Central bank finances y repercusiones actuales COVID
1-Global | La Fed y el BCE, amortiguación frente a la COVID-19
El 2020 se vislumbraba como el año en el que dos de los principales bancos centrales -la Reserva Federal (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE)- iban a centrar sus esfuerzos en normalizar la política monetaria y en hacer una revisión amplia de su estrategia. Pero todo cambió con la llegada de la COVID-19.
Puntos clave
- Buena parte de dichos esfuerzos se han tenido que dedicar este año a preservar la provisión de la liquidez en los mercados y a una transmisión eficaz de la política monetaria.
- Tanto la Fed como el BCE dieron una respuesta muy potente frente a la pandemia, poniendo en marcha los mayores planes de estímulo de la historia, superando incluso a los desarrollados durante la crisis financiera global.
- La primera medida de la Fed fue la reducción de los tipos de interés, a una velocidad y con un impulso sin precedentes, para aliviar los costes de financiación y apoyar la demanda agregada.
- Por su parte, el BCE -sin margen para bajar tipos, ya que están en terreno negativo desde mediados de 2014- recurrió al arsenal de medidas no estándar.
- Mirando al futuro, es muy probable que la huella que dejará la expansión del balance que han hecho ambas autoridades monetarias permanezca durante un período prolongado de tiempo.
Autores
- María MartínezEconomista Principal
- https://www.bbvaresearch.com/publicaciones/global-la-fed-y-el-bce-amortiguacion-frente-a-la-covid-19/?utm_source=linkedin&utm_medium=social&utm_campaign=rrssresearch&utm_term=21122020
2-Los bancos centrales alertan de la asimetría entre bolsas y la economía productiva
El BIS considera que el alza de la renta variable ha eclipsado las inciertas perspectivas económicas
- El banco de los bancos centrales destaca que la valoración de los activos de riesgo es excesiva
- La rentabilidad de la deuda soberana se han mantenido inusualmente baja
El Banco de Pagos Internacionales (BIS en sus siglas en inglés), el banco de los bancos centrales, constata que las noticias positivas sobre la vacuna contra el coronavirus y el resultado de las elecciones presidenciales en EE UU han disparado la renta variable en noviembre, "eclipsando el hecho de que las perspectivas económicas son inciertas". Así, constata la asimetría que existe entre la economía productiva condicionada por una actividad aún a la baja, y los mercados en los que se valoran las expectativas futuras de crecimientos.
En su informe trimestral de diciembre, publicado este lunes, el BIS dice que "se mantuvo la preocupación por la brecha entre las valoraciones y las perspectivas económicas". Los sectores que más han subido en bolsa son las aseguradoras, los bancos y las compañías energéticas, que eran los que más habían bajado al inicio de la pandemia. Las tecnológicas y las compañías sanitarias, que han subido durante la pandemia, han bajado en noviembre en la medida que las noticias sobre las vacunas ofrecían algo de luz al final del túnel.
"El optimismo sobre las condiciones empresariales y el continuo apoyo de las políticas económicas también contribuyeron a la pujanza de los mercados", según el organismo financiero. No obstante, el jefe del departamento Monetario y Económico del BISEl banco , Claudio Borio, ha señalado al presentar el informe que "parece que persiste cierta distancia entre las valoraciones de los activos de riesgo y las perspectivas económicas".
Valoraciones excesivas
Pero lo cierto, es que el BIS considera que esa discrepancia no muestra más que el exceso de la valoraciones de los activos de riesgo. "Aunque los mercados han evolucionado bien ante las noticias sobre las vacunas, se encuentran por encima o cerca de los niveles de antes de la pandemia, cuando ya se planteaba que las valoraciones podían ser excesivas", advierte Borio.
La rentabilidad de la deuda soberana se ha mantenido "inusualmente baja" en el periodo revisado, desde septiembre hasta comienzos de diciembre, gracias al apoyo de la política monetaria. El valor de la deuda soberana con rentabilidad negativa se sitúa en 17,5 billones de dólares, una cifra máxima histórica, lo que lleva a los inversores a comprar activos de más riesgo en busca de rentabilidad.
