-La carrera de Estados Unidos y China por el liderazgo tecnológico global -
Juan Vázquez Rojo Doctor en Economía
Profesor de la Facultad de Emprendimiento, Empresa y Ciencias Jurídicas. Universidad Camilo José Cela y
Escuela de Ciencias Económicas y Administrativas. Corporación Universitaria de Asturias
Stefano Visintin
Doctor en Economía
Decano de la Facultad de Emprendimiento, Empresa y Ciencias Jurídicas. Universidad Camilo José Cela
El articulo analiza la competencia tecnologica entre Estados Unidos y China como motor de la reconfiguracion del orden economico
global. Se examina la transformacion de China, de fábrica del mundo a potencia tecnologica, y el cambio en la estrategia estadounidense,
de integrar a Pekin en el sistema internacional a contener su ascenso.
La comparacion empirica entre ambos paises se basa en el desempeno en manufacturas y servicios intensivos en conocimiento, asi
como en la proyeccion internacional de innovaciones a traves depatentes. Mientras Estados Unidos conserva el liderazgo en servicios
tecnologicos avanzados, diseno de semiconductores, biotecnologiao propiedad intelectual, China destaca como productor manufacturero,
con control vertical de cadenas de suministro y tecnologiasrenovables, y una pugna por la inteligencia artificial cada vez mas
igualada. La rivalidad entre ambos paises esta transformando lascadenas globales de valor, fragmentando el sistema economico internacionaly redefiniendo las jerarquias del poder global.
La pugna entre Estados Unidos y China por la supremaciatecnologica constituye uno de los pilares vertebradoresde la economia global contemporanea. Elcontrol y dominio de las tecnologias que impulsan la
IV Revolucion Industrial –desde la inteligencia artificialy las telecomunicaciones de vanguardia hasta las energias renovables– confiere una posicion privilegiada y determinante en los mercados internacionales. En este escenario, el ascenso tecnologico chino cuestiona la hegemonia estadounidense y desencadena dinamicas que trascienden a ambas potencias, reconfigurando el orden economico mundial y los fundamentos que sustentaronla globalizacion durante las ultimas decadas (Rikap yLundvall, 2021; Vazquez Rojo y Visintin, 2024).
Tras el fin de la guerra fria, Washington consolido suposicion hegemonica mediante el impulso de la integracioncomercial y financiera a escala global, con la conviccion de que la interdependencia economica asegurariamayor estabilidad internacional y conduciria a unaconvergencia politica. La incorporacion de China a laOMC en 2001 respondia a esa logica: se perseguia integrara Pekin en el entramado economico mundial, conla expectativa de que la apertura catalizaria transformacionespoliticas acordes con el statu quo internacional.
A lo largo de las dos primeras decadas del siglo XXI, lainteraccion entre ambas naciones se fundamento en unasimbiosis que sustento la expansion de las cadenas globalesde valor. Mientras la economia estadounidense aportabael capital intangible –marcas, patentes y desarrollotecnologico–, la nacion oriental proporcionaba ventajascompetitivas en costes, capacidad manufacturera yuna funcion estrategica en los procesos de ensamblaje,cimentando asi su posicion como fábrica del mundo.
No obstante, las previsiones sobre convergencia politicano se materializaron. China utilizo su insercion global
para perfeccionar su estructura productiva, ampliar suautonomia tecnologica y reforzar la legitimidad interna
de su sistema. A partir de la decada de 2010, su avanceen tecnologias clave –inteligencia artificial, 5G, semiconductores–altero la vision estadounidense, que paso de considerar a China un socio complementario a percibirla como un rival estrategico capaz de desafiar la hegemonia tecnologica de Washington.
Este cambio refleja una transformacion mas amplia en la concepcion de la interdependencia economica. Lo que antes se consideraba un mecanismo promotor de paz y convergencia institucional ahora se percibe como una fuente de vulnerabilidad. En este contexto, ha crecido el uso de la interdependencia como arma: las grandes potencias aprovechan su control sobre nodos criticos en las redes globales de produccion, tecnologia y finanzas
para presionar a otros paises y obtener ventajas estrategicas (Farrell y Newman, 2019). Como resultado, la seguridad nacional, la autonomia tecnologica y la resistencia de las cadenas de suministro han ganado protagonismo, mientras que las politicas industriales, las restricciones comerciales y el control de recursos estrategicos se convierten en herramientas esenciales en la competicion internacional. A nivel institucional, la crisis de la OMC, con un organo de apelacion virtualmente inoperante, evidencia los limites del paradigma multilateral Con el inicio del segundo mandato de Donald Trump a comienzos de 2025, estas tendencias se han intensificado.
Washington gira hacia posiciones mas aislacionistas, abandonando las aspiraciones de liderazgo multilateral y adoptando medidas proteccionistas de mayor envergadura. En contraste con la estrategia de la Administracion Biden –centrada en alianzas estrategicas y subsidios industriales selectivos–, la Administracion
Trump se centra en la implementacion de aranceles
generalizados, especialmente a productos procedentes
de China, y un enfasis nacionalista en la repatriacion
de la produccion manufacturera bajo el America First.
