Premio nobel economia 2022 :Ben S. Bernanke, Douglas W. Diamond and Philip H. Dybvig (Edición 53)

 Premio nobel economia 2022 :Ben S. Bernanke, Douglas W. Diamond and Philip H. Dybvig

 

 The Royal Swedish Academy of Sciences has decided to award the 2022 Sveriges Riksbank Prize in Economic Sciences in Memory of Alfred Nobel to Ben S. Bernanke, Douglas W. Diamond and Philip H. Dybvig “for research on banks and financial crises.”

«Un importante hallazgo de sus estudios es por qué evitar que los bancos colapsen es vital»

Ben S.Bernake 

Ha sido premiado que glutina contribuciones teóricas y empíricas muy relevantes y sólidas con responsabilidad en políticas económicas muy efectivas que evitaron otra Gran Depresión…

Ben Bernanke fue presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos (2006-2014).

 Bernanke sirvió durante las presidencias del republicano George W Bush (2001-2009) y el demócrata Barack Obama (2009-2017), que le mantuvo al frente del banco central estadounidense a pesar de su adscripción republicana. Bernanke, que actualmente está vinculado a The Brooking Institution, ve con el Nobel reconocidos sus estudios sobre la Gran Depresión iniciados en los años 80 en los que señaló el rol fundamental de los bancos en la duración y profundidad de esta crisis económica.

The work for which Ben Bernanke, Douglas Diamond and Philip Dybvig are being recognised has been crucial to subsequent research that has enhanced our understanding of banks, bank regulation, banking crises and how financial crises should be managed.#NobelPrize pic.twitter.com/4drJwZ0yF9

— The Nobel Prize (@NobelPrize) October 10, 2022

En concreto, según destacan desde la Real Academia Sueca, Bernanke ha explicado que cuando las entidades financieras colapsaron mucha información valiosa de los prestatarios se perdió y no pudo ser recuperada rápidamente. «La habilidad de la sociedad para canalizar el ahorro hacia inversiones productivos quedó severamente disminuida», han explicado desde el Comité Nobel. 

Ben S. Bernanke (Augusta, Georgia, Estados Unidos, 1953) es licenciado en Economía por la Universidad de Harvard y doctor en Economía por el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Comenzó su carrera docente e investigadora en la Universidad de Stanford y a partir de 1985 fue catedrático de Economía y Asuntos Públicos en la Universidad de Princeton. En 2002 dejó la universidad para incorporarse al Consejo de la Reserva Federal; entre 2005 y 2006 presidió el Consejo de Asesores Económicos -agencia de la Oficina Ejecutiva de la Presidencia de los Estados Unidos- y entre 2006 y 2014 fue presidente de la Reserva Federal, nominado sucesivamente por George W. Bush y Barack Obama. Desde 2014 es Distinguished Fellow in Residence en el programa de Estudios Económicos de The Brookings Institution. Autor de numerosos artículos sobre política monetaria, macroeconomía e historia económica, y de varios libros y manuales universitarios, ha sido director del Programa de Economía Monetaria de la Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER, por sus siglas en inglés), director de la prestigiosa revista American Economic Review y presidente de la Asociación Económica Americana. Vertió su experiencia como presidente de la Reserva Federal durante el estallido de la burbuja inmobiliaria y el debilitamiento del sistema financiero global en el libro El valor de actuar: memoria de una crisis y sus secuelas.

CONTRIBUCIÓN

“En los últimos 15 años”, tal y como relata el jurado, “las economías avanzadas han sido golpeadas por fuertes shocks macroeconómicos que han surgido del ámbito financiero. En 2008, impulsadas por el exceso de liquidez proveniente de países emergentes y por una supervisión laxa, muchas instituciones financieras de las economías avanzadas habían seguido una estrategia de beneficios a corto plazo y asumieron grandes riesgos: invirtiendo en burbujas inmobiliarias con préstamos a corto plazo y exponiéndose a instituciones financieras poco capitalizadas. Los gobiernos y bancos centrales tuvieron que rescatar a un sector financiero que estaba a punto de implosionar y no hubiera sido capaz de realizar sus funciones principales: servir a los depositantes minoristas, prestar a pequeñas y medianas empresas y gestionar un sistema fluido de pagos”.

El jurado destaca que “lo que tienen en común la Gran Recesión, la crisis de deuda europea y la actual recesión Covid son unos balances débiles” en las empresas, financieras y no financieras. “Los efectos macroeconómicos de unos balances débiles habían sido enormemente ignorados antes de los años 90 del siglo XX a pesar de que su importancia es crucial”.

 "Ben Bernanke is the living economist who has made the biggest contribution to world GDP. Without his actions when the financial crisis came, GDP would have collapsed much more than it did. So, on purely financial grounds, he deserves the prize (and on other grounds as well).

