Teoría cuantitativa del dinero
La última consideración sobre las
inexactitudes de la teoría económica hecha en el post anterior da pie
para seguir aportando en el presente algunas reflexiones sobre la
economía financiera y monetaria. Va a ser dicha economía la que
orientará nuestra investigación, reflejada, o resumida, en
los próximos posts.
Siento emplear un título tantas veces utilizado en libros,
artículos y publicaciones diversas, así como en infinidad de blogs. Es
un tema básico de la teoría económica que resulta muy fácil de explicar.
Mi referencia a él tiene dos motivos: uno, proponer planteamientos
alternativos de las fórmulas monetarias básicas, y otro, dar pie a
un tratamiento de cierto detalle de la economía financiera actual,
cuestión esta última a la que dedicaremos atención en próximos posts
(Imagen de arriba tomada de https://historiadelpensamientoeconomicounivia.wordpress.com/tag/teoria-cuantitativa-del-dinero/)
Importancia de la masa monetaria
Seguimos prestando atención a la ecuación recogida en el post anterior,
M x V = P x Q (M= masa monetaria; V= velocidad de movimiento del dinero; P= precios; Q= productos vendidos o producción).
M x V = P x Q (M= masa monetaria; V= velocidad de movimiento del dinero; P= precios; Q= productos vendidos o producción).
Para empezar hay que recordar el origen de tal ecuación. En cuanto a
la masa monetaria en sí su importancia surge nada menos que en el siglo
XVI y es la base de la teoría cuantitativa del dinero. Según esta
teoría, la masa monetaria existente en una economía afecta a los precios
y a la producción. En relación con ese hecho, algunos señalan al
intelectual francés, Jean Bodin (1529/1530-1596), como el introductor de la idea. Rastrean además las aportaciones al tema de Martín de Azpilcueta (1492-1586) de la Escuela de Salamanca. Así como, y por supuesto, las de Richard Cantillon (1680-1734) y de David Hume (1711-1776). Estos dos últimos ya en el XVIII y en pleno debate sobre el mercantilismo.
Los economistas clásicos prestaron cierta atención al dinero
John Stuart Mill
(1806-1873), un economista clásico, ya del XIX, fue el que más
aportaciones hizo a la moderna teoría monetaria. Habló de la
dependencia de los precios del dinero en circulación e incluso de la
velocidad de intercambio del mismo.
La economía clásica dedicó atención a estos conceptos pero se
decantó más bien por la economía real. Los economistas clásicos consideraban
muy importante, como se sabe, el equilibrio económico y creían que los
gobiernos tenían un determinado papel en cuanto a conseguirlo actuando sobre el
dinero en circulación.
En relación con el mismo tema, el gran economista sueco Knut Wicksell,
(1851 -1926) contribuyó también con importantes aportaciones a la
“teoría cuantitativa del dinero”. Sugirió que una determinada cantidad
de dinero circulante mantiene los precios estables y consideró que dicha
cantidad viene en parte determinada por la relación entre la tasa de
interés y la tasa de beneficio del capital.
Aportaciones adicionales sobre la teoría cuantitativa del dinero
En la misma dirección, el llamado en Economía, Grupo de Cambridge, formado por Alfred Marshall (1842-1924), Arthur Cecil Pigou (1877–1959), un joven John Maynard Keynes (1883–1946) y Ralph George Hawtrey (1879-1975), contribuyó también a perfeccionar el monetarismo. Aunque ninguno de ellos, salvo el último, fueran muy partidarios de la teoría cuantitativa.
Irving Fisher
(1867—1947), considerado durante algún tiempo el mejor economista
americano, fue, probablemente, el que más aportaciones hizo al
monetarismo, antes de las de Abba Lerner (1903-1982), Milton Friedman (1912-2006), verdadero padre del Monetarismo, y los más recientes, Edmund Phelps (Nacido en 1933) y John Brian Taylor (Nacido en 1946).
Lo básico de la teoría cuantitativa
De una forma o de otra la ecuación de Fisher está pensada para una
situación de la economía en la que la mayor parte de la masa monetaria
estaba dedicada a la producción y al intercambio de bienes y servicios.
Con unos mercados de capital en los que el dinero se invertía en
acciones a largo plazo.
La masa monetaria debe mantenerse al alza cuando lo hagan los precios o la producción. Especialmente lo conocido como M3,
es decir, el dinero en manos del público + depósitos a la vista +
depósitos a plazo hasta dos años + participación en fondos monetarios y
valores bancarios hasta dos años.
