) cuentan con un grupo de trabajo sobre criptomonedas y tecnología financiera, que debate temas como enfoques comunes para las CBDC y la liquidación de transacciones comerciales. La Unión Africana, a través de la AfCFTA (Zona de Libre Comercio Continental Africana), ha considerado si una moneda digital podría facilitar el comercio transfronterizo entre las naciones africanas (muchas tienen docenas de monedas y fricciones en el intercambio). Si bien es incipiente, los experimentos de moneda digital de Nigeria y Ghana están siendo observados por otros países del continente. Si uno funciona, podría extenderse. Por otro lado, países con fuertes controles cambiarios, como Nigeria, han descubierto que los usuarios simplemente se cambian a las criptomonedas cuando el sistema oficial es demasiado restrictivo
Geopolíticamente, los países en desarrollo a menudo se convierten en receptores de las normas financieras globales, en lugar de creadores. Bretton Woods III podría cambiar esta situación si, de hecho, descentraliza el poder. Por ejemplo, si Bitcoin o una moneda estable descentralizada se convirtiera en una importante moneda de reserva o de intercambio, no estaría controlada por ningún país del G7, lo que podría dar a los países más pequeños un poco más de autonomía (ya que ningún país puede imprimirla por sí solo y generar inflación). Esto es un arma de doble filo: también significa que no pueden negociar ni influir en un emisor (a diferencia de las negociaciones del FMI). Por lo tanto, algunos líderes de países en desarrollo se sienten intrigados por las criptomonedas como una salida a la dependencia, mientras que otros temen que puedan causar caos si desestabilizan sus propios y frágiles sistemas.
En conclusión, el panorama geopolítico en torno a Bretton Woods III presenta estrategias divergentes: Estados Unidos y sus aliados buscan integrar las criptomonedas de forma que mantengan su liderazgo, China y las naciones afines intentan construir sistemas alternativos (a menudo con mayor control estatal), y muchos países, entre ambos extremos, experimentan y se cubren mutuamente. La interacción de estas estrategias determinará si el futuro orden monetario se fragmenta o converge hacia algo cohesivo. Podría terminar de forma similar a principios del siglo XX, antes de la Segunda Guerra Mundial: múltiples estándares y esferas (zona del dólar, zona del yuan, zona de criptomonedas, etc.), a menos que se produzca una coordinación significativa o surja un claro ganador
Perspectiva empírica: datos y tendencias
Para apreciar cuánto ha avanzado ya la transición hacia un nuevo paradigma, y cuánto le queda por recorrer, es útil examinar algunos datos empíricos sobre la adopción, el uso y la inversión en los pilares de Bretton Woods III (criptomonedas, monedas estables, DeFi, etc.). Aquí, recopilamos métricas clave y casos prácticos:
- Niveles globales de adopción de criptomonedas: Para 2023, se estima que 420 millones de personas en todo el mundo habían usado criptomonedas de alguna forma (aproximadamente el 5% de la población mundial), según diversos análisis del sector. El crecimiento ha sido rápido: esta cifra rondaba los 100 millones en 2019, lo que indica que el crecimiento se cuadriplicó en tan solo unos años. Sin embargo, la adopción es desigual. Algunos países cuentan con tasas de adopción extraordinariamente altas, como se mencionó anteriormente (entre el 20% y el 30% de la población en lugares como Turquía, Vietnam y Filipinas), mientras que en muchos otros, especialmente en las economías avanzadas, la tasa es de un solo dígito. Los datos de volumen de negociación también reflejan esta dispersión: las principales plataformas de intercambio registran grandes volúmenes en América del Norte, Asia Oriental y Europa, pero el comercio entre pares (un indicador del uso local donde las plataformas son menos accesibles) es más fuerte en regiones como África y América Latina. Por ejemplo, Nigeria y Kenia suelen encabezar las listas de volumen de comercio de Bitcoin entre pares (per cápita). Esto sugiere que, en ausencia de intercambios establecidos o en presencia de controles de capital, la gente encuentra formas de comerciar directamente.
