«La Europa del futuro»
EN el momento es que se publican estas páginas España ocupa por
quinta vez la presidencia rotatoria del Consejo de la Unión Europea
(UE) en un contexto de profunda incertidumbre económica y política.
Aunque la UE nace como un proyecto esencialmente político para
facilitar la paz en los pueblos de Europa occidental tras la Segunda
Guerra Mundial, es la economía, es decir, el crecimiento económico,
el bienestar social y los intereses comunes entre los países que se integran,
la que ha jugado un papel fundamental en el éxito del proyecto.
En efecto, la Economía (con mayúscula) es la que ha permitido sancionar
el proceso de unificación europea, dándole viabilidad. el metodo
de integración adoptado por la actual UE ha sido especialmente exitoso
frente a otras vías posibles para potenciar la cooperación entre
los países precisamente porque, desde un principio, ha generado una
dinámica de avance que conduce, de forma inexorable, a un mayor
grado de integración política.
El resultado lo sabemos todos: la UE ha sabido profundizar en su proceso
de integración, convirtiéndose primero en algo más que una UA
para, una vez superado el proceso de euroesclerosis de los años 70
y comienzos de los 80, pasar a relanzar el objetivo de llegar a ser un
Mercado Común y avanzar hacia una Unión Monetaria (más o menos)
plena. Esto lo ha conseguido de forma paralela a su ampliación en
sucesivas rondas (hacia el Sur, el Centro-Norte-EFTA y hacia el Este),
conjurando de forma ejemplar el peligro que suponía esta mayor
heterogeneidad para la cohesión económica y social. Por contra, la
EFTA ha permanecido como una ALC y sus miembros han disminuido
de forma continua.
Sin embargo, la Integración Económica inherente a la UE es un proceso
dinámico y puede fracasar por dos motivos: en primer lugar, por
obstáculos entre los países miembros, debido a concepciones políticas
o culturales diversas sobre el propio proceso de integración (este sería
el caso del Reino Unido), o por la creciente heterogeneidad de sus
miembros, cosa que viene ocurriendo, sobre todo, desde la ampliación
al Este en 2004
Un segundo motivo de estancamiento en el proceso de integración
puede venir derivado por falta de coherencia interna en el mismo
desde un punto económico, es decir, que la eliminación de barreras
puede llevar a resultados económicos no deseados, bien por imperfecciones
de los mercados o por consecuencias distributivas que hagan
que el proceso no sea social y políticamente tolerable.
Por tanto, tal y como nos indicaba el Informe Padoa-Schioppa ya
en 1987, la eliminación de obstáculos debe ir acompañada de
políticas para impulsar la eficiencia a travs de la regulación
de cárteles monopolios, la equidad mediante el desarrollo la
convergencia regional la estabilidad mediante políticas anticíclicas
que permitan atenuar el ciclo económico y sus consecuencias
sobre el empleo.
La UE ha sido un ejemplo en la combinación de éstas. En efecto,
hasta los años 80, las políticas comunes básicamente se dedicaron
a corregir distorsiones en la asignación de recursos por el mercado,
aumentando su eficiencia a partir de los aos 80 en las sucesivas
ampliaciones de la UE, los fondos estructurales y de cohesión han jugado
un papel determinante para suavizar las divergencias entre las
regiones europeas, con un esfuerzo de solidaridad sin parangón en
la historia reciente de la humanidad y que marcan un hito diferencial
respecto a cualquier otro proceso de integración regional hasta el
momento presente. Por último, las inestabilidades cambiarias y, más
recientemente, la creación de la Unión Monetaria Europea (UME),
han puesto de relieve la importancia de las políticas de estabilización
en un área integrada, máxime si no se puede recurrir al tipo de
cambio como instrumento de ajuste.
Este hecho ha sido especialmente patente durante la Gran Recesión
comenzada en 2007-2008. Es aquí donde se han puesto de manifiesto
algunas de las limitaciones del sistema de gobernanza para
una estabilización eficaz, contribuendo a un alza del nacionalismo
de la enofobia. Como han puesto de manifiesto, entre otros, e
Grauwe (2012), una unión monetaria sin un cierto grado de unión
fiscal , por tanto, sin una maor unión política, aumenta su fragilidad
y la hace más vulnerable ante las crisis. De hecho, la crisis
financiera internacional de 2007 se convirtió en una crisis de deuda
dentro de la eurozona para derivar en una verdadera crisis política
sobre el futuro de la UE, en un clima de incertidumbre en el que aún
estamos inmersos.
Lo cierto es que en la actualidad no sólo ha entrado en crisis el
sistema de integración regional, del cual la UE es su máximo y más
exitoso exponente hasta la fecha, sino también lo que quedaba del
uevo rden conómico nternacional surgido tras la Segunda
Guerra Mundial y la división del mundo entre las democracias liberales
y el comunismo. Algunas de las consecuencias económicas
no deseadas del proceso de globalización económica han estallado
tras la crisis de 2007-2009, generando en el caso de la UE un
lento crecimiento acompañado de una mayor desigualdad, alto
desempleo y una aceleración de la desindustrialización. Sus consecuencias
sociales han creado un caldo de cultivo para el aumento
del nacionalismo y la xenofobia. Todo ello ha generado una cierta
crisis eistencial en la , pues la confianza en el sistema en la
capacidad de las élites para buscar soluciones en el marco europeo
se ha socavado.
EL ORDEN
INTERNACIONAL
SURGIDO TRAS LA
SEGUNDA GUERRA
MUNDIAL ESTÁ EN
CRISIS, PERO NO
ACABAMOS DE
VISLUMBRAR EL
NUEVO MUNDO
QUE SE ESTÁ
CONFIGURANDO
Nos encontramos, por tanto, ante un momento de incertidumbre
donde somos conscientes de que el orden internacional surgido tras
la Segunda Guerra Mundial está en crisis, pero no acabamos de vislumbrar
el nuevo mundo que se está configurando a nuestro alrededor.
Como ya hemos señalado, tres elementos se están conjurando
para caracterizar esta incertidumbre. En primer lugar, pocas veces
la geopolítica y la economía han aparecido tan íntimamente ligadas
como lo están haciendo en la actualidad, dando lugar a tensiones
proteccionistas. En segundo lugar, pocas veces se le ha exigido tanto
a la política monetaria. Las políticas no convencionales se han mostrado
eficaces, pero pueden llevar a pensar al pblico que los bancos
centrales, el BCE en nuestro caso, puede convertirse en el policy-maker
de último recurso a través del monocultivo de la política monetaria
o, dicho de otro modo, que la política monetaria puede sustituir a la
fiscal a las reformas estructurales. sto, además de ser falso, puede
ser muy peligroso para un crecimiento saneado a medio plazo. Por
último, en tercer lugar, pocas veces Europa ha aparecido a la vez tan
necesaria y tan dividida. Hoy en día Europa parece encontrarse en
retirada, a la defensiva, replegándose ante la crisis de la globalización
, sin embargo, uropa debe hacerse oír para reafirmar su proecto
político afianzar el modelo social europeo, basado en los bienes
comunes y sus valores morales. Otros objetivos, como la política
medioambiental o la refundación del multilateralismo, van más allá de
la escala europea. En este caso, se trata de conseguir un crecimiento
más inclusivo y que, al mismo tiempo, proteja los bienes públicos comunes,
comenzando por el clima.
Con el fin de responder a estas cuestiones, el presente nmero de
Papeles de Economía Española recoge las aportaciones de diversos
autores agrupadas en tres secciones: en la primera (estabilización
y crecimiento) se aborda el problema de la implementación de las
combinaciones de política económica en áreas altamente integradas,
tanto desde la demanda en el corto plazo como desde la oferta a
medio y largo plazo; asimismo se tratan los problemas de gobernanza
institucional que ello conlleva. En la segunda sección (transformación
sectorial), se incluyen diversas colaboraciones sobre distintos sectores,
incidiendo en los factores geopolíticos y de autonomía estratégica
(sector agroalimentario, reindustrialización, digitalización y política
energética). Por último, en la tercera sección se recogen diversos análisis
sobre el papel de Europa como actor global en distintos ámbitos
(política de defensa, relaciones con países emergentes y rol de la UE
como bloque comercial).