La rentabilidad de la deuda soberana alemana baja, se mantiene la de Japón y ha subido la de EEUU después de que el Tesoro anunciara en agosto un aumento de la emisión de deuda a largo plazo. Los diferenciales de la deuda de los países periféricos europeos se han reducido más ante la búsqueda de rentabilidad de los inversores.
Los diferenciales de la deuda corporativa también se han reducido más, hasta acercarse a niveles anteriores a la pandemia, de hecho las mayores sobrevaloraciones en el mercado están en esta deuda corporativa. "El auge de los mercados de bonos corporativos contrastó con la incertidumbre a medio plazo sobre las perspectivas económicas globales", por lo que esos diferenciales puede que no representen los riesgos reales, advierte el BIS.
Volatilidad a corto plazo
Las ventas de septiembre causaron volatilidad a corto plazo, especialmente en el segmento de rentabilidades altas, pero los diferenciales cayeron después por debajo de los valores medios a largo plazo. La reducción de los diferenciales fue especialmente notable en el segmento de bonos corporativos con grado de inversión.
La compresión de los diferenciales de crédito a las empresas contrastó con la cautela de los bancos al prestar. "En el pasado, las condiciones en el crédito corporativo y en los mercados de préstamo bancario se movían con frecuencia de forma sincronizada", pero ahora la ayuda de los bancos centrales en los mercados de deuda corporativa ha cambiado la situación, según el supervisor. Además, la búsqueda de rentabilidad de los inversores en un entorno de bajos tipos de interés contribuye a que se reduzcan los diferenciales.
Más de dos billones de dólares de deuda corporativa negocia a rentabilidades negativas, según cifras del BSI. Las empresas de las economías emergentes han emitido bonos a un ritmo récord este año, casi todos a los vencimientos más largos, superiores a 10 o 30 años, cuya emisión ha aumentado más de un 50%. Sin embargo, la emisión de bonos a cinco años o menos ha cambiado poco este año.
- https://www.elperiodico.com/es/economia/20201207/bancos-centrales-alertan-asimetria-bolsas-10123210
2.1 Jens Weidmann: The potential long-term effects of the coronavirus crisis on the economy and on monetary policy
Speech by Dr Jens Weidmann, President of the Deutsche Bundesbank and Chair of the Board of Directors of the Bank for International Settlements, at the Humboldt University of Berlin, virtual event, 16 December 2020.
En mi discurso de hoy, me gustaría no sólo construir un puente de Frankfurt a Berlín, sino también un puente que vincule la teoría de juegos a la política monetaria. Un ejemplo muy conocido de la teoría de juegos es el "juego de la gallina". Tal vez lo conozca de la película "Rebelde sin causa". Jim, interpretado por James Dean, y otro adolescente, Buzz, corren en coches robados hacia un acantilado; el que salta primero es un gallina.
Afortunadamente, la mayoría de los juegos económicos son menos peligrosos para la vida y la integridad física.
- The potential long-term effects of the coronavirus crisis on the economy and on monetary policy
21 Dec 2020 | Jens Weidmann
2.2 The recession-mortality nexus and Covid-19
3-Acciones relacionadas con el COVID-19 B de España
La crisis sanitaria por el coronavirus Covid-19 se ha convertido en una emergencia a escala global. Las necesarias medidas de contención para limitar su impacto y duración tienen a su vez graves consecuencias en la actividad económica, todavía difíciles de evaluar con rigor, pero de una magnitud sin precedentes. El objetivo común es asegurar que el severo deterioro económico que se está produciendo sea transitorio y no afecte de forma más prolongada a los ciudadanos.
Desde el comienzo de esta crisis, el Banco de España está trabajando para garantizar el buen funcionamiento y estabilidad del sistema financiero, de forma que esté en condiciones de apoyar con su financiación a las empresas y hogares en este período de extraordinaria dificultad. Por otro lado, de acuerdo con lo establecido en su Ley de Autonomía, el Banco de España ha reforzado su función de asesoramiento al Gobierno, tanto en relación con el análisis del impacto económico de esta crisis como de las políticas internas y europeas necesarias.