Pero las cosas han variado muchísimo en el terreno de las
inversiones, especialmente desde la aparición y difusión de Internet, es decir,
desde mediados de los años 80 del siglo pasado.
Las dos economías
Desde entonces y con la ayuda de la liberalización de los mercados
monetarios llevada a cabo en esos años a partir de decisiones de Ronald
Reagan en los Estados Unidos y Margaret Thatcher en UK, el mundo de las
inversiones de carácter financiero se ha transformado totalmente y ha
crecido de forma espectacular. Las interminables listas de gestfunds, o empresas de captación de dinero para invertir en valores, en todos los países, es una muestra de ello.
Tal actividad de fundraising sugiere la
existencia de una economía financiera separada de la real de bienes y
servicios. Los economistas en general no aceptan la existencia de dos
economías, la financiera y la real, pero cada vez es más evidente que
existen y que se distancian una de la otra. Diríamos, por supuesto, que
las dos son reales y en ese sentido es verdad la existencia de una única
realidad. Pero hay dos fenómenos contrapuestos: el especulativo y el de
producción de bienes y servicios. Es una incompatibilidad más de
nuestro sistema de funcionamiento.
Nuevas ecuaciones
En relación con la dualidad anterior, tengo la opinión de que
deberían formularse dos ecuaciones. Una para las inversiones monetarias,
financieras o especulativas, y otra para la economía real de producción
e intercambio de bienes y servicios. Algo así como:
1.- Economía financiera: MFxVF = PFxTF (MF=
Masa monetaria dedicada a fondos financieros especulativos; VF=
Velocidad de intercambio de dichos fondos; PF= Precios de las
transacciones; TF= Transacciones realizadas)
2.- Economía de bienes y servicios: MRxV = PxQ
(MR= Masa monetaria realmente dedicada a la producción de bienes y
servicios; Resto de variables las utilizadas en la actualidad)
Ecuación alternativa
O, alternativamente, utilizar un parámetro para especificar
que no toda la M3 o Masa monetaria total, puede ser utilizada para hacer
cálculos sobre los precios o sobre la producción. Sería algo así como:
(1-m)xMxV = PxQ
Siendo m un valor menor de 1 que muestre el porcentaje o,
mejor dicho, el tanto por uno, de masa monetaria total dedicada a la
especulación.
A medida que este porcentaje aumente habrá menos masa
monetaria dedicada a la producción de bienes y servicios.
Dificultades para la utilización de las variables monetarias
Es la misma idea que utilizó el Grupo de Cambridge para
introducir el concepto de “propensión a la liquidez”. Es decir, utilizar un
parámetro k, que reduce la demanda de dinero para la producción de bienes y
servicios:
Md= kxPxQ
Si k es igual a 0,20, por ejemplo, habrá menos dinero
disponible para la producción.
El problema de estas cuestiones monetarias es que es bastante difícil
disponer de estadísticas fiables sobre las variables que las miden.
Mucho más en relación con las inversiones especulativas, las cuales no
pueden ni siquiera definirse o distinguirse con claridad.
Aumento de la masa monetaria
De hecho, lo único que se utiliza normalmente es el
porcentaje de aumento anual de la masa monetaria, el cual dicho sea de paso, no
hace otra cosa que crecer desde hace años, tanto en Europa como en los Estados
Unidos. Dando la impresión de que con ello se alimenta la expansión de la
economía financiera.
Sobre estas últimas cuestiones y sobre el impacto positivo o negativo
de la economía financiera en la pobreza y en la desigualdad esperamos
volver en futuros posts.
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Nota 1, Siento mucho que el breve repaso histórico
sobre el monetarismo hecho en este post, y en general en gran parte de
las consideraciones realizadas en el blog en su conjunto, sean tan
convencionales y tan apegadas al conocimiento más establecido sobre la
ciencia económica. Dicho conocimiento es, en gran manera, de origen
anglosajón y tiende a dejar fuera la obra de economistas mundiales de
otras culturas. No solo de la española sino de la francesa, la italiana,
en la que han existido grandes economistas, y la de varias otras.
Se mencionan solo un economista español, uno francés, si consideramos a Cantillon como irlandés, y uno sueco.
Lo mismo ocurre con el management, otro área de conocimientos fuertemente dominado por la cultura anglosajona.
Nota 2. Para la labor de búsqueda de explicaciones
en relación con la economía y el bien común, no tiene demasiada
importancia el uso de lo que se puede considerar un conocimiento
convencional o una sabiduría común, pero deseo hacer notar la
dependencia existente en el mundo de lo escrito en inglés sobre estas
cuestiones.
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https://economiayfuturo.es/teoria-cuantitativa-del-dinero/
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