DE GRAUWE, P. (2012). The governance of a fragile Eurozone. Australian Economic
Papers, 45(3), pp. 255-268.
PADOA-SCHIOPA, T. (1987). fiaa estadad y eudad una estatega aa a
eoun de sstea eono de a oundad uoea Alianza Editorial.
LA EUROPA DEL FUTURO:
¿DEL NEXT GENERATION
A UN PLAN PARA LAS FUTURAS
GENERACIONES?
María Dolores GADEA RIVAS
Universidad de Zaragoza
Carlos MARTÍNEZ MONGAY
ECOMOD
El NGEU fue adoptado en 2020 con el
objetivo de paliar los efectos de la pandemia.
Casi tres años después, parece ser un buen
momento para hacer un balance preliminar
de su implementación y discutir su futuro. En
2022, justo al año siguiente de que la Unión
Europea recuperara los niveles de actividad
prepandemia, surgían nuevas amenazas globales
relacionadas con la invasión de Ucrania,
el repunte de la inflación y la crisis de los
mercados energéticos. En este contexto, la
transición climática se confirmaba como un
objetivo de primer orden. El REPowerEU representa
la respuesta de la Unión a esos retos.
Otros países están reaccionando también. El
Inflation Reduction Act (IRA, por sus siglas
en inglés) adoptado por los EE. UU. consiste,
fundamentalmente, en subsidios industriales e
incluye medidas claramente proteccionistas, lo
que podría llevar a una guerra comercial entre
ambos lados del Atlántico. El Plan Industrial
de Cero Emisiones es la respuesta que propone
la Comisión Europea al IRA. El Plan incluye
la relajación del marco europeo de ayudas de
estado, lo que podría llevar a una carrera
de subsidios entre Estados miembros y poner
en riesgo el mercado interior. Ello se evitaría
con la creación de un fondo europeo destinado
a financiar los obetivos climáticos euro -
peos, lo que podría requerir la prolongación
del NGEU.
La transición climática es una
prioridad existencial para la humanidad
y como tal hay que traestarla a nivel global, no solo comunitario.
En este contexto, uno
se podría preguntar si la prioridad
es tan importante como para
replantearse algunos principios
de los tratados, no vaya a ser
que, parafraseando a Krugman,
lleguemos a la conclusión de
que hemos frito el planeta, pero
hemos salvado el Tratado de Funcionamiento
de la Unión Europea.
Afortunadamente, tal disyuntiva
parece retórica. Como casi siempre
en la construcción europea
para enfrentarse a un problema,
por más existencial que este sea,
la solución está en más Unión
Europea, no en menos. La transición
climática es un bien europeo
y como tal hay que financiarlo.
Aunque la solución final está en
ampliar y modificar sustancialmente
el presupuesto comunitario,
el NGEU marca el camino a
seguir ante un shock exógeno, no
económico, pero con implicaciones
económicas de proporciones
históricas. Además, dada la lentitud
de las reformas de calado
en la Unión, el NGEU podría proporcionar
una plataforma en el
período de transición.Aunque la reforma de las reglas
fiscales es el tema de otro
artículo en este volumen, habría
que destacar que la creación de
un fondo comunitario para financiar
la transición climática debería
estar estrechamente vinculado a
la reforma de las reglas fiscales.
Como se ha propuesto por distintos
autores, una capacidad Fiscal
central diseñada para financiar
bienes europeos, con la adecuada
condicionalidad, también permitiría
a los Estados miembros alcanzar
posiciones presupuestarias
sostenibles
LA ECONOMÍA EUROPEA TRAS
EL SHOCK GEOPOLÍTICO
Raymond TORRES
Funcas
Patricia SÁNCHEZ JUANINO
Funcas y National Institute of Economic and Social Research
a recuperación de la economía europea
que se esperaba tras la pandemia se ha visto
afectada por la sucesión de perturbaciones de
oferta, cuyo origen es esencialmente geopolítico.
a crisis energtica, eacerbada por la
guerra en Ucrania, junto con las disrupciones
de las cadenas de suministro y la ralentización
de los intercambios internacionales han
frenado el crecimiento y generado un brote
de inación indito desde la creación del
euro. a política fiscal ha audado a amorti -
guar hasta cierto punto el impacto del shock.
Sin embargo, de cara al futuro, el margen de
maniobra presupuestaria se ha estrechado
como consecuencia de la reactivación inminente
de las reglas fiscales la maoría de los
países eceden los umbrales de deuda o de
déficit), y sobre todo de la subida de tipos
de inters. Algunos países han aprovechado
su meor situación fiscal para desplegar audas
de Estado, cuyo carácter disperso no sirve
sin embargo para afrontar los retos globales.
La débil capacidad fiscal común, junto con
la provisionalidad del Next Generation, es la
principal carencia ante estos retos.
La reforma de las reglas
fiscales euroeas
Las reglas fiscales europeas
apuntan en la misma dirección
de necesidad de contener los
desequilibrios presupuestarios.
Estas reglas, en su versión actual,
provienen del Pacto de Estabilidad
y Crecimiento. En esencia,
se instrumenta un mecanismo
de vigilancia preventiva para evitar
déficits públicos excesivos,
con el objetivo de alcanzar el
equilibrio estructural de las finanzas
públicas a medio plazo.
Concretamente, los países de
la eurozona tienen la obligación
de presentar anualmente
un programa de estabilidad a
medio plazo. Dicho plan es objeto
de recomendaciones por parte
del Consejo en base a un examen
de la Comisión. El Consejo
puede, por ejemplo, exigir ajustes
que, de no cumplirse, pueden
acarrear sanciones de hasta el
0,2 por 100 del PIB.
EN BUSCA DE UNA
RESPUESTA EUROPEA A
LOS RETOS GLOBALES
l debate de política fiscal
se ha centrado en la búsqueda
de equilibrios presupuestarios de
los Estados miembros, sin necesariamente
abordar la cuestión
más amplia de cómo dotar a la
Unión Europea de instrumentos
que le permitan jugar un papel
relevante en un contexto geopolítico
cambiante, eacerbado por
la guerra en Ucrania. Las ayudas
de Estado merecen una consideración
especial en este contexto
Las ayudas de Estado
Ante el gran impacto de las
perturbaciones y el riesgo de
pérdida de competitividad del
teido productivo, los países han
recurrido al instrumento de las
ayudas de Estado, lo que ha obligado
a una adaptación de la
normativa europea.
En virtud de las reglas que
rigen el mercado único, los Estados
miembros no pueden adoptar
medidas que distorsionen
la competencia o afecten los
intercambios intracomunitarios.
Es por ello por lo que las ayudas
selectivas a empresas o sectores
específicos están prohibidas
en general, si bien con algunas
excepciones, tal y como se desprende
del artículo 107 del Tratado
de la Unión Europea.
stas ecepciones se ustifican
cuando las ayudas tienen efectos
positivos para el conjunto de la
UE que compensan una posible
distorsión de competencia. Algo
que requiere demostrar que la
ayuda reduce deficiencias del
mercado o externalidades negativas.
Otra circunstancia que
permite la concesión de ayudas
estatales atañe a un shock grave
en la economía de un stado
miembro. Así pues, en virtud de
una cláusula del citado artículo
107, la UE adoptó en marzo de
2020 un marco temporal de Crisis
para regular las ayudas estatales
en respuesta al COVID-19.
Este Marco Temporal se ha ampliado
en sucesivas ocasiones
para amparar también las ayudas
concedidas para amortiguar las
consecuencias de la guerra en
Ucrania y de la crisis energética.
En marzo del 2023, el dispositivo
se extendió en varias
direcciones –pasando a llamarse
Marco Temporal de Crisis y Transición–.
Por una parte, las ayudas
existentes se pueden prolongar
hasta finales de ao. ero sobre
todo se prevé la posibilidad de
incentivar la descarbonización
industrial y la inversión en energías
renovables hasta finales de
2025. Finalmente, el dispositivo
puede invocarse en respuesta al
naton eduton t de
EE. UU., también con ayudas que
pueden aplicarse hasta finales de
2025. La idea es aportar recursos
para la inversión en paneles
solares, baterías, componentes
de reciclaje, y en general el equipamiento
necesario para realizar
la transición hacia una economía
descarbonizada en todos los
sectores. La Comisión también
puede autorizar ayudas a empresas
en riesgo de deslocalización
hacia países que subvencionan
la implantación de industrias, en
clara alusión al IRA.