" Ben Bernanke es el economista vivo que más ha contribuido al PIB mundial. Sin su actuación cuando llegó la crisis financiera, el PIB se habría hundido mucho más de lo que lo hizo. Así que, por motivos puramente financieros, merece el premio (y también por otros motivos). " Olivier Blanchard

Desde la presidencia de la FED Bernanke defendió el papel de este organismo como regulador del sistema bancario y tuvo que sacar todo su arsenal para luchar contra la crisis hipotecaria que se desató con la quiebra de Lehman Brothers.

Bernanke bajó los tipos de interés al uno por ciento en diciembre de 2008 e intervino en el mercado con fuertes inyecciones de liquidez en coordinación con otros bancos centrales de Europa y Asia, lo que no impidió la mayor depresión de la economía mundial desde 1929.

Tuvo que hacer frente al colapso del mercado inmobiliario, con las hipotecas de alto riesgo, y al desmoronamiento de grandes instituciones financieras.

 Eso fue durante el marco de tiempo en el que el balance de la Fed pasó de 900 mil millones de dólares a 4 billones de dólares

 

 

El aumento de la deuda privada  alimentó la burbuja de las hipotecas de alto riesgo y provocó el colapso.

 "Entre otras cosas, mostró cómo los episodios de pánico bancario fueron un factor decisivo para que la crisis se hiciera tan profunda y prolongada. La capacidad de la sociedad para canalizar el ahorro hacia inversiones productivas se vio así severamente disminuida"

Análisis de la Gran Depresión de la década de 1930

*Ver paper 1983:

Bernanke alerta de que la economía de EEUU se acerca al 'Momento Coyote' 8/06/2018 –

Bernanke: Evito la depresión

Germany's trade surplus is a problem Ben S.Bernake  2015

  —Bernanke, Ben (2015): The Courage to Act: A Memoir of a Crisis and its Aftermath, Nueva York, Norton.

Douglas W. Diamond (Universidad de Chicago) 

Douglas W. Diamond es un investigador de la Universidad de Chicago (EE. UU.) especializado en las crisis financieras y el papel que juegan los bancos.

Nacido en octubre de 1953, Diamond ha sido galardonado, entre otras investigaciones, por la llevada a cabo junto a su colega Dybvig, que incluyó una solución a la vulnerabilidad bancaria, en forma de seguro de depósitos del gobierno.

Diamond se licenció en Economía por la Brown University en 1975 y obtuvo sendos máster en 1976 y 1977 y un doctorado en Economía en 1980 por la Yale University.

Es profesor de Finanzas del Merton H. Miller Distinguished Service en la Escuela de Negocios Booth de la Universidad de Chicago, de la forma parte desde 1979.

Asimismo es investigador asociado en la National Bureau of Economic Research y miembro de la National Academy of Sciences, de la Econometric Society y de la American Academy of Arts and Sciences.

También de la American Finance Association, de la que fue presidente, un cargo que también ejerció en la Western Finance Association.

Diamond recibió el premio Onassis en Finanzas (2018), el premio en Aplicaciones Cuantitativas Innovadoras del grupo CME-Mathematical Sciences Research Institute (2016) y el premio a la excelencia en finanzas de la Morgan Stanley-American Finance Association (2012).

Ha sido además profesor en la Yale University, en la Sloan School of Management del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), en la Hong Kong University of Science and Technology y en la University of Bonn. 

Philip H. Dybvig (Universidad Washington)

Philips H. Dybvig es un experto en banca y finanzas corporativas, coautor de un modelo que explica la importancia de los bancos en la economía y la necesidad de dotarse de mecanismos de protección para hacer frente a las crisis financieras.

Profesor de Banca y Finanzas en la Olin Bussiness School de la Universidad de Washington, en Saint Louis, desarrolló junto a Douglas W. Diamond un modelo que muestra cómo los bancos sirven a la economía creando liquidez y cómo este hecho les genera crisis si no cuentan con ningún seguro de depósito u otra protección, según figura en la web de esa universidad.

La investigación más reciente de Dybvig incluye el trabajo sobre una campaña anticorrupción en China, la preservación del capital para dotaciones educativas y la previsibilidad de los rendimientos de las acciones.

En los últimos años, ha pasado un tiempo significativo en China, donde dirige un programa de investigación cada verano en Chengdu, Sichuan, y ejerce de director del Instituto de Estudios Financieros de la Universidad de Finanzas y Economía del Suroeste.   

Diamond ha añadido otra importante función que cumplen los bancos como prestamistas para asegurarse que este capital de millones de ahorradores son usados correctamente.   