En todos sus ámbitos de competencia, el Banco de España está participando activamente en los organismos internacionales en los que está integrado para ofrecer la respuesta rápida y eficaz que exige esta crisis. Como miembro del Eurosistema, ha participado en las decisiones urgentes adoptadas por el BCE, como el nuevo programa de compra de activos por valor de 750.000 m€ (PEPP, por sus siglas en inglés), encaminadas a mantener condiciones de financiación favorables en toda el área del euro.
Igualmente ha sido parte activa de las decisiones del Mecanismo Único de Supervisión del BCE, orientadas a relajar los requerimientos de capital y liquidez de las entidades bancarias, además de permitir una aplicación flexible de las normas contables. Al mismo tiempo, se ha pedido a los bancos que no distribuyan dividendos a sus accionistas al menos hasta octubre de este año para que dispongan de todo el capital posible para ofrecer financiación a los agentes económicos. Medidas orientadas también a dar flexibilidad y capacidad de financiación al sistema financiero se han adoptado en otras instituciones internacionales de las que forma parte el Banco de España, como la Autoridad Bancaria Europea (EBA), el Comité de Supervisión Bancaria de Basilea (BCBS) o la Consejo de Estabilidad Financiera (FSB).
En este entorno de enorme incertidumbre, el Banco de España seguirá colaborando estrechamente con las autoridades económicas para ofrecer la respuesta adecuada a esta crisis y, en particular, mantendrá un seguimiento reforzado de la evolución económica y financiera.
https://www.bde.es/bde/es/Home/Noticias/covid-19/
4-Las finanzas de los bancos centrales
por David Archer y Paul Moser-Boehm
Departamento Monetario y Económico
Abril de 2013
Introducción
Sección A Preámbulo: entender las finanzas de los bancos centrales
1. Principios y conceptos básicos ............................................................................... . 7
a. Función y titularidad .............................................................................................. ...7
b. Forma y estructura ................................................................................................... 8
c. Recursos financieros y solidez financiera ..................................................................10
2. La importancia de las finanzas propias según la literatura económica ....................... 12
a. Teoría ................................................................................................................... 12
b. Evidencia empírica ......................................................................................... .... 15
c. Resumen ............................................................................................................... 19
Sección B ¿Qué recursos financieros poseen los bancos centrales? ............................. 21
1. Componentes de las finanzas de los bancos centrales: un resumen ........................... 21
2. Estructura de balances y exposiciones financieras resultantes ................................... 23
3. Criterios contables: conversión de exposiciones económicas en ingresos
contables ................................................................................................................... 29
4. Exposiciones y tratamiento contable combinados: impacto en resultados ........... .. . 34
5. Colchones financieros en el balance ........................................................................ 37
6. Mecanismos de transferencia del riesgo .................................................................. 39
7. Programas de distribución y mecanismos de recapitalización .................................... 41
8. La suma de las partes ............................................................................................. 44
Sección C ¿Qué nivel de recursos financieros necesitan los bancos centrales? .............. 49
1. Exposiciones económicas ....................................................................................... 49
2. Las opciones convencionales de gestión del riesgo financiero son
limitadas ............................................................................................................... ..... 52
3. Políticas contables y la influencia de los esquemas de distribución ............................ 53
a. Políticas contables y comportamiento ...................................................................... 53
b. Opciones de políticas contable y distribuciones ........................................................ 56
4. Contrarrestar los efectos de las distribuciones asimétricas ......................................... 58
a. Utilización de criterios contables para evitar la asimetría en la
distribución............................................................................................................... .. 59
b. Evitar la asimetría en la distribución separando los ingresos contables
y los ingresos distribuibles ....................................................................................... .. 62
iv BIS Papers Nº 71 – Las finanzas de los bancos centrales
c. Alisamiento y limitación de las distribuciones ............................................................. 63
d. Compensación de los efectos de las distribuciones asimétricas
mediante esquemas de distribución contingentes ..................................................... . 63
e. Factores pertinentes para la evaluación de las opciones ....................................... .. 66
5. Las consecuencias de la debilidad financiera ............................................................. 66
a. Profecías autocumplidas y dañinas ............................................................................ 67
b. Señales ruidosas ...................................................................................................... 68
c. Límites semifiscales .................................................................................................. 69
Sección D Un marco para evaluar el nivel adecuado de recursos financieros ................. 73
La «solidez financiera» reconsiderada ................................................................. .........73
1. Exposiciones financieras derivadas de políticas y funciones .............................. .........75
2. Transferencia del riesgo ................................................................................... ........77
3. Opciones para las políticas contables y los esquemas de distribución ........................ 78
4. Predisposición de solidez financiera en forma de capital ................................. ......... 79
Un último apunte sobre la elección del momento adecuado .......................................... 81
Anexo 1: Políticas contables de los bancos centrales ................................................... 82
a. Tratamiento de los cambios de valoración, por activos y pasivos ...................... ... 83
b. Tratamiento contable de los cambios de valor por conversión de
moneda extranjera .................................................................................................. ... 83
Anexo 2: Componentes de algunos esquemas de distribución ....................................... 87
Referencias bibliográficas ............................................................................................ 93
El problema es que no todo el mundo acepta que el patrimonio contable de un banco central pueda tornarse negativo sin provocar alarma. Los mercados pueden reaccionar mal al creer erróneamente que las pérdidas restan eficacia a las políticas.