Bien es cierto que la UE ha
establecido directrices estrictas
para las excepciones temporales
a las normas sobre ayudas estatales.
Estas directrices tienen por
objeto garantizar que la asistencia
financiera prestada por los
Estados miembros sea necesaria,
proporcionada específica para
hacer frente a los retos especí
ficos a los que se enfrentan en
circunstancias excepcionales. La
UE también supervisa y revisa
de cerca las medidas de ayuda
estatal aplicadas por los Estados
miembros para garantizar
el cumplimiento de las normas y
evitar cualquier ventaja injusta.
Además, las excepciones temporales
a las normas sobre ayudas
estatales están limitadas en el
tiempo y sujetas a revisión. Una
vez que se remitan las circunstancias
excepcionales, se espera
que los Estados miembros eliminen
gradualmente las medidas
de ayuda estatal y vuelvan a las
normas normales de competencia.
Esto contribuye a garantizar
que las excepciones temporales
no se conviertan en una característica
permanente que se
restablezca la competencia leal
dentro del mercado único.
Sin embargo, ante la sucesión
de crisis junto con las diferencias
de posición fiscal entre
Estados miembros, las ayudas
pueden crear distorsiones en
el mercado único y dar lugar
a una competencia desleal. Es
un hecho que Alemania recibe
una parte desproporcionada de
las ayudas de Estado autorizadas
por la . sta asimetría en
la distribución de las ayudas,
que a se producía antes de la
pandemia, se ha agudizado tras
la crisis energética y la guerra
en Ucrania. Según la Comisión
Europea, el total de ayudas
aprobadas en 2022 supera los
671.000 millones de euros, es
decir el 4,3 por 100 del PIB de
la Comisión uropea, 2023.
Alemania concentra más de la
mitad de las audas 3 por 100,
seguida de rancia 24 por 100,
talia 7,7 por 100, inamarca
3, por 100, inlandia 2, por
100 aíses aos 1,7 por 100.
España se encuentra entre los
países que menos han apelado al Marco Temporal de ayudas de
Estado.
La dilución del apoyo, y su
asimetría entre países, tiene un
doble inconveniente. En primer
lugar, se distorsiona la competencia
a favor de los países que
más recurren a las ayudas, generalmente
los que disponen
de más espacio fiscal, en detrimento
de los otros. La extensión
del dispositivo hasta finales
de 2025 debilita el principio de
transitoriedad y excepcionalidad
del apoyo, que se asimila a una
inflación de subvenciones. En
segundo lugar, las medidas se
dispersan entre sectores y empresas,
con el riesgo de reducir
el impacto para el conjunto de la
UE. Este es, por ejemplo, el caso
de la competencia entre Estados
miembros para atraer industrias
de semiconductores de vehículos
eléctricos.
Alternativas para abordar
un contexto global
cambiante
n vez de la inación de audas
de Estado en el seno de la
UE, una manera más efectiva de
afrontar las tensiones geopolíticas
y comerciales consiste en
la puesta en común de iniciativas
industriales, tecnológicas
y energéticas a nivel europeo.
Esto exige en particular una reforma
de las ayudas de Estado
para que estas no desvirtúen la
competencia o se conviertan en
una forma de inación espuria
de subvenciones entre países
europeos, sin que se genere una
capacidad industrial y tecnológica
de conunto ettne, 2020.
El programa Next Generation
ofrece una alternativa relevante
a este respecto: si bien su ejecución
es descentralizada y asimétrica
en este caso a favor de los
países con menos recursos, el
economicfuncionamiento
es, en principio,
coherente con la integridad del
mercado único. Los fondos europeos
no pueden servir de subvención
a sectores en dificultad.
También deben ser transversales,
para no privilegiar empresas o
«campeones nacionales».
La reforma del funcionamiento
de mercados clave, como el
energético, es otro instrumento
que, además de ser eficaz desde
el punto de vista de la competitividad
del conunto de economías
europeas, redunda en un menor
coste para el erario público. El
mercado de la electricidad es un
caso paradigmático: el actual
mecanismo de fiación de precios
basado en los costes marginales
de las últimas unidades de
producción energética puestas
en el mercado no asegura ni la
transición energética, ni precios
asequibles de cara al desarrollo
económico de Europa. Existen
varias propuestas como la puesta
en marcha de un sistema de
subastas de energías renovables
a medio plazo que aseguran a la
vez un precio razonable, y por
otra parte aportan un incentivo
para que los operadores inviertan
en las energías del futuro
europeo, es decir las renovables.
inalmente, la reforma fiscal
puede ayudar a alinear los incentivos
de mercado con los objetivos
de la agenda de autonomía
estratégica. Una agenda que no
puede descansar exclusivamente
en la inversión pública en tecnología,
energías renovables o
infraestructuras críticas, no solo
por las limitaciones que impone
un endeudamiento público elevado
en la maoría de los países,
sino también porque la aportación
de la inversión privada
es crucial para el cumplimiento
de los objetivos. Para ello,
la fiscalidad verde, junto conla aplicación de una tasa en las
fronteras de la UE para preservar
la competitividad, puede guiar
las decisiones de las empresas.
V. CONCLUSIONES
l artículo muestra que las
sucesivas perturbaciones han
mermado el crecimiento de la
economía europea, a la vez que
plantean la necesidad de afrontar
desafíos energticos, tecnológicos
geopolíticos. Sin embargo,
la capacidad fiscal de los
países para realizar por sí solos
estas transiciones se ha reducido,
especialmente en las economías
más endeudadas, las más expuestas
a la espiral de tipos de
interés. El recurso a las ayudas
de Estado solo es viable cuando
la Hacienda pública lo permite.
Además, este instrumento es
una amenaza para la integridad
del mercado único. La solución
pasa, por tanto, por la puesta en
común de recursos para posibilitar
una política económica de
conjunto. Sin duda, se trata de
una tarea compleja, que conlleva
un mayor protagonismo de la UE
en ciertas materias. Pero esta es,
probablemente, la respuesta más
eficaz para que Europa pueda
seguir mejorando sus cotas de
bienestar en un entorno global
distinto al que prevalecía antes
de la pandemia.
EL FUTURO DE LA POLÍTICA
MONETARIA EN UN CONTEXTO
INFLACIONISTA
Álvaro ANCHUELO
nesdad de a
María A. PRATS
nesdad de Mua y uoean nsttute
Este trabajo analiza, en primer lugar, la
dinámica reciente de la inación en la euro -
zona, con el fin de entender su origen ligado
a la superposición de la doble perturbación
de oferta provocada por la pandemia y la invasión
de Ucrania) y evolución prevista. Se estudia,
a continuación, la respuesta del Banco
Central Europeo (BCE), subiendo de forma
intensa los tipos de interés de referencia y
comenzando a revertir lentamente la expansión
cuantitativa, mientras intenta evitar una
recesión y el repunte de las primas de riesgo
soberano. Por último, se aborda el riesgo de
contagio que los problemas bancarios estadounidenses
pueden entrañar, señalando la
mayor solidez de las entidades europeas y
sus causas.
CONCLUSIONES
Por vez primera desde la creación
de la moneda única, la in-
ación en la eurozona se ha alejado
claramente al alza del objetivo
del 2 por 100. Esto se ha
debido al solapamiento en el
tiempo de dos fuertes perturbaciones
de oferta la provocada
por la pandemia (y sus «cuellos
de botella», en gran medida ya
disipados) y la desencadenada
por la invasión rusa de Ucrania.
El consiguiente aumento en los
precios, sobre todo de la energía
(gas, petróleo y electricidad
pero también de otros componentes
(como alimentos y diversas
materias primas) está detrás
de la brusca subida del IAPC.
Aunque el proceso desin-
acionario va a ser lento, la inflación
ya ha tocado máximos,
incluyendo la subyacente. Los
factores que la impulsaban han
ido revirtiendo con claridad, excepto
en el caso de los alimentos,
y está previsto que retorne
al obetivo hacia finales de 202.
