La semana próxima se anunciará quién gana la medalla Clark de 2019. El premio para investigadores en Economía menores de cuarenta años más prestigioso del mundo. Antes de conocer el ganador de este año, Antonio Romero Medina nos escribe sobre Parag Pathak, que la recibió en 2018.
Estamos ya a finales de marzo y el próximo mes de abril la American Economic Association (AEA) concederá la medalla John Bates Clark. Este galardón se concede anualmente al economista residente en Estados Unidos menor de 40 años que más haya contribuido al avance de la economía. La medalla Clark es unánimemente reconocida como el máximo galardón al que un joven economista residente en los Estados Unidos puede aspirar y su reputación viene avalada por la lista de los galardonados que con posterioridad han obtenido el premio Nobel.
Me gustaría escribir hoy sobre el último ganador de esta distinción, el profesor de economía del Massachusetts Institute of Tecnology (MIT) Parag Pathak. Escribir casi un año después de que un acontecimiento ocurra tiene ciertas ventajas. Por ejemplo, el lector curioso puede revisar los motivos de la AEA para la concesión a Parag Pathak de esta distinción aquí o escuchar al propio galardonado en la entrevista que se publica en la web de la AEA.
En este caso, el premio fue concedido a Parag Pathak por sus contribuciones en el área del diseño de mercados sin que se atribuya a ninguna contribución en particular. Dicho esto, las contribuciones de Parag Pathak se centran en el estudio de las reformas y rediseño de los procesos de admisión escolares y sus implicaciones en política educativa.
Vayamos por partes. El lector de Nada es Gratis conoce el área del diseño de mercados. Los trabajos en esta área motivaron que Lloyd S. Shapley y Alvin Roth  recibieran el premio Nobel de economía (ver Nada es Gratis aquí y aquí entre otros). Podríamos pensar en el diseño de mercados como la adaptación del diseño de mecanismos a las complejidades del mundo real. Sus aplicaciones más exitosas son la reforma de los sistemas de asignación de médicos a plazas de formación de especialistas en Estados Unidos de Norte América (como el MIR en España, pero donde las plazas no son asignadas directamente en función del resultado de un examen, si no que los hospitales tienen preferencias relevantes para la asignación), las reformas de los procedimientos de admisiones escolares y la estructuración de los intercambios de riñones entre donantes vivos.
Parag Pathak obtuvo su doctorado en 2007 en la universidad de Harvard bajo la supervisión de Alvin Roth. Durante sus estudios doctorales Parag Pathak trabajó en un problema que Atila Abdulkadiroglu y Tayfun Sönmez en 2003 habían propuesto: la posibilidad de aplicar las técnicas del diseño de mercados a la admisión de estudiantes en colegios públicos.
En los colegios de Boston y en los institutos de secundaria de Nueva York los estudiantes eran asignados utilizando un sistema que ahora llamamos aceptación inmediata (AI). Este método es básicamente el mismo que los municipios usan en España con distintos niveles de sofisticación. Para optar a una de las plazas disponibles en una escuela los padres van al colegio en el que desean matricular a su hijo y proporcionan una lista ordenada de los colegios que consideran aceptables en la que ese colegio es el primero. El colegio valora la solicitud y ordena todas las recibidas de acuerdo a criterios de prioridad basada en su residencia y sus circunstancias personales (que son puntuadas) y elaboran un listado del que admiten a los solicitantes mejor valorados hasta cubrir las plazas disponibles. Si hay más solicitantes que plazas disponibles, en el margen un sorteo determina qué solicitantes obtienen la admisión. Las aceptaciones son definitivas y los alumnos que no obtienen plaza en esta primera ronda repiten el proceso con el siguiente colegio en su lista aún dispone de plazas libres.
Fácil y natural ¿no? Pues no. No es posible encontrar una manera de asignar las plazas escolares que sea eficiente (en el sentido de Pareto, recuerde, solo importan las preferencias de los estudiantes), justa (no genere envidias justificadas porque alguien tiene una plaza que yo quiero y para la que tengo mayor puntuación), y no manipulable: en el que los padres puedan expresar su lista de colegios preferidos honestamente sin que les perjudique.
