El mantra de la austeridad ha dominado
todo en Europa, eliminando cualquier
atisbo de política mínimamente expansiva,
incluso cualquier intento de diferenciación
entre países. Desde la perspectiva de
ahora mismo, se hace evidente que esa
política ha fracasado: su efecto
macroeconómico ha sido la llegada de una
segunda recesión a un buen número de
países colocando al conjunto del club del
euro en la trayectoria del estancamiento
prolongado. Al mismo tiempo, esa política
de austeridad ha distado de alcanzar los
objetivos que sus defensores esperaban,
es decir, la reducción de los déficit y el
nivel de deuda pública.
Lo ocurrido apunta hacia una serie de
elecciones cruciales: el Estado de
Bienestar se encuentra en un delicado
límite entre sostenibilidad económica y
necesidad social; al proceso de
integración europea no le queda ya la
opción del simple statu quo: sólo puede ir
hacia delante o hacia atrás; y en cuanto a
la relación entre política democrática y
mercados de capital, no cabe desde luego
excluir un retroceso grave del modelo
democrático. Si se quiere evitar males
mayores, no queda otra posibilidad que la
de recuperar la dignidad y autonomía de la política.
http://www.ub.edu/graap/torre%20arrogancia%20resena.pdf
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