Repensar la Pobreza: Reflexiones más pausadas sobre el Premio Nobel de Economía 2019 a Abhijit Banerjee, Esther Duflo y Michael Kremer
Como ya anunciamos en esta entrada express,
el conocido como Premio Nobel de Economía (todos los años alguien nos
recuerda que Alfred P. Nobel no estableció un premio para nuestra
disciplina) ha sido otorgado a Abhijit Banerjee (MIT), Esther Duflo (MIT) y Michael Kremer (Harvard) por "su enfoque experimental para aliviar la pobreza mundial".
Estos tres economistas han revolucionado la forma en la que se estudia
cómo se puede estimular el desarrollo económico en países pobres,
priorizando intervenciones testadas en experimentos aleatorios y basadas
en el conocimiento sobre el terreno de las razones reales que
determinan por qué las personas pobres a menudo toman decisiones
subóptimas. Este enfoque en la lucha contra la pobreza supuso un cambio
radical frente a lo que venía siendo la práctica habitual en el campo
del desarrollo y en las recomendaciones de política pública de los
organismos internacionales. Estas recomendaciones surgían de análisis
más macro y se basaban en aquellos programas que “deberían” funcionar en
teoría pero para los que la relación causa-efecto de su efectividad no
estaba necesariamente establecida empíricamente. Como explicó Duflo en
su ilustrativa TED talk,
no sabíamos si los ingentes recursos destinados a la ayuda al
desarrollo eran efectivos o no. Si los resultados observados con
posterioridad a la implementación de un programa eran buenos, no
sabíamos si esto se debía al programa en si. Quizás los resultados eran
buenos por casualidad y hubiesen sido incluso mejores si el programa
nunca se hubiese implementado.
Hasta finales de la década de los 90, los economistas que querían
evaluar el impacto causal de las políticas públicas sólo podían aspirar a
encontrar una fuente de variación exógena ya presente en la
implementación del programa. Los llamados “experimentos naturales”
utilizaban discontinuidades o factores externos que pudiesen haber
ocurrido en las regiones donde el programa se implementó o a los
individuos que fueran elegibles. Sin embargo, los premiados comenzaron a
preguntarse el por qué deberían limitarse a intentar encontrar estos
shocks exógenos y no podían asignar una política pública a un grupo de
tratamiento seleccionado aleatoriamente y comparar los resultados de un
grupo de control.
Mediante estos experimentos aleatorios aplicados a las políticas
públicas, los premiados han conseguido aportar evidencias científicas
rigurosas sobre el impacto de diversas intervenciones destinadas a la
lucha contra la pobreza. Se han evaluado el efecto de los microcréditos,
de sistemas de incentivos para la vacunación infantil, de programas de
fomento del uso de fertilizantes en la agricultura o de incentivos para
el uso de mosquiteras para prevenir malaria, entre muchos otros. Un
resultado de estos estudios es que a menudo las políticas más comunmente
aceptadas e implementadas, no son las más efectivas en la lucha contra
la pobreza. Por ejemplo, en el ámbito educativo han observado que el
proveer a los alumnos de libros gratuitos o el asegurarles la comida en
el centro educativo contribuye menos a disminuir el absentismo escolar
que, por ejemplo, adecuar el contenido de los programas educativos a las necesidades reales de los alumnos o prescribirles
un fármaco coste-efectivo contra aquellos parásitos intestinales que
evitan que los niños puedan ir al colegio de forma continuada. Por último, los galardonados también han comprobado que el
rediseño de los incentivos laborales de los profesores puede ayudar a
reducir el enorme absentismo laboral en algunos de estos países.
La relativa importancia de los recursos y lo crucial que resulta
entender los incentivos de quienes están al mando de los servicios
públicos en los países en vías de desarrollo, se refleja también en las
intervenciones de los premiados en el ámbito de la salud. Por ejemplo,
encontraron que una de las razones de la falta de vacunación infantil en
países pobres no es sólo la falta de vacunas sino la facilidad de
conseguirlas. En este sentido, sus investigaciones
apuntan a la clásica enseñanza de la Economía del Comportamiento sobre
el valor de los “gratis”: las tasas de vacunación pasaron en uno de sus
experimentos del 18 al 75% en el momento en que las vacunas dejaban de
costar algo menos de un dólar y pasaban a ser completamente gratis. De
forma similar, el problema no es tanto que las vacunas no estén
disponibles en los centros de salud sino que cuando se acudía a
vacunarse, los encargados de poner las vacunas no estaban en sus centros
de trabajo. Por ello, establecieron un sistema de unidades móviles que
realizaban campañas de vacunación dirigiéndose directamente a las zonas
más pobladas que, combinándolo con un pequeño incentivo (un kilo de
alimentos) consiguió incrementar de forma espectacular las tasas de
vacunación.