Ello se está logrando sin una recesión
grave y con bajos niveles
de desempleo. Tampoco se han
producido efectos graves de segunda
ronda en los salarios, que
se prevé vayan recuperando progresivamente
parte del poder adquisitivo
perdido. El papel de los
márgenes empresariales ha dado
lugar a un acalorado debate,
pero no eisten datos suficientes
sobre este fenómeno, que podría
deberse a factores coyunturales.
Ha de tenerse en cuenta que
las previsiones están sujetas a
un alto grado de incertidumbre,
pues lo que termine sucediendo
dependerá de factores como la
evolución de la guerra de Ucrania,
la rivalidad geoestratégica entre
Estados Unidos y China, o el
cambio climático.
Como respuesta a la alta in-
ación, el C ha puesto fin a su
política monetaria acomodaticia.
Para ello, ha utilizado como principal
instrumento la subida de
los tipos de interés de referencia,
tardía pero decidida. Tal proceso
aún no ha concluido, pese a que
las dos últimas alzas hayan sido
de menor cuantía que las anteriores,
y ha ido transmitiendo
sus efectos al resto de tipos de
interés de la economía.
Las actuaciones susodichas
han ido acompañadas de unmenos ambicioso proceso de
restricción cuantitativa a través
de los principales programas de
compra de activos y provisión
de liquidez ( y ).
En el caso del PEPP, gracias a
su eibilidad, la posibilidad de
seguir reinvirtiendo en la cuantía
de los activos que vencen ha permitido
concentrar las compras
en los títulos de deuda pública
de aquellos países periféricos
con un mayor peligro de repunte
en sus primas de riesgo. Esto,
sumado a la creación del nuevo
instrumento (que no ha llegado
a utilizarse, pero cuya mera
existencia afecta a las expectativas)
ha conseguido evitar la
fragmentación y preservar el proceso
de transmisión de la política
monetaria común.
Los recientes problemas bancarios
estadounidenses han tenido
cierta repercusión sobre la
cotización de los bancos europeos,
pero ambas situaciones
no parecen comparables. En el
caso europeo, los indicadores
de liquidez, solvencia y morosidad
presentan una situación
tranquilizadora. Además, las
mismas exigentes regulaciones
afectan a todas las entidades,
independientemente de su tamaño.
También la supervisión ha
funcionado mejor, convirtiendo
la vigilancia del riesgo de tipo de
interés en una prioridad desde
mediados de 2021.
Esto no quiere decir que haya
motivos para la complacencia,
pues algunos rasgos puestos de
relieve en Estados Unidos (como
el efecto de la digitalización en
forma de una más rápida retirada
de depósitos) sí pueden ser
replicables en Europa. Las pérdidas
latentes en títulos de deuda
pública que no se contabilizan a
precios de mercado son otro problema
compartido. Sin embargolas simulaciones realizadas por
instituciones como el FMI encuentran
que la dimensión del
problema es mucho menor que
en el caso estadounidense. Los
bancos europeos han hecho un
mayor uso de instrumentos derivados
para asegurarse frente
a la subida de tipos de interés
que anticipaban. No obstante,
esto implica una transferencia de
riesgo hacia otras instituciones,
como aseguradoras y fondos de
pensiones, que ha de tenerse en
cuenta por parte de las autoridades
de supervisión.
El aparente dilema entre la
lucha contra la inación la estabilidad
del sistema bancario
puede evitarse, empleando diferentes
instrumentos para cada
objetivo.
Completar la Unión Bancaria
Europea, en especial lo referente
a la creación de un fondo de
garantía de depósitos común,
es una tarea pendiente. Desafortunadamente,
no parece ser
políticamente posible todavía.
La Unión de los Mercados de
Capitales permanece, asimismo,
pendiente de realizarse.
LA AGROALIMENTACIÓN EUROPEA
EN UN CONTEXTO GLOBAL
Ernest REIG
Universitat de València e Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (Ivie)
La producción agraria mundial debe aumentar
para hacer frente, en forma sostenible,
al crecimiento de la población y a la
inseguridad alimentaria. Pero la producción
primaria agrícola es un eslabón de un complejo
sistema agroalimentario mundial que incluye
cadenas globales de valor (CGV) de carácter
nacional e internacional cuya resiliencia se ha
visto recientemente desafiada por una epidemia
global y una guerra en suelo europeo. La
Unión Europea es un importante nodo del
comercio internacional agroalimentario y debe
asumir una responsabilidad importante en
relación a la seguridad alimentaria global, lo
que exige adaptar la Política Agraria Común al
Pacto Verde Europeo, y contribuir al desarrollo
de nuevas tecnologías, clarificando la regulación
de algunas de ellas
LAS CADENAS
DE VALOR COMO
FORMA DOMINANTE
DE ARTICULACIÓN
DEL SISTEMA
AGROALIMENTARIO
El progreso tecnológico,
el abaratamiento de los costes
de transporte y de transmisión de
la información y los avances en
logística han permitido la fragmentación
internacional de los
procesos de producción, produciéndose
un notable incremento
del comercio internacional de
materias primas, componentes,
y productos semiacabados. Más
de la mitad de las importaciones
mundiales de productos manufacturados
y más del 70 por 100
de las de servicios corresponden
ahora a bienes y servicios intermedios
(De Backer y Miroudot,
2014).orientade
algunas grandes empresas de
procesado de alimentos y sobre
todo de grandes firmas de distribución.
El propio concepto de
«cadena» ya da a entender que
poner a disposición del consumidor
un conjunto de bienes
finales implica una secuencia
de actividades previas en que
participan múltiples empresas, y
que aunque la coordinación de
estas actividades puede llevarse
a cabo a través del mercado, la
tendencia es hacia una coordinación
más explícita basada
en el intercambio directo de
información entre empresas.
En el caso de la alimentación
han jugado principalmente dos
tipos de factores para configurar
esta forma de coordinación
de carácter predominantemente
vertical: la difusión de la compra
de productos no estandarizados
y el deseo de evitar diversos
tipos de riesgos (Humphrey y
Memedovic, 2006). La demanda
singularizada de productos
surge de cambios radicales en
los requerimientos del mercado
o en la tecnología, pero también
del papel de la diferenciación
del producto como fuente
de ventajas competitivas, y del
deseo por parte de las empresas
compradoras (downstream) de
que se satisfagan por parte
de sus proveedores un conjunto
de requisitos relacionados con
las condiciones de entrega y la
calidad de los productos. De
otro lado la minimización de
riesgos no se limita ahora a la
seguridad de los alimentos para
el consumo, sino también a la
satisfacción de requisitos relativos
al medioambiente, bienestar
animal, condiciones laborales,
y calidad del producto, entre
otros
CONCLUSIONES
El sistema agroalimentario
mundial se enfrenta a la necesidad
de hacer frente a las necesidades
de una población en
crecimiento, una parte todavía
relevante de la cual padece inseguridad
alimentaria. Para ello,
debe recurrir a una expansión
de la producción basada, principalmente,
en la elevación de
los rendimientos agrícolas. A
escala mundial a las mejoras en
eficiencia el acceso a meores
tecnologías, es decir a la productividad
total de los factores, lesha correspondido en las últimas
décadas una contribución equivalente
a las dos terceras partes
del crecimiento de la producción
agrícola, aunque en el África al
sur del Sahara esa aportación ha
sido mucho más reducida. En
Europa los datos muestran también
un importante crecimiento
de la PTF en la agricultura y a la
vez una reducción del peso de
la producción europea en el total
mundial desde el 35 por 100 en
1961 al 14 por 100 en 2020,
en consonancia con la saturación
de la demanda de alimentos
entre los consumidores y con la
caída en el peso europeo sobre la
población mundial.
Los sistemas agrarios europeos
se han configurado progresivamente
como altamente
intensivos en el uso de productos
agroquímicos, a la vez que reducían
su diversificación, ello
ha afectado negativamente en
calidad y cantidad a los recursos
naturales disponibles y a los servicios
prestados por los ecosistemas
naturales, incrementando
también la emisión de gases de
efecto invernadero. El desarrollo
de formas de intensificación sostenibles,
apoyadas en las mejores
tecnologías disponibles y en la
movilización de los recursos naturales,
sociales y humanos de
los agricultores, constituye, por
tanto, un elemento indispensable
para las políticas agrarias
europeas, algo que ya ha reconocido
el Pacto Verde Europeo
a través de su Estrategia de la
Granja a la Mesa y de la Estrategia
2030 de la Unión Europea
para la Biodiversidad.