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Ambos economistas han contribuido a mostrar cómo los bancos ofrecen «una solución óptima» para canalizar el ahorro hacia la inversión y, a la vez, permitir que los ahorradores disponer de su dinero de forma rápida mientras les ofrecen también préstamos a largo plazo. Sin embargo, ambos profesores, han mostrado también como este rol de intermediario les convierte en «vulnerables a los rumores sobre un inminente colapso«.

En este sentido, han destacado desde el Comité Nobel, Diamond y Dyvvig han mostrado que la movilización de un elevado número de ahorradores solicitando el pago en metálico inmediato de sus ahorros puede llevar a la entidad financiera al cierre. Como solución, ambos investigadores, proponen que los gobiernos provean de seguros de depósito y actúen como prestamistas de último recurso de los bancos.  

"desarrollaron modelos teóricos que explican por qué existen los bancos, cómo su papel en la sociedad los hace vulnerables a los rumores sobre su inminente colapso y cómo la sociedad puede disminuir esta vulnerabilidad". Ambos presentaron una solución a la vulnerabilidad bancaria, en forma de seguro de depósitos del Gobierno. "Cuando los depositantes saben que el estado ha garantizado su dinero, ya no necesitan correr al banco tan pronto como comienzan los rumores sobre una quiebra bancaria".

Por otro lado, estimó la academia sueca, Diamond también mostró "cómo los bancos desempeñan una función socialmente importante. Como intermediarios entre los ahorradores y los prestatarios, los bancos están mejor preparados para evaluar la solvencia de los prestatarios y garantizar que los préstamos se utilicen para buenas inversiones".
 

 

¿Por qué existen los bancos? ¿Por qué se debe evitar al máximo su colapso? A estas y otras preguntas responden los estudios y análisis de Bernanke, Diamond y Dybvig, cuyas bases sentaron a principios de los 80. "Sus análisis han tenido una gran importancia práctica a la hora de regular los mercados financieros y hacer frente a las crisis", subraya la Academia Sueca de las Ciencias.

Los bancos como intermediarios

En concreto, Philip Dybvig y Douglas Diamond han demostrado que los bancos ofrecen una "solución óptima" para que el ahorro de las familias se canalice hacia la inversión, algo clave para que la economía funcione.

Las entidades financieras actúan como intermediarios al aceptar depósitos de los ahorradores, permitiendo que los depositantes accedan a su dinero cuando lo deseen o necesiten al mismo tiempo que ofrecen préstamos a largo plazo a los prestatarios.

"Los ahorradores quieren tener acceso instantáneo a su dinero en caso de desembolsos inesperados, mientras que las empresas y los propietarios de viviendas necesitan saber que no se verán obligados a devolver sus préstamos antes de tiempo", explica la academia sueca.

Además, Douglas W. Diamond ha mostrado otra característica de la banca esencial para el buen desempeño económico: su capacidad, en teoría, para evaluar la solvencia de los prestatarios y garantizar que los préstamos se destinen a buenas inversiones.

No obstante, la intermediación de los bancos es también un arma de doble filo para el sector, pues les hace vulnerables a los rumores de un colapso cercano. ¿Por qué? Porque si un gran número de personas retira sus ahorros a la vez, el rumor puede convertirse en realidad y provocar la caída del banco.

"Evitar crisis graves y rescates costosos"

En este sentido, Bernanke ha estudiado la Gran Depresión de los años 30, posterior al crash de 1929 en la bolsa estadounidense y una de las mayores crisis de la historia moderna. Con sus análisis el economista norteamericano ha evidenciado que los colapsos bancarios fueron decisivos para que la mencionada recesión fuera tan profunda y prolongada. "La capacidad de la sociedad para canalizar el ahorro hacia inversiones productivas se vio así gravemente mermada", señala la Academia de las Ciencias sueca.

Con todo, los descubrimientos de los tres ganadores del Nobel de Economía este año han mejorado la capacidad para "evitar tanto las crisis graves como los costosos rescates", ha afirmado Tore Ellingsen, presidente del comité que escoge a los galardonados.

 https://www.eleconomista.es/economia/noticias/11983694/10/22/El-Nobel-2022-premia-la-investigacion-de-crisis-financieras-S-Bernanke-Douglas-W-Diamond-y-Philip-H-Dybvig-los-galardonados.html

Press release: The Prize in Economic Sciences 2022

 10 October 2022

The Royal Swedish Academy of Sciences has decided to award the Sveriges Riksbank Prize in Economic Sciences in Memory of Alfred Nobel 2022 to

Ben S. Bernanke
The Brookings Institution, Washington DC, USA

Douglas W. Diamond
University of Chicago, IL, USA

Philip H. Dybvig
Washington University in St. Louis, MO, USA

“for research on banks and financial crises”

Their discoveries improved how society deals with financial crises

This year’s laureates in the Economic Sciences, Ben Bernanke, Douglas Diamond and Philip Dybvig, have significantly improved our understanding of the role of banks in the economy, particularly during financial crises. An important finding in their research is why avoiding bank collapses is vital.