- Tamaño y composición del mercado de criptomonedas: A finales de 2021, la capitalización total del mercado de todas las criptomonedas alcanzó aproximadamente los 3 billones de dólares (durante el pico del mercado alcista). Para 2023, tras la crisis, se estabilizó en torno a 1 billón de dólares (y a principios de 2025, se sitúa entre 1 y 2 billones de dólares, dependiendo de las fluctuaciones del mercado). Para contextualizar, entre 1 y 2 billones de dólares sigue siendo una cifra pequeña en comparación con la renta variable global (100 billones de dólares) o la oferta monetaria global (150 billones de dólares), pero lo suficientemente grande como para ser relevante: es aproximadamente el tamaño del mercado bursátil australiano o del mercado total de bonos de alto rendimiento de EE. UU. Bitcoin representa aproximadamente entre el 40 % y el 50 % de la capitalización de mercado de las criptomonedas, y Ethereum, alrededor del 20 %. El resto se concentra en miles de monedas más pequeñas. Esta concentración significa que la trayectoria de Bitcoin influye considerablemente en la salud de todo el mercado. Es importante destacar que las monedas estables ahora representan una porción significativa: en 2025, su capitalización de mercado rondaba los 150 000 millones de dólares (había llegado a los 180 000 millones a principios de 2022 y estaba en descenso tras el colapso de Terra). Las monedas estables más grandes —Tether (USDT), USD Coin (USDC) y Binance USD (BUSD)— están denominadas principalmente en dólares. En conjunto, liquidan billones de dólares en volumen de transacciones anuales (solo Tether procesó más de 18 billones de dólares en volumen en cadena en 2022, lo que indica su alto nivel de uso, aunque gran parte corresponde a volumen de negociación recirculado). Por lo tanto, las monedas estables han creado un sistema de compensación paralelo en dólares en las plataformas de criptomonedas, que funciona 24/7 con liquidación casi instantánea.
- Métricas de DeFi y finanzas en cadena: El Valor Total Bloqueado (TVL) en DeFi, que mide la cantidad de capital depositado en protocolos (como fondos de liquidez, préstamos, etc.), alcanzó un máximo de alrededor de $180 mil millones a finales de 2021 y luego cayó a alrededor de $50 mil millones durante el mercado bajista. A principios de 2025, el TVL se recuperó ligeramente, situándose en torno a los $100 mil millones. Estas cifras fluctúan con los precios de las criptomonedas (ya que gran parte del TVL está denominado en criptoactivos), pero también reflejan la participación de los usuarios. Decenas de millones de personas han interactuado con las dApps (aplicaciones descentralizadas) de DeFi al menos una vez. El número de usuarios de DeFi (direcciones únicas) ronda los 6 millones, una cifra inferior al total de usuarios de criptomonedas, lo que indica que DeFi sigue siendo un nicho por ahora, más bien para los expertos en tecnología. Sin embargo, el DeFi institucional es una tendencia emergente: algunas empresas fintech e incluso bancos están experimentando con DeFi con permisos (donde partes conocidas operan en una plataforma blockchain para obtener eficiencia, pero cumpliendo con las regulaciones). Los volúmenes de negociación en plataformas de intercambio descentralizadas (DEX) como Uniswap han rivalizado en ocasiones con los de las grandes plataformas centralizadas. En 2021, el volumen anual de Uniswap superó el billón de dólares, lo que sugiere que estos mercados basados en protocolos pueden gestionar una liquidez significativa. Esta es una importante prueba de concepto de que la actividad financiera importante (como el intercambio de divisas) podría ocurrir en redes descentralizadas a gran escala.
- Español Estudios de caso de adopción en mercados emergentes: Ya hemos mencionado muchos, pero para destacar algunos: India , a pesar de la incertidumbre regulatoria, tiene un estimado de 100 millones de usuarios de criptomonedas y es el número 1 en el índice de adopción de Chainalysis. Esto sugiere que, independientemente de la postura del banco central, los indios (especialmente los jóvenes) han adoptado las criptomonedas para la inversión y como una rampa de acceso a los mercados globales. Vietnam , encabezó el índice de adopción en años anteriores, impulsado por las remesas y una vibrante escena local de desarrolladores de blockchain (Vietnam generó el famoso juego de criptomonedas Axie Infinity, por ejemplo). Ucrania , incluso en medio de la guerra, se clasificó entre los 5 primeros en adopción, con las criptomonedas desempeñando un papel en la ayuda humanitaria y las finanzas cuando los bancos se vieron afectados. El gobierno de Ucrania incluso solicitó donaciones de criptomonedas y creó un fondo digital oficial a través de criptomonedas para apoyar la defensa, lo que demuestra cómo en crisis, el dinero descentralizado puede ser un respaldo. Nigeria , como se mencionó, es un enorme mercado de comercio entre pares; Curiosamente, cuando Nigeria limitó las retiradas de efectivo en cajeros automáticos en 2023 para impulsar los pagos digitales (y quizás el eNaira), el interés en Bitcoin se disparó aún más, lo que indica que la gente eligió una criptomoneda global en lugar de una opción digital local controlada. Argentina : casi el 60-70% del volumen de transacciones de criptomonedas en Argentina se realiza en monedas estables , especialmente las vinculadas al dólar estadounidense, lo que ilustra que, en la práctica, para ellos, las criptomonedas se tratan menos de especulación con Bitcoin y más de acceder a dólares de forma discreta. Esto está cambiando el mercado no oficial del dólar: donde antes se intercambiaban dólares estadounidenses físicos o se usaban cuentas en el extranjero, ahora se pueden usar monedas estables en un teléfono inteligente. Esta dolarización a través de las criptomonedas tiene implicaciones: podría debilitar aún más las monedas locales (perjudicial para los gobiernos), pero también proporcionar cierta estabilidad financiera a la población en medio del caos (beneficioso para la gente, podría decirse). Kenia : es notable por su uso de dinero móvil (M-Pesa) y ahora cierta integración con las criptomonedas; por ejemplo, existen servicios que convierten M-Pesa a Bitcoin sin problemas, fusionando la antigua revolución móvil con la nueva cripto.
