Alemania
financia a los PIGS y que la actuación del ECB produce un efecto de expulsión
del crédito del que los bancos alemanes podrían disfrutar.
Creo que
ambas ideas se pueden discutir en el contexto de una reflexión sobre el sistema
de pagos intraeuropeo llamado Target2 que no es sino una
manera de dejar bien apuntadas todas las operaciones realizadas entre
residentes de distintos países miembros de la Eurozona.
El punto de
partida para estas reflexiones debe de ser la puesta al día de la forma que
toma la contabilidad nacional de un país en lo que respecta a la Balanza
Exterior. Pensemos en España y Alemania. Sabemos que por pura convención
contable todo país con un déficit comercial o por cuenta corriente (digamos
España) ha de tener un superávit de la balanza de capitales, mejor llamada
balanza financiera, que refleja su situación con el país con el que comercia
(digamos Alemania). Mientras la balanza por cuenta corriente mide flujos, la
balanza financiera mide cambios en el stock de reservas. La igualdad entre
ambas balanzas con el signo cambiado no es ninguna propiedad económica
misteriosa sino el resultado necesario de un sistema contable de doble entrada
en el que el saldo de cualquier subconjunto de apuntes ha de ser igual al saldo
del subconjunto complementario. Algo trivial que se deriva de las propiedades
de la suma, la asociativa y quizá la conmutativa y que no debe preocuparnos
ahora aunque cabe recordar que esa necesaria igualdad se obtenía debido a que
el superávit comercial de Alemania le deja con un montón de pesetas que son
derechos de giro sobre el PIB español, pero que seguramente el exportador
alemán transformará en marcos a través del Bundesbank con apreciación del marco
frente a la peseta lo que se apunta en Alemania como un déficit de la balanza
financiera y, por necesidad de la doble entrada, como un superávit de esa
balanza en España.
Así
funcionaban España y Alemania hasta el momento de la introducción del Euro. En
ese momento ya es imposible para Alemania saber si sus reservas de euros son
derechos de giro contra España o contra Grecia por ejemplo. El sistema de
cuentas nacionales debe ser complementado con un sistema de información que recuerde,
a base de apuntarlas centralmente, en el banco central de cada país y en el
BCE, las operaciones que se han realizado entre cada par de países y, en
consecuencia, contra el PIB de qué país tiene Alemania qué cantidad de
capacidad de giro. Este sistema es Target2, el sistema de pagos al
que me refería al principio.
Veamos cómo
funciona. Supongamos una operación de un importador español de un BMW alemán.
De esta operación queda constancia en el banco del importador español
(Santander digamos), en el banco central del país de ese importador (Banco de
España), en el BCE, en el banco del exportador (Deutsche Bank digamos) y en el
banco central del país de ese exportador, el Bundesbank. De esta manera queda
un rastro bien contabilizado de todas las (grandes) operaciones comerciales
entre países y de sus pagos correspondientes. En el resumen del BCE, accesible
para todos los países que integran el sistema, se puede ver qué país tiene
derechos de giro contra el PIB de qué país. En el ejemplo que arrastramos todos
sabemos cuanto poder de giro contra el PIB español tienen los residentes
alemanes, cuanto poder de giro contra el PIB alemán tiene los residentes
españoles y finalmente cual es el poder de giro neto. Los alemanes visualizan
esto como una financiación a España por la cantidad correspondiente al poder de
giro neto.
Notemos que
el exportador de coches ha cobrado y que el importador español ha pagado. No
parece que nadie deba nada a nadie. Pero al mismo tiempo es cierto que los
residentes alemanes en Alemania o bien se gastan esa ganancia que han obtenido
como exportadores netos a España en Alemania o bien acumulan los euros para
gastarlos más adelante fuera de Alemania (digamos que en Mallorca). Se puede
decir que España debe a Alemania o que Alemania ha financiado a España, pero me
parece obvio que esa deuda es especial. El poder de giro neto de Alemania
frente a España es como el principal de una especie de préstamo a tipo de
interés cero y a plazo indeterminado. Por lo tanto la única manera que tiene
España de pagarla es, en un ejemplo simple, dando servicios hoteleros a un
alemán en Mallorca. Volveré sobre esto, pero añadamos ahora otra cuestión
bilateral entre España y Alemania que necesitamos para completar el cuadro.