Los políticos también pueden oponerse, si infieren que se han adoptado decisiones equivocadas a costa del contribuyente o que el banco central necesita de hecho ser rescatado por el Gobierno. Estas predicciones agoreras, que conllevan su propio cumplimiento, no benefician a nadie.
Hasta los estados financieros más perfectos y bien presentados no siempre evitan que se produzcan estas erróneas percepciones. Así pues, los bancos centrales deben contar con los recursos y mecanismos financieros que necesitan para continuar desarrollando sus funciones de utilidad social incluso en periodos de
crisis. Para evitar estos riesgos probablemente se necesiten recursos y mecanismos que permitan mantener el patrimonio neto en territorio positivo frente a las pérdidas causadas por sus actuaciones en pos de la sociedad. En suma, la independencia financiera de los bancos centrales es importante.
Tradicionalmente, la situación financiera de los bancos centrales no ha atraído demasiada atención, pero ahora ha cobrado protagonismo al operar muchos de los bancos centrales más allá de los límites de política tradicionales. El Banco de Pagos Internacionales (BPI) ha reiterado su preocupación por las consecuencias que acarrean las medidas de política sin precedentes adoptadas por algunos bancos centrales. Desde la perspectiva de su propia situación financiera, los bancos centrales suelen contar con la fortaleza necesaria para soportar estas consecuencias y no albergamos dudas sobre los bancos centrales que están asumiendo en la actualidad riesgos financieros extraordinarios. Sin embargo, nuestra confianza se basa en el entendimiento de la idiosincrasia particular de los bancos centrales, que pueden no compartir los mercados y otras partes interesadas.
En este documento se plantean las siguientes cuestiones: ¿qué nivel de recursos financieros se necesita para cumplir este cometido? y ¿qué tipo de mecanismos financieros son los más indicados para ello? Inevitablemente, las respuestas son complejas, dependiendo en gran medida del entorno económico y
político propio de cada banco central, así como de sus funciones. En este documento se ofrece un marco para profundizar en estas cuestiones y se identifican algunas preferencias.
Un elemento que se considera especialmente importante es contar con un mecanismo bien diseñado para la distribución del superávit. Este tipo de mecanismos presenta dos características principales. Primero, las retenciones y distribuciones deben estar fuertemente ligadas a un objetivo fijado para los recursos financieros, que a su vez se ajusta a la necesidad potencial de utilizar dichos recursos en tiempo de crisis. Segundo, han de evitarse los pagos a raíz de ganancias de revaluación no realizadas e ingresos procedentes de activos de
especial riesgo, ya que no se trata de beneficios definitivos.
