ANÁLISIS Y PROPUESTAS SOBRE LA DEUDA GLOBAL MUNDIAL (julio 2011)

§  ANÁLISIS Y PROPUESTAS SOBRE LA DEUDA GLOBAL MUNDIAL
"AUDITORIA DEUDA" 

§        Este documento será un anexo del documento principal que tenemos sobre Auditoria de la Deuda de España. Se trata de analizar el contexto mundial de la deuda y proponer propuestas alternativas desde DRY y que fomenten la participación ciudadana, como todas nuestras propuestas.
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I-Introducción
II-Analisis
III-Propuesta a nivel mundial
IV- Propuesta a nivel ciudadano
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I-Introduccion
El mapa de la  crisis actual está compuesto por varios elementos principales, altamente interrelacionados entre sí: Economía,  Energía, Presión Demográfica y Medio Ambiente.
Se puede enfocar la crisis actual  desde distintos ángulos,sin quitar importancia a los otros factores me centrare en el tema que según mi enfoque es la raíz de la crisis: --los desequilibrios internacionales---debidos a que la globalización ha modificado las relaciones geoestratégicas entre países.
Con la desregularización y la globalizacion "direccionada" se permitia que el  déficit comercial fuese financiado por un superávit de capital, con la industria financiera de USA, que actuaba a tres bandas: USA-China y Europa (manteniendo las obligaciones de pago en dolares) China se dedico a rellenar su bodega de dolares pasando de un billon a los tres billones actuales, por otro lado  los productos baratos (la deslocalización que tanto nos afecta) son producidos en areas asiaticas de bajo coste, que permitian tener controlada la inflacion. Ver fuente 1:Chinamerica

II- Analisis
En la asignatura de economía mundial se estudiaba hace unas decadas las relaciones entre los países centrales VS los países periféricos, desde la crisis asiática de 1987, la globalización  ha cambiado las relaciones entre países, de paises deficitarios vs países ahorradores. Un grupo de países Occidenatles para seguir  manteniendo sus tasas de paro bajas, y una economía del bienestar deben de seguir creciendo a base de mas credito (de momento hay otro modelo) , una parte es mediante la industria financiera acumulando mas deuda, este tipo de crecimiento lleva la palabra deuda asociada. Entre estos  países hay una parte que aumentan su déficit comercial, porque han perdido competitividad, algunos de ellos tambien han perdido productividad. El otro grupo de países los ahorradores, se han industrializado aprovechando sus modelos duales, sus modelos de triple helice,sus planificaciones industriales, sus subvenciones, con las distintas normas laborales, incluso con dumping comercial y con sus distintos costes y economias de escala, empresas en red, han captando trabajo por vía de las deslocalizaciones. No hemos sabido tener los instrumentos para compensar estos deficits.

"Los superávits y los déficits por cuenta corriente representaban alrededor del 2% del PIB mundial en la década de los 80 y principios de los 90, cuando empezaron a crecer a ritmo constante hasta situarse aproximadamente en el 6% en la antesala de la crisis financiera" ver fuente 2.
-Los países con abultados superávits o déficits están aplicando ajustes estructurales en el ahorro y la inversión tendentes a reducir los desequilibrios en el largo plazo.
-Los países para competir crean sus zonas de bajo coste, China ahora creándolas en Africa, USA ahora creándolas en zonas de EEUU. Mientras Europa se encuentra entre dos frentes.

Este modelo de globalización esta creando grandes desequilibrios, porque las relaciones económicas  pueden acabar  beneficiando  solo a una parte....sabemos que la globalización solo funciona si va en ambas direcciones. Es un modelo en que los países mas débiles se desindustrializan y acaban dependiendo del crédito exterior para poder mantener la sue economia del binestar..Mas desequilibrios economicios es mas deuda  que acaba generando mas deuda, primero se endeudan las empresas privadas, y despues con la contraccion del credito, la recesión de balance, se endeudan los paises, provocando el efecto expulsión. Si el país no logra competitividad en sus empresas, el país cada dia es mas débil, tiene menos capacidad para devolver la deuda, acaba siendo analizado como un país con riesgo, que puede implicar menor inversión exterior, o unos interes mas elevados. Se puede entrar en una espiral de mas paro, menor consumo, que puede llevar a un ajuste forzoso, a la imposición de medidas de austeridad.

"La persistencia de grandes déficits por cuenta corriente resultan insostenibles y por tanto, tarde o temprano habrá de ponerles fin. La cuestión, pues, no es si los desequilibrios se corregirán, sino cómo se producirá dicha corrección. 
El principal riesgo es que el ajuste sea desordenado y vaya en detrimento de la estabilidad macroeconómica y financiera mundial" ver Fuente 1


III-Propuesta a nivel mundial
La crisis es global y requiere medidas globales es necesario ir hacia -alter globalización-, con unas nuevas normas, con unos nuevos acuerdos económicos mundiales.
Solo con cooperación y coordinacion entre paises se avanzara hacia las soluciones.
¿Son posibles las politicas coordinadas ?
La coordinacion es necesaria para salir del atolladero: El papel de la coordinación de políticas La coordinación podría ser clave para salir de este atolladero. El elevado coste de la inestabilidad financiera significa que el ajuste debería realizarse principalmente a través de tipos de cambio nominales más flexibles
"La coordinación internacional podría ayudar a repartir esta carga entre los países con mayores superávits y déficits, sacando a las políticas del  atolladero en que actualmente se encuentran. Por ejemplo, dado que los costes de una mayor flexibilidad de los tipos de cambio correrían por cuenta de China, Estados Unidos podría compartir la carga con la adopción de políticas monetarias y fiscales más restrictivas. Además, en las economías emergentes con superávit el primer país que permitiese la apreciación de su moneda perdería competitividad frente a los demás. La desventaja de ser el primero en actuar podría paliarse con una política coordinada" Fuente 1
Europa debe de actuar como EEUU con federalismo fiscal, con los tipos al cero como USA, que no provocan inflación, los Tips estan en negativo, salvando empresas (bancos, aytomovilisticas, seguros, avalando pagares de empresas en 2007 para que no aumente la morosidad ,etc, etc) con sus QE, y manteniendo el dolar bajo para poder exportar.
Propuesta:
R.Rajan indica "Necesitamos que un grupo de tamaño moderado de líderes representativos de las principales economías del mundo se reúna regularmente para discutir estas cuestiones, informados por un secretariado imparcial que exponga sus análisis ante el grupo. En un principio, el grupo sólo debería ejercer presión de igual a igual sobre sus miembros a fin de que cumplan con sus responsabilidades internacionales. Pero, a medida que fuera mejorando la confianza en la toma de decisiones del grupo -y en la imparcialidad del secretariado-, los miembros podrían adjudicarle ciertas atribuciones, como la posibilidad de imponer sanciones económicas colectivas a los miembros desafiantes" http://www.project-syndicate.org/commentary/rrajan5/Spanish.

IV- Propuesta a nivel ciudadano
Tengo muy claro por donde se deberia de empezar, creo que los ciudadanos deben de presionar para que se creen nuevas instituciones donde puedan ser controladas por los ciudadanos (expertos en diferentes areas) evitando la politizacion, con las funciones basicas de control ciudadano, exigiendo transparencia, ir hacia el open goverment.

¿Es posible crear en este pais Oficinas de evaluación realmente independientes?  Si en otros países es posible, debería ser posible /// Esta claro de que son necesarias para controlar los planes de viabilidad del Ave, o  los planes de aeropuertos cerrados, etc, etc  ? En caso contrario no se  asumen responsabilidades
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Otros enlaces:
-El Oso de Bretton Woods-
"...la causa última de la crisis financiera de 2007-2009 fue la inconsistencia peligrosa entre nuestra economía multipolar global y el sistema que sigue estando dominado por el dólar monetario y financiero.