Modern banking research clarifies why we have banks, how to make them less vulnerable in crises and how bank collapses exacerbate financial crises. The foundations of this research were laid by Ben Bernanke, Douglas Diamond and Philip Dybvig in the early 1980s. Their analyses have been of great practical importance in regulating financial markets and dealing with financial crises.

For the economy to function, savings must be channelled to investments. However, there is a conflict here: savers want instant access to their money in case of unexpected outlays, while businesses and homeowners need to know they will not be forced to repay their loans prematurely. In their theory, Diamond and Dybvig show how banks offer an optimal solution to this problem. By acting as intermediaries that accept deposits from many savers, banks can allow depositors to access their money when they wish, while also offering long-term loans to borrowers.

However, their analysis also showed how the combination of these two activities makes banks vulnerable to rumours about their imminent collapse. If a large number of savers simultaneously run to the bank to withdraw their money, the rumour may become a self-fulfilling prophecy – a bank run occurs and the bank collapses. These dangerous dynamics can be prevented through the government providing deposit insurance and acting as a lender of last resort to banks.

Diamond demonstrated how banks perform another societally important function. As intermediaries between many savers and borrowers, banks are better suited to assessing borrowers’ creditworthiness and ensuring that loans are used for good investments.

Ben Bernanke analysed the Great Depression of the 1930s, the worst economic crisis in modern history. Among other things, he showed how bank runs were a decisive factor in the crisis becoming so deep and prolonged. When the banks collapsed, valuable information about borrowers was lost and could not be recreated quickly. Society’s ability to channel savings to productive investments was thus severely diminished.

“The laureates’ insights have improved our ability to avoid both serious crises and expensive bailouts,” says Tore Ellingsen, Chair of the Committee for the Prize in Economic Sciences.

Illustrations

The illustrations are free to use for non-commercial purposes. Attribute ”© Johan Jarnestad/The Royal Swedish Academy of Sciences”

Illustration: Bank run (pdf)
Illustration: Maturity transformation (pdf)
Illustration: Loan loss (pdf)

Read more about this year’s prize

Popular science background: The laureates explained the central role of banks in financial crises (pdf)

Scientific Background: Financial intermediation and the economy (pdf)

Nobel de Economía

Los estadounidenses Ben Bernanke, Douglas W. Diamond y Philip H. Dybvig han sido galardonados con el premio Nobel de Economía por sus investigaciones sobre el funcionamiento de la banca y su rol en las crisis financieras, según se ha anunciado este lunes.

Sus trabajos, que se remontan hasta los años ochenta, se ven cruciales para entender mejor las entidades, su regulación, estabilidad y cuál es su papel en tiempos de turbulencias. "Sus análisis han sido de gran importancia práctica para regular los mercados financieros y hacer frente a las crisis", se explica desde la Real Academia Sueca de Ciencias.

Así, las investigaciones de Bernanke -expresidente de la Reserva Federal entre el 2006 y el 2014 y que enfrentó la Gran Recesión-, Diamond y Dybvig reducen el riesgo de que las crisis financieras se eternicen, con consecuencias severas para la sociedad, y "muestran por qué es vital evitar los colapsos bancarios".

El papel de los bancos y su seguridad

Yendo a lo básico, para que funcione la economía se necesita que los ahorros de los ciudadanos sean captados y canalizados para financiar inversiones. "Sin embargo, aquí hay un conflicto: los ahorradores quieren acceso instantáneo a su dinero en caso de situaciones inesperadas, mientras que las empresas y los hipotecados necesitan saber que no se verán obligados a pagar sus préstamos antes de tiempo", se apunta. 

"En su teoría, Diamond (University of Chicago) y Dybvig (Washington University in St. Louis) muestran cómo los bancos ofrecen una solución óptima a este problema", se añade, y que ejercen un mejor papel al evaluar la solvencia de los prestatarios. "Sin embargo, su análisis también muestra cómo la combinación de estas dos actividades hace que los bancos sean vulnerables a los rumores sobre un inminente colapso", que pueden convertirlos en realidad. "Es algo que se puede prevenir si los gobiernos actúan como garantes y prestamistas de último recurso", se explica.

A Bernanke (de la Brookings Institution), se le reconoce su análisis de la Gran Depresión y mostrar como el pánico bancario es un factor decisivo para que las crisis se conviertan en profundas y prolongadas. ¿Por qué? La caída de entidades hace que se pierda información sobre los prestatarios y no se puedan sustituir rápidamente, mientras que la capacidad de canalizar ahorros a la inversión se ve muy dañada.

