La presente contribución tiene por objetivo examinar distintas perspectivas teóricas del alcance de la política fiscal y, de manera particular, revisa el debate en torno al déficit público. En primer lugar, se presenta la importancia del debate sobre la endogeneidad y exogeneidad del dinero y el alcance de la política fiscal. Después se contrasta la visión convencional con la post-keynesiana sobre el impacto del déficit público. El tercer apartado retoma la contribuión de Minsky sobre los efectos ingreso, renta y cartera de los déficits públicos, así como la necesidad de implementar un Big Government para estabilizar la economía. Finalmente, se analiza la teoría del circuito monetario de Alain Parguez, donde el déficit fiscal permite la acumulación de empresas y genera expectativas positivas sobre la inversión. Teoría del dinero y política fiscal
En cuanto al dinero y su génesis se localizan dos posturas fundamentales: La primera considera al dinero como una mercancía que tiene incorporado un valor en sí mismo. Este al consolidarse como un equivalente general, permite el intercambio, agiliza la realización de las mercancías e incentiva la especialización de los productores. Una de la obras que sintetiza con mayor claridad dicha posición es el artículo de Karl Menger “On the Origin on Money” y Carlos Marx, en el Tomo I, cuando aborda la moneda como el equivalente para intercambiar las mercancías. La segunda, postura considera al dinero como representación de una estructura social, cuyos principales aportaciones son la teoría del dinero crédito y la teoría del dinero estatal, donde el dinero es resultado de arreglos institucionales e incide sobre el sistema productivo. Este ultimo tipo de análisis con todas sus especificidades se encuentra en The Treatise On Money Volumen I The Pure Theory of Money de John Maynard Keynes publicado en 1930 previo a The General Theory of Employment, Interest and Money (1936). El debate sobre el papel del dinero es útil para entender con mayor claridad las diferentes posturas sobre los alcances de la política fiscal y monetaria dentro las principales escuelas del pensamiento económico, así como su incidencia en el control de la cantidad de dinero o para la regulación del sistema financiero. A mediados del siglo XIX, cuatro principios caracterizaron el pensamiento monetario clásico: i) la existencia del dinero no interfiere con las leyes del valor (J.S.Mills, 1971 citado en Laidler), ii) el valor del dinero es explicado por el valor de los metales que contiene; iii) la variación en la cantidad de dinero causa variaciones en los precios, y no viceversa; y iv) los billetes son parte de la oferta monetaria, sólo si son convertibles en oro o plata (Ingham, 2004: 19). 81 Análisis No.15 Para que el dinero funcione como equivalente general es necesario que su valor sea estable. Bajo el principio de la estabilidad, Fisher en The Purchasing of Money (1911), desarrolla la clásica exposición de la teoría cuantitativa, donde aparece la identidad entre la cantidad de dinero y el valor de las mercancías. MV=PT El valor real de la moneda, por lo tanto dependerá de la cantidad de moneda (M), del volumen de bienes y servicios (T) y de la velocidad del dinero (V). A principios del siglo XX podemos encontrar dentro de la economía neoclásica cuatro principios metodológicos acerca del dinero: i) opera con un modelo de economía real de trueque, donde el dinero simboliza razones de cambio. El dinero es neutral y sólo actúa como medio de cambio; ii) el dinero existe porque disminuye las dificultades del trueque directo, es decir, resultado de la minimización de los costos de producción; iii) Al ser una mercancía más, el valor del dinero puede ser explicado por la teoría general del valor, es decir en función de la oferta y la demanda, y los márgenes de utilidad; y iv) sí se mantiene constante la oferta, la demanda y la utilidad marginal, el nivel de precios está determinado por la relación entre la cantidad de dinero en circulación y la oferta de bienes y servicios (Ingham, 2004: 33-34).