La buena noticia es que esto va a cambiar en la próxima década, los acuerdos monetarios internacionales estaran a un nivel compatible con la realidad económica. La mala noticia es que diez años es mucho tiempo" Barry Eichengreen
-Nuevo examen del mercantilismo
La estrategia de China en pro de una economía con mucho ahorro y gran superávit comercial de los últimos años encarna las enseñanzas mercantilistas. 
....El objetivo de los superávits comerciales desencadena inevitablemente conflictos con los interlocutores comerciales, por lo que la eficacia de las políticas mercantilistas depende en parte de la inexistencia de políticas similares en otros lugares.
Además, el mercantilismo unilateral no es una garantía de éxito. La relación comercial entre China y los Estados Unidos puede haber parecido un matrimonio ideal  –entre practicantes de los respectivos modelos mercantilista y liberal–, pero con una observación retrospectiva resulta claro que ha acabado mal, sencillamente. A consecuencia de ello, China tendrá que hacer importantes cambios en su estrategia económica, para los que no está preparada aún
D.Rodrick
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El debate sobre Nuevos acuerdos mundiales, nuevas instituciones supranacionales vs Gobernanza mundial es prioritario. Es necesario la reforma de las instituciones supranacionales que formulen nuevas normas y que tengan capacidad para hacerlas cumplir.

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Fuente 1 :La gran recesión (N.Pipper) capitulo Chinamerica
Fuente 2:Los riesgos de los desequilibrios internacionales: http://www.bis.org/publ/arpdf/ar2011_3_es.pdf
Interesante: Exceso ahorro/superavits vs deficit comerciales relacion con infravaloración de la moneda y con la contencion de la inflacion que permite intereses bajos: http://www.tv3.cat/ptv3/tv3TotsVideos.jsp?idint=121128555
Muy interesante leer el informe del BIS sobre los desequilibrios economicos mundiales
 BPI  81- Informe Anual
Cómo los desequilibrios de balanza de pagos y los flujos de capitales, nos llevaron a la crisis financiera.
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A debate:
1-¿Europa se direccionara hacia los Estados unidos de Europa, una Europa mas unida y fuerte, para poder competir, que equilibre las zonas industriales, invirtiendo en los paises menos industrializados ?
2-El International clearing Union (Cámara de Compensación Internacional) ¿ podria funcionar con una moneda común en dos niveles?  Un euro para las relaciones externas de países de la UME,y monedas internas particulares, peseta,franco,marco,...con paridades no irrevocablemente fijas,ajustables institucionalmente en la UME, según los déficits o superavits (basado en las ideas del Bancor, propuesta defendida por A.Gimeno)
/ juliol / 2011 a les 19:48

Target2 por el prof.Urrutia


Alemania financia a los PIGS y que la actuación del ECB produce un efecto de expulsión del crédito del que los bancos alemanes podrían disfrutar.
Creo que ambas ideas se pueden discutir en el contexto de una reflexión sobre el sistema de pagos intraeuropeo llamado Target2 que no es sino una manera de dejar bien apuntadas todas las operaciones realizadas entre residentes de distintos países miembros de la Eurozona.
El punto de partida para estas reflexiones debe de ser la puesta al día de la forma que toma la contabilidad nacional de un país en lo que respecta a la Balanza Exterior. Pensemos en España y Alemania. Sabemos que por pura convención contable todo país con un déficit comercial o por cuenta corriente (digamos España) ha de tener un superávit de la balanza de capitales, mejor llamada balanza financiera, que refleja su situación con el país con el que comercia (digamos Alemania). Mientras la balanza por cuenta corriente mide flujos, la balanza financiera mide cambios en el stock de reservas. La igualdad entre ambas balanzas con el signo cambiado no es ninguna propiedad económica misteriosa sino el resultado necesario de un sistema contable de doble entrada en el que el saldo de cualquier subconjunto de apuntes ha de ser igual al saldo del subconjunto complementario. Algo trivial que se deriva de las propiedades de la suma, la asociativa y quizá la conmutativa y que no debe preocuparnos ahora aunque cabe recordar que esa necesaria igualdad se obtenía debido a que el superávit comercial de Alemania le deja con un montón de pesetas que son derechos de giro sobre el PIB español, pero que seguramente el exportador alemán transformará en marcos a través del Bundesbank con apreciación del marco frente a la peseta lo que se apunta en Alemania como un déficit de la balanza financiera y, por necesidad de la doble entrada, como un superávit de esa balanza en España.
Así funcionaban España y Alemania hasta el momento de la introducción del Euro. En ese momento ya es imposible para Alemania saber si sus reservas de euros son derechos de giro contra España o contra Grecia por ejemplo. El sistema de cuentas nacionales debe ser complementado con un sistema de información que recuerde, a base de apuntarlas centralmente, en el banco central de cada país y en el BCE, las operaciones que se han realizado entre cada par de países y, en consecuencia, contra el PIB de qué país tiene Alemania qué cantidad de capacidad de giro. Este sistema es Target2, el sistema de pagos al que me refería al principio.
Veamos cómo funciona. Supongamos una operación de un importador español de un BMW alemán. De esta operación queda constancia en el banco del importador español (Santander digamos), en el banco central del país de ese importador (Banco de España), en el BCE, en el banco del exportador (Deutsche Bank digamos) y en el banco central del país de ese exportador, el Bundesbank. De esta manera queda un rastro bien contabilizado de todas las (grandes) operaciones comerciales entre países y de sus pagos correspondientes. En el resumen del BCE, accesible para todos los países que integran el sistema, se puede ver qué país tiene derechos de giro contra el PIB de qué país. En el ejemplo que arrastramos todos sabemos cuanto poder de giro contra el PIB español tienen los residentes alemanes, cuanto poder de giro contra el PIB alemán tiene los residentes españoles y finalmente cual es el poder de giro neto. Los alemanes visualizan esto como una financiación a España por la cantidad correspondiente al poder de giro neto.