Ambas administraciones comparten el proposito de
reducir las interdependencias con China, pero divergen en metodologias e instrumentos: Biden priorizo el
reforzamiento de alianzas internacionales y la creacion de cadenas de suministro resilientes, mientras Trump
opta por medidas comerciales directas y unilaterales para incentivar la relocalizacion industrial.
La competicion tecnologica entre la superpotencia occidental y la potencia emergente asiatica se inscribe en
este nuevo paradigma. La habilidad para desarrollar, controlar y difundir tecnologias punteras –inteligencia
artificial, semiconductores, conectividad 5G o energias renovables– determinara su capacidad para dirimir la
pugna por la hegemonia global. Comprender los origenes,
la trayectoria evolutiva y las proyecciones futuras de esta rivalidad resulta crucial para evaluar como la
tecnologia emerge como el principal escenario de confrontacion
en la configuracion de las jerarquias de poder
global en el siglo XXI.
El presente articulo examinara dichos origenes, su
desarrollo reciente y las perspectivas futuras de la contienda
por el liderazgo tecnologico entre la economia
norteamericana y el coloso asiatico, analizando las
dinamicas que impulsan la transformacion del orden
economico mundial.
2. La creación de la fábrica del mundo
Tras el triunfo del Partido Comunista en 1949, China
construyo una economia de planificacion central inspirada
en la sovietica, priorizando la industrializacion
acelerada y la colectivizacion agraria. Aunque en
tres decadas logro duplicar los ingresos per capita y asentar una base industrial, el pais permanecia tecnologicamente
rezagado, con ineficiencias productivas y
practicamente aislado del comercio internacional (Li,
2020; Doğan, 2021). A finales de los anos setenta, con
la llegada de Deng Xiaoping al poder, se impulso la
reforma y apertura, introduciendo gradualmente mecanismos
de mercado sin abandonar el control estatal
sobre sectores clave –como el bancario y el energetico–
(Molero-Simarro, 2017). El objetivo era integrarse en
la economia global, acceder a tecnologia extranjera e
impulsar el crecimiento.
En el plano macroeconomico, el gobierno aplico politicas
destinadas a sostener la competitividad global.
Mantuvo un yuan subvaluado que abarataba las exportaciones,
controlo el movimiento de capitales y otorgo
subsidios a sectores estrategicos. Paralelamente, invirtio
masivamente en infraestructura –carreteras, puertos,
ferrocarriles y telecomunicaciones–, reduciendo costes
logisticos y facilitando la conexion del territorio con los
mercados internacionales (Klein y Pettis, 2020).
La creacion de zonas economicas especiales (ZEE),
como la de Shenzhen, fue clave en este proceso. Estas areas ofrecian incentivos fiscales, marcos regulatorios
flexibles, infraestructura avanzada y facilidades a la inversion extranjera directa, atrayendo tecnologia y empresas internacionales. Este esquema favorecio la transferencia tecnologica, integro a China en las cadenas globales de valor y consolido su rol como centro de ensamblaje competitivo, gracias a politicas laborales que mantenian salarios bajos y garantizaban una fuerza de trabajo abundante y movil (Germain y Schwartz, 2017;Weber, 2021).
A su vez, la migracion interna proporciono a las ciudades una fuente practicamente inagotable de mano de
obra barata para la incipiente industria, impulsando
el crecimiento urbano. No obstante, las restricciones
impuestas por el hukou, al negar a los migrantes rurales
el acceso pleno a servicios publicos como la educacion,
la sanidad o la vivienda, consolidaron una ciudadania
de segunda clase. Esta exclusion provoco profundas
desigualdades sociales y, simultaneamente, mantuvo
deprimidos los salarios y desalento el gasto en bienes,
frenando asi el crecimiento del consumo interno y obstaculizando el potencial redistributivo del desarrollo
economico (Ang, 2016).
La entrada de China en la OMC en 2001 marco un
punto de inflexion. El acceso preferente a mercados
desarrollados y la aceleracion de la apertura comercial
reforzaron su estrategia de industrializacion tardia. El
pais se consolido como el principal exportador de bienes
de bajo valor anadido, acumulando ventajas frente a
otras economias emergentes y convirtiendose en un eje
central de la globalizacion productiva y en la fábrica
del mundo (Germain y Schwartz, 2017). Los persistentes
superavits comerciales de China desempenaron un
papel crucial en su transformacion economica y ascenso
como potencia economica. Ademas, le permitieron acumular
significativas reservas de divisas, proporcionando
estabilidad financiera y una mayor capacidad de maniobra
ante posibles shocks externos.
Como resultado, entre 1980 y 2007, la economia
china crecio en torno al 10% anual, impulsada por la
inversion y las exportaciones (Molero-Simarro, 2017)
y provoco un ascenso del pais en la economia mundial:
si en 1980 representaba el 1,6% del PIB global y
apenas el 6% del PIB de Estados Unidos, hacia 2023
ya suponia el 18,5% de la economia mundial y el
79% de la estadounidense (ver grafico 1). Este crecimiento
sin precedentes permitio tambien la erradicacion
de la pobreza extrema en el pais. Segun datos
del Banco Mundial, entre 1981 y 2019, cerca de 800
millones de personas salieron de la pobreza extrema,
representando aproximadamente tres cuartas partes
de la reduccion global durante este periodo (World
Bank & Development Research Center of the State
Council, 2022).