- Inversión institucional y adopción corporativa: Si bien la ideología de Bretton Woods III podría enfatizar el distanciamiento de las grandes instituciones, la realidad es que la aceptación institucional puede acelerar o frenar la transición. Actualmente, la adopción institucional de criptomonedas está en aumento. Hay más de 20 empresas que cotizan en bolsa que tienen Bitcoin en sus balances (la más grande es MicroStrategy, con más de 140.000 BTC). Varios fondos de cobertura y gestoras de activos tradicionales cuentan ahora con equipos dedicados a activos digitales. En 2023 y 2024, las solicitudes de ETF spot de Bitcoin por parte de gigantes como BlackRock y Fidelity indicaron que incluso las empresas tradicionales más grandes desean ofrecer productos de criptomonedas, un cambio radical con respecto a hace unos años, cuando muchos pensaban que las criptomonedas eran una moda pasajera. La aprobación regulatoria de estos (en algunas jurisdicciones) integrará aún más las criptomonedas en las finanzas convencionales. Además, empresas de pago como PayPal lanzaron su propia moneda estable (PYUSD) en 2023, lo que indica que las fintechs quieren una parte de la emisión de divisas (probablemente de acuerdo con la normativa estadounidense). Visa y Mastercard han implementado programas para liquidar transacciones en monedas estables y admitir criptomonedas en sus redes. Cada una de estas medidas difumina la línea entre el mundo de las criptomonedas y el fiduciario. Si Bretton Woods III se concreta, esta difuminación podría ser el mecanismo: gradualmente, cada vez más finanzas tradicionales utilizarán infraestructura criptográfica interna hasta que, en un punto de inflexión, se convierta en el nuevo sistema.
- Tendencias de las Reservas Globales (Dólar vs. Alternativas): Los datos de la base de datos COFER del FMI muestran que la participación del dólar en las reservas oficiales de divisas es de aproximadamente el 58% (a finales de 2024). El euro ocupa el segundo lugar, con alrededor del 20%, y otras monedas como el yen y la libra esterlina, con un solo dígito. Cabe destacar que las monedas de reserva "no tradicionales" (como el dólar australiano, el dólar canadiense, la corona sueca, el won surcoreano, etc.) y el yuan chino han aumentado colectivamente desde insignificantes a alrededor del 10-12% de las reservas en las últimas dos décadas. La participación del yuan chino en sí misma ronda el 3-4%. Estos cambios son graduales, no sísmicos, pero la dirección respalda la idea de la diversificación. También está el aspecto del oro : los bancos centrales a nivel mundial poseen más de 35.000 toneladas de oro. Tras años de ventas netas, los bancos centrales se convirtieron en compradores netos alrededor de 2010. En 2022, compraron unas 1136 toneladas (un récord en 55 años). Esto demuestra un apetito por los activos duros en las reservas, lo que se alinea con la narrativa de dinero externo de Bretton Woods III. Ningún banco central significativo (salvo el pequeño El Salvador) mantiene criptomonedas en reservas todavía, pero algunos están tanteando el terreno (hay informes de que algunos bancos centrales más pequeños han realizado inversiones menores o de que el banco central de Ucrania, debido a donaciones de guerra en criptomonedas, terminó gestionando algunas tenencias de criptomonedas). Si cualquier nación mediana asignara incluso entre el 1 % y el 2 % de sus reservas a Bitcoin o a una canasta de criptomonedas, sería un momento decisivo que indicaría la aceptación institucional a nivel soberano. Aún no lo hemos visto, pero el hecho de que un artículo de investigación de la Universidad de Harvard de 2022 recomendara que los bancos centrales consideraran mantener Bitcoin como complemento al oro en reservas sugiere que la idea está calando en algunos círculos académicos y políticos.
- Visualización: Adopción global a lo largo del tiempo:
La adopción global de criptomonedas por parte de las bases se disparó entre 2020 y 2021 , alcanzó su punto máximo en el segundo trimestre de 2021, disminuyó drásticamente en 2022 en medio de importantes colapsos del mercado y se recuperó modestamente en 2023. Cabe destacar que, incluso después del retroceso, la adopción general a mediados de 2023 se mantuvo por encima de la de 2020. Además, los países de bajos ingresos (especialmente en Asia y África) han mantenido una adopción relativa mayor que antes, lo que subraya que, en muchas economías en desarrollo, las criptomonedas se han consolidado como una herramienta financiera en lugar de una mera moda especulativa.