Notemos que el exportador de coches ha cobrado y que el importador español ha pagado. No parece que nadie deba nada a nadie. Pero al mismo tiempo es cierto que los residentes alemanes en Alemania o bien se gastan esa ganancia que han obtenido como exportadores netos a España en Alemania o bien acumulan los euros para gastarlos más adelante fuera de Alemania (digamos que en Mallorca). Se puede decir que España debe a Alemania o que Alemania ha financiado a España, pero me parece obvio que esa deuda es especial. El poder de giro neto de Alemania frente a España es como el principal de una especie de préstamo a tipo de interés cero y a plazo indeterminado. Por lo tanto la única manera que tiene España de pagarla es, en un ejemplo simple, dando servicios hoteleros a un alemán en Mallorca. Volveré sobre esto, pero añadamos ahora otra cuestión bilateral entre España y Alemania que necesitamos para completar el cuadro.
Es en efecto el caso que el Reino de España tiene una deuda pública generada por el carácter nada calvinista de sus ciudadanos incluidos sus funcionarios. Por lo tanto España tiene que financiar esos gastos y lo consigue emitiendo deuda que es comprada, digamos, por un inversor alemán. La situación no es delicada mientras se piense que esta deuda se va a pagar con ahorro o con una ganancia de la productividad española que iniciará un proceso inverso al descrito y que resulta compensatorio. Pero todo se complica si Alemania piensa que esa deuda es insostenible porque España no está dispuesta a ahorrar y solo va a poder pagar esa deuda pública con emisión de más deuda. En ese caso Alemania puede sentirse doblemente estafada por la deuda correspondiente al poder de giro neto contra el PIB español (que solo puede ser satisfecha mediante ese turismo en Mallorca por así decirlo) y a la deuda pública insostenible. Parecería razonable que Alemania exija que España garantice el pago de lo que debe en el tiempo y las condiciones pactadas en el caso de la deuda pública. La única manera que tiene España de garantizar esto es dejarse intervenir de forma que se le dicte los recortes a realizar para generar un excedente monetario suficiente para pagar a Alemania lo que contablemente se le debe. Equivalentemente Alemania puede dejar de comprar deuda española o vender la que ya tiene, de manera que el precio disminuye y el rendimiento aumenta.
Este es el problema en el que nos encontramos hoy con el condimento adicional de que es imposible que España pague si no crece y no puede crecer y ganar competitividad más que acumulando déficit público. Naturalmente está la posibilidad de la devaluación interior de España bajando los salarios, lo que acabaría equilibrando la balanza comercial, y quizá subiendo el IVA para atajar el déficit público que, como pasa en nuestro ejemplo, también ha sido financiado por Alemania (sus bancos) aunque no tenga nada que ver con la balanza comercial. Esto sería reflejado en la contabilidad propia del sistema de pagos Target2.
Notemos en cualquier caso que el superávit de balanza de capitales o financiera es, se transforma en, endeudamiento que hay que añadir al que se deriva del déficit púbico. Distingamos sin embargo. Para financiar el déficit público no hay más remedio que pedir prestado si queremos pagar a los que hacen las carreteras. Sin embargo en el caso del exportador y el importador ya han sido canceladas las deudas pues cada comprador español de un BMV ha pagado en euros al vendedor alemán. Como Target2 refleja todo, no distingue, pero deberíamos saber que parte del déficit macro-contable es «fantasmal» en el sentido que solo quiere decir que los alemanes tienen acumulados euros que pueden gastar si quieren en Mallorca, pero no obligatoriamente pues también lo pueden hacer en Atenas con quien sin duda también tienen superávit comercial. Para financiar el déficit exterior no necesitaría España endeudarse pues le deuda que tiene solo podrá ser pagada cuando los alemanes usen los euros, provenientes de España en nuestro ejemplo, aumenten su consumo interior, cosa que dadas las apariencias solo ocurrirá con esa revaluación interior que parece ya está empezando a ocurrir, o aumenten sus viajes a Mallorca o a las islas griegas.



¿Y si España y/o Alemania no quisieran aceptar sus respectivas devaluaciones o revaluaciones interiores? Pues ya sabemos que, con independencia de los problemas sociales correspondientes, acabaremos viendo que ese es precisamente el resultado que se va a producir ya que no habrá más remedio por parte de los trabajadores españoles que bajarse el salario para trabajar más y ganar un algo más que será gravado, al consumir, por un IVA más elevado. En cuanto a Alemania tendrá que cargar con la deuda española que sus bancos han acumulado consumiendo más en el exterior y usando menos crédito proveniente de sus bancos que están poco dispuestos a concederlo dado el pobre estado de sus balances (no solo dañados por la deuda española).
Parece sencillo llegar a la conclusión de que no hay que orientar la discusión entre España y Alemania como lo haría Sinn en términos de Target2 o de cualquier otro sistema de pagos. Hay que discutir en términos de las relaciones marginales de sustitución entre trabajo y ocio de ambos países y en términos de las productividades relativas de los dos países junto con su competitividad comparada así como, finalmente, en términos de la solvencia relativa de los bancos de los dos países consecuencia de la gestión libre y propia de todos ellos.
Después de todas estas aclaraciones tan pesadas estamos en disposición de montar un argumento entendible a fin de poder refutar a Hans Werner Sinn y sus ideas sobre la financiación de alemana a los PIGS mediante la acumulación de euros y sobre el agravio a Alemania que representa la disponibilidad de liquidez generada por el BCE contra casi cualquier colateral.
Primero la financiación que Alemania proporciona a los PIGS. Afirma Sinn que Alemania hoy está financiando al resto de la Unión por así decirlo y que por ello es exigible la austeridad de esa periferia nada calvinista en sus referencias. Ahora bien, si la acumulación de euros en Alemania es una financiación de las economías periféricas no me parece, a la luz de lo analizado hasta ahora, que ello sea algo relevante. Además, si el tipo de cambio del euro actual es lo suficientemente bajo como para que Alemania pueda seguir exportando a los USA (p.e.) es algo que se debe a que no hay mucha demanda de euros justamente porque no se quiere prestar en euros a los países periféricos debido a su mala reputación dispendiosa y a sus malas perspectivas de recuperación. Y ese no es el único servicio que presta la periferia PIGS a Alemania ya que la imposibilidad por parte de cualquier país de la Unión de devaluar en un área monetaria con moneda única como la Eurozona deja a Alemania el campo libre y a cubierto de posibles competidores en la exportación a los USA. Quizá estos servicios a favor de Alemania se debieran tener en cuenta a la hora de dilucidar quién debe a quién. Quizá se podría argumentar que compensarían, en alguna medida a determinar, el esfuerzo que me gustaría poder exigir a los alemanes para que contribuyesen a garantizar la deuda de la periferia mediante su aportación proporcional a su PIB a un fondo especial bien dotado.
Segundo, la aseveración de que la financiación a los bancos de la periferia por parte del BCE crowds out la financiación a los bancos alemanes no se sostiene ya que nada impide a los bancos alemanes acudir a esa institución como cualquier otro banco, español por ejemplo. El hecho de que no lo hagan nada tiene que ver con las relaciones comerciales entre países de la zona euro, sino con la problemática propia de los bancos alemanes.
Ojalá estas reflexiones se puedan utilizar en estos momentos en los que España se encuentra en una situación delicada en relación a su sector bancario y en una coyuntura en la que Alemania debería aceptar su revaluación interna, pace Sinn.

Jorge Juan comenta:
“1. Toda economía que utiliza el crédito, tiene que crecer. Mientras crezca se podrán devolver el principal más los intereses. Todo está basado en un modelo de crecimiento. Si no crece, pero es conyuntural, no pasa nada. Si no se crece, pero ocurre en un ciclo más largo, todo se pone en peligro. Los mercados han sentenciado el modelo del crecimiento, descontándolo de forma intrínseca en el precio (p.e.: el precio de la deuda a largo plazo)
2. En el juego apreciacion/depreciación de un cambio de divisas es importante el flujo “real”, la balanza comercial y de capitales, pero también la propia divisa es comprada y vendida en función de las expectativas de los agentes que intervienen en el mercado. Las expectativas no es algo objetivo, es la suma de las “emociones”, no se puede modelizar con variables de contabilidad nacional.
Mi opinion es que en la actual coyuntura de los mercados, Alemania si financia a los PIGS, conjuntamente con el BCE. Si cortaran su financiación, el sistema financiero euro, y por contagio, el sistema monetario mundial, colapsaría de forma inmediata. En el descuento de “emociones”, los primeros que no se prestan entre sí son los propios bancos. El mercado interbancario para entidades PIGS esta cerrado desde mayo de 2010”. Jorge Juan

Otros articulos en su blog
Si mi juicio es correcto deberíamos escuchar a la vieja Europa. Lo que aquí se está cociendo y de lo que somos espectadores de primera línea debe ser escuchado con atención suma. No nos arredremos ante locuras como el confederalismo asimétrico, la economía de la abundancia, la producción P2P o la necesidad de disipar rentas. Mi intuición es que ideas que, como esas, a menudo se desprecian por utópicas o meramente teóricas van a ser escuchadas en Europa en estos días de tribulación. Esas ideas tienen un enorme potencial epístémico.