Es en efecto
el caso que el Reino de España tiene una deuda pública generada por el carácter
nada calvinista de sus ciudadanos incluidos sus funcionarios. Por lo tanto
España tiene que financiar esos gastos y lo consigue emitiendo deuda que es
comprada, digamos, por un inversor alemán. La situación no es delicada mientras
se piense que esta deuda se va a pagar con ahorro o con una ganancia de la
productividad española que iniciará un proceso inverso al descrito y que
resulta compensatorio. Pero todo se complica si Alemania piensa que esa deuda
es insostenible porque España no está dispuesta a ahorrar y solo va a poder
pagar esa deuda pública con emisión de más deuda. En ese caso Alemania puede
sentirse doblemente estafada por la deuda correspondiente al poder de giro neto
contra el PIB español (que solo puede ser satisfecha mediante ese turismo en
Mallorca por así decirlo) y a la deuda pública insostenible. Parecería
razonable que Alemania exija que España garantice el pago de lo que debe en el
tiempo y las condiciones pactadas en el caso de la deuda pública. La única
manera que tiene España de garantizar esto es dejarse intervenir de forma que
se le dicte los recortes a realizar para generar un excedente monetario
suficiente para pagar a Alemania lo que contablemente se le debe.
Equivalentemente Alemania puede dejar de comprar deuda española o vender la que
ya tiene, de manera que el precio disminuye y el rendimiento aumenta.
Este es el
problema en el que nos encontramos hoy con el condimento adicional de que es
imposible que España pague si no crece y no puede crecer y ganar competitividad
más que acumulando déficit público. Naturalmente está la posibilidad de la
devaluación interior de España bajando los salarios, lo que acabaría
equilibrando la balanza comercial, y quizá subiendo el IVA para atajar el
déficit público que, como pasa en nuestro ejemplo, también ha sido financiado
por Alemania (sus bancos) aunque no tenga nada que ver con la balanza
comercial. Esto sería reflejado en la contabilidad propia del sistema de pagos Target2.
Notemos en
cualquier caso que el superávit de balanza de capitales o financiera es, se
transforma en, endeudamiento que hay que añadir al que se deriva del déficit
púbico. Distingamos sin embargo. Para financiar el déficit público no hay más
remedio que pedir prestado si queremos pagar a los que hacen las carreteras.
Sin embargo en el caso del exportador y el importador ya han sido canceladas
las deudas pues cada comprador español de un BMV ha pagado en euros al vendedor
alemán. Como Target2 refleja todo, no distingue, pero
deberíamos saber que parte del déficit macro-contable es «fantasmal» en el
sentido que solo quiere decir que los alemanes tienen acumulados euros que
pueden gastar si quieren en Mallorca, pero no obligatoriamente pues también lo
pueden hacer en Atenas con quien sin duda también tienen superávit comercial.
Para financiar el déficit exterior no necesitaría España endeudarse pues le
deuda que tiene solo podrá ser pagada cuando los alemanes usen los euros,
provenientes de España en nuestro ejemplo, aumenten su consumo interior, cosa
que dadas las apariencias solo ocurrirá con esa revaluación interior que parece
ya está empezando a ocurrir, o aumenten sus viajes a Mallorca o a las islas
griegas.
¿Y si España
y/o Alemania no quisieran aceptar sus respectivas devaluaciones o revaluaciones
interiores? Pues ya sabemos que, con independencia de los problemas sociales
correspondientes, acabaremos viendo que ese es precisamente el resultado que se
va a producir ya que no habrá más remedio por parte de los trabajadores
españoles que bajarse el salario para trabajar más y ganar un algo más que será
gravado, al consumir, por un IVA más elevado. En cuanto a Alemania tendrá que
cargar con la deuda española que sus bancos han acumulado consumiendo más en el
exterior y usando menos crédito proveniente de sus bancos que están poco dispuestos
a concederlo dado el pobre estado de sus balances (no solo dañados por la deuda
española).
Parece
sencillo llegar a la conclusión de que no hay que orientar la discusión entre
España y Alemania como lo haría Sinn en términos de Target2 o
de cualquier otro sistema de pagos. Hay que discutir en términos de las
relaciones marginales de sustitución entre trabajo y ocio de ambos países y en
términos de las productividades relativas de los dos países junto con su
competitividad comparada así como, finalmente, en términos de la solvencia
relativa de los bancos de los dos países consecuencia de la gestión libre y
propia de todos ellos.
Después de
todas estas aclaraciones tan pesadas estamos en disposición de montar un
argumento entendible a fin de poder refutar a Hans Werner Sinn y sus ideas
sobre la financiación de alemana a los PIGS mediante la acumulación de euros y
sobre el agravio a Alemania que representa la disponibilidad de liquidez
generada por el BCE contra casi cualquier colateral.