- Visualización – Diferencias de Adopción Regional: (Si se proporcionara un mapa de calor o una imagen de clasificación por país, lo describiríamos aquí). Sabemos por los datos que Asia Meridional y Central, África y Latinoamérica lideran las métricas de adopción popular. Esto es algo inverso a los mapas de penetración bancaria tradicionales, lo que sugiere que las criptomonedas están llenando vacíos donde la banca está menos desarrollada. Un mapa de adopción de criptomonedas podría destacar a India, Vietnam, Filipinas, Ucrania, Nigeria, Kenia, Argentina, etc. como puntos calientes, esencialmente mapeando los puntos problemáticos en la economía fiduciaria (controles de capital, inflación, etc.) o poblaciones con fuertes conocimientos tecnológicos. Mientras tanto, las grandes economías desarrolladas (EE. UU., Reino Unido, Francia, etc.) muestran una adopción moderada pero no de primer nivel, lo que refleja que para muchos en esos países, las criptomonedas son más una opción de inversión que una necesidad.
- Estado de la implementación de CBDC: En cifras, casi 20 países han lanzado CBDC piloto o completamente lanzadas. Bahamas fue la primera (Sand Dollar en 2020). En el Caribe, le siguieron países como Jamaica (Jam-Dex) y la Unión del Caribe Oriental (DCash). Nigeria lanzó eNaira en 2021. El piloto de China (aunque no es oficialmente un "lanzamiento") eclipsa a otros en escala (cientos de millones de billeteras). El rastreador de CBDC del Atlantic Council señala que alrededor de 11 CBDC están "lanzadas" (en su mayoría economías pequeñas), y alrededor de 50 están en piloto avanzado o en desarrollo. Es importante destacar que las economías del G7 en su mayoría aún están en investigación; ninguna ha lanzado una CBDC todavía. Por lo tanto, en los próximos años se verá un posible cambio (por ejemplo, el BCE podría decidir sobre el euro digital para 2025, la Fed probablemente esté más lejos a menos que el Congreso cambie de postura). Datos de transacciones : Vimos que el e-CNY de China generó transacciones equivalentes a 250 000 millones de dólares a mediados de 2023. Esto es significativo, pero en el contexto de las ventas minoristas totales de China (unos 5 billones de dólares en el primer semestre de 2023), sigue siendo insignificante. El eNaira de Nigeria tuvo un uso extremadamente bajo (solo 10 millones de dólares en transacciones en sus primeros 6 meses, una cifra insignificante para un país de 200 millones de habitantes). Estas cifras indican que las CBDC tienen un largo camino por recorrer en cuanto a su adopción por parte de los usuarios : o bien los casos de uso aún no son lo suficientemente atractivos o bien la gente se muestra recelosa. Es posible que se necesiten incentivos (como los pagos gubernamentales en CBDC) o simplemente tiempo para cambiar los hábitos.
En general, el panorama empírico muestra un panorama en rápida evolución: la adopción de criptomonedas es real y sustancial (especialmente donde más se necesita), DeFi funciona, aunque en sus inicios, e incluso los gobiernos están incursionando en la emisión de monedas digitales. Sin embargo, la escala del ecosistema criptográfico aún es uno o dos órdenes de magnitud menor que la del sistema tradicional. Sin embargo, la trayectoria sugiere un crecimiento e integración continuos. Si las tendencias continúan (salvo un descarrilamiento importante, como prohibiciones globales draconianas o un fallo tecnológico catastrófico), podríamos prever que, para finales de la década de 2020, los usuarios globales de criptomonedas podrían alcanzar más de mil millones, y una parte significativa de las transacciones transfronterizas (quizás entre el 10 y el 20 %) podría involucrar criptomonedas o CBDC de alguna forma. Esto, sin duda, marcaría la era de Bretton Woods III.
Contraargumentos y críticas
La visión de Bretton Woods III, impulsada por las finanzas descentralizadas y las nuevas monedas, es ambiciosa. Naturalmente, ha suscitado importantes críticas y escepticismo desde diversos sectores: economistas tradicionales, banqueros centrales e incluso algunos defensores de las criptomonedas que consideran irrealistas ciertos aspectos de la tesis. A continuación, abordamos algunos de los principales contraargumentos a la idea de un nuevo orden mundial criptocéntrico y los desafíos que, según los escépticos, impedirán su realización (o al menos la atenuarán considerablemente).