En declaraciones minutos después de conocerse el galardón, Diamond ha destacado las diferencias entre la crisis actual y la situación del 2008 ya que, en su opinión, "los bancos están mucho mejor preparados".

Ben Bernanke y Mark Gertler

 Agency Costs, Collateral, and Business Fluctuations“, publicado en 1989 en la prestigiosa revista American Economic Review. En él desarrollan un modelo que demuestra que si una empresa debe salir a captar financiación en el mercado, el estado en que se encuentra su balance es clave: si la empresa presenta una situación financiera débil, aumentará la prima que debe pagar por la financiación, lo que reducirá su capacidad de adquirir préstamos y, por tanto, su inversión y, de modo crucial, su actividad productiva. Esa reducción de la actividad arrastrará a la baja los flujos de caja y el precio de sus activos y el capital, lo que derivará en un mayor deterioro del balance. Se produce así un “bucle fatal”, en términos del jurado, que hace que ese pequeño shock inicial en los estados financieros de las empresas (por un ajuste en la producción, por ejemplo) derive en una retroalimentación que puede desencadenar una crisis.

“Las conversaciones preliminares sobre este artículo comenzaron en 1983”, ha relatado el profesor Gertler poco después de conocer la noticia del premio. “Ben (Bernanke) y yo nos conocimos durante un verano en el que compartimos residencia en una gran casa que había conseguido un amigo común. Él era un gran conocedor de la Gran Depresión y sus ideas nos llevaron a plantearnos cómo el sector financiero podría ser un factor que propagase los ciclos económicos, la interacción entre ambos planos”. Así comenzaron a escribir el artículo, en el que describieron ese “bucle adverso de retroalimentación”, en sus propias palabras, al que dieron el nombre de acelerador financiero.

En sus trabajos subsiguientes, Bernanke y Gertler (nominados por Joaquín Maudos, catedrático de Economía en la Universidad de Valencia y director adjunto de Investigación en el Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas) introdujeron el canal crediticio, el efecto amplificador que las dinámicas de préstamos de los bancos añaden a ese bucle negativo: los bancos, a la hora de valorar una operación, tienen en cuenta el valor de las inversiones a financiar, pero también el ciclo económico y los estados financieros de las empresas que piden los préstamos. Los balances de las empresas, por tanto, ya deteriorados por el impacto de la crisis extendida a la economía real, dificultan la financiación de las empresas en el canal bancario, agregando ese nuevo efecto multiplicador de retroalimentación. Este canal, según detalla el acta del jurado, “muestra cómo los bancos débiles llevan a una crisis crediticia, en la que las compañías frágiles (pequeñas y medianas empresas) que dependen de su relación con los bancos sufren”.

El modelo Kiyotaki-Moore

En esos inicios de los años ochenta en los que se conocieron los profesores Bernanke y Gertler, éste último llevó a cabo una acción que define como “una de las mejores decisiones profesionales que he tomado nunca”, contratar a Nobuhiro Kiyotaki.

Poco después, el profesor Kiyotaki (nominado por Teresa García Milá, catedrática de la Universidad Pompeu Fabra y directora de la Barcelona Graduate School of Economics) se trasladó al Reino Unido, para  realizar una estancia en la London School of Economics, donde conoció al profesor Moore (nominado también por la profesora García Milá y por József Sakovics, director interino de la Escuela de Economía de la Universidad de Edimburgo): sus despachos se encontraban uno al lado del otro. “Yo había acabado ya todo el temario antes de que terminase el curso y se me ocurrió que podía pedir algo de material al profesor Kiyotaki. Mis alumnos quedaron deslumbrados por su trabajo”, recuerda el profesor Moore.

Moore, que había centrado hasta el momento su trabajo investigador en aspectos microeconómicos, especialmente en teoría de contratos y economía industrial, estaba atravesando una vivencia que fue determinante para la colaboración entre él y Kiyotaki: motivos profesionales le obligaban a trasladarse a Escocia, por lo que tenía que vender su casa en la capital británica en medio de una gran crisis del mercado inmobiliario (a principios de los noventa). El precio que el mercado estaba dispuesto a pagar por su vivienda caía, pero el crédito hipotecario que tenía no disminuía, por lo que se veía forzado a vender en un entorno que le haría aflorar grandes minusvalías.

Precisamente, al situar a los activos en el centro del modelo surge su gran aportación: el conocido modelo Kiyotaki-Moore, y el efecto multiplicador del colateral. Cuando las empresas acuden al mercado para financiarse deben utilizar algún activo como colateral, es decir, como garantía para el prestamista en caso de un empeoramiento de las condiciones financieras que pueda derivar en impago. El efecto retroalimentador aparece aquí en una nueva forma: si los activos que las empresas utilizan como colateral (inversión en maquinaria, bienes inmuebles…) se deterioran, esto hace todavía más complicado su acceso a los mercados financieros para poder llevar a cabo nuevas actividades productivas que les permita mejorar sus balances.