Primero la
financiación que Alemania proporciona a los PIGS. Afirma Sinn que Alemania hoy
está financiando al resto de la Unión por así decirlo y que por ello es
exigible la austeridad de esa periferia nada calvinista en sus referencias.
Ahora bien, si la acumulación de euros en Alemania es una financiación de las
economías periféricas no me parece, a la luz de lo analizado hasta ahora, que
ello sea algo relevante. Además, si el tipo de cambio del euro actual es lo
suficientemente bajo como para que Alemania pueda seguir exportando a los USA
(p.e.) es algo que se debe a que no hay mucha demanda de euros justamente
porque no se quiere prestar en euros a los países periféricos debido a su mala
reputación dispendiosa y a sus malas perspectivas de recuperación. Y ese no es
el único servicio que presta la periferia PIGS a Alemania ya que la
imposibilidad por parte de cualquier país de la Unión de devaluar en un área
monetaria con moneda única como la Eurozona deja a Alemania el campo libre y a
cubierto de posibles competidores en la exportación a los USA. Quizá estos
servicios a favor de Alemania se debieran tener en cuenta a la hora de
dilucidar quién debe a quién. Quizá se podría argumentar que compensarían, en
alguna medida a determinar, el esfuerzo que me gustaría poder exigir a los
alemanes para que contribuyesen a garantizar la deuda de la periferia mediante
su aportación proporcional a su PIB a un fondo especial bien dotado.
Segundo, la
aseveración de que la financiación a los bancos de la periferia por parte del
BCE crowds out la financiación a los bancos alemanes no se
sostiene ya que nada impide a los bancos alemanes acudir a esa institución como
cualquier otro banco, español por ejemplo. El hecho de que no lo hagan nada
tiene que ver con las relaciones comerciales entre países de la zona euro, sino
con la problemática propia de los bancos alemanes.
Ojalá estas
reflexiones se puedan utilizar en estos momentos en los que España se encuentra
en una situación delicada en relación a su sector bancario y en una coyuntura
en la que Alemania debería aceptar su revaluación interna, pace Sinn.
Jorge
Juan comenta:
“1.
Toda economía que utiliza el crédito, tiene que crecer. Mientras crezca se
podrán devolver el principal más los intereses. Todo está basado en un modelo
de crecimiento. Si no crece, pero es conyuntural, no pasa nada. Si no se crece,
pero ocurre en un ciclo más largo, todo se pone en peligro. Los mercados han
sentenciado el modelo del crecimiento, descontándolo de forma intrínseca en el
precio (p.e.: el precio de la deuda a largo plazo)
2. En el juego apreciacion/depreciación
de un cambio de divisas es importante el flujo “real”, la balanza comercial y
de capitales, pero también la propia divisa es comprada y vendida en función de
las expectativas de los agentes que intervienen en el mercado. Las expectativas
no es algo objetivo, es la suma de las “emociones”, no se puede modelizar con
variables de contabilidad nacional.
Mi opinion es que en la actual
coyuntura de los mercados, Alemania si financia a los PIGS, conjuntamente con
el BCE. Si cortaran su financiación, el sistema financiero euro, y por
contagio, el sistema monetario mundial, colapsaría de forma inmediata. En el
descuento de “emociones”, los primeros que no se prestan entre sí son los
propios bancos. El mercado interbancario para entidades PIGS esta cerrado desde
mayo de 2010”. Jorge Juan
Si mi juicio es correcto deberíamos escuchar a la vieja Europa. Lo que
aquí se está cociendo y de lo que somos espectadores de primera línea debe ser
escuchado con atención suma. No nos arredremos ante locuras como el confederalismo asimétrico, la economía de la abundancia, la producción P2P o la necesidad de disipar rentas. Mi intuición es que ideas que, como esas, a menudo se
desprecian por utópicas o meramente teóricas van a ser escuchadas en Europa en
estos días de tribulación. Esas ideas tienen un enorme potencial epístémico.
Juan
Urrutia renueva las bases teóricas del
confederalismo incorporando la disipación de rentas en el modelo y la transición hacia
un modo de producción
p2p. Al incorporar comunidades identitarias desterritolializadas como sujetos válidos del pacto
confederal, el resultado es un confederalismo asimétrico en el
que comunidades reeales como las filés e incluso imaginadas (como los «congresos mundiales» de lenguas o
diásporas, equilibran las tendencias autarquistas y aislacionistas propias de
un confederalismo territorialista clásico y cohesionan socialmente en un plano
transnacional.
No hay comentarios:
Publicar un comentario