En aras de la confianza, es deseable que estas revaluaciones e ingresos se aíslen con total transparencia de las distribuciones, en vez que esconderlos en el esquema de distribuciones mediante políticas contables. Esto supondría contabilizar al valor razonable los instrumentos financieros cuya revalorización o depreciación es
probable que interese al contribuyente. Sin duda, los bancos centrales pueden poseer activos y pasivos cuyos cambios de valor no son relevantes, incluso bajo las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF). Ahora bien, cuando los mecanismos de distribución de pagos no puedan estructurarse para cumplir las dos características antes mencionadas, hay dos criterios contables que podrían ser útiles para los bancos centrales. El primero sería el uso de las reservas de revaluación (especialmente de manera asimétrica aplicando un tratamiento diferenciado a las ganancias y pérdidas no realizadas), incluso en el caso de valores activamente negociados en la articulación de las políticas. El segundo sería el uso de provisiones de riesgo genéricas («rainy day»). Las reservas de revalorización tienen la ventaja de ser transparentes por estar basadas en reglas, mientras que las provisiones genéricas tienen la ventaja de ser flexibles. Estos dos criterios contables pueden no coincidir del todo con las NIIF, pero hay motivos de peso para su adopción.
Algunos bancos centrales incluso podrían considerar mecanismos para transferir riesgo a las autoridades fiscales. Las indemnizaciones gubernamentales para hacer frente a las consecuencias financieras de las políticas inusuales aplicadas han ayudado en algunos casos, pero no han estado exentas de problemas. Las
finanzas públicas pueden atravesar dificultades precisamente cuando el banco central también las atraviesa. Ante las implicaciones de la transferencia del riesgo al erario público, estos mecanismos sin duda son más efectivos cuando la sociedad prefiere que las decisiones se tomen de manera compartida con las autoridades
electas, o que sean éstas las que decidan en solitario.
También sugerimos que algunas partidas del balance de los bancos centrales puedan aislarse en ocasiones y se les pueda aplicar un tratamiento por separado.
Esto tendría sentido especialmente en el caso de ciertos mecanismos de transferencia de riesgo, aunque también para indicar que algunas exposiciones financieras adquiridas en momentos de crisis son de carácter excepcional y temporal. Ejemplos de este tipo de exposiciones serían las filiales y los vehículos de
gestión especializada, que cuando se utiliza para reducir la transparencia, dañan la confianza, mientras que si se utilizan para aclarar la evolución de las finanzas del banco central y la naturaleza de los vínculos con las actuaciones de sus políticas, entonces pueden ser útiles.
Todas estas medidas es mejor desplegarlas cuando la situación es estable, anticipándose a futuras tensiones, dado que el banco central puede necesitar muchos más recursos financieros en momentos de crisis que en circunstancias normales, y estos recursos pueden no estar disponibles cuando los fondos públicos escasean. En consecuencia, el nivel de recursos que un banco central puede necesitar en momentos de crisis puede parecer excesivo cuando la situación es de tranquilidad. Por tanto, puede resultar políticamente complicado alcanzar el nivel deseado de posicionamiento de los recursos financieros.
Por tanto, los bancos centrales deben identificar un mínimo de mecanismos financieros que les permita operar en esos periodos, y estar preparados para aprovechar cualquier oportunidad de cimentar sus finanzas sobre sólidas bases.
Estos mecanismos sin duda variarán en función del país, de manera que no es factible establecer un referente común. Lo que se pretende en este documento esayudar a comprender el proceso que puede aplicar un país para identificar un mínimo de mecanismos que se ajuste a sus propias circunstancias.
Resumen y conclusiones
1. La razón de ser de los bancos centrales es distinta de la que tienen los bancos comerciales. Su objetivo es el bienestar nacional, no la obtención de beneficios.
Sus resultados financieros no suelen ser un fiel reflejo de su éxito.
5. Si los recursos financieros se ajustan a las posibles necesidades en situaciones de emergencia, pueden acumularse abultados colchones de amortiguación en circunstancias normales, sobre todo en el caso de bancos centrales con amplias responsabilidades de gestión de crisis. Para garantizar que los bancos centrales
6. El tamaño de los amortiguadores financieros necesarios para garantizar la continua capacidad independiente de funcionamiento y de decisión se ve influido por las políticas contables, los mecanismos para la distribución de beneficios y la recapitalización, los objetivos de capital y los mecanismos para repartir los riesgos. Las decisiones sobre estos factores deben tomarse teniendo en cuenta las responsabilidades independientes de cada banco central y su consiguiente necesidad de fortaleza financiera independiente:´- -Con respecto a las políticas contables, la decisión puede conllevar separarse de manera selectiva, pero con total transparencia, de las Normas Internacionales de Información Financiera.