La clave, ilustra el acta, “reside en el papel doble del capital, como activo productivo y como colateral”. “El efecto”, continúa, “es persistente: como las empresas invierten menos, el valor que el mercado descuenta de futuros beneficios se reduce, disminuyendo todavía más su valor neto. Este canal intertemporal deteriora aún más el valor del colateral, creando un bucle que amplifica todavía más la recesión inicial”.

Ambas parejas de investigadores –Bernanke y Gertler por un lado, Kiyotaki y Moore por otro–, continuaron abriendo sendas de investigación en las que ponían su modelo en relación con las transmisiones hacia y desde el sistema financiero y cómo las políticas monetarias podrían corregir estas imperfecciones. Los dos primeros llevaron a cabo una serie de papers a finales de los noventa que, en palabras del jurado, han dado forma a “lo que se ha convertido en el modelo estándar del análisis de ciclos de negocio y política monetaria”. Por su parte, los profesores Kiyotaki y Moore se centraron en la liquidez y sus efectos sobre el sistema.

La constatación de los efectos de sus modelos teóricos

Tal y como recoge el jurado, el trabajo de los cuatro premiados impulsó “una vasta literatura que se expandió con especial rapidez después de que las grandes crisis financieras de 2008 demostraran con claridad la relevancia de sus ideas. Gracias a sus contribuciones, hoy es habitual que los economistas analicen las implicaciones que los balances de las empresas tienen en la política monetaria, para los controles de capital, para comprender el papel de la banca en la sombra –y sus peligros asociados– y para las reformas regulatorias prudenciales”.

Todo ese trabajo investigador sirvió como sustento argumental a las medidas poco ortodoxas (no convencionales), de flexibilización cuantitativa, que se aplicaron para luchar contra esas crisis.  El profesor Kiyotaki asegura que dieron “soporte académico para explicar por qué esta política (el conocido como quantitative easing) no haría perder dinero a los gobiernos, sino que podría generar un ingreso, además de mejorar o mitigar la crisis “.

Así lo corrobora quien, en aquel entonces, presidía la Reserva Federal norteamericana y se tuvo que enfrentar a los efectos devastadores de los mecanismos económicos que, junto a los otros tres premiados, había descrito en sus modelos años antes, el profesor Ben Bernanke. “Sí, absolutamente, [nuestra investigación sirvió de apoyo académico a las decisiones que tomé cuando era presidente de la Reserva Federal]. Ahora ya no nos acordamos, pero había muchas personas durante aquella crisis que argumentaban que aquello era un problema de Wall Street, que no era un problema para el resto de la economía. Yo estaba convencido de que una gran inestabilidad en el sistema financiero, incluyendo el colapso de una gran empresa, sería destructivo no sólo para los inversores y empresas de Wall Street, sino que tendría enormes implicaciones para toda la economía”. Una percepción, concluye, basada en sus trabajos de investigación, que “subrayaba la importancia de intentar estabilizar el sistema financiero para evitar las implicaciones para la economía en general, que de hecho vimos cuando la crisis empeoró en 2008. Así que éste fue un principio muy importante que intenté llevar a la práctica”.

En la actual crisis derivada de la pandemia de Covid-19, uno de los focos problemáticos vuelve a estar en la debilidad de los balances de algunas empresas y, tal y como recoge el jurado, “preocupa que no puedan sobrevivir sin una prolongada inyección de dinero por los gobiernos y bancos centrales”.

Para Mark Gertler la clave estará en cuánto dure el shock: “Lidiar con la actual crisis es, fundamentalmente, lidiar con el virus: que la vacunación continúe avanzando, que haya garantías de que se utilizan mascarillas y el resto de medidas preventivas… en ese sentido, es evidente que estamos viendo signos de progreso tanto en Estados Unidos como en la zona euro. Ahora bien, con los tipos de interés en cero, e incluso por debajo, tanto en el corto como en el largo plazo, parece claro que hay límites sobre cuánto más puede la política monetaria estimular la economía”.