La agricultura y la industria
de la alimentación se integran
cada vez más en cadenas de
valor nacionales e internacionales
que en muchas ocasiones
dan lugar a procesos de coorsosdinación vertical entre los diferentes
eslabones –agricultura,
comercio mayorista, procesado
y transformación, y distribución
al consumidor–. Estos procesos
motivan la exigencia por parte de
las empresas situadas «corriente
abajo» del cumplimiento de un
amplio conjunto de requisitos
por parte de los proveedores en
relación con la entrega, características
y calidad de los productos.
En contrapartida, las cadenas
globales de valor ofrecen a
los agricultores la posibilidad de
introducirse en actividades
de mayor valor añadido y acceder
a consumidores de mayor poder
adquisitivo. La Unión Europea
participa en las CGV desde una
posición de exportadora neta
de productos agroalimentarios,
con una fuerte participación de
los alimentos procesados y
de las preparaciones alimentarias
en sus exportaciones y una
importante fortaleza competitiva
basada en productos de calidad
con denominación de origen.
Por el contrario, sus importaciones
consisten, principalmente,
en productos primarios, con una
dependencia externa importante
en los alimentos que requiere
la importante cabaña ganadera
europea, semillas oleaginosas
especialmente.
El auge de las cadenas de
valor ha ido acompañado en
Europa de controversias relativas
al ejercicio del poder de mercado
por parte de las empresas
situadas «corriente arriba», principalmente
en la distribución comercial
–fuertemente concentrada–
y en algunas industrias, en
detrimento de los agricultores y
ganaderos. La evidencia empírica
no es conclusiva, dada además
la amplia variedad de productos
que llegan al consumidor,
pero en líneas generales los estudios
realizados no apuntan a
márgenes sobre ventas anormalmente
elevados por parte de los
operadores. En este, y en otros
problemas, como el de las prácticas
comerciales y contractuales
ilegítimas que pueden transmitirse
entre diferentes eslabones
de la cadena, la respuesta ha
consistido en la aprobación de
legislación nacional y comunitaria
(Directiva 2019/633) acompañada
de intentos por conseguir
una mayor transparencia en la
formación de los precios a través
de iniciativas como los Observatorios
de Precios existentes en
algunos países y la creación de
una herramienta, la Food Price
Monitoring Tool, por parte de
Eurostat.
La epidemia del COVID-19 y la
guerra entre la Federación Rusa
y Ucrania han puesto a prueba
la resiliencia de las CGV y han
agudizado los problemas ya existentes
de inseguridad alimentaria
global. En particular, la guerra ha
implicado a dos potencias agrícolas
con gran peso en el mercado
mundial de los cereales, los aceites
vegetales y los fertilizantes, y
sus efectos al alza sobre los precios
se han sumado a tensiones
ya existentes relacionadas con la
sequía, los problemas logísticos
y las restricciones unilaterales a
la exportación de alimentos. Los
perjudicados han sido, principalmente,
un grupo de países en
vías de desarrollo importadores
netos de alimentos, y ello ha contribuido
a poner el foco en la capacidad
de la Unión Europea para
ofrecer una respuesta que en lo
inmediato aminore la gravedad
de la crisis alimentaria y más a
largo plazo refuerce la seguridad
alimentaria mundial.
La Unión Europea ha adoptado
algunas medidas de corto
plazo de flexibilización de la
oferta, pero más a largo plazosu respuesta se enfrenta a la necesidad
de encontrar un punto
de equilibrio entre una orientación
dirigida al mantenimiento
de su capacidad productiva y
los objetivos ambientales propios
del Pacto Verde Europeo.
Interpretados literalmente, algunos
de estos objetivos podrían
implicar limitaciones para
mantener los niveles actuales de
rendimientos en la producción
agrícola y ganadera, a la vez que
reducirían el superávit de la balanza
comercial agroalimentaria
de la Unión Europea con el resto
del mundo. Una consideración
más detenida obliga, sin embargo,
a reconocer el grado limitado
en que esos objetivos se han
incorporado a la última reforma
de la Política Agraria Común,
para la que el Pacto Verde constituye
más bien un marco de
referencia que un conjunto
de hitos a alcanzar a corto y
medio plazo. En cualquier caso,
la innovación –digitalización y
uso del big data, biogenética,
proyectos de economía circular,
uso de energías renovables– va
a ser el elemento fundamental
de una respuesta productiva y
ambientalmente sostenible por
parte del sistema agroalimentario
europeo. En este terreno,
la Unión Europea puede perder
capacidad competitiva si no
logra clarificar su posición en lo
relativo a la admisibilidad de las
tecnologías basadas en la genética
para la modificación de las
plantas. Conviven al respecto en
la sociedad europea dos visiones
alternativas, la de quienes
piden que el tratamiento de las
técnicas de edición genómica
se asimile al marco regulatorio
ya existente para la ingeniería
genética, basado en la Directiva
2001/18/CE, y la de quienes
defienden una actualización del
marco regulatorio que tenga en
cuenta los avances en genéticaregistrados en las dos últimas
décadas.
El aumento de la producción
interna no constituye, necesariamente,
la contribución más
importante que puede hacer
el sistema agroalimentario europeo
de cara al logro de un
mayor nivel de seguridad alimentaria
a escala planetaria,
pero en cambio es muy relevante
su aportación mediante
la innovación en tecnologías
agrarias productivas y sostenibles
y la protección de recursos
naturales en aras de poder
mantener en el futuro la capacidad
productiva de la agricultura
europea. Europa debe
seguir defendiendo un sistema
estable y abierto de comercio
internacional de alimentos y
la producción europea debe
reorientarse hacia el ahorro de
recursos productivos, lo que
seguramente supone poner un
mayor énfasis en las producciones
vegetales que en las ganaderas,
revisar las políticas de fomento
de los biocombustibles
y concienciar a productores y
consumidores respecto a la necesidad
perentoria de reducir
la generación de residuos y el
despilfarro de alimentos. Resulta
además indispensable que
los países europeos faciliten el
acceso a las técnicas agrícolas
modernas por parte de los
agricultores de terceros países
en vías de desarrollo, transfiriendo
conocimientos y ayuda
financiera. o es posible perder
de vista que es en el interior de
los países que en la actualidad
padecen en mayor medida la
inseguridad alimentaria donde
el impulso al desarrollo de la
agricultura puede hacer una
mayor contribución a la eliminación
de la pobreza y del
hambre en el mundo.
LA POLÍTICA ENERGÉTICA EUROPEA
EN LA ENCRUCIJADA
María T. COSTA-CAMPI
Elisenda JOVÉ-LLOPIS
teda de ostendad negta nsttuto de onoa de aeona
nestat de aeona
Este artículo revisa cómo ha avanzado la
Unión Europea en su camino hacia la neutralidad
climática ante una desfavorable coyuntura
energética marcada por la invasión de
Ucrania por parte de Rusia. Sobre esta base,
se abordan los principales instrumentos y acciones
que se han emprendido en el seno de
la Unión Europea, en un intervalo muy corto
de tiempo, para proteger a las empresas y
hogares más vulnerables y reducir la dependencia
energética sin perjudicar la senda de
neutralidad climática.
La crisis energética mundial
ha planteado serias dudas sobre
la consecución del objetivo cero
emisiones netas en 2050. A estas
nuevas dudas se ha sumado el
desafiante reto de mantener
el equilibrio de los tres pilares
básicos del sistema energético
–seguridad de suministro,
competitividad y sostenibilidad
medioambiental–. En un contexto
de incertidumbre comotelón de fondo, esta crisis sin
precedentes ha sido un claro
recordatorio de que el énfasis
regulatorio no puede ubicarse
únicamente en la sostenibilidad
de la energía o la competitividad,
ya que la seguridad energética a
nivel comunitario sigue siendo
una prioridad. Otra enseñanza
que emerge de la reciente crisis
es que esta puede ser un punto
de inflexión hacia un sistema
energético más limpio y seguro,
al mismo tiempo que mejora
la independencia energética y
reduce la exposición a la alta
volatilidad de los precios energéticos.
De hecho, la invasión rusa
de Ucrania ha proporcionado el
empuje político necesario para
abordar los ambiciosos objetivos
de energía y clima que anhela el
Pacto Verde Europeo.
