WHAT ECONOMISTS DO - B.Lucas


    El cuento de B.Lucas, nos lo recomienda en el blog Fedea el sr. Luis Garicano, nos indica que es fabuloso, y explica la utilidad (y los límites) de los modelos con claridad- creo que todos los estudiantes deberían leer este cuento al principio de sus clases de macro.


“Lo que hacen  los economistas”

Robert E. Lucas, Jr. 9 de Diciembre de 1988
    Los economistas tienen una imagen de practicidad y sofisticación no compartida por físicos y poetas. Algunos economistas se han ganado esta imagen. Otros, yo mismo y muchos de mis colegas aquí en Chicago, no la tienen. No estoy seguro si tomarán ustedes esto como una confesión o una fanfarronada, pero los economistas somos básicamente narradores, creadores de sistemas económicos ficticios. En vez de tratar de explicar en que consiste esta actividad de contar historias y por qué pienso que es útil, incluso una actividad esencial, pensé en contarles una historia y dejar que ustedes juzguen por si mismos.
Mi cuento tiene una motivación: quiero entender la conexión entre cambios en la masa monetaria y las depresiones económicas. Una manera de demostrar que entiendo esta conexión, en realidad creo que la única manera realmente convincente, sería para mí provocar una depresión en los Estados Unidos manipulando la masa monetaria de EE.UU. Creo que sé cómo hacer esto, aunque no estoy absolutamente seguro, pero una virtud verdadera del sistema democrático es que no miramos amablemente a las personas que quieren utilizar nuestras vidas como un laboratorio. Así, que trataré de provocar mi depresión en otra parte.
La ubicación que tengo en mente es uno de esos parques de atracciones pasados de moda: motañas rusas, la casa del terror, perritos calientes, etc. En particular, pienso en el Parque de Kennywood en Pittsburgh, donde viví cuando mis hijos tenían la edad óptima como compañeros de parque de atracciones – un bello lugar de principio de siglo en un risco con vistas al río Monongahela. Si ustedes no han visto este parque en particular, substitúyanlo por uno con el que ustedes estén familiarizados para que puedan visualizar cómo funcionaría en realidad el experimento que describiré.
El Parque de Kennywood es una ubicación útil para mis propósitos porque es un sistema monetario enteramente independiente. Uno no puede gastar dólares de EE.UU. dentro del parque. En la puerta, los visitantes utilizan dólares de EE.UU. para comprar entradas que pueden gastar dentro del parque. Las atracciones dentro tienen un precio en tantas entradas por paseo en la atracción. Los operarios de la atracción reúnen estas entradas, y al final de cada día las cambian por dólares, como fichas en un casino.
Por razones obvias, el negocio en el parque fluctúa: los domingos son días grandes, los 4 de Julio son aún más grandes. Permítanme imaginar que cada atracción en el parque es operada independientemente, con alguna flexibilidad: una persona adicional puede ser llamada para ayudar a sacar entradas, o para apresurar a las personas que entran y salen de la atracción, en un plazo corto de tiempo si el día es inesperadamente grande o con la notificación previa si es previsible. Si el negocio es lamentablemente lento, una atracción permitirá a algunos de sus trabajadores irse antes. Así, el PNB del parque (cantidad total de entradas gastadas) y el empleo (el número de horas-hombre trabajadas) fluctuará de un día al siguiente debido a fluctuaciones en la demanda. ¿Podríamos llamar a un día lento, un lunes o un martes, una depresión? Seguramente no. Por una depresión económica queremos decir algo que no debe suceder, algo patológico, no las oscilaciones normales diarias o estacionales del negocio.
Así, me imagino, es cómo el parque funciona. (Digo “me imagino” porque voy escribiendo lo anterior sobre la marcha). Técnicamente, el Parque de Kennywood es un sistema de tipo de cambio fijo, ya que su banco central (la oficina del cajero de la puerta) cambia monedas locales (entradas) por divisa extranjera (dólares de EE.UU.).
En esta economía, el número de entradas en circulación es económicamente irrelevante. Ningún cliente, ni dueño de atracción, tiene realmente interés en el número de entradas por paseo, excepto en la medida que estos precios reflejan dólares por paseo. Si el número de entradas por dólar se duplica de 10 a 20, y si los precios de todas las atracciones se duplican en términos de entradas (6 entradas por paseo en la montaña rusa en vez de 3) y si todos conocen que estos cambios se han producido, no se produciría una diferencia importante. Tal duplicación de la masa monetaria y de precios representaría una inflación del 100 por cien en términos de la moneda local, pero ¿y qué?