Por último, no han estado exenta de polémica las investigaciones de
los premiados sobre microcréditos financieros, una herramienta clásica
propuesta para salir de la pobreza extrema. En varias investigaciones,
los premiados encuentran que aunque los microcréditos estén ampliamente
disponibles y en condiciones muy ventajosas, los individuos pueden no
tomarlos. Si bien uno de estos créditos podría permitir la inversión en fertilizantes
que a medio plazo aumentaran de manera radical la productividad de las
tierras cultivadas por agricultores pobres, éstos no los terminan de
adoptar por tener preferencias temporales sesgadas hacia el presente:
cuando uno es pobre lo que importa es el aquí y ahora, y cuesta mucho
hacer un esfuerzo económico hoy, por pequeño que sea, aunque sea muy
provechoso en el futuro.
Estos ejemplos ilustran la relevancia y el gran valor para la
sociedad del trabajo de los galardonados. Su metodología permite dar
prioridad a aquellas políticas públicas para las cuales existen
evidencias científicas que funcionan y mejoran el bienestar de las
personas. Esto representa un cambio de paradigma respecto a la práctica
habitual en la mayoría de países que consiste en implementar aquellas
políticas que los políticos “intuyen” que funcionarán mejor o que,
simplemente, les darán mayores réditos políticos. Numerosos países en
vías de desarrollo ha firmado acuerdos con organismos que promueven el
uso de experimentos aleatorios, como el Jameel Poverty Action Lab,
fundado Banerjee y Duflo, para comprometerse a diseñar sus políticas
públicas en base a la evidencia empírica. Además, instituciones como el
Banco Mundial y otros organismos multilaterales han empezado a requerir
la realización de evaluaciones de impacto en la mayoría de sus programas
de ayuda al desarrollo.
Este ha sido un premio Nobel muy celebrado, tanto por haber sido dado
a economistas que se enfocan de forma práctica en obtener resultados
para un problema real, como por el hecho de que los galardonados son
realmente apreciados en el ámbito académico no sólo por su trabajo, sino
también por su servicio a la comunidad científica, y a los
investigadores jóvenes especialmente. No obstante, el premio también ha
creado un estimulante debate académico. Como ya comentamos en esta entrada,
se ha criticado que algunos de sus experimentos carecen de teoría
económica por lo que la implementación de sus intervenciones en otros
contextos puede generar resultados diferentes. A esto se le llama
comúnmente falta de validez externa (lack of external validity). Esto
viene acrecentado por basarse los resultados en los múltiple
micro-detalles específicos de un problema concreto en un país concreto.
Un segunda crítica acusa sobre la relativa falta de ética que tiene el
enfoque experimental: para poder establecer causalidad, los experimentos
necesitan un grupo de control. En este grupo, una intervención
potencialmente beneficiosa no se implementa durante el tiempo del
estudio. También es posible que el grupo de tratamiento no se beneficie,
sino que se vea perjudicado por la intervención que se estudia. Frente
a la primera crítica, enarbolada por ejemplo por otro reciente premio Nobel como Angus Deaton, cabe preguntarse qué es exactamente la teoría económica
y por qué no pueden ser compatibles teorías generales sobre el
desarrollo económico con intuiciones, testadas posteriormente sobre el
terreno y de las que se pueden establecer enseñanzas más generales.