- Volatilidad y falta de una unidad de cuenta estable: Una de las críticas más fundamentales es: ¿Cómo es posible un orden económico mundial basado en activos extremadamente volátiles? Para que el dinero funcione como unidad de cuenta global (para la fijación de precios de bienes, salarios y contratos) y medio de intercambio, generalmente debe tener un valor estable, o al menos predecible. Bitcoin y la mayoría de las criptomonedas no superan esta prueba hoy en día: oscilaciones del 50 % en pocos meses, o incluso del 10 % en un día, son comunes. Esta volatilidad socava su uso como estándar de valor. Las monedas estables son una respuesta a la volatilidad, pero su estabilidad se basa en su vinculación a las monedas fiduciarias (principalmente el dólar estadounidense). Así que, si imaginamos un futuro donde las monedas estables sean prominentes, se trata esencialmente de una extensión del orden fiduciario, solo que con una apariencia diferente. Un orden verdaderamente nuevo podría implicar un nuevo estándar independiente (como una criptomoneda global o una cesta de materias primas). Pero crear una moneda (o cesta) que sea ampliamente aceptada y estable es increíblemente difícil. Los Derechos Especiales de Giro (DEG) del FMI —una cesta de divisas principales— nunca se convirtieron en una divisa global importante fuera de las transacciones del FMI. La idea de Bancor (una divisa internacional propuesta por Keynes) tampoco prosperó. Algunos críticos, como el economista Michael Pettis, argumentan que los países no confiarán lo suficiente entre sí como para encerrarse en un nuevo sistema de valor fijo; prefieren la flexibilidad del dinero fiduciario para responder a las condiciones económicas. Si los gobiernos no lo respaldan y el activo es volátil (como Bitcoin), es improbable que se adopte ampliamente como divisa principal. Contraargumento : Los defensores podrían responder que la volatilidad puede disminuir a medida que aumenta la adopción (si Bitcoin se poseyera tan ampliamente como el oro, sus fluctuaciones podrían atenuarse). O que el nuevo sistema podría no depender de un solo activo, sino de múltiples opciones (para que no predomine una única volatilidad). Pero esto sigue siendo un gran obstáculo para cualquier tesis de sustitución del dólar: el sustituto debe ser flotante (lo que podría ser caótico) o fijo (lo que requiere una inmensa coordinación y el sacrificio de la libertad política).
- Escalabilidad y limitaciones tecnológicas: Otra crítica es práctica: ¿pueden las redes descentralizadas manejar la escala y la velocidad necesarias? Como se mencionó, las cadenas de bloques tienen problemas de escalabilidad. Se avecinan soluciones, pero los escépticos señalan que aún no existe un sistema descentralizado a escala global . La capacidad de Visa (decenas de miles de TPS) frente a la de Bitcoin se cita a menudo como una verificación de la realidad. También hay una crítica ambiental: las criptomonedas de prueba de trabajo como Bitcoin consumen mucha energía (aunque la transición de Bitcoin a fuentes más renovables está en marcha, y Ethereum se trasladó a prueba de participación, lo que reduce la energía en un 99%). Pero las preocupaciones ambientales y de eficiencia computacional podrían llevar a los gobiernos a desalentar activamente algunas tecnologías (la UE casi debatió la prohibición de la minería de criptomonedas con uso intensivo de energía). La crítica tecnológica se extiende a la experiencia del usuario : administrar claves privadas no es trivial, los errores pueden ser irrecuperables y confiar en custodios externos reintroduce puntos centrales de falla (como ejemplo, el colapso de intercambios como FTX). Para ser la base de las finanzas globales, estas tecnologías deben volverse mucho más robustas, fáciles de usar y seguras. En contrapartida : los criptotecnólogos argumentan que nos encontramos en la fase de módem de acceso telefónico de esta tecnología; las mejoras (como Ethereum 2.0, Lightning, etc.) son similares a la transición del acceso telefónico a la banda ancha. En una década, predicen, la cadena de bloques será la infraestructura de backend con aplicaciones de usuario integradas, similar a cómo usamos internet sin comprender TCP/IP. También podrían señalar que, incluso si las capas base son lentas, las arquitecturas en capas (Capa 2, cadenas laterales, etc.) pueden soportar la carga.
- Intereses arraigados y resistencia política: El orden financiero vigente cuenta con poderosos beneficiarios: grandes bancos, importantes países con monedas de reserva, instituciones internacionales existentes (FMI, Banco Mundial). Un auténtico Bretton Woods III podría perturbar su influencia. Según los críticos, es ingenuo asumir que simplemente lo dejarán pasar. La resistencia institucional puede adoptar diversas formas: presionar para lograr regulaciones desfavorables sobre las criptomonedas, crear barreras para la conversión entre criptomonedas y moneda fiduciaria (bloqueando las vías de acceso) o, en casos extremos, prohibiciones directas (como se ha visto en algunos países). Ya se podría argumentar que la relativamente lenta adopción de las criptomonedas por parte de los bancos fue una forma de resistencia sutil (aunque ahora muchos bancos la están utilizando). Además, los gobiernos se benefician de la capacidad de imprimir dinero en situaciones de crisis (flexibilidad monetaria). Es poco probable que renuncien a ella por un sistema de criptomonedas con un suministro fijo. Michael Every, de Rabobank, señaló que los gobiernos no querrán renunciar a las ventajas de la moneda fiduciaria sin respaldo (como la impresión de dinero) . Él y otros también señalan que el dólar estadounidense proporciona bienes públicos globales (liquidez, un activo seguro en bonos del Tesoro) que ninguna alternativa actual puede igualar. Por lo tanto, incluso muchos en Occidente podrían preferir un sistema ligeramente caótico liderado por EE. UU. a uno descentralizado desconocido. Algunos escépticos creen que si las criptomonedas se volvieran demasiado influyentes, las grandes potencias tomarían medidas enérgicas simultáneamente, lo que haría impráctico su uso a escala. Después de todo, los estados-nación en última instancia controlan la infraestructura física (cables de internet, redes eléctricas) y los sistemas legales, que podrían aprovechar para frenar a un competidor monetario no deseado. Contraataque : los defensores de las criptomonedas creen que la teoría de juegos provocará una adopción gradual: una vez que algunos países se beneficien, otros temen quedarse atrás y se unen, y eventualmente incluso los escépticos asienten (como analogía: a pesar de la resistencia inicial, prácticamente todos los países ahora permiten internet y los teléfonos inteligentes, porque prohibirlos era demasiado perjudicial económicamente). Además, algunas jurisdicciones siempre serán amigables, manteniendo vivo el ecosistema incluso si otras se detienen.