No es tan importante la manera en que estas decisiones se encuentran integradas, sino el considerarlas como un todo, es decir, un paquete de medidas diseñadas para apoyar la eficacia operativa y decisoria incluso durante periodos de crisis, mientras se mantiene la confianza en la economía.
educación de observadores del sector financiero, el público en general y los representantes políticos.
Thomas Jordan pronunció un discurso en el que preguntaba retóricamente si dicho banco necesitaba capital3. Si bien ambos ofrecían respuestas relativamente tranquilizadoras, también sugerían que los retos para la eficacia relativa de un banco central podrían surgir de la debilidad financiera.
los mandatos de los bancos centrales y el continuo uso de políticas no tradicionales durante las actuales crisis financieras probablemente afecten a la situación financiera de los bancos centrales, especialmente si sus respaldos financieros no se han reforzado para hacer frente a estas situaciones.
Esta obra se estructura de la siguiente manera:
comerciales, al tiempo que define qué se entiende por finanzas y por fortaleza
financiera. La Sección B proporciona datos sobre la fortaleza financiera de una muestra representativa de bancos centrales, ilustra sus componentes y demuestra
que existen grandes disparidades entre bancos centrales. Las razones por las que
existen estas disparidades se abordan en la Sección C, que permite analizar qué grado de fortaleza financiera se requiere en determinadas circunstancias.
1. Principios y conceptos básicos
a. Función y titularidad
Para poder entender las finanzas de los bancos centrales, es necesario comprender primero la función que desempeñan estas instituciones.
Desde hace más de un siglo, los bancos centrales son instituciones públicas, no entidades comerciales. De hecho, la inmensa mayoría de los bancos centrales de hoy en día fueron concebidos originalmente como instituciones públicas. En cuanto a los pocos que en sus orígenes adoptaron la forma de sociedades mercantiles con ánimo de lucro y titularidad privada, los crecientes conflictos de intereses que acompañaron a su papel cada vez más importante como «policías» y «bomberos» del sector financiero desembocaron en el abandono progresivo de las actividades comerciales. Los beneficios dejaron de ser su objetivo, para pasar a serlo la estabilización monetaria y del sistema financiero. Con la excepción de determinadas actividades relacionadas con la provisión de infraestructuras financieras, este cambio de orientación quedó completado en gran medida a comienzos del siglo XX
La mayoría de los bancos centrales fueron de titularidad pública desde el principio. Asimismo, muchos de los bancos centrales de carácter privado en sus orígenes fueron nacionalizados durante el siglo XX. En los pocos bancos centrales que hoy en día siguen contando con accionistas privados, los derechos de los accionistas ordinarios para nombrar a la dirección y determinar las estrategias están fuertemente restringidos y no se les permiten participar en la formulación de las políticas públicas. Los dividendos percibidos por los accionistas privados están predeterminados o limitados por ley, por lo que estos bancos centrales son total o prácticamente independientes del ánimo de lucro, lo que elimina posibles conflictos de intereses entre las ventajas financieras privadas y el bienestar público
Uno de los rasgos definitorios de los bancos centrales (en contraposición a los comerciales) es que tienen una clientela en realidad cautiva. La mayoría de las contrapartes del banco central no establece relaciones con él conforme a condiciones negociadas tras comparar las alternativas. Esto se debe a que el pasivo «monetario» del banco central —billetes y cuentas de depósito a la vista de bancos con el banco central (a los que más adelante se hace referencia en su conjunto como «base monetaria»)— es el medio de pago por excelencia en la jurisdicción del banco central, por ley y por convención social8. Un banco central es el monopolista de la oferta de base monetaria en su jurisdicción y puede crear dinero a discreción, de forma instantánea y con un coste prácticamente nulo. Además, sus clientes están obligados a aceptarlo. Por tanto, un banco central no se enfrenta a las limitaciones de liquidez que que afrontan los bancos comerciales y otras entidades, incluido el gobierno....." pagina 7
En esta sección, documentamos cómo han evolucionado los principales elementos de los recursos financieros observados en un grupo representativo de bancos centrales accionistas del BPI entre los años 2005 y 2010, y lo comparamos con cómo han cambiado los riesgos relativos a las finanzas de los bancos centrales.