Al respecto, el profesor Moore coincide en que “esta crisis de Covid-19 es incluso más severa que la crisis financiera. Lo que comparte con ella es la erosión de los balances y el daño que esto hace a las inversiones, y de manera general, a toda la actividad económica. Pero además, simultáneamente es un shock para la oferta de muchos productos y servicios, y al mismo tiempo frena la demanda, porque la gente está encerrada y no puede gastar, o han perdido poder adquisitivo y por tanto gastan menos. Por todo ello, creo que la crisis del Covid será como un banco de pruebas para el pensamiento y los modelos macroeconómicos durante muchos años”.

https://www.premiosfronterasdelconocimiento.es/galardonados/ben-bernanke/

https://www.nobelprize.org/uploads/2022/10/press-economicsciencesprize2022-figure1.pdf

https://www.nobelprize.org/uploads/2022/10/press-economicsciencesprize2022-figure2.pdf

https://www.nobelprize.org/uploads/2022/10/press-economicsciencesprize2022-figure3.pdf

https://www.nobelprize.org/uploads/2022/10/popular-economicsciencesprize2022.pdf

https://www.nobelprize.org/uploads/2022/10/advanced-economicsciencesprize2022.pdf

Douglas Diamond: “There are very few people in the world I’d rather be sitting next to”

In this interview recorded just after the public announcement, Douglas Diamond, the first of the three laureates to hear the news, speaks about his happiness at receiving the economic sciences prize together with Philip Dybvig and Ben Bernanke. He tells Adam Smith how he and Dybvig laid the groundwork for their intense working relationship, which lead to the influential Diamond-Dybvig model, while waiting outside their supervisor’s office at Yale, plentifully supplied with cookies. Fast forward to the financial crisis 15 years ago and, Diamond says, “The world was incredibly lucky to have Ben Bernanke sitting in the Federal Reserve”.

"We can learn how important it is to make sure that this system doesn't collapse.

Interview about the 2022 economic sciences prize. John Hassler, member of the committee of the economics prize, was interviewed by freelance journalist Maddy Savage. The Royal Swedish Academy of Sciences awarded the Sveriges Riksbank Prize in Economic Sciences in Memory of Alfred Nobel 2022 to Ben S. Bernanke, Douglas W. Diamond, and Philip H. Dybvig “for research on banks and financial crises”. 

https://www.youtube.com/watch?v=rQu-R7epxdM&t=4s

Durante las vacaciones navideñas de medio mundo – en España, desde luego- es habitual cada año que se vuelva proyectar en algún canal de televisión la aclamada película del gran Frank Capra “¡Qué bello es vivir!” (1946) y protagonizada entre otros, por un tierno James Stewart que interpreta el papel de George Bailey, un atribulado banquero de Bedford Falls que se enfrenta a una cadena de impagos y a un pánico financiero. Casi todo el mundo recuerda la película por la aparición de un ángel, abundantes nevadas y buenas vibraciones humanas. Sin embargo, va más allá. Ofrece una clara explicación de cómo acontece un pánico bancario por la retirada masiva de depósitos y del papel clave de la confianza en este contexto. En esa conocida ficción, George Bailey calma a sus depositantes con una inyección de capital proveniente de sus ahorros de boda.

La importancia de conocer bien las implicaciones de una crisis financiera y cómo intentar prevenirlas ha tenido su reconocimiento este año por la Academia Sueca de Ciencias con el Premio Nobel de Economía a tres estudiosos de los bancos y de las crisis financieras: Ben S. Bernanke (The Brookings Institution, y ex – Presidente de la Reserva Federal de EEUU), Douglas W. Diamond (University of Chicago) y Philip Dybvig (Washington University). La sensación de los economistas que nos dedicamos al análisis bancario es que se ha tardado mucho en reconocer el papel de los estudiosos que buscan soluciones para prevenir crisis sistémicas o que, con sus análisis, ayudan a aminorar los costes sociales que estas crisis imponen. Son eventos de baja probabilidad, pero si acontecen, conllevan devastadores impactos económicos y sociales (en términos de PIB, empleo y aumento de gasto fiscal por los rescates). Quizás esa demora (que yo mismo denominé “estigma” en un reciente artículo de prensa) se debía a la relativa cercanía de una crisis financiera tan terrible como la de 2008, con consecuencias que aún hoy seguimos sintiendo.

Bernanke fue uno de los policymakers más relevantes en aquellos días. La existencia de una infraestructura prudencial en el ámbito financiero, con el banco central como prestamista de última instancia y el fondo de garantía de depósitos (dos de los instrumentos que fundamentaron analíticamente los galardonados) no evitaron la crisis, pero aminoraron sus efectos negativos. Además, sirvieron de base (aunque fuera indirectamente) a los nuevos instrumentos y soluciones diseñados tras la crisis de 2008. La expansión cuantitativa, los voluminosos rescates de bancos y el fuerte reforzamiento de la regulación bancaria y de otras instituciones de crédito, perseguían la generación de confianza, detener la sangría de pérdidas y permitir la salida del túnel. No se puede obviar que Ben Bernanke – a la sazón, Presidente de la Fed en aquellos años- fue uno de los grandes impulsores de esas medidas. Es cierto que hoy no conocemos del todo que pasará cuando la expansión cuantitativa se reduzca hasta prácticamente cero (no sabemos tampoco si ocurrirá esa completa desaparición), pero sí es cierto que esa estrategia ha aliviado muchas de las tensiones financieras desde 2008. Aun así, hay muchos analistas críticos con el camino de retorno por tratarse de territorio inexplorado. La actual retirada de liquidez y las subidas de tipos de interés de los bancos centrales ante una alta y persistente inflación son muestra, al menos aparentemente, del lado negativo de aquella expansión cuantitativa, como reflejan los mercados de bonos y de capitales actualmente.