Juan Urrutia renueva las bases teóricas del confederalismo incorporando la disipación de rentas en el modelo y la transición hacia un modo de producción p2p. Al incorporar comunidades identitarias desterritolializadas como sujetos válidos del pacto confederal, el resultado es un confederalismo asimétrico en el que comunidades reeales como las filés e incluso imaginadas (como los «congresos mundiales» de lenguas o diásporas, equilibran las tendencias autarquistas y aislacionistas propias de un confederalismo territorialista clásico y cohesionan socialmente en un plano transnacional.


La ingeniería institucional: la concepción y el funcionamiento de las instituciones

Tesis para repensar la gobernanza, 2006


P
ierre Calame alienta a las instituciones públicas a que construyan sus propias estrategias de cambio y se comprometan con una verdadera transformación interna para adaptarse a los desafíos del siglo XXI. En efecto, las instituciones deben ser capaces por un lado de formular reglas pertinentes y aplicarlas y, por otro lado, de responder de la mejor manera posible a los objetivos perseguidos. Luego de un análisis del servicio público y de su ideología, el autor se interesa por la cultura y los recursos humanos de una institución: temas clave para la implementación de una verdadera “ingeniería institucional”.

Cuando se considera a las administraciones como simples herramientas -teóricamente neutras- de aplicación de las voluntades políticas, se está dejando de lado una reflexión en profundidad sobre el funcionamiento mismo de las instituciones. Entendámonos bien: hay incontables análisis del fenómeno burocrático, pero por lo general percibidos bajo un punto de vista negativo, como resistencias opuestas a la voluntad política. Lo que falta es un enfoque positivo de la ingeniería institucional. Es tiempo de emprender ese esfuerzo.
Las organizaciones de gran tamaño son necesariamente complejas. Con sus referencias culturales, sus proyectos y sus pasiones, involucran a una gran cantidad de personas. Implementan un vasto conjunto de procedimientos jurídicos y técnicos, a menudo acumulados por estratos a lo largo de los años, y manejan múltiples relaciones de poder.
Cada organización tiene una “lógica profunda” que gobierna sus reacciones, delimita su percepción de la realidad, orienta y hasta define la naturaleza de las soluciones que es capaz de concebir e implementar. Aun cuando es contradictoria con los objetivos asignados a la organización, esa lógica profunda se impone sin que los actores siquiera la perciban conscientemente.
(…)
La ingeniería institucional es el arte de concebir instituciones cuya “lógica profunda” vaya en el mismo sentido que los objetivos perseguidos. Esa es la condición para poder salir de lo que he denominado, con respecto a la cooperación europea, la “pertinencia por fractura”, es decir de unos dispositivos que espontáneamente llevan a lo contrario de las prácticas consideradas deseables. (…)

2. Los conceptos y la ideología general de los servicios públicos

Todo cuerpo social necesita una ideología que le dé cohesión, sentido, valores y puntos de referencia. Es la representación que las organizaciones y sus miembros tienen de sí mismos, de su papel, de su lugar en la sociedad. Es la mirada que, en sentido contrario, la sociedad tiene de ellos y las expectativas que formula con respecto a ellos. Todo el desafío está ahí, en cómo conservar lo bueno que tenga la ideología del servicio público, haciendo evolucionar al mismo tiempo la profundidad del concepto.

La conciencia del desfase entre la realidad del mundo y las instituciones implementadas para administrarlo puede ser vivida muy negativamente si sus actores, demasiado identificados con la organización existente, sólo aparecen como supervivencias del pasado. Esto también puede ser un formidable motor de dinamismo si todos miden ese desfase y contribuyen a la realización de un gran proyecto colectivo.
El primer motivo de orgullo de la función pública será entonces la constatación que enunciamos en la introducción: la ética y la gobernanza son las prioridades del siglo XXI. No lo son ni el desarrollo económico ni la innovación técnica y científica. Así pues, aquéllos que a menudo son tomados por retrógrados o alérgicos al cambio pueden ver, al contrario, que están en la vanguardia del combate moderno. Su capacidad de anticipación es la que permitirá disminuir los desfases existentes. De su creatividad dependerá la construcción de un mundo vivible. Desde los maestros hasta los policías, desde los agentes de los gobiernos locales hasta los de las instituciones internacionales, desde los gestionarios del territorio hasta los de la salud, desde los militares hasta los agentes de la acción social: introduciendo una reflexión común sobre la gobernanza en la formación básica de cada uno, empezaremos a forjar una ideología del servicio público para el futuro.



DESIGUALDAD ECONÓMICA y POLÍTICA DEL SECTOR PUBLICO -E.Fuentes Quintana -1978

Recupero este articulo de Fuentes Quintana, un tecnocrata que supo sacar al pais de la crisis de los 1970

El tratamiento de la desigualdad económica en España y de cómo la Hacienda Pública la remedia o la acentúa, no es posible acometerlo sin reconocer una serie de deudas. Porque, en efecto, como he anticipado ya y como demostrará mi exposición seguidamente, no puedo hacer otra cosa para cumplir mi compromiso, que contar cómo un grupo de investigadores españoles se ha aproximado al formidable problema de la desigualdad en nuestro país. Mis palabras tendrán así el carácter de crónica del proceso de investigación iniciado seis años atrás en el Instituto de Estudios Fiscales. Una crónica que procurará testimoniar cómo hemos entendido y definido las dimensiones de la desigualdad en España, las dificultades que nos hemos encontrado para conocerla y valorarla y las soluciones que frente a la desigualdad económica proponemos.




Capítulo del libro: "Poder y Clases Sociales", Ed. Antonio López Pina, Tecnos, 1978.
Para citar este texto puede utilizar el siguiente formato:
Fuentes Quintana, E."Desigualdad económica y política del sector público" en Textos Selectos de EUMEDNET. Accesible a texto completo en http://www.eumed.net/textos/

LA DESIGUALDAD COMO PROBLEMA EN ESPAÑA: MAPA REAL Y MAPA SICOLÓGICOSe ha dicho con fortuna y verdad que los economistas han sentido desde siempre un especial desasosiego por la desigualdad. La desigualdad no nos gusta y los economistas lo hemos dicho siempre. Sentidas las cosas desde la perspectiva nacional, podemos afirmar, además, que los economistas españoles -al menos los economistas de mi generación y mis maestros- hemos pensado que había razones para el desasosiego porque la desigualdad de renta, riqueza y clases sociales dejaba sus profundas y desagradables huellas en múltiples datos que diariamente manejamos como testimonio del quehacer nacional. Creíamos, en consecuencia, que valía la pena iniciar una investigación tratando de levantar un mapa con los accidentes concretos -o al menos, los más destacados- que la desigualdad económica ofrece en España.