3. De fábrica del mundo a potencia tecnológica
El exito inicial del modelo economico chino descanso
en altos niveles de inversion en infraestructura y activos
fijos, junto a la produccion y exportacion de manufacturas
de bajo valor anadido. Este crecimiento fue
posible gracias a una mano de obra barata y abundante
proveniente del ambito rural a costa de un escaso
peso relativo del consumo interno. Sin embargo, con
el tiempo, el modelo comenzo a evidenciar problemas
estructurales como la sobreinversion, la sobrecapacidad productiva y una alta dependencia de las exportaciones.
A esto se sumo la insuficiente demanda domestica,
limitada por una debil proteccion social y una desigual
distribucion del ingreso, que obstaculizaba el desarrollo
de un mercado interno robusto (Ang, 2016; Molero-
Simarro, 2017).
La contraccion de la fuerza laboral y el rapido envejecimiento
poblacional han agravado estos problemas.
Aunque la urbanizacion atenuara parcialmente estos
efectos hasta 2035, se estima que el envejecimiento
poblacional restara aproximadamente un punto porcentual
anual al crecimiento potencial a partir de
esa fecha (Garcia-Herrero y Xu, 2023). Ademas, el
aumento de los costes laborales esta reduciendo la competitividad
de las industrias intensivas en trabajo. Ante
este panorama, China afronta la urgente necesidad de
elevar la productividad y transitar hacia un modelo
impulsado por la innovacion y el consumo interno para
evitar la trampa de ingresos medios (Garcia-Herrero y
Schindowski, 2023).
En la fase final de la presidencia de Hu Jintao (2002-
2012) se reconocio la necesidad de reequilibrar el
modelo de crecimiento, impulsando la demanda interna
y la innovacion (Vazquez Rojo, 2025). Ademas, la crisis
financiera global de 2008 evidencio las fragilidades del
modelo con la contraccion de la demanda externa. En
respuesta, el gobierno implemento un paquete de estimulo
en 2009, centrado en infraestructura y activos
fijos, que, si bien mantuvo el crecimiento economico,
profundizo los desequilibrios estructurales, generando
dependencia de la inversion, una burbuja inmobiliaria
y un alto endeudamiento de los gobiernos locales (Klein
y Pettis, 2020).
Con la llegada de Xi Jinping en 2013, las politicas de
reequilibrio se enfocaron mas en el impulso tecnologico.
Iniciativas como Made in China 2025 y China Standards
2035 buscaron impulsar la fabricacion y el diseno de las
tecnologias de la IV Revolucion Industrial, ganar autonomia
tecnologica y escalar en la cadena global de valor.
Ademas de las politicas internas, Pekin lanzo el Belt and
Road Initiative (BRI) como mecanismo para expandir
su influencia global. Esta iniciativa combina la inversion
en infraestructura fisica y tecnologica con el objetivo
de consolidar los estandares tecnologicos chinos y
reconfigurar las cadenas globales de valor a favor de una
mayor autonomia economica y liderazgo internacional
(Vazquez Rojo y Visintin, 2024). En suma, las reformas
redistributivas avanzaron mas lentamente que la transformacion
tecnologica, manteniendo las limitaciones
en la demanda interna.
La pandemia marco otro punto de inflexion, acelerando
el ajuste estructural. Xi Jinping ha subrayado
la necesidad de fomentar nuevas fuerzas productivas y
un desarrollo centrado en alta tecnologia, industria
verde y manufactura avanzada, reduciendo gradualmente
la dependencia del sector inmobiliario (Vazquez
Rojo, 2025). En 2024, la inversion inmobiliaria cayo
un 10,4% (1), mientras la inversion en manufactura
avanzada crecio un 8,8% (NBSC, 2024). En ese mismo
periodo, la produccion de vehiculos de nueva energia
aumento un 51,1%, la de robots industriales un 29,3%
y la de chips un 8,7% (NBSC, 2024).
El viraje productivo es especialmente evidente en la
transicion energetica. China se ha convertido en lider
global al invertir masivamente en energias renovables,
vehiculos electricos y baterias. En 2023, las energias
limpias contribuyeron con 1,6 billones de dolares al
crecimiento economico (40% del aumento del PIB),
mientras la inversion en energia limpia crecio un 40%
interanual, alcanzando 890.000 millones de dolares
(Myllyvirta, 2024). Ademas, en 2024 las energias
limpias supusieron el 10% del PIB chino (Myllyvirta,
2025). Este proceso se apoya en el crecimiento de patentes,
la acumulacion de capital humano y un aumento
en el esfuerzo en I+D, lo que refleja el potencial de
un modelo centrado en innovacion y productividad
(Garcia-Herrero y Schindowski, 2023).
A pesar de los avances tecnologicos y la sofisticacion
industrial, el pais afronta desequilibrios macroeconomicos
significativos. Representa el 18% del PIB global,
concentra el 32% de la inversion mundial y el 29%
del valor manufacturero agregado, pero su consumo
interno apenas equivale al 13% del total mundial
(Banco Mundial, 2024). Esta disparidad muestra una
economia dependiente de la demanda externa para
absorber su excedente manufacturero, lo que genera
tensiones comerciales con el resto del mundo (Klein y
Pettis, 2020; Vazquez Rojo, 2025).