Bajo estos principios, la oferta de dinero queda supeditada a las necesidades de la “economía real”.1 1 La denominada por Ingham, meta-teoría de la economía real y el axioma de la economía cuantitativa siguen presentes en el pensamiento ortodoxo: monetarismo, expectativas racionales y nuevos clásicos. Mayo-Agosto 2013 82 En la perspectiva convencional el dinero facilita el intercambio y su crecimiento, con relación a la cantidad de bienes y servicios, generará un mayor nivel de precios. La política monetaria buscará que la oferta de dinero crezca de manera proporcional al PIB y la política fiscal, por medio de la instrumentación de un Estado mínimo y balances presupuestarios equilibrados, deberá evitar distorsiones en los mercados privados y el desplazamiento del sector privado. Sin embargo, el modelo monetario antes descrito no es apropiado para describir el financiamiento del capitalismo, pues en él no existe espacio para el financiamiento. Los bancos utilizan de manera empresarial el dinero para tomar posiciones especulativas, considerando la producción de mercancías para su venta futura o considerando las fluctuaciones del valor del dinero en sí mismo (Ingham, 2004: 26). Los bancos incluso pueden producir dinero crédito a través de préstamos y generación de depósitos. En contraste, en el pensamiento post-keynesiano el dinero es endógeno, es decir, la oferta de dinero está determinada por la demanda de crédito. El dinero, que es emitido por una autoridad, implica la expresión de relaciones de poder entre grupos sociales. Existe un poder hegemónico que incide sobre las relaciones de intercambio y que determina, qué es y cómo se cuantifica el dinero. Keynes en The Treatise On Money retoma la teoría del dinero crédito generada por Alfred Mitchell-Innes en “What is Money?”(1913) y “The Credit Theory of Money” (1914), y la teoría del dinero estatal, que desarrolló George Friedrich Knapp en su libro The State of Money (1924). Con estos antecedentes Keynes desarrolla las bases para entender el dinero endógeno.
articulo entero en :
http://www.olafinanciera.unam.mx/new_web/15/pdfs/MendozaOlaFin15.pdf
Randall Wray en El papel del dinero hoy analiza el dinero desde el
enfoque chartalista y su relación con los niveles de gasto, ingreso y
deuda gubernamental. En este enfoque el dinero es una criatura del
Estado. A través de los impuestos que impone el Estado sobre los
ciudadanos, valida una moneda sobre la que tiene el monopolio de emisión. “El Estado no necesita el dinero del público para gastarlo,
sino, antes bien, el público necesita el dinero del gobierno para
pagar sus impuestos” (Wray, 2006: 65).3
Los impuestos no
financian el gasto, sino mantiene la demanda por moneda
fiduciaria del gobierno.
El gobierno crea moneda fiduciaria para comprar bienes y
servicios. Una vez que el gobierno ha realizado el gasto, entonces
esa moneda queda disponible para ser transferida al gobierno, para
que se puedan cumplir las obligaciones tributarias.
El Estado moderno “utiliza los impuestos como medio para inducir
a la población suministrar bienes y servicios al Estado,
proporcionado a cambio la moneda que se usará para retirar las
obligaciones tributarias.” (Wray, 2006: 106).
El Tesoro gasta anticipadamente sin tomar en consideración el
recibo previo de impuestos o la venta anterior de bonos. El gasto
del Tesoro determina un crecimiento en la misma proporción de las
reservas bancarias. La recaudación de impuestos es un
requerimiento para mantener la estabilidad en el mercado de
reservas. Los impuestos no financian al gasto, sino que crean
demanda de dinero y afectan a las reservas. El poder de tributar es
el poder de destruir la riqueza liquida del sector privado (Wray,
2006: 197, 199 y 231).
Para los post-keynesianos el dinero es inherente al proceso de
producción capitalista. La emisión monetaria está relacionada con
la provisión de bienes públicos y privados. La oferta monetaria es
endógena, conducida por la demanda de crédito. No puede haber
escasez de crédito siempre que las deudas se contraigan en moneda
local.
.....
La necesidad del Big Government en el pensamiento de Minsky
Hyman Minsky en Stabilizing an Unstable Economy, argumentó
que las economías capitalistas, al contar con estructuras financieras
complejas, sofisticadas y en evolución, son inherentemente
inestables. Dicha inestabilidad genera condiciones propicias para
procesos inflacionarios o depresiones profundas. (Minsky, 2008:
11)
Para Minsky dos tipos de intervención estatal son necesarias para
contener una mayor depresión en los Estados Unidos a mediados
de la década de los setenta: “(1) la política fiscal del Big
Government: los grandes déficits federales en las recesiones
afectaron directamente los ingresos, sostuvieron los compromisos
financieros privados, y han mejorado la composición de las
carteras, y (2) el Prestamista de Última Instancia:
refinanciamientos fueron ejecutados adecuadamente por el sistema
de la Reserva Federal y en cooperación con organismos privados y
públicos” (Minsky, 2008: 21).
