Es necesario un debate sobre si es necesario ir hacia la gobernanza mundial, con las ventajas y riesgos que supone, o bien ir hacia unas nuevas instituciones supranacionales mejor representadas por todos los paises, que promuevan los acuerdos mundiales, que puedan actuar preventivamente y no cuando los problemas se descontrolan. Para ello estas instituciones deberian estar organizadas de diferente forma a la actual, con mas representatividad de todos los paises, con organos de justicia universal que controlaran y pudiesen sancionar a nivel global. El problema es que los paises no quieren perder su soberania, de esta forma con sus "herramientas particulares" de cada pais pueden actuar en su favor, que muchas veces no es a favor de las necesidades de la humanidad.
Estamos viendo como hay muchos problemas a nivel mundial enquistados desde hace muchas decadas, problemas que acaban con problemas mucho mayores, cuando salta cualquier espoleta. Problemas que acaban siendo sistemicos.
1- Problema grave de Hambrunas, escasez de alimentos en determinadas zonas, especulación en alimentos, es un problema que arrastramos desde hace mas de 50 años, solo se solucionara cuando los acuerdos mundiales se enfoquen a resolver este problema prioritarios
2-Problemas de apoyo a paises no democraticos por intereses particulares de grandes corporaciones y politicos asociados. Sin un sistema de penalizaciones a nivel global el problema no se podra solucionar siendo incluso mejor actuar en el lado positivo, incentivar a los paises democraticos y dejar mas marginados a los paises no democraticos
3- Problemas de control de gasto militar en paises endeudados,paises pobre, y paises emergentes, paises que sobrepasan incluso el gasto del 3 % sobre el PIB, teniendo una parte de la poblacion pasando necesidades (Grecia, India,Pakistan,China, etc)
4-Control Nucleares, tal como indica Andreyev: "En la industria nuclear no hay organismos independientes", son necesarias nuevas instituciones supranacionales que controlen de forma independiente.
5-Problemas ambientales a nivel global, incentivando a las empresas que investiguen en alternativas energeticas mas sostenibles, en productos menos contaminates, en nuevos materiales menos pesados etc. Se podria lograr con un IVA segmentado por productos mas contaminates-menos contaminantes.
6- Problemas de control de los flujos financieros a nivel global, regulación y normas globales.Problemas graves derivados de la arquitectura financiera. El ministro de Finanzas, Xie Xuren ha pedido una reforma de arriba hacia abajo del sistema financiero mundial y la diversificación de monedas de reserva. Por un parte el del FMI D Strauss-Kahn dijo que la propuesta china de crear una nueva moneda de reserva para sustituir el dólar era "razonable".pero no lo ven asi, el presidente de EE.UU., Barack Obama, el secretario del Tesoro, Timothy Geithner y el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, que creen que no es necesario nueva moneda de reserva que reemplace al dólar.
El debate es como se pueden coordinar las acciones para estabilizar el mercado financiero internacional, para reequilibrar los paises con deficit comercial vs los paises ahorradores, la lucha contra el proteccionismo en el comercio y las finanzas. Todos saben que es neceario las "reformas necesarias" del sistema financiero internacional, pero de moemnto nadie quiere ceder posiciones particulares por el bien global.
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II- Nuevas normas:
Rodrik, nos indica que si los politicos ahora se reunieran en Bretton Woods, New Hampshire, para diseñar un nuevo orden económico global, estarían preocupados por estos problemas actuales: la crisis de la eurozona, la recuperación global, la regulación financiera, los desequilibrios macroeconómicos internacionales y demás. Los líderes deberian elevararse por encima de ellos y deberian de considerar la solidez de los acuerdos económicos globales en general.
Nos indica siete principios lógicos de gobernancia económica global:
1. Los mercados deben estar profundamente incorporados a los sistemas de gobernancia . Esta bien demostrado en esta crisis y en otras que los s mercados no se autorregulan. Los mercados requieren que otras instituciones sociales los respalden. Se basan en tribunales, marcos legales y reguladores para establecer e implementar reglas. Dependen de funciones estabilizadoras que ofrecen los bancos centrales y la política fiscal contracíclica. Necesitan el compromiso político que la tributación redistributiva, las redes de seguridad y el seguro social ayudan a generar. Y todo esto es válido también para los mercados globales.
2. Para el futuro previsible, la gobernancia democrática quizá se organice básicamente dentro de comunidades políticas nacionales. El estado nacional vive, si no del todo bien, y sigue siendo esencialmente la mejor alternativa. La búsqueda de gobernancia global es algo absurdo. Es improbable que los gobiernos nacionales cedan un control significativo a instituciones trasnacionales, y las reglas armonizadoras no beneficiarían a sociedades con necesidades y preferencias diversas. La Unión Europea puede ser la única excepción para este axioma, aunque su crisis actual tiende a demostrar que es así.