En sus primeros artículos publicados antes de obtener sus doctorado Parag Pathak y coautores abordaron los problemas de Boston y Nueva York y ofrecieron soluciones para los mismos. En ambos casos la propuesta fue la implantación de una versión del algoritmo de aceptación diferida (AD) (también llamado algoritmo de Gale y Shapley). Este asegura que los padres puedan presentar al proceso de admisión sus verdaderas preferencias para garantizarse la mejor escuela posible. Además, garantiza que si un estudiante desea una plaza en un colegio distinto al colegio al cual está asignado, esta plaza está cubierta por un estudiante con prioridad más alta.
La relación de Parag Pathak con el problema de las asignaciones a los colegios no había hecho más que empezar. Su enfoque no fue el habitual para de un economista teórico. Parag Pathak salto a la arena del debate público, participó en la discusión generada en la ciudad de Boston y continua aún hoy vinculado a ese debate mediante su puesto de asesor técnico del alcalde de Boston. La reacción en cadena que provocó este debate y el cambio de la AI por la AD en Boston ha propiciado un cambio similar en distritos escolares en todo el mundo.
La experiencia del rediseño de la asignación escolar en Boston ha llevado a Parag Pathak a abordar otros problemas que, en algunos casos, son comunes a los distritos que adoptaron la AD como a aquellos que permanecen con la AI.
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Por ejemplo, no todos los padres somos conscientes de cómo sortear las dificultades que pueden surgir para obtener la plaza que deseamos para nuestras hijas bajo AI. Para ello, hay que aprender a ¨jugar¨ bien con nuestra solicitud. Pero, si todos los padres no jugamos igual de bien se producirán consecuencias asignativas que afectarán a la justicia de la asignación. En 2008 en un trabajo publicado junto con Tayfun Sönmez   pusieron de manifiesto que la asignación producida por la AI favorece a los padres más sofisticados (aquí). En este sentido defendieron que imponer el requisito de no manipulabilidad (como en AD) a un mecanismo puede justificarse en términos de justicia. Siguiendo con esta idea y en otro trabajo Parag Pathak demuestra que los distintos mecanismos de asignación pueden ser ordenados en términos de la capacidad de los agentes para manipularlos y sí, AI es el peor (aquí).
Otro de los aspectos de la asignación de estudiantes a colegios que resulta problemático son las indiferencias presentes en las prioridades de los colegios y la manera en que se rompen. Parag Pathak y coautores pusieron de manifiesto, en el caso de Nueva York, que cuando los estudiantes tienen el mismo derecho a una plaza la manera en que los desempates se rompen no es irrelevante en términos de eficiencia y de incentivos.
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Parag Pathak, no se ha limitado al ámbito de la teoría y ha producido artículos directamente empíricos relacionados con problemas de política educativa. Un ejemplo son sus trabajos sobre la efectividad de las escuelas concertadas de distintos tipos en Boston o de aquellas escuelas de élite que requieren un examen de ingreso en Nueva York y Boston. Así, en Boston descubrió que las escuelas concertadas (que disponen de un currículo más flexible y no están sujetas a regulación salarial de manera que pueden ampliar horarios más fácilmente) mejoran los resultados de los estudiantes menos favorecidos. Por el contrario, en Nueva York donde los padres pagan rentas elevadas por vivir cerca de los colegios de élite los estudiantes que no fueron admitidos en el margen tienen resultados similares a los admitidos. En ese sentido las mejores escuelas obtienen los mejores alumnos, pero no los hacen mejores.
Debo ir terminando esta relación (muy incompleta) de los méritos de Parag Pathak y lo hago dejando fuera aportaciones muy relevantes como sus contribuciones al estudio de los mercados grandes. Me gustaría que al terminar estas líneas compartieran conmigo la impresión de que las aportaciones de Parag Pathak al mercado de las ideas proceden de una fuente accesible a todos nosotros. La observación minuciosa de los problemas y su conocimiento detallado. Es la combinación de este conocimiento con los mejores instrumentos teóricos o empíricos lo que ha permitido a Parag Pathak encontrar nuevos problemas y solucionarlos. Una receta tan elegante como difícil.

fuente
http://nadaesgratis.es/admin/parag-pathak-ganador-de-la-medalla-clark-2018