La sobrecapacidad industrial agrava esta situacion. La
utilizacion de la capacidad industrial, que era del 78,4%
en 2021, cayo al 73,6% en 2024 (NBSC, 2024), reflejando
una creciente presion por la sobreoferta. Esta
dinamica tambien se refleja en los precios al productor,
que experimentaron una deflacion acumulada del
-2,1% entre enero y noviembre de 2024, con un descenso
interanual del -2,5% en noviembre. El superavit
comercial en bienes manufacturados supera el 1,6%
del PIB mundial, una cifra que, si bien refleja la fortaleza
exportadora, tambien ilustra su dependencia de la
demanda externa para colocar su sobreoferta (
El sector automotriz ilustra claramente esta dinamica
de sobreproduccion. El gigante asiatico posee una
capacidad instalada para fabricar anualmente mas de
40 millones de vehiculos convencionales (combustion
interna) y 25 millones de vehiculos electricos. Sin
embargo, su demanda interna alcanza apenas los 25
millones de unidades totales. Como resultado, China
ha recurrido a los mercados externos, exportando
aproximadamente 6 millones de vehiculos en 2024,
lo que la ha posicionado como el principal exportador
automotriz mundial (grafico 3) (Setser, 2024). De
estas exportaciones, alrededor de 1,3 millones fueron
vehiculos de nueva energia (2) (CAAM, 2025).
4. Reacción de Estados Unidos:
guerra comercial y tecnológica
Durante decadas, Estados Unidos considero que
la integracion economica de China promoveria su
transicion hacia un modelo politico mas cercano a la
democracia liberal. Esta expectativa no se cumplio y,
desde la primera Administracion Trump (2017-2021),
Washington adopto una postura mas agresiva frente
a Pekin. Acuso a China de transferencia tecnologica
forzada, subsidios industriales, dumping y violaciones
de la propiedad intelectual. En consecuencia, impuso
aranceles sobre importaciones procedentes de China,
afectando sectores como maquinaria, componentes
electronicos, materias primas, equipos medicos y bienes
de consumo. Pekin reacciono con aranceles equivalentes,
dirigidos principalmente a productos agricolas
(como la soja) y manufacturas estadounidenses
(Vazquez Rojo, 2023; CFR, 2024).
El Acuerdo de Fase Uno, firmado en 2020, contemplaba
compromisos de China para incrementar la compra de
productos estadounidenses en sectores como agricultura,
energia e industria, ademas de reforzar la proteccion
de la propiedad intelectual. Sin embargo, la
pandemia y la caida de la demanda global impidieron
cumplir plenamente estos objetivos, dejando sin resolver
las tensiones estructurales (Office of the United
States Trade Representative, 2020).
Ademas del conflicto comercial, el tecnologico cobro
cada vez mayor relevancia. En mayo de 2019, el
Departamento de Comercio de Estados Unidos incluyo
a empresas chinas como Huawei y ZTE en la Entity List,
restringiendo su acceso a insumos criticos como chips
avanzados, software y equipos especializados. Estas
medidas buscaban frenar el ascenso tecnologico chino
particularmente en inteligencia artificial, 5G y otros
sectores de la IV Revolucion Industrial (BIS, 2019a).
La Administracion Biden (desde 2021) profundizo
el cerco tecnologico y comercial. Mantuvo los aranceles
heredados y amplio el alcance extraterritorial de
sus normativas comerciales. En octubre de 2022, el
Departamento de Comercio endurecio la Foreign Direct
Product Rule (FDPR), bloqueando el acceso chino a
semiconductores avanzados y equipos de fabricacion
dependientes de tecnologia estadounidense, incluso si la
produccion tenia lugar en terceros paises (BIS, 2022b).
Un ejemplo es la presion de Washington sobre Paises
Bajos para restringir las exportaciones de tecnologia
avanzada de ASML, empresa lider en litografia ultravioleta
extrema (EUV), vital para fabricar chips de ultima
generacion. Esta maniobra demuestra la capacidad de
la Casa Blanca para proyectar su influencia tecnologica,
condicionando las politicas industriales de sus aliados.
Ademas, se complementaron estas restricciones con una
politica industrial activa orientada a reforzar la produccion
interna y la resiliencia de las cadenas de suministro.
La CHIPS and Science Act y la Inflation Reduction Act
(IRA) de 2022 incluyeron subsidios e incentivos fiscales
para fomentar la produccion domestica de semiconductores,
baterias, vehiculos electricos y energias limpias,
asi como el I+D en sectores avanzados (White House,
2022). En 2024, Washington intensifico aun mas estas
acciones, aumentando los aranceles a vehiculos electricos
chinos del 25 al 100% y elevando en un 25 y
50% los gravamenes sobre baterias de litio y paneles
solares, respectivamente, con el proposito de proteger
la industria nacional frente a los subsidios estatales y la
sobreproduccion china (White House, 2024).