Indica que se puede mejorar la eficiencia y legitimidad de la globalización respaldando y no entorpeciendo los procedimientos democráticos en casa.
3. Prosperidad pluralista. Reconocer que la infraestructura institucional medular de la economía global debe construirse a nivel nacional libera a los países para desarrollar las instituciones que más les convienen. Estados Unidos, Europa y Japón produjeron cantidades comparables de riqueza en el largo plazo. Sin embargo, sus mercados laborales, la gobernancia corporativa, las leyes antimonopólicas, la protección social y los sistemas financieros difieren considerablemente, y siempre hubo una sucesión de estos “modelos” –uno diferente cada década- a los que se ungía con el gran éxito a ser emulado.
Las sociedades más exitosas del futuro dejarán espacio para la experimentación y permitirán una mayor evolución de las instituciones. Una economía global que reconoce la necesidad y el valor de la diversidad institucional alentaría y no sofocaría esa experimentación y evolución.
4. Los países tienen derecho a proteger sus propias regulaciones e instituciones. Loa principios previos pueden parecer inocuos. Pero conllevan fuertes implicancias que chocan con la opinión general de los defensores de la globalización. Una de esas implicancias es el derecho de los países individuales a salvaguardar sus elecciones institucionales internas. El reconocimiento de la diversidad institucional no tendría sentido si los países no tuvieran los instrumentos a su disposición para forjar y mantener –en una palabra, “proteger”- a sus propias instituciones.
Se debe aceptar que los países puedan propugnar reglas nacionales –políticas fiscales, regulaciones financieras, normas laborales o leyes de salud y seguridad de los consumidores- y que puedan hacerlo levantando barreras en la frontera si fuera necesario, cuando el comercio ostensiblemente amenaza las prácticas domésticas que cuentan con un amplio respaldo popular.
5. Los países no tienen derecho a imponerles sus instituciones a los demás. Utilizar restricciones al comercio o a las finanzas transfronterizos para defender valores y regulaciones en casa es muy diferente de usarlas para imponer esos valores y regulaciones a otros países. Las reglas de la globalización no deberían obligar a norteamericanos o europeos a consumir bienes que son producidos con métodos que la mayoría de los ciudadanos en esos países consideran inaceptables. Pero tampoco deberían permitirles a Estados Unidos o a la UE usar sanciones comerciales u otras presiones para alterar las reglas del mercado laboral, las políticas ambientales o las regulaciones financieras de países extranjeros. Los países tienen derecho a la diferencia, no a una convergencia impuesta.
6. Los acuerdos económicos internacionales deben establecer reglas para administrar la interacción entre instituciones nacionales. Basarse en los estados nacionales para que proporcionen las funciones de gobernancia esenciales de la economía mundial no implica que debamos abandonar las reglas internacionales. El régimen de Bretton Woods, después de todo, tenía reglas claras, aunque eran limitadas en su alcance y profundidad.
Lo que necesitamos son reglas de tráfico para la economía global que ayuden a los vehículos de diferente tamaño, forma y velocidad a navegar uno junto al otro, en lugar de imponer un auto idéntico o un límite de velocidad uniforme. Deberíamos esforzarnos por alcanzar una máxima globalización que sea coherente con un espacio para la diversidad en los acuerdos institucionales nacionales.
7. Los países no democráticos no pueden contar con los mismos derechos y privilegios en el orden económico internacional que las democracias. Lo que les otorga atractivo y legitimidad a los principios previos es que se basan en una deliberación democrática –donde ésta realmente ocurre, al interior de los estados nacionales-. Cuando los estados no son democráticos, este andamiaje colapsa. Ya no podemos suponer que sus acuerdos institucionales reflejan las preferencias de sus ciudadanos. De manera que las no democracias tienen que actuar con reglas diferentes, menos permisivas.
Estos son los principios que los arquitectos del próximo orden económico global deben aceptar. Más importante aún, deben comprender la máxima paradoja que cada uno de estos principios resalta: la globalización funciona mejor cuando no se la empuja demasiado lejos.
Libro:
The Globalization Paradox -Rodrik
http://www.chine-informations.com/actualite/la-chine-en-faveur-une-monnaie-mondiale-unique_12695.html
http://www.globernance.com/wp-content/uploads/2010/11/Programa-Completo_Castellano1.pdf
http://www.chine-informations.com/actualite/la-chine-en-faveur-une-monnaie-mondiale-unique_12695.html
http://www.globernance.com/wp-content/uploads/2010/11/Programa-Completo_Castellano1.pdf
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