- Problema de fragmentación vs. unidad: Algunos argumentan que Bretton Woods III podría no ser un sistema único y coherente, sino una era de fragmentación monetaria . En lugar de un nuevo orden global, podríamos tener múltiples órdenes locales . Quizás coexistan el bloque del dólar, el bloque del yuan/BRICS, la eurozona y la criptoesfera, sin que ninguno sea universalmente dominante. Esta crítica se basa en que la noble idea de un sistema unificado similar al de Bretton Woods podría no prosperar; en cambio, aumentará la complejidad. Esto podría implicar mayores costos de transacción, nuevos arbitrajes y desigualdades, y dificultades para lograr un consenso global en cuestiones financieras. Por ejemplo, si surgen múltiples activos de reserva, los países podrían tener que mantener mayores reservas (distribuidas entre USD, EUR, oro y criptomonedas) para sentirse seguros, lo cual es ineficiente. Pettis y otros señalaron que las materias primas (o multidivisas) como base cubren solo una parte del comercio e introducen su propia ciclicidad . Podría terminar siendo menos estable que el defectuoso pero relativamente uniforme sistema del dólar.
- En esencia se cubren solo una parte del comercio e introducen su propia ciclicidad . Podría terminar siendo menos estable que el defectuoso pero relativamente uniforme sistema del dólar. En esencia, «Bretton Woods III» podría ser un nombre inapropiado si implica un sistema único; podría ser más bien una «Guerra Fría Financiera» con sistemas en competencia. Contraargumento : Esto es plausible; sus defensores podrían argumentar que, incluso si fuera así, sigue siendo un cambio de paradigma que se aleja del dinero fiduciario unipolar. También podrían argumentar que la tecnología podría arbitrar entre sistemas (por ejemplo, alguien podría intercambiar sin problemas entre una red estadounidense de stablecoins y una red china de CBDC mediante intercambios descentralizados, reduciendo así los problemas de fragmentación).
- Falta de prestamista de última instancia y redes de seguridad: Una crítica importante de economistas como Paul Krugman o de los banqueros centrales es que el sistema monetario criptográfico carece de las instituciones estabilizadoras que posee el sistema actual. No existe un equivalente al FMI en DeFi para rescatar a un país o protocolo en una crisis de liquidez, ningún banco central global para recortar las tasas en una recesión, ni un seguro de depósitos para prevenir las corridas bancarias (aunque DeFi cuenta con conceptos como la sobrecolateralización para mitigar algunos riesgos). Argumentan que las crisis son inevitables y que, cuando ocurren, el sistema descentralizado podría descontrolarse o requerir intervenciones centralizadas ad hoc (irónicamente, recreando las antiguas estructuras). Por ejemplo, si una importante stablecoin rompiera su paridad y causara pánico, en última instancia, una coalición de empresas o un gobierno podría tener que intervenir para restablecer el orden, como ocurrió de forma limitada cuando MakerDAO (un emisor de stablecoin descentralizado) fue rescatado por fondos de riesgo durante la crisis del mercado de 2020. Sin estos interruptores, un sistema basado en criptomonedas podría ser más volátil y propenso a crisis, lo que podría perjudicar el comercio y el crecimiento global. Contraargumento : Algunos economistas especializados en criptomonedas creen que pueden surgir nuevas formas de redes de seguridad algorítmicas o comunitarias (como fondos de seguros descentralizados y banca central algorítmica que utiliza contratos inteligentes para expandir o contraer la oferta). Actualmente, estas son, en el mejor de los casos, experimentales.