En un corto período de tiempo,
y bajo un espíritu de solidaridad,
la Unión Europea ha hecho
un trabajo titánico en implementar
un arsenal de medidas frente
al aumento de los precios de la
energía para proteger a empresas
y hogares más vulnerables. En
especial, el año 2022 se ha caracterizado
por el desarrollo de una
ingente batería de propuestas legislativas
de emergencia y carácter
temporal que han permitido
consolidar una estrategia de seguridad
de suministro como respuesta
a un contexto cambiante.
La coherencia política sumado a
una acción común han sido muy
importantes a la hora de minimizar
los riesgos ante impactos asimétricos
de los distintos Estados
miembros en el camino hacia la
descarbonización. Estas medidas
han sido reforzadas en 2023 con
nuevas reformas estructurales con
el objetivo de crear un sistema
energético más resiliente de cara
a posibles sos. Seguir trabajando
en favor del desarrollo de
las energías renovables ha impliimplementadocado también una apuesta desde
la Comisión por fortalecer la industria,
asegurar los materiales
críticos para fabricar tecnologías
limpias y acelerar los procesos
de autorizaciones y permisos de
instalaciones de energías renovables.
En esta dirección avanza
con fuerza el Plan REPowerEU,
que refuerza y complementa
la reciente publicación del Plan
Industrial del Pacto Verde y la
propuesta de reforma del mercado
de la electricidad. La nueva
política integral de energía, industria
y clima asienta, todavía
más que antes, los objetivos de
neutralidad climática de 2050 a
través de iniciativas de refuerzo
de la competitividad de la industria
europea.
A pesar de haber experimentado
una mayor estabilidad en la
situación energética durante el
primer semestre de 2023, sigue
habiendo muchas incertidumbres
y desafíos que no pueden
ser olvidados una vez finalicen
las medidas de emergencia. Uno
de ellos es la pobreza energética,
problema poliédrico con profundas
conexiones con la política
medioambiental y energética.
La protección social supone un
alivio en el corto plazo para las
familias más vulnerables; sin embargo,
estas medidas deben ser
complementadas, urgentemente,
con medidas estructurales
con repercusión a medio y largo
plazo. La mejora de la eficiencia
energética, el despliegue de
energías renovables a nivel doméstico,
el fomento de las comunidades
energéticas y el empoderamiento
de los consumidores,
entre otras, son acciones
esenciales en las que la Unión
Europea debe seguir trabajando
para asegurar un suministro de
energía limpia, asequible y segura
que garantice un nivel de vida
digno a las personas.
PAPEL DE EUROPA COMO ACTOR GLOBAL
UNA POLÍTICA DE DEFENSA PARA
EUROPA: PERSPECTIVA DE FUTURO
E IMPACTO EN LA INDUSTRIA
DE DEFENSA
Antonio FONFRÍA (*)
Con la puesta en marcha de la Estrategia
Global de la UE en 2016 se abre la puerta
a la expansión de una política industrial de
defensa que se encontraba hasta entonces
en un estado embrionario. Los desarrollos
de políticas e instrumentos vinculados a ellas
se encuentran orientados hacia obtener la
autonomía estratégica de la UE y a crear un
mercado único de defensa. Los interrogantes
y obstáculos son numerosos, pero se han
planteado en este artículo algunos escenarios
que pueden orientar la situación de la industria
de defensa europea en los próximos años
EUROPA Y LOS PAÍSES EMERGENTES
EN ESTA NUEVA FASE DE LA
GLOBALIZACIÓN (*)
Lourdes CASANOVA
Anne MIROUX
Emerging Markets Institute, Cornell University
Aunque el mayor destino de las inversiones
internacionales europeas continúa siendo
Estados Unidos, este artículo explora las inversiones
europeas en otras partes del mundo y
en países emergentes, en particular en los
últimos veinte años (1). En un período en que
el poder económico y empresarial se desplaza
del Atlántico al acífico, los datos de inversión
extranjera directa, fusiones y adquisiciones y
greenfield que analizamos en este artículo
corroboran que las transacciones intraeuropeas
dominan, seguidas por las de Estados
Unidos. Entre los países emergentes, Asia se
está convirtiendo en un destino importante
de las inversiones internacionales europeas a
pesar de las guerras comerciales y las sanciones.
Latinoamérica continúa siendo importante
para las empresas españolas, alemanas,
francesas e italianas en particular, si bien en
los últimos años algunos de los principales
inversores españoles (Iberdrola, Telefónica,
Banco Santander, por ejemplo) han aumentado
su exposición a mercados como Inglaterra,
Estados Unidos y Australia. En un momento
de crecimiento de nacionalismos y regionalismos,
los datos deben audarnos a reeionar
sobre el futuro.
EUROPA Y ESTADOS
UNIDOS, DOS PODERES
ECONÓMICOS
ENTRELAZADOS
o que algunos califican como
el mayor experimento político exi
toso del siglo XX, la Unión Europea
es un poder económico, con una
gran fuerza inversora y comercial,
siendo el segundo mayor exportador
de bienes del mundo, tras
China, y el tercer mayor importador,
tras los EE. UU. y China,
además de ser la primera potencia
mundial en el comercio de servicios.
En este contexto, el 57,7 por
100 del comercio total europeo es
intraeuropeo. En este artículo analizamos
hacia dónde van las inversiones
internacionales europeas y
el papel de los países emergentes.
¿Estamos, como sucede en el casoprodel
comercio, ante una inversión
mayoritariamente intraeuropea
o fuera de Europa? Más allá del
bloque europeo, ¿dónde se sitúan
los intereses europeos: en nuestros
aliados primordialmente o en países
emergentes? ¿Son necesarias
y urgentes políticas de desacoplamiento
como en Estados Unidos
con respecto a China? ¿O nuestro
campo de influencia está en lo
que se ha dado en llamar países
aliados o amigos? En la próxima
sección analizaremos la inversión
acumulada los uos de inversión
de la Unión Europea para despuésprofundizar en las inversiones internacionales
de geenfi ed y fusiones
y adquisiciones (F&A).
1. Estados Unidos,
el aliado más importante
en IED, pero aumenta
la diersifi cacin
geogrfi ca acia los
países emergentes (3)
La inversión extranjera directa
(IED) mide el valor total de las
inversiones en un país o región
receptor de dicha inversión prodelcedentes de un inversor no residente
con objeto de ejercer el
control o in uencia efectiva sobre
la misma y con una vocación de
largo plazo. La Organización
para la Cooperación y Desarrollo
Económico (OCDE) considera el
umbral de propiedad del 10 por
100 en la empresa invertida como
criterio que defi ne una inversión
con un interés duradero, es decir,
una inversión directa (4).
Según Eurostat (gráfico 2),
un 32,6 por 100 de la inversión
acumulada en la Unión Europea
(UE) proviene de Estados Unidos.
Por industrias, la inversión
americana se concentra en el
sector financiero, seguido del
farmacéutico, químico, comida y
bebida y tabaco. En último lugar
encontramos el sector electrónico.
Después de Estados Unidos,
los siguientes inversores serían
el Reino Unido (18,7 por 100) y
países offshore como Bermudas,
Jersey y las islas Caimán con un17 por 100, y Suiza (8 por 100).
Aunque no podemos discernir
el origen último de la inversión
que proviene de centros offshore,
casi un 60 por 100 de la
IED que recibe la Unión Europea
procede de tres países desarrollados
y aliados como son Estados
Unidos, el Reino Unido y Suiza.
A su vez, con un 27 por 100
del total de las inversiones extra
Unión Europea (lo que representa
2.100 millones de euros), Estados
Unidos también es el principal
destino de la inversión acumulada
europea, lo cual no es de extrañar,
dado que EE. UU. es el socio por
excelencia de la Unión Europea
desde el final de la Segunda
Guerra Mundial. El segundo es
el Reino Unido, con un 22,1 por
100, seguido de Suiza con un 9,5
por 100 y los centros extraterritoriales
(offshore) con un 7,1 por
100, y Canadá con un 2,8 por
100. Pero la IED europea es más
amplia. Asia, sobre todo ChinaSingapur y los Emiratos Árabes, es
el destino de un 12,4 por 100 de
la inversión. Entre los países emergentes,
China es el destino del 0,9
por 100 de las inversiones totales y
el origen de un 2,5 por 100.