Ahora bien, la desigualdad no es sólo un hecho que los datos económicos tratan de medir. Es también un valor social que mueve conductas y sustenta actitudes. Y esas conductas y actitudes producen hechos sociales nuevos. Dicho con otras palabras: el conocimiento de la desigualdad económica no es sólo un hecho objetivo que pueda conocerse y evaluarse con los datos que nos suministre el mapa económico objetivo de la estadística. Existe un mapa subjetivo de la desigualdad igualmente importante y operativo. Porque el clima económico existente en torno a la desigualdad no sólo se integra con datos objetivos, sino con la opinión de quienes los viven desde la aceptación o el descontento. Levantar este mapa subjetivo de la desigualdad económica reclamaba la realización de otro tipo distinto de investigaciones que las estadísticas de distribución personal de la renta, pues se trataba de revelar las opiniones de los españoles sobre las desigualdades existentes. Opiniones que se han obtenido por diversas encuestas realizadas bajo la experta mano de sociólogos, economistas y estadísticos. El mapa real de la distribución personal de la renta se realizó en el Instituto de Estudios Fiscales para cuatro años -1964, 1967, 1970 Y 1974- a través de una investigación dirigida por Angel y Julio Alcaide cuyos resultados sólo han sido parcialmente divulgados. El mapa sicológico de la distribución de la renta se efectuó a través de diversas encuestas de 
opinión efectuadas en 1971-1974, 1975 Y 1976, diseñadas en el Instituto de Estudios Fiscales y realizadas por las empresas consultoras DATA e INVENTICA.
Anticiparé que los perfiles de estos mapas de la desigualdad española no nos sorprendieron en el sentido de sus resultados, aunque sí en la intensidad de los mismos.
El que he denominado mapa real de la distribución personal de la renta espero que se describa con más detalle y extensión por Julio Alcaide, y esa fundada suposición me permite referirme a él destacando lacónicamente sus perfiles más acusados a través de tres conclusiones fundamentales:
1ª La distribución de la renta personal española es claramente desigual en los cuatro años observados en la investigación. En el último de ellos -1974- mientras el 12,24 % de los hogares españoles percibía el 2,44 % de la renta nacional, el 1,29 % de los hogares disfrutaba del 20 % de la renta nacional. Por otra parte, el número de hogares con renta inferior al 50 % de la media nacional se situaba en el 31,3 %. De los 9.158.205 hogares españoles con la mitad -el 43,45 % no sobrepasaban las 240.000 pesetas anuales, mientras un 0,38 % los 34.986 hogares del tramo de rentas privilegiadas -superiores a los 5 millones de pesetas- se llevaban el 13,12 % de la renta nacional.

2ª Si diferenciamos las clases sociales por su nivel económico en cuatro grandes grupos y calificamos como clase baja a la que percibe rentas medias inferiores al 50 % de la renta media nacional, clase media baja a las comprendidas entre el 50 y el 100 % de la renta nacional, clase media alta a quienes viven en el intervalo 100-200 % de la renta media nacional y clase alta a las que obtienen rentas medias superiores al 200 % de la renta media nacional, el resultado de la distribución es que los hogares totales españoles caerían el 25 % en la clase baja, el 61 % en la clase media baja y un 11 y 3 % en las clases media alta y alta. Dicho en otros términos, el 86 % de la población española estaría incluida en la clase baja y media baja, lo que revela claramente la desigualdad con la que se realiza la distribución personal de la renta.

3ª La distribución de la renta personal española no ha mejorado sustancialmente en los años en que se ha investigado la misma. En efecto, el índice de concentración de Gini pasa de 0,3778 en 1964 a 0,4426 en 1974. Sin embargo, debe afirmarse que la indudable elevación de la renta media española entre esos años, aunque su distribución no haya mejorado, ha quitado a las diferencias de renta parte de su viejo patetismo'. Porque, sin duda, es mayor el nivel del que hoy arranca la desigualdad; mayor nivel que permite a las rentas más bajas mantener un nivel de vida superior a consecuencia del progreso. Por otra parte, entre 1970 y 1974 el índice de Gini mejora lo que indica, que parte de la regresividad acumulada en los años de desarrollo de la década de los 60 se ha reducido, si bien ligeramente. Las rentas más elevadas, sin embargo, mantienen y aun agudizan sus diferencias en todos los ejercicios como consecuencia, sin duda, de las agudas y consolidadas diferencias existentes en la distribución del patrimonio del país.
Bien se comprende que los hoscos perfiles de ese mapa real de la desigualdad que acabo de presentar, no gusten a los economistas y se comprende también que un mapa real de esas características haya influido en la conciencia de la sociedad española y sensibilizado a los distintos grupos sobre la importancia de la desigualdad. Cuando ese mapa sicológico de la desigualdad se ha levantado a través de las encuestas de opinión que realizamos en el Instituto de Estudios Fiscales en 1971 y 1974 pudimos alcanzar dos claras conclusiones:

1ª Un 81 % de los españoles encuestados pensaba que las diferencias de ingresos familiares existentes eran elevadas. Muy grandes para el 57 % de la población, grandes para el 24 %. Existía, pues, un juicio muy definido y generalizado sobre la importancia de la desigualdad para los españoles.

2ª Esas desigualdades económicas traducían sus efectos en las desigualdades sociales dificultando la disponibilidad de oportunidades iguales básicas y la movilidad social. El valor de esta afirmación se acentúa en cuanto se comprueba que más de la mitad del estrato superior de rentas 
opinaba que no existía igualdad de oportunidades para el acceso a la educación y el empleo y el 70 % de ese mismo estrato superior opinaba que la movilidad social era muy reducida.
Los EFECTOS DE LA DESIGUALDAD EVALUADOS POR LOS ECONOMISTAS Y EL PÚBLICO

Los economistas
 y hacendistas españoles creemos que la desigualdad es un hecho trascendente, porque traduce sus efectos en múltiples frentes de la vida social. Los ciudadanos españoles creen también lo mismo.
Es fácil relacionar los prolijos sumandos que integran para un economista el agregado de los efectos económicos de la desigualdad. Es evidente que una sociedad desigual arriesga su eficacia, niega la base de justicia que la convivencia necesita y acentúa y fomenta la inflación. Arriesga la eficacia económica, porque ésta depende de cómo la sociedad administra los recursos escasos de los que la sociedad dispone. Se ha dicho con frecuencia y con razón que el principal activo económico de un país está en sus hombres y ese activo no producirá sus efectos si la población no capitaliza en sí misma, mejorando su capacidad física e intelectual para incorporadas al proceso económico. Es evidente, por otra parte, que una sociedad desigual no será nunca una sociedad integrada y solidaria y, por tanto, su inestabilidad constituirá un riesgo permanente y amenazador de su paz civil y de su convivencia. Finalmente, pero en manera alguna en último lugar, una sociedad desigual con conciencia clara de esa desigualdad entre sus miembros no aceptará la distribución de rentas existente, la cuestionará todos los días con reivindicaciones de mayores precios y retribuciones que permitan conseguir, a través de la contestación y la protesta, un aumento en la participación relativa de cada grupo en la renta nacional. De esta suerte, la lucha de los grupos sociales por acrecer sus participaciones relativas elevará rentas y retribuciones que al no corresponderse con el crecimiento general de la producción, elevarán los precios abriendo primero y alimentando después, un proceso inflacionista de graves consecuencias.
Estos efectos de la desigualdad en que los economistas creemos hoy se comparten por la población española. Las encuestas de opinión realizadas en el Instituto de Estudios Fiscales nos han indicado que el 91 % de los españoles creían en 1971 que el desarrollo español se vería dificultado gravemente en el futuro por las diferencias de rentas existentes.
Resulta difícil negar esta firme creencia de economistas y público sobre los desfavorables efectos de una desigualdad tan acentuada como la que muestran los mapas real y sicológico que hemos comentado.
Y es la trascendencia de esos efectos la que justifica una política económica que trate de modificar la causa que los produce.