   Ahora quiero mostrarles que cambios en la cantidad de dinero (en el número de entradas en circulación) tienen la capacidad de inducir depresiones o expansiones en esta economía, al menos cómo pienso que sucede en la realidad. Para hacer esto imaginemos al Parque de Kennywood sujeto a un experimento. Piense en alquilar el parque a sus dueños por un domingo, a cambio de la compensación conveniente, y ejercer las funciones de gobernador de la oficina de cajero. Ni los trabajadores de las concesiones ni los clientes deberán ser informados de esto. Entonces, sin advertencia previa a nadie del interior del parque y sin ninguna comunicación sobre lo que pasa, los cajeros reciben la orden de que éste día den 8 entradas por dólar en vez de 10. ¿Qué sucederá?
Podemos imaginarnos muchas reacciones. Algunos clientes, desalentados o enojados, darán la vuelta para casa. Otros, que van al parque con un presupuesto de dólares fijo solo comprarán el 80 por ciento de las entradas que habrían comprado antes del cambio. Habrá otros que gastarán un 20 por ciento más dólares y se comportarán como lo harían en ausencia de este cambio en “los tipos de cambio”. Tendría que saber mucho más de lo que sé a acerca del Parque de Kennywood para poder decir cuántos caería en cada una de categorías anteriores, pero resulta claro que nadie se verá inducido a comprar más entradas que si el experimento no se hubiera producido, muchos comprarán menos, de manera que el número total de entradas en circulación, “la oferta monetaria” de esta economía de parque de atracciones, experimentará una caída que de otro modo no habría experimentado en este domingo.
Ahora miremos todo esto desde el punto de vista del dueño de una atracción o el vendedor de perritos calientes. De nuevo, habrá muchas clases de reacciones. En general, la mayoría de los trabajadores percibirán que el parque parece un poco vacío para ser un domingo, y que los clientes no parecen estar gastando como lo hacen habitualmente. La mayoría del tiempo se gasta en comprar pequeños recuerdos del parque, disfrutar de la vista del río y en paseos a través de los jardines. Muchos dueños de atracción se lo tomarán como algo personal. Los que estaban preocuparon sobre que su atracción se estaba pasando de moda obtienen una confirmación adicional. Los que pensaban que su atracción estaba empezando a ser popular y habían pensado en añadirle alguna capacidad nueva, empieza a preguntarse si no están siendo demasiado optimistas. En muchas atracciones, los empleados extra contratados para hacer frente a la multitud esperada para el domingo son enviados a casa temprano. Un ambiente oscuro y “deprimido” se respira en el parque.
Lo que he hecho, en resumen, es generar una depresión en el parque. La reducción en la cantidad de dinero ha llevado a una reducción en la producción real y el empleo. Y esta depresión es verdaderamente una especie de patología. Los clientes llegan al parque, ansioso por gastar y disfrutar. Las atracciones están listas y esperando para servirlos. Introduciendo un fallo técnico en el sistema monetario del parque hemos impedido que se realicen (no físicamente, pero si efectivamente) intercambios mutuamente ventajosos entre compradores y vendedores.

   Esto es el fin de mi cuento. En vez de ofrecer algunas de mis opiniones acerca de la naturaleza y causas de las depresiones en los Estados Unidos, simplemente he creado una depresión y he permitido que usted mire. Espero que usted la encuentre convincente en sus propios términos: lo que he dicho que sucedería en el parque como resultado de mis manipulaciones podría suceder de hecho. Si este es el caso, entonces usted estará de acuerdo en que aumentando el número de entradas por dólar podemos generar una expansión en el parque. Sin embargo, claramente no podríamos generar una expansión domingo tras domingo por este método. Nuestro experimento funcionó sólo porque nuestras manipulaciones cogieron a todos por sorpresa. Podríamos haber evitado la depresión dejando las cosas como estaban, pero no podríamos utilizar la manipulación monetaria para generar un nivel permanentemente más alto de prosperidad en el parque. La claridad con que estos efectos se pueden ver es la principal ventaja de operar en mundos simplificados y ficticios.