Además muchos de los estudios aleatorios de estos autores cuentan con
una teoría detallada y rigurosa. Por ejemplo en el artículo sobre los
incentivos a profesorado no sólo presenta un modelo de comportamiento
dinámico sino que también lo estima estructuralmente y obtiene
estimaciones contrafactuales. Sobre las consideraciones éticas, si bien
es cierto que toda investigación experimental, como los ensayos clínicos
de nuevos fármacos, sufren esta crítica, uno puede pensar también en el
coste de oportunidad de no hacer estas intervenciones y en el análisis
coste-beneficio a largo plazo de lo que se aprende entendiendo la
relación causal de la efectividad de estos programas. Además, la
participación en los grupos de tratamiento siempre es voluntaria y la
asignación al grupo de control es aleatoria, por lo que, en ausencia de
posibles externalidades del experimento, los “no tratados” no estarán en
peor situación que la que ya estaban. Al finalizar la fase
experimental, si el programa funciona, a menudo se extiende al grupo de
control y los individuos se benefician de una política efectiva. En
todo caso, se trata de un debate importante y apasionante. Debate que,
además, nos gustaría impulsar para impulsar de una vez la creación en
España de un centro, similar a las agencias existentes en gran parte de los países desarrollados como Estados Unidos, Reino Unido o Australia,
que promueva las políticas basadas en la evidencia proveniente de
experimentos controlados (RCTs o “Randomized Controlled Trials”) como
los que realizan los tres galardonados con el Nobel de Economía este
año.
Si se han quedado con ganas de saber más, Mónica, cuyo director de
tesis doctoral fue uno de los premiados (Abhijit Banerjee), será una de
los ponentes, junto con Anna Sanz y Marcos Vera, de la tradicional mesa redonda anual divulgativa sobre los premios que la Asociación Española de Economía organiza en la Fundación Ramón Areces el 11 de Noviembre por la tarde.
PD: Este post es una versión “expandida” y editada del artículo publicado por Mónica en Expansión el 16/10/2019.
Hay 9 comentarios
“Un éxito de la ingeniería social. Quienes nos hemos dedicado a la ingeniería social sabemos lo difícil que es dar respuestas fiables a problemas concretos.”
Llamar científica a “la evidencia proveniente de RCTs” nada aporta a entender ese éxito. Cuando se tiene que tomar una decisión individual o colectiva, lo importante es disponer de evidencia fiable y relevante, sea científica según algún criterio arbitrario o no lo sea. Así lo aprendí cuando estudié Derecho (hace ya 60 años) y así lo practiqué desde entonces. Cuando Tom Sowell publicó su “Knowledge and Decision” (1980) sentí la tranquilidad de que estaba actuando correctamente.
Suponiendo el uso correcto de la evidencia proveniente de RCTs en todas y cada una de las decisiones individuales y colectivas, su valor social dependerá del problema específico y sus soluciones probables. En el caso de la pobreza su papel siempre será complementario a otras soluciones, y en casos extremos en que no hubiera otra solución, su valor social dependerá mucho de la protección que las personas directamente beneficiadas (una pequeña minoría en cualquier sociedad) reciban contra la amenaza de depredadores potenciales.
The region’s avocado boom, fueled by soaring U.S. consumption, has raised parts of western Mexico out of poverty in just 10 years. But the scent of money has drawn gangs and hyperviolent cartels that have hung bodies from bridges and cowed police forces, and the rising violence is threatening the newfound prosperity. A recent U.S. warning that it could withdraw orchard inspectors sent a shiver through the $2.4 billion-a-year export industry.
https://www.usatoday.com/story/money/2019/10/23/avocado-industry-viagras-cartel-taking-notice-money-stream/4071161002/
https://slatestarcodex.com/2019/10/23/indian-economic-reform-much-more-than-you-wanted-to-know/
https://andrewbatson.com/2019/10/25/who-deserves-the-nobel-for-chinas-economic-development/
https://scholar.harvard.edu/files/nunn/files/cje_article.pdf
Soy arquitecto y transfiero la sensibilidad de contruir en madera, siempre atada al pobre y en realidad es con lo q contruyen los ricos. No sé la gratuidad siempre me hizo ruido y me gustaría incorporar estos análisis para poder dar hogares dignos y con identidad.
La identidad de contruyen y siempre con esfuerzo.
No es gratis!
https://m.washingtontimes.com/news/2019/oct/21/the-nobel-committee-has-lost-touch-with-actual-sci/?fbclid=IwAR09yQILB0-WuT_yG8tXQf_fTvcxV2X4eVpR4jw9CWPEKcKsaP3YhB79iO8
¿Que teoría está intentado contrastar los premiados?
¿Que medicamento económico están intentando probar que funciona?
Comparar a los pobres con un virus al qué quieres erradicar quizás implique la creencia en una teoría económica cuya validez pretendes evitar que se ponga en cuestión.
Una buena teoría a contrastar sería esta:
https://elderechoadecidir.com/wp-content/uploads/2019/10/LA-TEOR%C3%8DA-DE-MADRID.pdf