Las contribuciones de los galardonados datan de hace casi cuatro décadas (década de 1980). Bernanke analizó en su trabajo de 1983 la Gran Depresión de la década de 1930 e ilustró el gran coste económico y de confianza que suponen las crisis por la disrupción en los canales de información financiera, racionando excesivamente el crédito y, por extensión, lastrando la inversión. La primera de las dos contribuciones principales de los otros galardonados, Doug Diamond y Phil Dybvig data también de 1983. Describen conjuntamente de un modo simple a los bancos como intermediarios necesarios para tomar depósitos y transformarlos en crédito, que precisan de la confianza de los agentes financieros para evitar tensiones y pánicos bancarios. Proponen la existencia de un prestamista de última instancia y de sistemas de fondos de garantía de depósitos. Una segunda aportación, en este caso, de Diamond en solitario, de 1984, muestra el importante rol de los bancos en la supervisión (monitoring) de prestatarios y deudores para garantizar que pueden devolver sus préstamos, reduciendo las pérdidas potenciales de esa actividad financiera y el coste del crédito para la sociedad. Los colapsos de entidades financieras suponen la desaparición de ese acervo de información acumulado en los procesos crediticios.

Es una obviedad que el sistema financiero -la economía y la sociedad también- ha cambiado radicalmente desde “¡Qué bello es vivir!” También ha cambiado desde las primeras contribuciones de Bernanke, Diamond y Dybvig. Lo ha hecho desde un ámbito académico y teórico. Estos autores fueron pioneros -que no los únicos, también otros como James Tobin- que señalaban la importancia de los intermediarios bancarios para el crecimiento económico. El ejemplo más diáfano y doloroso para el bienestar de una sociedad es la destrucción de actividad económica tras una crisis bancaria. Sin embargo, no es hasta la evidencia obtenida en la crisis de 2008 que los principales modelos basados en el equilibro general -ante las críticas por no poder explicar lo acontecido con las herramientas existentes- comienzan a incorporar significativamente las fricciones financieras y el comportamiento de los bancos. Sin duda, un paso adelante para que el análisis económico tenga una mayor completitud para explicar el papel del fenómeno financiero en la economía. También se ha avanzado en los análisis de los efectos del reforzamiento de la regulación financiera en las entidades bancarias. Sin embargo, aún queda bastante por hacer.

La parte del análisis del sistema financiero y su infraestructura institucional y regulatoria, donde más necesarias se hacen nuevas contribuciones, es en el área de la “banca en la sombra” y el papel de los nuevos operadores y plataformas en los flujos crediticios y sistemas de pago. Los análisis existentes a menudo se han encorsetado al perímetro de la regulación, donde se han producido avances frecuentes y notables en las entidades financieras reguladas. Mucho menos se conoce sobre la “banca en la sombra” fuera del perímetro de la regulación, con menor información cuantitativa y cualitativa, y donde parecen residir los riesgos sistémicos que crecen a mayor velocidad. Es también donde se carece de infraestructura prudencial, sin prestamistas de última instancia ni fondos de garantía.

Con la creciente presencia e importancia relativa de grandes y no tan grandes empresas tecnológicas (BigTech y FinTech) en la actividad “en la sombra” (con claras ventajas competitivas al evitar la costosa regulación), las preocupaciones de reguladores y supervisores crecen. Son áreas donde se hacen necesarios estudios sólidos que permitan conocer mucho mejor el comportamiento de esas entidades alternativas, y desarrollar posibles soluciones regulatorias (o de otro tipo) que impidan pánicos financieros y pérdidas masivas. Avances equiparables a los que supusieron los trabajos de Bernanke, Diamond y Dybvig hace cuatro décadas en el ámbito del sector financiero regulado, y que han marcado el camino de muchos investigadores cuyos trabajos han sido clave para el progreso de nuestro conocimiento del ámbito financiero de la macroeconomía. Conocimiento que esperemos sirva para evitar -o al menos intentarlo- la eventualidad de un pánico a lo “¡Qué bello es vivir!” esta vez en segmentos no regulados, que transmiten a una gran velocidad y gracias a las tecnologías de la información, todo lo que pasa por ellos, incluido los posibles desastres que nuestro objetivo como economistas ha sido siempre tratar de evitar.

Santiago Carbó Valverde  

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