Pekin respondio redoblando sus esfuerzos por alcanzar
la autosuficiencia tecnologica y consolidar el control
sobre sectores estrategicos. Busco desarrollar capacidades
internas en semiconductores, energias renovables
y estandares industriales, disminuyendo asi su dependencia
de insumos extranjeros. Ademas, en 2023, Pekin
anuncio restricciones a la exportacion de metales estrategicos
(galio y germanio), ampliados en 2024, subrayando
su voluntad de utilizar su posicion dominante en
ciertos eslabones criticos de las cadenas globales como
instrumento de poder (Baskaran y Schwartz, 2024).
En 2024, China dio un paso mas al establecer su propia
version del FDPR (Geopolitechs, 2024), extendiendo
su control sobre productos extranjeros que contengan
materiales o tecnologia de origen chino. Por ejemplo, si
una bateria para vehiculo electrico fabricada en Mexico
incorpora grafito extraido en China, dicho producto
podria quedar sujeto a la regulacion china. Esta medida
refuerza la capacidad de Pekin para proyectar su poder
normativo y controlar insumos esenciales, en un contexto
donde el acceso a minerales criticos es decisivo
para la industria tecnologica y energetica.
Con el regreso de la Administracion Trump a la Casa
Blanca en enero de 2025, Estados Unidos dio un nuevo
impulso proteccionista a sus politicas comerciales.
Trump impuso un arancel general del 10% a todas las
importaciones chinas, que posteriormente fue elevado
al 20%, intensificando la desvinculacion economica
con Pekin (Financial Times, 2025a). Ademas, anuncio
un arancel adicional del 25% a todos los automoviles,
camionetas, acero y aluminio fabricados en el exterior,
con el objetivo de fomentar la produccion nacional
(Financial Times, 2025b).
Del mismo modo, se ha intensificado la reduccion de
la dependencia de China en minerales criticos, impulsando
la inversion interna y acuerdos bilaterales con
paises clave (Bloomberg, 2025a). En este contexto,
Estados Unidos busca acceder a recursos estrategicos en
Groenlandia y Ucrania: en el primer caso, reactivando
su interes por las reservas de minerales y tierras raras
de la isla (Financial Times, 2025c), y, en el segundo,
negociando un acuerdo para la explotacion conjunta
de minerales clave (Bloomberg, 2025b).
En respuesta, China ha optado por una represalia mas
quirurgica, disenada para infligir dano economico sin
afectar significativamente su propia base industrial. Ha
impuesto aranceles del 15% a productos como carbon y
gas natural licuado y del 10% al petroleo y maquinaria
agricola y un 15% adicional sobre exportaciones clave
del sector agroalimentario estadounidense –incluyendo
maiz, trigo, pollo y algodon– y con un 10% sobre soja,
cerdo, carne de res, productos acuaticos, frutas, verduras
y lacteos (Financial Times, 2025d). Estas medidas
apuntan a regiones agricolas estrategicas que constituyen
una base electoral del Partido Republicano, como
los estados del Medio Oeste. Ademas, China amplio los
controles a la exportacion de minerales criticos, incluyendo
tungsteno, telurio, bismuto, indio y molibdeno
(Bloomberg, 2025a).
De este modo, la pugna entre Estados Unidos y China
se ha transformado en una disputa estructural por el
liderazgo tecnologico, la soberania industrial y la resiliencia
economica. Esta confrontacion redefine las
cadenas globales de valor y acelera la fragmentacion
del sistema economico internacional. La estrategia estadounidense
busca reducir dependencias en sectores
criticos, mientras China persigue la autosuficiencia y la
innovacion endogena. Esta dinamica, agravada por la
pandemia y la guerra en Ucrania, ha impulsado a otros
paises a seguir politicas similares y esta reconfigurando
las cadenas globales de valor.
En el terreno de las exportaciones (grafico 4), la participacion
de Estados Unidos en las ventas externas chinas
disminuyo de alrededor del 19% al 14,8%. Japon y
Corea del Sur tambien vieron caer su peso, mientras
que Vietnam, India, Rusia, Malasia y otros mercados
emergentes incrementaron su proporcion en las exportaciones
chinas. Este reequilibrio refleja una diversificacion
en los destinos comerciales de China, desplazando
parte de su dependencia desde las economias avanzadas
hacia socios emergentes.
En el ambito de las importaciones chinas (grafico 5),
se evidencia una reconfiguracion significativa de sus
socios comerciales. La nacion asiatica ha reducido
progresivamente su dependencia de proveedores tradicionales
mientras intensifica sus vinculos con economias
emergentes y productores de materias primas.
Concretamente, su exposicion comercial a la triada conformada
por Estados Unidos, Corea del Sur y Japon ha
disminuido notablemente, con reducciones respectivas
del 8,4 al 6,5%, del 9,6 al 6,3% y del 9,0 al 6,3%.
Paralelamente, ha fortalecido sus relaciones comerciales
con Australia, Rusia, Brasil y diversas economias
del Sudeste Asiatico, diversificando asi sus fuentes de
aprovisionamiento.
En el caso de las importaciones estadounidenses, la
tendencia es inversa a la observada para China: mientras
la participacion del pais asiatico en el total de
importaciones de Estados Unidos cayo del 21,6%
en 2017 al 13,9% en 2023, proveedores alternativos
ganaron terreno. Mexico aumento su cuota del 13,4
al 15,4%, Canada del 12,8 al 13,6%, y diversos paises
asiaticos –como Vietnam, Corea del Sur, Taiwan, India
y Tailandia– incrementaron sus porcentajes. La Union
Europea permanecio relativamente estable en torno
al 18,6%.