El Big Government tiene la capacidad de estabilizar la producción,
el empleo y las ganancias por medio de sus déficits.
Teoría del circuito monetario
El principal representante de esta escuela es Alain Parguez que identifica dos modos de producción: el modo de producción coercitivo (MPCO) y modo de producción monetario (MPM). Este último es característico de las relaciones capitalistas y su núcleo fundamental está regido por 5 propiedades básicas:
1) los empresarios son propietarios privados de los recursos productivos;
2) el trabajo es libre;
3) el valor de la producción se realiza en los mercados que son los espacios donde se gasta el dinero; 4) el Estado monetario crea dinero para gastar a fin de garantizar la producción de valores colectivos; los bancos, bajo el soporte del Estado, crean dinero para permitir la acumulación de las empresas; y 5) las empresarios determinan libremente la inversión sin estar ligados al ahorro (Parguez, 2006:47).
Desde una visión chartalista Parguez identifica cuatro propiedades básicas del dinero en el MPM: i) es creado para ser destruido; ii) está fundado sobre una doble relación de endeudamiento; iii) en sí no tiene la función de reserva de valor; y iv) es siempre endógeno (Parguez, 2006: 47). El dinero vale porque es aceptado, esto es, por las consecuencias que originan su gasto inmediato
A manera de conclusión
Desde la perspectiva del pensamiento convencional, bajo el supuesto del dinero exógeno y el pleno empleo, el déficit fiscal genera una mayor presión por el lado de la demanda agregada, provocando que aumenten los precios. Por el lado de los ingresos, la venta de bonos es una alternativa para el financiamiento del gasto público. Sin embargo, estas operaciones tienen cierto límite y tarde o temprano desembocaran en la creación de dinero, generando presiones inflacionarias. Asimismo, el déficit público genera un efecto “crowding out”, donde la emisión de deuda pública entra a competir con el sector privado por los recursos con que cuenta la economía, generando un aumento de las tasas de interés. En la teoría de la equivalencia ricardiana la “ilusión financiera” provocada por el déficit público es anticipada por los agentes económicos, que retraen su gasto para poder pagar mayores impuestos en el futuro, neutralizando los efectos de la política fiscal.
Por lo tanto, en el pensamiento convencional se ha llegado a un consenso: lo mejor que pueden hacer los gobiernos es procurar que las finanzas públicas permanezcan equilibradas para no generar inestabilidad. El pensamiento convencional aboga por una mínima intervención del Estado en la economía. En contraste, en el pensamiento keynesiano sólo se deben mantener presupuestos equilibrados en tiempos de plena ocupación de la capacidad productiva. El gasto público puede reconducir la demanda agregada hacia un nivel de producción sostenida con pleno empleo. Keynes en The Treatise On Money retoma la teoría del dinero crédito de Alfred Mitchel-Innes y la teoría del dinero estatal, desarrollada por George Friedrich Knapp. Por una parte, la teoría del dinero crédito trata de explicar el papel del crédito bancario en el capitalismo, que empieza a funcionar como medio de cambio y es emitido de manera independiente al emisor soberano. Por otro lado, la teoría del dinero estatal considera al dinero como una construcción social, una expresión de la compleja batalla entre, prestamistas y prestatarios, y el Estado. Keynes en su obra desarrolla las bases del dinero endógeno. Para los autores post-keynesianos, el dinero es consustancial al proceso de producción capitalista. La emisión monetaria está relacionada con la provisión de bienes públicos y privados. La oferta monetaria es endógena, conducida por la demanda de crédito. No puede haber escasez de crédito siempre que las deudas se contraigan en moneda local. El dinero, que es emitido por una autoridad, implica la expresión de ciertas relaciones de poder entre diferentes grupos sociales. Existe un poder hegemónico que puede incidir sobre las relaciones de intercambio y que determina, qué es y cómo se cuantifica el dinero.