A continuación, vemos qué
industrias atraen y son el destino
de las inversiones europeas.
Casi un 60 por 100 de la inversión
internacional europea y un
71,6 por 100 de la inversión en
Europa la encontramos en el
sector de servicios como el sector
fi nanciero de seguros sector
que concita el mayor volumen
de IED -más como receptores
que como inversores-) recursos,
tecnología, información y comunicación
(TIC), inmobiliario,
transporte y actividades de servicio
de alimentos. La producción
manufacturera fue el objeto de
un 35,3 por 100 de la actividad
exterior europea y casi un 26 por
100 de la recibida gráfi co 3.
Al considerar ahora la IED
acumulada intraeuropea (IED de
un país de la UE en otro de la
UE), con datos a cierre de 2021,
Holanda con un 30,7 por 100
y Luxemburgo con un 23,6 por
100, seguidos de Alemania con
un 10,2 por 100, concentraban
casi el 65 por 100 del total de
la inversión acumulada por IED.
Asimismo, también Holanda y
Luxemburgo, con un 27,3 por
100 y un 22,1 por 100, seguidos
por Irlanda con un 8,2 por 100
atraían casi el 60 por 100 de la
inversión (tanto desde fuera de
la UE como intraeuropea). Estos
datos hay que interpretarlos con
cierta precaución, por cuanto
vienen condicionados por razones
de fi scalidad específi cas de
estos países y porque muchos
fondos de inversión y compañías
holding utilizadas como destino
u origen de inversión tienen la
sede en esos países. Según datos
de Eurostat (2023), Alemania, un
inversor neto fuera de su país,
es decir, invierte más fuera de
la inversión que recibe, atrae un
6,8 por 100 de la inversión total.
Lo mismo sucede con Francia
que invierte más (un 8,1 por 100
del total) de lo que recibe (5,95
por 100). Holanda, Luxemburgo,
Dinamarca, Italia, Finlandia
y Austria también invierten más
fuera de lo que reciben.
En esta sección hemos analizado
las inversiones acumuladas
y en la próxima analizaremos los
uos de inversión anuales.
os uos de inersin
europeos se acercan
a Cina
Mientras que Estados Unidos
ha sido el mayor destino de las
inversiones internacionales extraeuropeas,
si suponemos los
uos de inversión anuales de
acuerdo con datos de la OCDE (5)
(basada en París www.oecd.
org) constatamos la importancia
creciente de países emergentes
(gráficos 4 y 5). Por una parte,
la importancia de Latinoamérica
como destino entre los países
emergentes ya que fue el mayor
destino en el 2018 y el 2020 aunque
en 2021 cayera al último
lugar (CEPAL, 2023). Por otra
parte, la relevancia en los últimos
años de Asia y, sobre todo, China.
Asia fue el mayor destino entre
2013 y 2017 y, a pesar de las
sanciones, también en 2022. El
gráfi co muestra que, ecepto
en 2020, el IED hacia China superó
al de la India y en algunos
años, como en 2013, representó
un 82,5 por 100 de las inversiones
totales europeas en Asia. En
la cumbre UE-CELAC (Comunidad
de Estados de Latinoamérica y
el Caribe) celebrada en Bruselas
en julio de 2023, la Comisión
Europea anunció 45.000 millones
de euros de inversiones de calidad
en Latinoamérica y el Caribe por
lo que podríamos esperar una
mayor importancia de la región
como destino de la UE.
En cuanto al tipo de inversión,
las IED adoptan dos formas principales:
la primera es geenfi ed
onfi ed que hace referencia
inclula
inversión en nuevas instalaciones
(geenfi ed) y a ampliación de
la capacidad productiva (brownfi
ed) (6). La segunda es fusiones
y adquisiciones (FyA) que se refi
ere a la fusión de dos empresas
para formar una o la absorción de
una empresa por otra. En ambos
casos se transfi ere la propiedad de
los activos a un propietario en el
extranjero. En proporciones similares,
ambos formatos suponen
un 80 por 100 de las IED totales,
siendo el 20 por 100 IED restante
en forma de «proyectos conjuntos
» (joint-ventures en inglés). A
continuación, examinaremos estas
opciones con más detalle.
III. LA EMPRESAS
EUROPEAS, UN PODER
INDISCUTIBLE EN
LAS INVERSIONES
INTERNACIONALES DE
GREENFIELD
Cuando la inversión internacional
se traduce en la construcción
de una nueva fábrica o
una nueva fi lial se llama una inversión
de geenfi ed. Este tipo
de inversión es ventajosa para el
país receptor, ya que crea nuevos
puestos de trabajo por lo
que estos países suelen ofrecer
beneficios fiscales y subsidios.
En greenfield, el inversionista
mantiene total completo control
sobre su proyecto, desde
la planeación y la construcción,
hasta la puesta en marcha de
su negocio. Con la ayuda de la
base de datos fDi Markets de
la revista Financial Times vamos
a disecar en detalle este tipo de
inversiones para poder estudiar
dónde se concentran las inversiones
europeas internacionales
de geenfi ed (7).
LA UNIÓN EUROPEA
Y ESTADOS UNIDOS,
LÍDERES INDISCUTIBLES
DE LAS FUSIONES Y
ADQUISICIONES (F&A)
INTERNACIONALES
El 40 por 100 de las inversiones
internacionales se hacen a
través de fusiones y adquisiciones
(F&A, M&A, por sus siglas
en inglés). En estas, la empresa
compradora obtiene las instalaciones,
las patentes si las hubiera,
la tecnología y los trabajadores
de la compañía comprada (8).
En esta sección y utilizando datos
de SDC Platinum 9 de efi nitiv
estudiaremos el panorama de las
fusiones y adquisiciones internacionales
en los últimos veintidós
años. Estados Unidos domina
este mercado, con un peso que
oscila entre el 18 por 100 y el
44 por 100 (este último dato
en 2021) del valor total de las
adquisiciones de los principales
diez países con más valor en el
total de las F&A internacionales.
La supremacía americana está
clara. Le siguen, a distancia, el
Reino Unido, Francia, Canadá,
Alemania, Japón, Suiza, Holanda
y Australia, todos países del
G7 y de ingresos altos. Si consideramos
Europa como región, su
peso supera al de Estados Unidos
gráfi co 11.
China es el único país emergente
que aparece en la lista
de los diez mayores y, comoseñalábamos anteriormente,
su presencia internacional, en
este caso, en las adquisiciones
internacionales creció a partir
de la crisis fi nanciera global del
2008 cuando las empresas chinas
empezaron a posicionarse
como jugadores importantes en
el mundo de los negocios. Esta
expansión duró hasta 2017, momento
en que se redujo, por
una combinación de factores
internos (que restringieron las
salidas de capital extranjero) y
externos, por el mayor escrutinio
por parte de Estados Unidos yEuropa (Kratz et al., 2023). El
Gobierno chino decretó que las
empresas chinas no podían invertir
en ciertas industrias (como
el sector inmobiliario) porque
esas inversiones podrían utilizarse
para el lavado de dinero y
llevar a corrupción. El año 2017
fue el de la llegada al poder del
presidente Trump, quien incrementó
las sanciones comerciales
y el escrutinio de las compras internacionales
en Estados Unidos
(Europa siguió). El valor de las adquisiciones
chinas cayó a 22.000
millones de dólares en 2022, unvalor mucho más bajo que el de
la década precedente. En cuanto
a otros países emergentes el
valor de sus adquisiciones internacionales
es mucho menor si lo
comparamos con China o con
economías avanzadas.
n el gráfi co 12 podemos observar
cómo las empresas europeas
y estadounidenses dominan
las compras internacionales. Asimismo,
aunque Estados Unidos
domina como país, el valor total
(y el número de compras) de las
inversiones internacionales de los
países europeos como conjunto
(incluyendo el Reino Unido) supera
a la de Estados Unidos en los últimos
veintidós años (en todos los
años excepto en cinco ocasiones).
En 2022, el valor fue muy similar
con compras americanas por un
valor de 301.000 millones de
dólares, frente a las europeas
de 295.000 millones de dólares.