- Cuestiones legales y de gobernanza: ¿Quién gobierna un sistema global descentralizado? Las instituciones actuales de Bretton Woods (FMI, Banco Mundial, BPI, OMC) ofrecen foros para la negociación, el intercambio de datos y la resolución de disputas. En un mundo monetario sin Estado, las disputas podrían ser más difíciles; por ejemplo, si alguien piratea las reservas de criptomonedas de un país, ¿quién es responsable? Si un algoritmo toma una decisión que causa pérdidas a millones, ¿quién es responsable? La legislación está muy atrasada en estos asuntos. Además, la evasión fiscal y las finanzas ilícitas podrían proliferar si una gran parte de la actividad económica se canaliza a redes difíciles de monitorear para cualquier nación. El FMI ha advertido explícitamente que el uso generalizado de criptomonedas podría socavar la política fiscal (al dificultar la recaudación de impuestos) y los controles de capital . Los gobiernos necesitan financiarse; si la economía se vuelve oscura para ellos, eso es insostenible. Por lo tanto, por razones prácticas de gobernanza, los escépticos argumentan que las criptomonedas permanecerán marginales o se integrarán al sistema existente en sus propios términos . A menudo citan cómo los inicios de Internet también se enfrentaron a predicciones de ruptura de los estados-nación, pero al final los estados se adaptaron (censurándolo, usándolo para vigilancia, etc.) y el mundo todavía tiene fronteras.
- Precedente histórico e inercia: Históricamente, los cambios en el orden monetario internacional a menudo han acompañado grandes trastornos geopolíticos (por ejemplo, la Segunda Guerra Mundial condujo a Bretton Woods I, el colapso de Bretton Woods I fue durante la Guerra de Vietnam y el shock de Nixon, etc.). Algunos argumentan que, en ausencia de un catalizador dramático, el mundo puede arreglárselas con lo que tiene. El sistema centrado en el dólar ha demostrado ser resistente: incluso después de las crisis de 2008 y 2020, el mundo duplicó los dólares (huida a la seguridad). Incluso ahora, a pesar de los rumores de desdolarización, en las crisis el dólar tiende a fortalecerse porque es el activo más confiable y líquido. Por lo tanto, la inercia de los hábitos (fijar el precio del petróleo en dólares, mantener los ahorros en dólares) es enorme. Cambiar eso podría requerir un desastre que rompa la confianza en el dólar (algo que nadie debería alentar, ya que sería globalmente doloroso), o una alternativa muy atractiva. Críticos como Michael Every argumentaron que actualmente nada realmente rivaliza con el dólar; Incluso si grupos de países comercian en otras monedas, se trata más de una solución regional que de un nuevo estándar global. Bromeó diciendo que, bajo las tendencias actuales, Bretton Woods III «no parece una alternativa global al dólar estadounidense, sino simplemente un conjunto de transacciones que evitan el dólar estadounidense como intermediario». Esto implica que el dólar podría seguir siendo el líder, solo que un poco menos omnipresente, lo cual es más una evolución que una revolución.
A pesar de estos contraargumentos, el impulso de cambio es evidente, pero quizás el resultado final sea diferente de lo que imaginan algunos entusiastas de las criptomonedas. En lugar de un desplazamiento total de los sistemas existentes, Bretton Woods III podría manifestarse como un sistema mixto : bancos centrales emitiendo monedas digitales, instituciones financieras integrando blockchain para mayor eficiencia y una parte de la riqueza depositada en activos descentralizados como Bitcoin como cobertura; todo ello coexistiendo con un marco (aún significativo) basado en el dólar estadounidense y el euro. Esto es posiblemente más plausible que una repentina transición a un mundo dominado por las criptomonedas.
La tesis de Bretton Woods III , en su forma audaz, es una provocación útil: obliga a replantear las suposiciones, pero la realidad podría arrojar un resultado más matizado. Como resultado, muchos economistas sugieren centrarse menos en las palabras de moda y más en el progreso gradual: mejorar los pagos transfronterizos (ya sea mediante criptomonedas o no), actualizar la regulación financiera para la era digital, abordar la sostenibilidad de la deuda (un problema grave que Bretton Woods II no ha resuelto) y garantizar que los mercados emergentes no se queden atrás. Las criptomonedas pueden ser parte de esas soluciones, pero no una panacea.
En resumen , los críticos nos recuerdan que:
- El camino hacia cualquier nuevo orden está plagado de desafíos técnicos, políticos y económicos.
- El sistema actual, a pesar de todos sus defectos, tiene características resilientes y administradores poderosos.
- Un escenario probable es la integración parcial de las criptomonedas en el sistema existente en lugar de un reemplazo total en el corto plazo.
Esta perspectiva no niega el potencial transformador de lo que está ocurriendo, pero lo presenta más como una evolución (quizás significativa) que como una ruptura radical. La verdad bien podría encontrarse entre el optimismo de una utopía descentralizada y el escepticismo de un statu quo completamente inalterado.