Describimos mecanismos para repartir riesgos que han sido diseñados exclusivamente a estos efectos, así como mecanismos que están integrados en los programas de distribución del superávit (beneficios) de estos bancos centrales.
La primera parte de esta sección describe brevemente los volúmenes y flujos financieros a los que hacemos referencia. En el apartado segundo, se presentan datos relativos a los cambios en el tamaño, composición y exposiciones al riesgo en los balances de 14 bancos centrales entre 2005 y 2010, para ilustrar por qué las
cuestiones relacionadas con la solidez financiera de los bancos centrales han atraído un interés cada vez mayor. Los cuatro apartados siguientes describen paso a paso cómo los cambios en las exposiciones financieras afectan a los recursos financieros de estos bancos centrales. En primer lugar, el apartado 3 muestra cómo las políticas contables inciden en la conversión de exposiciones subyacentes (o «económicas»)
en ingresos contables.
riesgos específicos al gobierno antes de que se decida sobre la distribución de beneficios.
probablemente se mantenga en una cifra positiva elevada incluso aunque el patrimonio cayera aún más o llegara a ser negativo.
conllevaría realizaciones, con sus correspondientes pérdidas de valor, o un servicio (en efecto) más costoso de los pasivos mantenidos con respecto a dichos activos.
Asimismo, al no llevar a patrimonio los cambios en el valor razonable, no tiene la posibilidad de constituir colchones de revaluación. Los colchones formales y visibles de la Reserva Federal son relativamente escasos. Para finales de 2010, las tenencias de activos de la Reserva Federal sujetas al riesgo de tasa de interés eran cerca de 40 veces su patrimonio convencional, lo cual implica que un cambio en el valor de los activos (o en los costes de servicio relacionados) de aproximadamente un 2,5% sería suficiente para consumir el patrimonio (asumiendo que todas las demás variables se mantuvieran sin cambios). El mecanismo de distribución aporta cierta protección, en el sentido de que el superávit futuro puede retenerse en su totalidad hasta que se restablezca el objetivo de patrimonio (bastante bajo), y la base de ganancias de la Reserva Federal (en una coyuntura normal) es amplia, lo cual implica que los superávits futuros también deberían ser amplios. La escasez de colchones visibles en comparación con el incremento de las exposiciones parece resultar en un riesgo de patrimonio negativo durante un periodo a corto plazo, a pesar del sólido patrimonio neto integral disponible durante todo el periodo (el Cuadro 1 muestra el orden de magnitudes). Sin embargo, los criterios contables de la Reserva Federal permiten la capitalización de retenciones futuras de superávits para reforzar el patrimonio. Este supone que el patrimonio contable declarado
ganancias por revaluación anteriores —esto es, no son colchones genéricos. El aumento de capital decidido en 2010 también permite un incremento en el fondo de reserva general o en la provisión por riesgo general, en la medida en que se abone dicho aumento de capital. En comparación con las reservas por revaluación, estos componentes del patrimonio aportan flexibilidad adicional. Sin embargo, el capital (y por implicación la suma de las reservas generales y de las provisiones no
consecuentemente bajos —a finales de 2010, el patrimonio ascendía a 1,7% de los activos. El sistema de distribución no serviría de nada si el patrimonio se viera expuesto (cualquier superávit resultante de la emisión de moneda ―esencialmente, señoreaje― se transfiere automáticamente al gobierno, al igual que sucede con el 50% de cualquier superávit procedente del resto de actividades del banco central.
La clave para comprender el volumen del crecimiento de su balance, a pesar de la limitada solidez financiera, es el mecanismo de transferencia del riesgo.
dinámica y, en última instancia, pueden considerarse con un todo, en el presente análisis se abordan individualmente para facilitar su comprensión.
2. Las opciones convencionales de gestión del riesgo financiero son limitadas
Efectivamente, los bancos centrales utilizan habitualmente sistemas de gestión del riesgo financiero para gestionar partes de su balance, como por ejemplo las reservas de divisas, pero ninguno gestiona el riesgo de la totalidad de su balance, ya que esto probablemente entraría en conflicto con los intereses de política.