Desde la perspectiva de Randall Wray el objetivo de la política monetaria es establecer una tasa de interés a corto plazo, es decir, la regulación de los mercados financieros; mientras que la política fiscal se utiliza para incrementar la estabilidad en el valor de la moneda por medio del control de la cantidad de dinero emitido por el gobierno. El Estado controla la cantidad de dinero que se emite inicialmente mediante la política fiscal y no mediante la política monetaria. Algunos autores post-keynesianos proponen el retorno de las Finanzas Funcionales de Abba Lerner, donde el gasto público y los impuestos impactan directamente el nivel de gasto en la economía, y el gobierno tiene la responsabilidad de mantener un nivel de gasto que permita que se realice la producción potencial. A su vez, la deuda pública tiene la función de regular la cantidad de moneda y bonos de gobierno en manos del público, buscando mantener una tasa de interés que induzca a la inversión.
Para Hyman Minsky un Big Government tiene la capacidad de estabilizar la producción, el empleo y las ganancias por medio de sus déficits y opera a través de demanda agregada, los excedentes sectoriales y los incrementos de los pasivos del gobierno en las carteras privadas. Los déficits públicos tiene tres distintos impactos en la economía: el efecto renta y empleo, el efecto presupuestario y el efecto cartera. Cada vez que un Big Government tiene un superávit o déficit, algunos instrumentos financieros son absorbidos o creados. En particular, cuando el Big Government que tiene un enorme déficit durante una recesión, otros sectores, incluidas las organizaciones financieras, tales como bancos, cajas de ahorros y compañías de seguros, adquieren la deuda emitida por el gobierno para financiar el déficit. En tiempo de recesión el déficit público mejora la liquidez de los portafolios privados.
En la teoría del circuito monetario, la creación de dinero permite la acumulación privada y la producción de bienes colectivos por parte del Estado. En la fase de flujo, las empresas necesitan cubrir sus costos de producción y realizar la inversión privada. El Estado, por su parte, tiene que cubrir los costos de bienes colectivos y la inversión en capital colectivo. En la fase de reflujo el dinero es destruido. El valor de la producción se realiza en las compras, por parte de las empresas, y en los impuestos, que son los precios de los bienes colectivos que impone el Estado. El déficit fiscal, siguiendo con el enfoque del circuito monetario, supone que la sociedad dispone más dinero para sus gastos que el que fue creado por los bancos. Las ganancias netas del sector privado están determinadas exclusivamente por la suma del déficit público y el aumento de la deuda neta de los hogares (ahorro neto negativo) para financiar su consumo previsto en el futuro. Los déficits planificados del Estado son la precondición para lograr el incremento de la riqueza neta del sector privado y el pleno empleo.
Teoría del circuito monetario
El principal representante de esta escuela es Alain Parguez que identifica dos modos de producción: el modo de producción coercitivo (MPCO) y modo de producción monetario (MPM). Este último es característico de las relaciones capitalistas y su núcleo fundamental está regido por 5 propiedades básicas:
1) los empresarios son propietarios privados de los recursos productivos;
2) el trabajo es libre;
3) el valor de la producción se realiza en los mercados que son los espacios donde se gasta el dinero; 4) el Estado monetario crea dinero para gastar a fin de garantizar la producción de valores colectivos; los bancos, bajo el soporte del Estado, crean dinero para permitir la acumulación de las empresas; y 5) las empresarios determinan libremente la inversión sin estar ligados al ahorro (Parguez, 2006:47).
Desde una visión chartalista Parguez identifica cuatro propiedades básicas del dinero en el MPM: i) es creado para ser destruido; ii) está fundado sobre una doble relación de endeudamiento; iii) en sí no tiene la función de reserva de valor; y iv) es siempre endógeno (Parguez, 2006: 47). El dinero vale porque es aceptado, esto es, por las consecuencias que originan su gasto inmediato
A manera de conclusión
Desde la perspectiva del pensamiento convencional, bajo el supuesto del dinero exógeno y el pleno empleo, el déficit fiscal genera una mayor presión por el lado de la demanda agregada, provocando que aumenten los precios. Por el lado de los ingresos, la venta de bonos es una alternativa para el financiamiento del gasto público. Sin embargo, estas operaciones tienen cierto límite y tarde o temprano desembocaran en la creación de dinero, generando presiones inflacionarias. Asimismo, el déficit público genera un efecto “crowding out”, donde la emisión de deuda pública entra a competir con el sector privado por los recursos con que cuenta la economía, generando un aumento de las tasas de interés. En la teoría de la equivalencia ricardiana la “ilusión financiera” provocada por el déficit público es anticipada por los agentes económicos, que retraen su gasto para poder pagar mayores impuestos en el futuro, neutralizando los efectos de la política fiscal.