LA NECESIDAD DE UNA POLÍTICA FRENTE A LA DESIGUALDAD
Una política económica, se afirma, porque no hay garantía alguna, automatismo de ninguna clase, que asegure la eliminación gratuita y espontánea de la desigualdad.
Todos los economistas actuales conocen bien que limar las diferencias de renta y riqueza en una sociedad, aumentar la porosidad entre las distintas clases, facilitar el acceso igual a un conjunto de oportunidades básicas, constituyen aspiraciones generalizadas en las distintas sociedades occidentales y desde luego promesas electorales repetidas para atraer voluntades y votos. Sin embargo, no es fácil alcanzar esos objetivos y cumplir esas promesas. Reclaman un esfuerzo perseverante y continuado por parte de la política económica y piden el empleo de una técnica nada fácil de desarrollar y articular. Una sociedad desigual no evolucionará por sí misma hacia formas distintas de la distribución de su renta y su riqueza de forma que se limen las diferencias que separan a las distintas clases sociales. La desigualdad, sólo desigualdad produce.
De esta compartida opinión de los economistas es también partícipe la población española. Cuando se preguntó en la encuesta de opinión efectuada en 1974, si en el futuro disminuirían las desigualdades, el 66 % de los españoles opinaron que no, en la creencia de que por sí misma la sociedad española no se haría más igual.
Subrayemos la importancia de este punto: una sociedad menos desigual, con mejor distribución de su renta y su riqueza no se consigue desde la pasividad, ni siquiera, como prueba el propio ejemplo de la sociedad española, desde el desarrollo. Se precisa una política económica que incluya este objetivo como propio y que trate de alcanzado con una meditada estrategia servida con perseverancia.
LA POLÍTICA ECONÓMICA FRENTE A LA DESIGUALDAD
Esa política económica frente a la desigualdad no ha existido realmente en España.
Los componentes básicos de una política contra la desigualdad caen en lo fundamental dentro de la Hacienda Pública y consisten, de una parte, en aquel grupo de gastos públicos con capacidad redistributiva de renta, riqueza y oportunidades. Los gastos que tienden a afirmar la base física de la población (su acceso a la salud y a la vivienda) Y los gastos que tienden a facilitar la financiación del capital humano (enseñanza, formación). Esos gastos públicos no mejorarán la distribución de la renta si no se financian debidamente, esto es: detrayendo por impuestos los ingresos precisos de los estratos de renta o riqueza más elevados. Esta segunda condición es vital y limitativa de una política de redistribución de rentas, ya que de no disponerse de ingresos públicos, no podrán organizarse las prestaciones del gasto y de no ser los impuestos progresivos (es decir, que graven más a quienes más capacidad de pago tienen), nada se logrará en la mejora de la distribución de las rentas. Por esta razón elemental resulta fácil identificar los países que realmente practican una política de distribución efectiva de la renta, minorando las desigualdades con las que se presenta. No hay que mirar al terreno de las promesas retóricas de los políticos, ni a las declaraciones solemnes de los preceptos constitucionales porque en este campo casi todos los políticos prometen lo mismo y todas las leyes constitucionales proclaman la lucha contra la desigualdad como un objetivo prioritario. Tawney nos dijo hace muchos años que la equidad en la distribución de la renta reina en todos los ordenes políticos concebibles, pero no siempre gobierna en la práctica de la vida económica diaria. El campo de la lucha contra la desigualdad lo define quizá con mayor propiedad que ningún otro criterio el reparto de la imposición. Dime con qué impuestos cuenta un país y te diré el grado en el que desea eliminar sus desigualdades.
La política tributaria y la política de gasto público definen la zona yugular que determina la vitalidad de la política en contra de la desigualdad.
El justificado acento puesto sobre la política fiscal como instrumento clave de redistribución no debe interpretarse, sin embargo, como la atribución exclusiva de esta responsabilidad a los programas de ingresos y gastos públicos. Existen otros medios de la política económica que debe aplicar un sector público consciente de sus responsabilidades redistributivas: la eliminación de los monopolios y la restauración de la competencia no sólo contribuyen a una mejor administración de los recursos económicos, desempeñan asimismo un papel destacado al servicio de la equidad; la regulación de la propiedad y el derecho sucesorio constituyen otro campo estratégico para comprender y explicar las desigualdades actuales y, por tanto, su alteración lo sería para variar la desigual distribución heredada.
Resulta, sin embargo, cierto que los caminos descritos hasta aquí para salir de la desigualdad conceden una importancia innegable a la Hacienda Pública y la convierten en principal protagonista de esa política de re distribución de la renta.
El acuerdo positivo sobre la importancia de las instituciones de la Hacienda Pública en la eliminación de la desigualdad discurre paralelamente, en la opinión de la mayoría de los economistas, con su coincidencia en negar la eficacia de aquellas políticas redistributivas que interfieran el mecanismo de los precios y las rentas. Una política sobre la que se ha puesto mucha fuerza y no poca esperanza para conseguir a corto plazo cambios importantes en la distribución de la renta es el alza de salarios. Los límites en que esa política de alzas salariales pueden corregir la distribución de la renta son claros, pues, o bien estas alzas salariales pasan vía costes a los precios de los productos y entonces se cancelan por la inflación las mejoras conseguidas en la participación de la renta, o bien los mayores costes salariales no pueden trasladarse sobre los precios porque el mercado no lo consiente o porque la intervención de precios sea efectiva, en cuyo caso la crisis del beneficio empresarial será la primera consecuencia a la que seguiránlas menores Inversiones Y el menor empleo. No cabe duda de que una mejor distribución de la renta constituye una aspiración legítima de quienes se sitúan en el tramo inferior de ésta, pero no es menos cierto que esa laudable finalidad debe a1canzarse por políticas que no tengan las graves consecuencias que sobre precios/beneficios/empleo ocasiona una petición de salarios excesivos.
Sabemos que esta alternativa se encuentra en la política fiscal y de ahí el interés de examinar cómo esta vital función redistributiva se realiza por la imposición española.
IMPOSICIÓN ESPAÑOLA Y DESIGUALDAD
Preguntémonos pues, ¿contribuye nuestro sistema tributario a mejorar la distribución de la renta? He aquí una pregunta crucial para juzgar el sistema tributario de un país y para conocer en qué medida la política redistributiva puede tener el apoyo fiscal que necesita. Es esa pregunta crucial la que quienes trabajamos en el Instituto de Estudios Fiscales consideramos necesario que se nos contestase por distintos intérpretes de la actividad financiera del país:
- por los contribuyentes, cuyo enjuiciamiento nos parecía fundamental para conocer su sentimiento frente a la imposición española,- por la Administración Tributaria encargada de aplicar la imposición y cuya valoración de los distintos gravámenes tan destacado papel desempeña en el clima que rodea a los tributos de un país y del que depende en gran parte su aceptación social y el pago voluntario de las obligaciones que establece,- por los hacendistas que deberían decimos cómo se distribuía efectivamente la carga fiscal y en qué medida reducía u ocupaba las desigualdades existentes.
Tenemos así tres opiniones sobre la imposición: la opinión popular, la opinión técnica de la Administración Tributaria, la opinión doctrinal de los hacendistas. Tratemos de resumir brevemente las investigaciones realizadas para conocer las tres opiniones sobre nuestros impuestos.
Dos son los defectos que, en opinión de los contribuyentes españoles, caracterizan sobre cualesquiera otro al reparto de nuestros impuestos.