Conclusión
La arquitectura financiera mundial está cambiando innegablemente bajo las fuerzas de la tecnología, la geopolítica y la evolución del mercado. Si estos cambios culminarán en un "Bretton Woods III" claramente definido es algo que los historiadores del futuro determinarán, pero los ingredientes del cambio ya son visibles. Estamos viendo las primeras etapas de lo que podría convertirse en un nuevo orden monetario multicapa:
- Los activos y redes digitales descentralizados ofrecen vías y activos alternativos para quienes los necesitan o los prefieren: desde Bitcoin, que actúa como instrumento de cobertura o ahorro, hasta las monedas estables que permiten transferencias globales instantáneas, y las DeFi, que crean mercados paralelos de crédito y comercio. Esta infraestructura de base es global por defecto, inclusiva (cualquiera con acceso a internet puede unirse) y robusta contra puntos únicos de fallo, encarnando la filosofía de un sistema financiero democratizado.
- Las monedas digitales de los bancos centrales y los marcos regulatorios están incorporando las innovaciones de las criptomonedas al ámbito de la supervisión y legitimidad estatales. Esto indica que los gobiernos se están adaptando, sin reconocer su derrota, sino aprovechando nuevas herramientas para mejorar los sistemas existentes y garantizar su relevancia. Un mundo donde las personas tengan una CBDC nacional en una billetera y criptomonedas en otra, pudiendo elegir entre ambas según el contexto, es un resultado muy posible.
- Geopolíticamente, el equilibrio de poder en las finanzas se está volviendo más disputado. El liderazgo de Estados Unidos no es tan indiscutible como lo fue en la década de 1990; China ha construido sistemas alternativos y otras naciones están explorando acuerdos colectivos. Sin embargo, ninguna alternativa ha destronado al dólar. Podríamos terminar en un escenario mixto donde el dólar, si bien sigue siendo primordial, coexiste con un papel más importante para otras monedas y materias primas , y con las criptomonedas desempeñando un papel nicho pero importante (por ejemplo, como garantía internacional neutral o en zonas de conflicto).
- Los riesgos y las incógnitas persisten. ¿Se producirá una crisis importante relacionada con las criptomonedas que afecte la confianza durante años?
- Por el contrario, ¿una tecnología revolucionaria hará que las criptomonedas sean tan escalables y fáciles que su adopción supere las expectativas?
- ¿Cómo se desenvolverán las rivalidades entre las grandes potencias en el ámbito de la diplomacia de las monedas digitales? Estas son preguntas sin respuesta.
Para académicos y legisladores, el surgimiento de este potencial Bretton Woods III requiere un compromiso abierto pero crítico . Descartar las criptomonedas por completo (como algunos hicieron al principio) es imprudente, ya que ignora los problemas reales que estas tecnologías están abordando para las personas. Por el contrario, saltar sin barandillas es igualmente imprudente, como hemos visto el daño que los mercados no regulados pueden causar a los inversores y las economías. Un enfoque equilibrado fomentaría la innovación (… Un enfoque equilibrado fomentaría la innovación al tiempo que mitiga los riesgos, aprovechando los beneficios de eficiencia e inclusión de la tecnología criptográfica sin sacrificar la estabilidad y la seguridad. La cooperación internacional será vital: así como Bretton Woods (I) requirió que las naciones diseñaran colectivamente nuevas reglas, la versión del siglo XXI exige un diálogo entre tecnólogos, reguladores y líderes globales para dar forma a un sistema financiero que sea innovador, resiliente e inclusivo .
En conclusión, la defensa de Bretton Woods III refleja una verdad más amplia: el orden económico mundial nunca es estático. Vivimos un período de profunda experimentación monetaria y reequilibrio geopolítico. Es posible que dentro de una década, tengamos un Nuevo Orden Económico Mundial : uno donde múltiples monedas (digitales y tradicionales) compartan prominencia, donde las redes descentralizadas complementen (y a veces compitan) con las instituciones centrales, y donde el poder económico sea más difuso. Este futuro Bretton Woods III podría no surgir de una sola conferencia o acuerdo, sino del impacto acumulativo de innumerables decisiones de individuos, empresas y gobiernos que adoptan nuevas herramientas financieras.
En última instancia, el éxito de cualquier orden monetario, antiguo o nuevo, se juzgará por su eficacia para promover la estabilidad global, el crecimiento equitativo y la confianza entre sus participantes. Las tendencias emergentes analizadas en este informe ofrecen tanto esperanza como cautela al respecto. Si logramos aprovechar los mejores elementos (eficiencia, inclusión, soberanía) y gestionar con cuidado los peores (volatilidad, inseguridad, fragmentación), el mundo podría, sin duda, transitar hacia una era financiera más robusta y diversa. Bretton Woods III, sea cual sea su forma definitiva, representa la oportunidad de reimaginar los fundamentos de las finanzas globales para la era moderna: una oportunidad plagada de desafíos, pero con un gran potencial para quienes estén preparados para moldearla.
Erasmo Cromwell-Smith
20 de abril de 2025.
Fuentes:
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