    La desventaja, se debe conceder, es que nosotros no estamos interesados realmente en comprender y prever las depresiones en parques de atracciones hipotéticos. Estamos interesados en nuestra propia sociedad bastante más complicada. Para aplicar el conocimiento que hemos obtenido acerca de las depresiones en el Parque de Kennywood, debemos estar dispuestos a argumentar por analogía de lo que sabemos acerca de una situación a lo que querríamos saber acerca de otra situación bastante diferente. Y, como todos sabemos, la analogía que una persona encuentra persuasiva, su vecino bien puede encontrarla ridícula.
    Bien, por esto es por lo que personas honestas pueden discutir. No sé lo que uno puede hacer, excepto tratar de contar cuentos cada vez mejores, para proporcionar la materia prima de analogías mejores y más instructivas . ¿Cuánto más podemos liberarnos de los límites de la experiencia histórica para descubrir las maneras en que nuestra sociedad puede funcionar mejor que en el pasado? En todo caso, eso es lo qué los economistas hacen. Somos narradores, operando mucho tiempo en mundos de ficción. No encontramos que el reino de la imaginación y las ideas es una alternativa a, o una retirada de, la realidad práctica. Al contrario, es la única manera que hemos encontrado para pensar seriamente acerca de la realidad.
        En resumen, no hay nada más en este método que mantener la convicción (que sé que ustedes tienen después de cuatro años en Chicago) de que la imaginación y las ideas importan. Espero que usted pueda hacer esto en los años que siguen. Es divertido e interesante y, en realidad, no hay alternativa práctica.

.-.-.-.-.
La crítica de Lucas viene a decir que si la gente es racional, entonces su racionalidad les haría descubrir patrones predecibles del pasado y adaptarse, de forma que la información pasada sería totalmente inútil para predecir el futuro. Es decir, al intentar modelizar sistemas económicos basados en búsqueda de patrones en series temporales, hay que tener presente que la racionalidad y capacidad de decisión de las personas que antes han tenido acceso a la información puede alterar la serie temporal posterior, haciendo desaparecer el patrón de comportamiento. En resumen, una vez detectado un patrón de comportamiento (en mercados, sistemas sociales, hábitos de consumo, etc.), la propia racionalidad y decisión colectiva de las personas cancela el patrón (generalmente anticipándose al patrón).

   Es un modelo simple con en el que se explica que un aumento de precios disminuye la demanda, que explica que hay acciones que funcionan porque se cogen a los gantes sociales por sorpresa y....


"En cualquier caso, este funcionamiento lo utilizan una parte de los economistas  Somos narradores, operando mucho tiempo en   un mundo de ficción. Nos encontramos en el reino de la imaginación y las ideas importan ". es la unica manera que hemos encontrado de pensar seriamente acerca de la realidad"


 Comentario:

-Discrepo en que no hay otras alternativas de hacer los modelos economicos,  creo que es
 interesante que lo lean los estudiantes de economia, para debatir si son capaces de trabajar con otro tipo de modelos  "fuera del mundo de la fantasia"

4 comentarios:

JOAKO dijo...

La traducción es horrible, supongo que de un traductor automático. este tipo de experimentos confirma las intuiciones que tenemos con respecto a la realidad, pero también se pueden manipular los resultados, en ningún momento se habla de beneficio, es decir si como bien dice hay un tanto por ciento que se vuelven, otro tanto por ciento que gastan lo presupuestado y otro tanto por ciento que aumenta el presupuesto cubriendo el defecto de oferta monetaria, en realidad ese veinte por ciento menos de erta monetaria seria inferiopr, pongamos de un 15%, y supongo que en el parque siempre hay atracciones estrella que notan menos el bache, por lo cual se deberia ver de que se prescinde antes ¿de los perritos calientes? ¿de la noria?...determinar un descontento con un solo día de venta ha de ser difícil, y hacerlo desde el lado del consumidor de ocio casi imposible. ¿se hizo de verdad el experimento? ¿o es tan solo una parabola de los modelos sencillos de economía?, si es lo segundo, me parece un modelo pobre, pero el sistema no me parece mal, sobre todo porque se puede inferir psicologicamente el comportamiento social introduciendo un solo cambio, pero las baterias de pruebas/preguntas a hacer han de ser mayores, es ahí en donde entran el beneficio de ese día (empirica) y la satisfacción de los clientes y oferentes (psicologica), en todo caso me parecen interesantes este tipo de experimentos si están muy bien diseñados, porque si no es así se corre el riesgo de sacar conclusiones muy "a la ligera".

Ramon.Morata dijo...

Ya teneis la traduccion correcta
¿El Estado debe generar utilidad neta creando demanda adicional?
Si un cliente venia con la intención de comerse 2 perritos calientes, debera comerse 4 porque han creado mas masa monetaria de forma artificial ? ¿que pasara con su colesterol?

-Otros economistas creen que la política fiscal discrecional es el instrumento mas útil en estas situaciones

JOAKO dijo...

Mucho mejor así.
No respondes a las preguntas que te hago, los modelos económicos han de ser muy minuciosos, de lo contrario pasaría lo que dices, al multiplicar la masa monetaria por diez el número de perritos ingeridos será de ¡20!

Ramon.Morata dijo...

creia que te habia respondido de forma ironica, con los perritos al duplicarse el asunto...
Si un dia en clase lo quereis comentar...seguro que sacais mas concluciones..es un buen cuento para debatir.

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