Por lo tanto, en el pensamiento convencional se ha llegado a un consenso: lo mejor que pueden hacer los gobiernos es procurar que las finanzas públicas permanezcan equilibradas para no generar inestabilidad. El pensamiento convencional aboga por una mínima intervención del Estado en la economía. En contraste, en el pensamiento keynesiano sólo se deben mantener presupuestos equilibrados en tiempos de plena ocupación de la capacidad productiva. El gasto público puede reconducir la demanda agregada hacia un nivel de producción sostenida con pleno empleo. Keynes en The Treatise On Money retoma la teoría del dinero crédito de Alfred Mitchel-Innes y la teoría del dinero estatal, desarrollada por George Friedrich Knapp. Por una parte, la teoría del dinero crédito trata de explicar el papel del crédito bancario en el capitalismo, que empieza a funcionar como medio de cambio y es emitido de manera independiente al emisor soberano. Por otro lado, la teoría del dinero estatal considera al dinero como una construcción social, una expresión de la compleja batalla entre, prestamistas y prestatarios, y el Estado. Keynes en su obra desarrolla las bases del dinero endógeno. Para los autores post-keynesianos, el dinero es consustancial al proceso de producción capitalista. La emisión monetaria está relacionada con la provisión de bienes públicos y privados. La oferta monetaria es endógena, conducida por la demanda de crédito. No puede haber escasez de crédito siempre que las deudas se contraigan en moneda local. El dinero, que es emitido por una autoridad, implica la expresión de ciertas relaciones de poder entre diferentes grupos sociales. Existe un poder hegemónico que puede incidir sobre las relaciones de intercambio y que determina, qué es y cómo se cuantifica el dinero.
Desde la perspectiva de Randall Wray el objetivo de la política monetaria es establecer una tasa de interés a corto plazo, es decir, la regulación de los mercados financieros; mientras que la política fiscal se utiliza para incrementar la estabilidad en el valor de la moneda por medio del control de la cantidad de dinero emitido por el gobierno. El Estado controla la cantidad de dinero que se emite inicialmente mediante la política fiscal y no mediante la política monetaria. Algunos autores post-keynesianos proponen el retorno de las Finanzas Funcionales de Abba Lerner, donde el gasto público y los impuestos impactan directamente el nivel de gasto en la economía, y el gobierno tiene la responsabilidad de mantener un nivel de gasto que permita que se realice la producción potencial. A su vez, la deuda pública tiene la función de regular la cantidad de moneda y bonos de gobierno en manos del público, buscando mantener una tasa de interés que induzca a la inversión.
Para Hyman Minsky un Big Government tiene la capacidad de estabilizar la producción, el empleo y las ganancias por medio de sus déficits y opera a través de demanda agregada, los excedentes sectoriales y los incrementos de los pasivos del gobierno en las carteras privadas. Los déficits públicos tiene tres distintos impactos en la economía: el efecto renta y empleo, el efecto presupuestario y el efecto cartera. Cada vez que un Big Government tiene un superávit o déficit, algunos instrumentos financieros son absorbidos o creados. En particular, cuando el Big Government que tiene un enorme déficit durante una recesión, otros sectores, incluidas las organizaciones financieras, tales como bancos, cajas de ahorros y compañías de seguros, adquieren la deuda emitida por el gobierno para financiar el déficit. En tiempo de recesión el déficit público mejora la liquidez de los portafolios privados.
En la teoría del circuito monetario, la creación de dinero permite la acumulación privada y la producción de bienes colectivos por parte del Estado. En la fase de flujo, las empresas necesitan cubrir sus costos de producción y realizar la inversión privada. El Estado, por su parte, tiene que cubrir los costos de bienes colectivos y la inversión en capital colectivo. En la fase de reflujo el dinero es destruido. El valor de la producción se realiza en las compras, por parte de las empresas, y en los impuestos, que son los precios de los bienes colectivos que impone el Estado. El déficit fiscal, siguiendo con el enfoque del circuito monetario, supone que la sociedad dispone más dinero para sus gastos que el que fue creado por los bancos. Las ganancias netas del sector privado están determinadas exclusivamente por la suma del déficit público y el aumento de la deuda neta de los hogares (ahorro neto negativo) para financiar su consumo previsto en el futuro. Los déficits planificados del Estado son la precondición para lograr el incremento de la riqueza neta del sector privado y el pleno empleo.