1.° Los impuestos españoles se evaden.
2.° Los impuestos españoles son injustos.
El contribuyente español está convencido de que el Sistema Tributario no se aplica con generalidad. La conclusión que con mayor claridad se deduce de la encuesta de sus opiniones -y sin duda la más grave para la valoración del Sistema Tributario-- es la de que el contribuyente español, en confesión propia, se considera un defraudador. El 76 % de las opiniones consultadas se inclinaban por calificar comohabitualmente defraudadores a la mayoría de los contribuyentes y empresas. Esta opinión, claramente dominante entre los distintos grupos de contribuyentes, cualquiera que fuese su clase social o su edad, aparecía cualificada en su gravedad por el hecho de que era más intensa entre los más jóvenes -menores de 45 años- y clase social más elevada.
Esa conciencia general de una situación de fraude generalizado -que denuncian las respuestas de los contribuyentes españoles- se ofrece con una característica adicional: que el grado de fraude es variable según la categoría de los sujetos pasivos y según la naturaleza de los distintos impuestos.
En opinión de los contribuyentes, el Sistema Tributario concede oportunidades desiguales de ocultación a los distintos sujetos pasivos. El acceso al fraude es desigual entre los contribuyentes. Piensan éstos que las mayores oportunidades de ocultación las disfrutan con marcada diferenciación los grandes comerciantes, las profesiones liberales, los artistas, los deportistas y los grandes agricultores.
En opinión de los contribuyentes, las posibilidades de evasión están también desigualmente distribuidas entre las distintas figuras que integran el sistema tributario. Es importante afirmar que la opinión de los distintos grupos de contribuyentes coincide, en general, en los impuestos de fácil y más difícil evasión, de forma que el estrato profesional al que pertenecen no condiciona su juicio sobre la aplicación efectiva de cada tributo. El primer hecho que revela el examen de la opinión de los contribuyentes sobre las posibilidades abiertas a la defraudación en cada impuesto es la crítica de los llamados impuestosgenerales en nuestro sistema tributario. Tres de los impuestosgenerales no lo son, en opinión de los contribuyentes, dadas las facilidades que ofrecen para su defraudación. El impuesto general sobre el tráfico de las empresas concentra la mayor coincidencia de actitudes sobre las posibilidades de su defraudación. También son apreciables estas oportunidades en otros dos impuestos generales directos: el impuesto general sobre la renta de las personas físicas y el de la renta de sociedades. Las marcadas diferencias que la opinión de los contribuyentes muestra entre las posibilidades de evadir los distintos impuestos, son tan apreciables que necesariamente tienen que originar un juicio muy adverso sobre el cumplimiento del fundamental principio de la igualdad de los contribuyentes ante la ley fiscal.
El fraude que manifiesta la opinión del contribuyente español es, por tanto, no sólo un fraude extenso, es un fraude repartido con desigualdades por sujetos pasivos e impuestos. Un fraude de esta naturaleza afecta de lleno a la conciencia de la generalidad de la imposición y al sentimiento de su justicia y priva al impuesto de cualquier fundamentación psicológica.

Esta situación de fraude generalizado y desigualmente repartido de la que tiene clara conciencia el contribuyente español es, para más de una tercera parte de la población encuestada, una situación que la Hacienda no es capaz de superar, dada su actual administración.
La permanencia del sistema tributario vigente y el mantenimiento de la situación de la Administración Tributaria garantizan la continuidad del fraude y su presencia como fenómeno social, lo que alimenta -en opinión de los mismos contribuyentes- su crecimiento, pues nada es tan cierto como que «el fraude engendra al fraude». Mientras esta situación perdure se seguirá produciendo, como hoy ocurre, una intensa desvalorización de la norma fiscal. La extensión social del fraude justifica su práctica para la mayoría de los contribuyentes: un 48 % de la población encuesta da no reprocha en absoluto la conducta defraudadora.
La segunda característica que domina las opiniones de los contribuyentes sobre la imposición española es su injusticia. El 79 % de los contribuyentes encuestados coinciden en calificar de injusta la actual distribución de los impuestos. Tres son las razones en que esa generalizada opinión descansa: 1ª Si los impuestos se evaden con desigualdad no pueden ser justos. En opinión de los contribuyentes, sin atacar las causas que facilitan la evasión y el fraude no será posible construir una sistema tributario justo. 2ª La preponderancia de la imposición sobre el gasto se aduce por la mayoría de los contribuyentes como una causa de su injusticia. 3ª La determinación arbitraria de las bases de los impuestos constituyen una tercera y adicional razón de su injusticia.
La disconformidad que esas opiniones populares de la imposición manifiestan nos revelan ya una deficiencia importante de su reparto. En el sentir de los contribuyentes, las desigualdades existentes en la distribución de la renta no se reducen, sino que se acrecientan por los impuestos.
¿Esta opinión popular se ratifica o se rectifica por la opinión más técnica de quienes dirigen la Administración Tributaria española? Ofrecer unas respuestas a esta pregunta consideramos que era fundamental, pues esas respuestas habrían de revelamos la valoración de nuestros impuestos por quienes dirigen y viven diariamente su aplicación. Con este fin se diseñó una Encuesta que debían responder los Delegados de Hacienda. Esa Encuesta se realizó en 1975. Los resultados que considero de gran interés pueden resumirse en tres conclusiones fundamentales:

1ª Los impuestos se evaden. Los Delegados de Hacienda estiman que el 76 % de los contribuyentes españoles incumplen sus obligaciones fiscales.
2ª Esa situación de fraude generalizado no está igualmente repartida.
3ª Los impuestos españoles se reparten injustamente. El 94 % de los Delegados de Hacienda opinan que la imposición española es injusta.

La totalidad de los Delegados de Hacienda opinan que existen oportunidades desiguales de defraudación en función del lugar del territorio donde se ejercen las actividades de los contribuyentes (las mayores oportunidades de evasión se hallan en las grandes ciudades: Madrid y Barcelona).
Por otra parte, el 92 % de los Delegados cree que el conocimiento de las leyes fiscales permite pagar menos impuestos. La categoría socioeconómica de los contribuyentes también consiente diferencias en el pago de los impuestos: las profesiones liberales, los grandes comerciantes e industriales, los directivos de las grandes sociedades son, para los Delegados de Hacienda, los grupos privilegiados. Los distintos impuestos ofrecen también oportunidades diferentes de defraudación: el impuesto general sobre el tráfico de las empresas, el impuesto general sobre la renta de las personas físicas y el impuesto general de sociedades son los que, en opinión de los Delegados de Hacienda, presentan mayor nivel de ocultación mientras que el impuesto sobre los rendimientos del trabajo personal, la contribución urbana y rústica, son los que menor nivel de ocultación presentan, según los Delegados de Hacienda.
Nos encontramos así, al ascender desde el escalón de la opinión popular a la opinión técnica de la Administración Tributaria, con un afianzamiento de las mismas ideas. El sistema tributario nos aparece, contemplado desde la Administración, con los mismos defectos con los que lo contemplan los contribuyentes.
La tercera de las opiniones: la de los hacendistas, ha tratado de utilizar los datos disponibles de la imposición y los que ofrece la distribución personal de la renta para, mezclando ambos, indicarnos cómo se distribuyen nuestros impuestos por niveles de renta.
Tres investigaciones son las realizadas en el Instituto de Estudios Fiscales sobre este reparto de la imposición por escalones de renta: la dirigida por Diego Perona, premio del Instituto de Estudios Fiscales en 1970, 1a efectuada por el Profesor Victorio Valle y la realizada por un grupo de investigadores de la empresa consultora MACROMETRICA.
Las principales conclusiones que se derivan de estos análisis pueden resumirse en los siguientes puntos:
1.° Regresividad global en el reparto de la carga tributaria. Esa regresividad es clara en los tramos de renta hasta 60.000; en el que va de los 120.000 al millón de pesetas y en las rentas de más de tres millones de pesetas.
2.° Las cuotas de Seguridad Social acentúan la regresividad del reparto de la imposición: a partir de las 120.000 pesetas el tipo impositivo es decreciente. La cuota patronal de la Seguridad Social (que representa el 75 %
del total) se distribuye regresivamente para rentas inferiores a 500.000 pesetas, y a partir del tramo 500.000-1.000.000 se comporta prácticamente en forma proporcional.

3.° La imposición sobre el gasto (incluidos por supuesto los impuestos de lujo) son en bloque los impuestos de distribución más regresiva. Los tipos medios efectivos de gravamen que suponen para las rentas más bajas el 21,8 %, ascienden tan sólo al 4-5 % para las rentas superiores al millón de pesetas.