Incluso cuando se utilizan activamente sistemas de gestión del riesgo, casi siempre se centran en evaluar y controlar el factor que menos contribuye al riesgo financiero: la asunción activa de riesgos (estimada normalmente con relación a las cotas de referencia estratégicas fijadas según criterios estructurales y de política donde se encuentran las exposiciones más dominantes)58. Como bien saben los gestores de riesgos en empresas y los órganos directivos de los bancos comerciales, un estricto control de los riesgos en un área podría no reducir el riesgo financiero total, puesto que los riesgos en un área pueden contrarrestar los de otra.
La erosión del capital como consecuencia de una asimetría en la distribución puede contrarrestarse mediante cuatro métodos principales71: no reconociendo como ingresos los cambios de valor no realizados; ajustando el esquema de distribución para que parte o la totalidad de los cambios no realizados del valor razonable
queden excluidas de la distribución; alisando o limitando las distribuciones; y supeditando las distribuciones a la solidez financiera. A continuación se describe cada uno de esos planteamientos y se resumen algunos de los factores relevantes para una evaluación de sus ventajas relativas.
La teoría estudiada en la Sección A apunta razones para creer que, en la práctica, la solidez financiera de los bancos centrales —sea esta reducida o elevada— puede no ser un problema para bancos centrales de economías avanzadas con mandatos aparentemente restringidos. Sin embargo, los bancos centrales suelen mostrar una fuerte aversión a la debilidad financiera.
inusuales;
los tasas de interés vuelvan finalmente a un nivel más normal. «El banco se encontraría en una situación de insolvencia salvo que creara aún más dinero para financiar esos pagos de intereses, lo que acabaría generando una inflación incontrolada».
Como se ilustrará en esta sección, parece que las buenas políticas, y las instituciones que desarrollan buenas políticas, tienden a relegar la cuestión de las finanzas del banco central. Por lo tanto, parece que la razón por la que incluso los bancos centrales con mejor reputación padecen una continua aversión a mostrar
posiciones financieras débiles es triple:
2. Es cierto que en ocasiones la debilidad financiera puede deberse a errores pasados o puede augurar un fracaso inminente, por lo que a los políticos y a los mercados les resulta difícil interpretar con precisión esas señales ruidosas.
3. En el caso de algunas jurisdicciones, el efecto de las actuaciones de política en las finanzas puede contribuir a crear una línea de separación entre las decisiones que afectan exclusivamente al banco central y las que, como mínimo, deben implicar a las autoridades fiscales. Si se va a poner en riesgo a los contribuyentes (o a parte de ellos), la cuestión puede tener a primera vista una índole semifiscal. En esas jurisdicciones, las autoridades políticas —y, por ende, el propio banco central— pueden ser, por definición, sensibles a los resultados financieros.
a. Profecías autocumplidas y dañinas
denominada «Gran moderación») como la aparición de trampas de liquidez en 87 King (2012). Otros ejemplos: el Banco Central de Chile anunció en 2012 que dejaría de ampliar su cartera de activos en divisas, en parte debido a los riesgos financieros que conlleva. En 2004, el Banco de la Reserva de Nueva Zelandia solicitó al Gobierno una inyección de capital para poder absorber las pérdidas a corto plazo por la valoración a precios de mercado a raíz de una nueva política de intervención (más activa) en el mercado de divisas «sin que pareciera que se ponía en riesgo su solvencia»
- https://www.bis.org/publ/bppdf/bispap71_es.pdf
This paper looks at the relevance of a central bank's own finances for its policy work. Some central banks are exposed to significant financial risks, partly due to the environment in which they operate, and partly due to the nature of policy actions. While financial exposures and losses do not hamper central banks' operational capabilities, they may weaken the effectiveness of central bank policy transmission. Against this backdrop, the paper analyses the determinants of a central bank's financial position and the possible implications of insufficient financial resources for policymaking. It also provides a conceptual framework for considering the question of whether central banks have sufficient financial resources.
JEL classification: E58, E61, G01, M41
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