LAS INVERSIONES
EUROPEAS EN EL
MUNDO: PASADO
Y FUTURO
El motor de la globalización
es la necesidad de los países de
comprar lo que carecen o escasea
y vender los excedentes.
Europa, por ejemplo, necesita recursos
naturales y energía como
se ha demostrado en la crisis
derivada de la guerra de Rusia
y Ucrania. Para facilitar la complejidad
de estos intercambios
los lazos comerciales deben ser
estables.
Podemos deducir del análisis
de los datos de este artículo que
la inversión internacional eurovalorpea es, sobre todo, intraeuropea:
tanto en la versión greenfield
como en la modalidad de fusiones
y adquisiciones. En segundo
lugar, encontramos a Estados
Unidos, el aliado tradicional
europeo hacia el que principalmente
se dirigen las inversionesdirectrieuropeas.
Pero los países emergentes
están ganando importancia.
Primero fue Latinoamérica
y después Asia. Latinoamérica,
como destino, es importante
sobre todo para España y el sur
de Europa. Las empresas alemanas
miran más hacia China.En esta nueva etapa de globalización
donde lo local y regional
prima sobre lo global, donde establecer
raíces y conexiones con
países aliados es fundamental,
Europa depende de sí misma
y de su aliado Estados Unidos.
Aunque Europa sigue las directrieuropeasOcces
americanas en cuanto a sanciones
hacia China, la urgencia
del decoupling de China pudiera
parecer menos prioritaria porque
la dependencia de ese país es
menor que en el caso americano.
En un momento en el que los
Gobiernos imponen su criterio,para poder competir importa
ser grande. Por eso la fuerza de
la Unión Europea reside en la
unión, ya que los países individuales
son demasiado pequeños
en un momento dominado por
los grandes jugadores, como
Estados Unidos, China, o India.
Cuando el Sur Global reta a Occescidente reforzando y ampliando
alianzas como las de los BRICS
(Brasil, Rusia, India, China y
Sudáfrica), es importante reforzar
los lazos y las interconexiones
europeas. Es lo que dará fuerza
y permitirá un desarrollo sostenible
a los diferentes países que
forman la Unión Europea
EUROPA COMO BLOQUE
COMERCIAL (*)
Leticia BLÁZQUEZ
Carmen DÍAZ-MORA
Belén GONZÁLEZ-DÍAZ
nesdad de astaa Mana
La Unión Europea se halla inmersa en una
profunda redefinición de sus políticas eco -
nómicas para dar respuesta tanto a los retos
derivados de la nueva etapa de globalización
que atraviesa la economía mundial desde la
Gran Recesión como a las nuevas estrategias
adoptadas por otras áreas económicas clave
en este orden multipolar, como Estados
nidos o China, que desde hace aos tratan
de apuntalar sus capacidades internas al tiempo
que reducen su dependencia exterior. En
este artículo se analiza la evolución del protagonismo
de la Unión Europea en la globalización
comercial se resumen los principales
rasgos de la nueva política comercial de la
Unión Europea a través, por un lado, de los
acuerdos de nueva generación , por otro, de
los instrumentos para potenciar la autonomía
estratégica abierta.
LA NUEVA POLÍTICA
COMERCIAL DE LA
UE: ACUERDOS DE
NUEVA GENERACIÓN
Y AUTONOMÍA
ESTRATÉGICA ABIERTA
n 2021, la Comisión uropea,
órgano supranacional de la UE
responsable de disear eecutar
la política comercial del bloque,
ofreció una orientación a
medio plazo dirigida a actualizar
las grandes líneas de la política
comercial de la UE. En ella, a la
vez que se reafirma el compromiso
con el multilateralismo
con un marco estable de reglas
para el comercio internacional, se
hace explícito el objetivo de hacer
más sostenibles resilientes las
cadenas de valor europeas. Estas
nuevas líneas se defi nen en torno
a tres grandes objetivos. En primer
lugar, apoar la recuperación
la transformación de la economía
de la UE en consonancia con
sus objetivos medioambientales
digitales. n segundo lugar, la
elaboración de normas mundiales
para una globalización más
sostenible usta. , en tercer
lugar, aumentar la capacidad de
la UE para perseguir sus intereses
hacer valer sus derechos, incluso
de forma autónoma cuando
sea necesario. Para alcanzar los
tres objetivos mencionados, la
Comisión se centrará en seis ámbitos
1 reformar la rganización
Mundial del Comercio MC 2
apoar la transición ecológica
promover cadenas de valor responsables
sostenibles 3 apoar
la transición digital el comercio
de servicios 4 reforzar el impacto
regulador de la reforzar
las asociaciones de la UE con los
países vecinos con frica
reforzar la atención de la en la
aplicación el cumplimiento de
los acuerdos comerciales, garantizar
la igualdad de condiciones
Comisión uropea, 2021a.
A continuación, se analizan
los principales instrumentos que
la UE está poniendo en marcha
o diseñando para la consecución
de estos objetivos. Por un
lado, se explicarán los acuerdos
de nueva generación que la UE
ha firmado con otros países
bloques comerciales en los últimos
aos que constituen una
herramienta novedosa complementaria
a su tradicional política
comercial. Por otro, se expondrán
algunos de los principales
instrumentos de política comercial
que se están diseñando en
el seno de la UE para potenciar
la autonomía estratégica abierta
de la región.
La UE ostenta un papel protagonista
proactivo en el comercio
mundial del siglo a pesar del
freno a la globalización que atraviesa
la economía global desde
la Gran ecesión. A diferencia de
lo ocurrido en otras economías
líderes del escenario internacional
como stados nidos China, la
apertura externa del bloque comunitario
ha seguido creciendo
tras la crisis de 2008, de forma
moderada en el caso de los bienes
mucho más acentuada en
el de los servicios. o obstante,
la desaceleración de las cadenas
globales de valor en los últimos
aos, uno de los factores responsables
de la contención de la globalización,
tambin se manifiesta
en el ámbito europeo, aunque
como resultado de dos tendencias
contrapuestas: un retroceso
en lo que se refiere a bienes,
pero un impulso a la inserción
en redes, tanto regionales como
extrarregionales, por la vía de
los servicios digitales, principalmente),
derivado de estrategias
de servicificación que favorecen
la competitividad europea. La
nueva etapa de globalización ha
incorsupuesto
un punto de ineión
en la política comercial de la UE.
esde la onda de oha en 2001
se han ido sumando tensiones
geopolíticas económicas que
han obstaculizado la integración
multilateral, lo que ha llevado
a la UE, no sin cierto retraso en
relación con otros actores comerciales
relevantes, a plantear negociaciones
comerciales alternativas
a las tradicionales a disear
nuevos instrumentos que recojan
las compleidades los retos de la
realidad económica global actual.
todo ello con el fin de apoar la
transformación de la economía
de la UE, conseguir una globalización
más sostenible usta,
aumentar la capacidad de la
UE para perseguir sus intereses
hacer valer sus derechos en la
esfera internacional.
n este polidrico , en ocasiones,
hostil escenario, la UE
debe seguir apostando por el
multilateralismo, la fórmula que
ha caracterizado el desarrollo
de su política comercial desde
sus orígenes, pero sin renunciar
por ello a acuerdos bilaterales
o regionales profundos amplios
que faciliten las relaciones
comerciales de inversión de
la Unión. Estos acuerdos deberían
ir acompañados de mecanismos
de control adecuados
que aseguren la reciprocidad
el aprovechamiento de las potenciales
ventajas competitivas
para ambas partes. Uno de los
objetivos de la Unión debería
ser ampliar sus vínculos económicos
comerciales con dos de
sus principales socios: Estados
nidos China, tratando de
progresar en los acuerdos que
mantiene con ellos que a día
de ho carecen de la amplitud
solidez que tienen los firmados
con otros países. Asimismo, no
debe descuidar los lazos con
áreas próimas geográfica o culturalmente, como el arco mediterráneo
o Latinoamérica, pues
la diversificación comercial las
alianzas geoestratégicas extensas
son claves para asegurar la
autonomía estratégica abierta
de la Unión, objetivo primordial de
sus actuales políticas exteriores.
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que edita trimestralmente Funcas. La revista pretende
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China VS Europa: Pensamiento sistémico / Ingeniería económica
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"Razones para desarrollar una política industrial activa en España" de Legarda y Hidalgo (2011)
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