Este reacomodo de las cadenas globales de valor impulsa
una mayor triangulación del comercio. En lugar de
exportar directamente a Estados Unidos, las empresas
chinas –y de otras economias asiaticas– invierten en
paises como Mexico para aprovechar el acceso preferencial
del USMCA. En este escenario surgen paises
conectores como Vietnam, Mexico y Polonia, que facilitan
el comercio entre bloques rivales y se convierten
en destinos clave para la inversion extranjera directa,
reforzando su papel en la estabilidad de las cadenas
globales de valor (Dezeure, 2024).
Las empresas multinacionales responden a estos riesgos
adoptando estrategias de derisking, near-shoring y
friend-shoring, reorientando operaciones hacia paises
aliados para fortalecer la resiliencia, asegurar insumos
criticos y ganar autonomia tecnologica (Attinasi, y
cols., 2023). Esta transformacion se refleja tambien
en los flujos comerciales, con un desacoplamiento
gradual entre Estados Unidos y China y una mayor
concentracion del intercambio entre bloques con intereses
compartidos.
Como resultado, las cadenas se alargan y se regionalizan,
propiciando la emergencia de nuevos actores conectores
que facilitan el comercio entre bloques geoeconomicos
rivales (Qiu, Shin y Zhang, 2023). Precisamente, la
proliferacion de estos paises intermediarios y la consolidacion
de estas nuevas estrategias empresariales han
motivado a la administracion Trump a disenar medidas
mas amplias en 2025, extendiendo sus restricciones
comerciales a un espectro considerablemente mayor de
naciones, con el objetivo de contrarrestar la triangulacion
comercial y reforzar su politica proteccionista.
5. ¿Quién va ganando la carrera tecnológica?
Para evaluar el actual balance de fuerzas en la competencia
tecnologica entre Estados Unidos y China, es
necesario analizar dos dimensiones fundamentales: el
posicionamiento en las manufacturas y servicios intensivos
en conocimiento (KTI) y la proyeccion internacional
de innovaciones a traves de patentes. Estas metricas
reflejan la capacidad productiva avanzada de cada
potencia y su influencia tecnologica global (Vazquez
Rojo y Visintin, 2024).
Las manufacturas KTI constituyen el nucleo de la economia
de alto valor anadido contemporanea. Sectores
como el aeroespacial, equipos electricos, vehiculos
avanzados, productos quimicos, dispositivos opticos,
maquinaria de precision, instrumentacion medica y
productos farmaceuticos requieren inversion en I+D,
mano de obra especializada y una solida base industrial
(Vazquez Rojo, 2023). Paralelamente, las patentes
internacionales –registradas fuera del pais de origen–
actuan como instrumentos de poder geoeconomico,
permitiendo a empresas y paises imponer estandares,
asegurar acuerdos comerciales favorables y condicionar
el acceso a tecnologias clave en las cadenas globales de
valor (Vazquez Rojo y Visintin, 2024).
En el panorama de las manufacturas KTI (grafico 6),
Estados Unidos domina sectores donde la innovacion
cientifica y la complejidad tecnologica son decisivas:
industria aeroespacial (56,6%), instrumentacion
medica y dental (37%) y sector farmaceutico (26,7%).
Empresas como Boeing, Medtronic, Pfizer y Johnson
y Johnson consolidan este liderazgo estadounidense
en industrias de alto contenido cientifico y diseno
avanzado. Por su parte, China ha establecido un claro predominio
en sectores donde la escala productiva y la eficiencia
industrial son determinantes: equipos electricos (54,9% de participacion global) con Huawei y Haier; maquinaria y equipo (37%) con Sany Heavy Industry y Zoomlion; productos quimicos (36,8%) con Sinopec y Wanhua Chemical Group; vehiculos motorizados (32,2%) con BYD, NIO o Geely; y computadoras, productos electronicos y opticos (30,9%) con Lenovo y Xiaomi. En terminos agregados, China acumula un 34% de la participacion global en manufacturas KTI, superando el 20,4% de Estados Unidos, diferencia que se amplia en el total de la manufactura mundial (34,3% frente a 17%).
Sin embargo, en los servicios intensivos en conocimiento
y tecnologia (grafico 7), Estados Unidos mantiene una ventaja indiscutible. En publicacion desoftware domina con un 73% del valor anadido global (frente al 3% de China), gracias a empresas como
Microsoft, Adobe y Electronic Arts. En servicios de TI y otros servicios de informacion conserva un 39%
(frente al 11% de China), con lideres como Amazon
Web Services o Cisco. Solo en I+D cientifica la brecha se estrecha significativamente: 21,8% para Estados Unidos versus 19,4% para China, reflejando el rapido progreso
chino en investigacion.
Respecto al poder de proyeccion tecnologica global, elanalisis de patentes revela asimetrias importantes. Segun
los datos de la World Intellectual Property Organization
(WIPO, 2025), en 2023 Estados Unidos registro aproximadamente
el 52% de sus patentes en multiples
jurisdicciones, mientras China apenas supero el 10%
(aunque partia de solo un 5% una decada atras). Es decir, aunque China lidera el numero de patentes registradas,
la mayor parte no se utilizan fuera del pais. Esta
disparidad ilustra la mayor capacidad estadounidense
para internacionalizar sus innovaciones.