4.° Se observa un cierto papel cambiante en el comportamiento distributivo de los impuestos a lo largo de la escala de renta que podría concretarse así:

- Hasta 500.000 la regresividad está protagonizada por los impuestos sobre el gasto, y la presumible traslación vía precios de los impuestos de sociedades, industrial y rústica. Regresividad ligeramente atemperada por el IRTP que actúa progresivamente a causa del elevado mínimo exento.
- De 500.000 a 4 millones existe una ligera progresividad. Los impuestos indirectos sobre el gasto siguen siendo la causa de la regresividad a los que se suma en este tramo el IRTP una vez superada la zona en que tiene mayor peso el mínimo exento.
Por el contrario, sociedades, rentas del capital, personas físicas, lujo y sucesiones, actúan progresivamente en este tramo.
- Más de 4 millones. Vuelve la regresividad, debido fundamentalmente a los impuestos indirectos, trabajo personal y sociedades, atemperada por el impuesto sobre la renta, sucesiones y rentas de capital.

CONCLUSIÓN
Al término de esta excursión por los principales resultados que ofrecen las investigaciones efectuadas sobre las desigualdades económicas existentes en la sociedad española, bien puede afirmarse que los agudos perfiles con los que las diferencias se presentan encuentran su prolongación explicativa en las características que ofrece el reparto de nuestros impuestos. Ciertamente, mientras el sistema tributario no varíe la distribución de la renta, no alterará la regresividad con la que se nos presenta. Tratar de disminuir las desigualdades abandonando el frente de la Hacienda Pública equivale a mantener una pretensión sin fundamentos, a practicar una retórica sin hechos.
El conocimiento que los españoles tienen de las desigualdades existentes y de los defectos que .para eliminarlas posee el sistema tributario constituyen, sin duda, una de las razones de más peso e importancia para colocar al frente de las reformas españolas la que postula la reforma de la imposición. Cabe decir que este problema, presente de antiguo en nuestra escena económica, ha cobrado nueva importancia en los últimos años y es fácil pronosticar que la acentuará en los próximos. La razón de este pronóstico es clara porque no puede olvidarse que las desigualdades de renta y de riqueza son sentidas mucho más acre y profundamente cuando el desarrollo económico disminuye su intensidad y más aún si ese desarrollo se detiene. En etapas de intensa expansión, el propio crecimiento de la renta y del nivel de vida que le acompaña constituyen una alternativa para amortizar deseos de igualdad. Basta recordar, para aceptar lo que cada año aporta a las distintas economías. La comparación de los distintos ejercicios registra mejoras perceptibles y la proximidad temporal de los acontecimientos, separados, sin embargo, por muy distintas cifras de ingresos, apaciguan los deseos de mejora individual. Sin embargo, cuando el desarrollo contiene su ritmo de avance o se detiene, las expectativas de creciente mejora de la población se defraudan y nadie acepta vivir peor que los demás. No sirve mirar atrás porque lo que se comprueba es el lento avance o el estancamiento en el nivel de vida. Lo que se contempla entonces es el contexto social en el que se vive y lo que se contrasta es cómo viven los demás, con qué renta, con qué riqueza, pagando qué impuestos. La desigualdad y la marginación se hacen difíciles de soportar en una sociedad que ha hecho de la expansión su objetivo y' del aumento del nivel de vida un irrenunciable derecho de partida. De ahí la mayor exigencia de la redistribución de rentas como una prolongación natural de una sociedad en expansión.
La presencia de estos dos fenómenos parece perceptible en la actual situación española. La información sobre quién paga los impuestos y sobre su regresividad está ya frenando las elevaciones de los gravámenes más regresivos. Por otra parte, el crecimiento acumulativo y espectacular de la última década ha situado a la economía española ante tasas anuales de desarrollo menores, que la crisis actual erosiona más aún. No puede extrañar que estas condiciones aumenten las situaciones de conflicto económico y fiscal en una sociedad en la que existen márgenes de desigualdad apreciables y una distribución de la carga tributaria poco equitativa.
Es esta realidad innegable la que contribuye a hacer de la reforma tributaria ese tópico constante con el que la sociedad española se tropieza en su hacer de cada día. Pero un tópico con esas consecuencias y de tan antigua fecha no es fácil de eliminar. Reclama la comprensión plena de sus exigencias por parte de todos los grupos sociales y un planteamiento técnico correcto de sus posibles soluciones.
Comprensión de sus exigencias porque la reforma tributaria que ha aflorado hoy de nuevo no puede resolverse sin la aportación de los esfuerzos de las distintas clases y, en especial, sin la comprensión y transigencia de nuestra burguesía frente a la difícil, singular y esperanzadora coyuntura histórica que nos ha tocado vivir. Creer que hay que reformar los impuestos que pagan «los demás» y no los que «nosotros» pagamos, conjugar en tercera persona del plural las obligaciones exigidas por la tributación, no mejorará las cosas, sino que las dificultará.
Pero esa reforma tributaria que pide la eliminación de las desigualdades económicas requiere un planteamiento técnico que la haga viable. Un planteamiento que tiene al menos cuatro escenarios diferentes a los que debe atender:

1.° El campo presupuestario. No es posible pedir el pago de más impuestos, aunque sean mejores impuestos, sin ofrecer un Presupuesto completo de las actividades del Sector Público. El fin fundamental de un presupuesto es informar y controlar las actividades del Sector Público. y España no tiene hoy ese Presupuesto integrado de todas las actividades del sector público. Piénsese que los Presupuestos Generales del Estado no recogen ni siquiera la mitad de las actividades públicas. Esa situación presupuestaria erosiona gravemente cualquier ensayo serio de corregir la imposición. Sin información y control presupuestario, la reforma fiscal no podrá ser socialmente aceptada.

2.° Es imprescindible elaborar un Presupuesto de gastos fiscales que nos diga a los españoles cómo se reparten, entre qué sectores, entre qué personas, los múltiples alicientes fiscales que hoy ha acumulado nuestra Hacienda Pública. y es necesario que este Presupuesto se elabore, se discuta, se apruebe y se controle. Establecer impuestos ignorando el copioso margen de gastos fiscales que los afectan es una política contradictoria y recusable.

3.° La reforma de la imposición debe actuar modificando los defectos visibles de los tributos existentes y realizando las copiosas reformas administrativas que son imprescindibles para su efectiva aplicación.

4.° No basta con reformar, es preciso, como parte de esa reforma, informar. Porque sin información no hay reforma. Esa política de información de las actividades del sector público debe atender a múltiples quehaceres que han de comprometerse anticipada y públicamente:
- Deben investigarse y publicarse las cifras que contrasten el cumplimiento tributario de los distintos grupos socioeconómicos. Los trabajos del Consejo de Impuestos francés que muestra a la opinión pública las zonas de sombra y evasión fiscales e iluminan el quehacer de la inspección tributaria constituirían una necesidad en España que testimoniaría el trabajo efectivo y los deseos reales de la política tributaria por reformar la imposición.- Deben mejorar y divulgarse los datos de reparto de la carga tributaria por escalones de renta.- Deben publicarse las relaciones de contribuyentes de los impuestos progresivos del sistema tributario.- Deben explicarse los contenidos del Presupuesto del Sector Público y del Presupuesto de gastos fiscales que hay que elaborar.

Todas esas actuaciones no son imposibles y, sobre todo, son indispensables para que esa labor trascendente de la reforma tributaria gane credibilidad pública y respetabilidad social. Bases sobre las que debe construirse el futuro de la imposición que haga de nuestra sociedad esa sociedad más justa y dinámica que es preciso construir con el esfuerzo de todos

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