La desagregacion sectorial de estas patentes (grafico 8)
muestra un patron claro: Estados Unidos domina en
tecnologias de mayor complejidad cientifica como
tecnologia medica (33,7% frente al 4,7% de China),
productos farmaceuticos (34,5% contra 8,8%) y biotecnologia
(35,4% frente a 8,4%). Su liderazgo es particularmente
significativo en diseno de semiconductores
avanzados, con empresas como Qualcomm, Nvidia o AMD a la vanguardia. En contraste, China logra reducir
la brecha en areas como comunicacion digital (21,1%
frente al 22,4% de Estados Unidos).
La evolucion temporal de las patentes internacionales
en inteligencia artificial (grafico 9) evidencia la intensificacion
de esta competencia tecnologica. Estados
Unidos ha mantenido desde 2008 mas del 15% de las
patentes internacionales de IA, con picos superiores al
20%. China, partiendo de niveles marginales (2-3%),
ha experimentado un crecimiento sostenido hasta alcanzar aproximadamente el 13% en 2022, impulsado
por apoyo estatal, acceso a datos masivos y el
surgimiento de gigantes tecnologicos locales. En enero
de 2025, la salida del modelo de lenguaje con capacidades
de razonamiento desarrollado por la empresa china
DeepSeek evidencio su creciente competitividad en el
sector, donde companias como Alibaba o Baidu tambien
impulsan modelos fundacionales multimodales
que ya compiten directamente con firmas estadounidenses
como OpenAI, Anthropic o Google (Financial
Times, 2025e). En el ambito de las tecnologias vinculadas a las energias
renovables (grafico 10), Estados Unidos mantiene
ventaja en tecnologias mas consolidadas como pilas de
combustible (19% vs 4%) e hidroelectrica (20% vs 8%).
Sin embargo, China ha logrado posiciones dominantes
precisamente en las tecnologias de mayor crecimiento
y proyeccion: energia solar (18% vs 15%) y eolica (9%
vs 7%), complementando este liderazgo con el control
de toda la cadena de produccion, desde materias
primas hasta fabricacion de componentes. De hecho, se
ha convertido en el lider indiscutible en minerales criticos
–litio, grafito, cobalto, manganeso y tierras raras–
esenciales tanto para las tecnologias limpias (baterias
de vehiculos electricos, paneles solares, imanes eolicos)
como para sectores estrategicos como el de los semiconductores
y la defensa. Domina no solo la extraccion,
sino especialmente el refinado, gracias a decadas de
inversiones, el control de minas en el extranjero (como
en Congo e Indonesia) y la retirada de Occidente del
procesamiento industrial, lo que ha generado una
dependencia que China ahora utiliza como herramienta
geoeconomica (IRENA, 2023).
En sintesis, el analisis revela que ambas potencias
han desarrollado una especializacion asimetrica pero
complementaria. Cada una ha consolidado ventajas
competitivas en diferentes estratos del ecosistema
tecnologico global. La superpotencia norteamericana
preserva su liderazgo en el ambito intangible de mayor
valor anadido, abarcando servicios tecnologicos avanzados,
diseno de semiconductores, biotecnologia y
proyeccion global de propiedad intelectual.
Por su parte, el gigante asiatico ha establecido una
posicion predominante en la dimension tangible, destacando
en manufactura intensiva en conocimiento,
control vertical de cadenas de suministro estrategicas
y avances significativos en tecnologias renovables. Esta
bifurcacion ha generado un sistema de vulnerabilidades
mutuas: Washington depende de la capacidad productiva
y los recursos minerales criticos controlados por
Pekin, mientras que este ultimo aun requiere acceso al
diseno avanzado y a la propiedad intelectual desarrollada
por Estados Unidos.
Resulta especialmente relevante la reduccion de distancias
en los campos de comunicacion digital e inteligencia
artificial, tecnologias con extraordinario potencial
transformador, asi como la posicion dominante que
el gigante asiatico ha alcanzado en energias renovables (particularmente solar y eolica), lo que podria conferirle
una ventaja decisiva en la inminente transicion energetica
mundial. El ritmo acelerado con que Pekin ha
logrado duplicar su cuota de patentes internacionales
en apenas una decada evidencia una progresion ascendente
que probablemente intensificara el reequilibrio
tecnologico global. En este escenario, ambas potencias
han adoptado estrategias divergentes: mientras la
nacion oriental ha apostado por dominar cadenas de
valor completas de forma vertical (notablemente en el
sector de renovables), Washington ha concentrado sus
esfuerzos en controlar segmentos estrategicos especificos
que aportan mayor valor anadido.
Este equilibrio tecnologico experimenta ahora una
nueva fase de transformacion bajo el impulso de estrategias
divergentes de Washington. La Administracion
Biden (2021-2025) priorizo la desvinculacion tecnologica
selectiva mediante restricciones especificas a semiconductores
avanzados y equipamiento de fabricacion
estrategico, en gran medida para frenar el avance de
Pekin en chips y en inteligencia artificial. En contraste,
el retorno de Trump a la Casa Blanca ha reorientado
la politica hacia un proteccionismo comercial generalizado,
con aranceles sobre el amplio espectro de importaciones
procedentes del mercado chino. Si bien estas barreras arancelarias pueden frenar la
entrada de productos manufacturados chinos, no abordan
el desafio fundamental: la insuficiente capacidad
productiva domestica que Estados Unidos necesitaria
desarrollar para reducir efectivamente su dependencia.
Mientras tanto, las restricciones tecnologicas
implementadas durante el periodo anterior ya han
estimulado a China a intensificar sus esfuerzos para
desarrollar autonomia en areas criticas como el diseno
de chips avanzados y software especializado.
El resultado es la cristalizacion de un sistema tecnologico
bipolar donde, paradojicamente, persisten profundas
interdependencias a pesar de las crecientes tensiones
comerciales y tecnologicas. Este nuevo y complejo equilibrio
esta reconfigurando aceleradamente los cimientos
del orden economico mundial.
6. Hacia un nuevo orden económico mundial:
autonomía, riesgos y reconfiguración
de las cadenas de valor
La transicion hacia un nuevo orden economico mundial
se desarrolla bajo la creciente rivalidad tecnologica entre
Estados Unidos y China, eje central del cambio descrito en la introduccion. La expectativa inicial de que la interdependencia
economica conduciria a la convergencia
politica y la estabilidad ha dado paso a un escenario en
el que el uso del comercio como arma y la busqueda de
autonomia han reconfigurado las relaciones internacionales.
En este contexto, la resiliencia, la seguridad del
suministro y el control de insumos criticos han desplazado
la primacia de la eficiencia y la reduccion de costes
como principios rectores de la politica economica.
Esta contienda tecnologica trasciende el ambito meramente
comercial. El dominio de sectores estrategicos
como semiconductores, inteligencia artificial, 5G,
energias limpias y baterias se ha convertido en palanca
decisiva para moldear las jerarquias del poder global.
Ante este desafio, Washington y Pekin han adoptado
estrategias divergentes pero complementarias. La potencia
norteamericana, apoyandose en su fortaleza innovadora
y su influencia en estandares internacionales, ha
implementado una combinacion de politicas industriales,
subsidios selectivos e imposicion de aranceles para
preservar su ventaja competitiva.
El marcado giro aislacionista de la nueva Administracion
Trump ha intensificado esta dinamica. Con su renuncia
explicita al liderazgo multilateral, Trump ha acelerado
no solo las tendencias proteccionistas mediante aranceles
generalizados, sino tambien la fragmentacion del
orden economico global, generando vacios de poder en
foros internacionales que Pekin esta dispuesto a ocupar.
Simultaneamente, el gigante asiatico avanza hacia la autosuficiencia
industrial y tecnologica, aprovechando su condicion
de potencia manufacturera en sectores intensivos
en conocimiento para ampliar su capacidad innovadora,
disminuir su dependencia externa y proyectar su influencia
en los espacios abandonados por Estados Unidos.
Este proceso de redistribucion del poder economico
y tecnologico esta transformando profundamente la
gobernanza global. Las instituciones multilaterales
tradicionales pierden protagonismo frente a acuerdos
bilaterales, marcos regionales y mecanismos ad hoc mientras la capacidad de imponer estandares globales
–tanto tecnologicos como ambientales o regulatorios–
emerge como factor determinante del poder geoeconomico,
condicionando las dinamicas de cooperacion
internacional y las trayectorias de desarrollo Aunque la fragmentacion geoeconomica podria incrementar
la resiliencia sistemica ante crisis localizadas,
tambien genera riesgos significativos: intensificacion
de tensiones geopoliticas, ralentizacion de la innovacion
colaborativa y dificultades para abordar desafios
comunes como el cambio climatico. El equilibrio futuro
entre la proteccion de intereses estrategicos nacionales
y la necesidad de cooperacion sistemica determinara
si este nuevo orden evoluciona hacia un sistema mas
solido y equilibrado o, por el contrario, profundiza las
desigualdades y obstaculiza la accion global coordinada.
Esta transformacion no representa el fin de la interdependencia,
sino su recalibracion bajo parametros mas selectivos y estrategicos. Historicamente, las transiciones
tecnologicas han creado ventanas de oportunidad para reconfigurar la distribucion del poder mundial. En el
siglo XXI, la tecnologia constituye el principal campo de batalla economico y politico, determinando que potencias definiran las reglas del desarrollo global y bajo que condiciones se establecera el equilibrio entre competencia, cooperacion y seguridad colectiva. Actualmente, si bien Estados Unidos conserva el liderazgo en sectores tecnologicos avanzados, China –con su formidable capacidad manufacturera y su creciente protagonismo en energias renovables como la solar y la eolica– esta posicionada para forjar ventajas competitivas decisivasen las proximas decadas.
NOTAS
(1) Datos acumulados de enero a noviembre de 2024.
(2) Se entiende por vehiculos de nueva energia (NEV, por sus siglas
en ingles) aquellos propulsados por tecnologias alternativas a
los motores de combustion interna tradicionales, incluyendo
principalmente vehiculos electricos a bateria (BEV), hibridos
enchufables (PHEV) y, en menor medida, vehiculos de hidrogeno
(FCEV).
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