TENDENCIAS Y ESCENARIOS.
a) Los análisis prospectivos en el sistema internacional contemporáneo, como método de reducción de incertidumbre. Técnicas empleadas y tendencias identificadas.
b) Visiones alternativas del Mundo en el año 2030: Los escenarios diseñados del sistema internacional por diferentes equipos de análisis.
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• NATIONAL INTELLIGENCE COUNCIL: Global Trends 2030: Alternative Worlds. National Intelligence Council, December 2012
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• EUROPEAN STRATEGY AND POLICY ANALYSIS SYSTEM (ESPAS): Global Trends 2030. Citizens in an Interconnected and Polycentric World, Institute for Security Studies, Perís 2012
http://europa.eu/espas/pdf/espas_report_ii_01_en.pdf
• (VIDEO) Global Trends 2030: Q&A with Mathew Burrows,
counselor to the NIC - "Alternative Worlds"http://www.youtube.com/watch?v=83Yic6R4vSc
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CONFECCIÓN DE ESCENARIOS.
a) Identificación de tendencias. Confección de Escenarios Generales. Impactos cruzados y generación de matrices. Identificación de tipos y grados de incidencia y permeabilidad de las tendencias. Obtención de Escenarios Particulares. Retroalimentación de tendencias. Efecto de las tendencias en los objetivos predeterminados.
b) Análisis de un caso práctico de aplicación de la técnica descripta.
Bibliografía
• Ficha de Cátedra sobre elaboración de Escenarios y Tendencias
• BARTOLOMÉ Mariano: La Seguridad Internacional en el Año 10 DG (después de la Guerra Fría), Instituto de Publicaciones Navales, Buenos Aires 1990, Conclusiones
Bibliografía de ampliación:
• SCHWARTZ Peter: “The Art of the Long View”, en STRATEGY AND FORCE PLANNING FACULTY: Strategy and Force Planning (2nd Edition), Naval War College, Newport (RI) 1997, pp.29-44.
Reflexiones sobre Ciencia-Economia-Sociedad. Enlaza con blog articulos claves y con el blog: transiciónsocieconomica..http://transicionsocioeconomica.blogspot.com.es/
En memoria de Alan Krueger: Un economista brillante que revolucionó y humanizó la economía.Climent Quintana-Domeque
En memoria de Alan Krueger: Un economista brillante que revolucionó y humanizó la economía
Nota de los editores: Esta semana ha fallecido Alan Krueger, economista de brillante trayectoria académica con un historial extenso de servicio público. Como homenaje, hemos pedido a uno de sus ex-alumnos de doctorado, Climent Quintana, actualmente catedrático en Exeter, que nos diera una perspectiva personal sobre su persona y su trabajo.
Humanismo. En un mundo repleto de gente arrogante y agresiva, Alan Krueger brillaba como una estrella destellando amabilidad, creatividad, humildad, honestidad, elegancia, generosidad, inteligencia y sabiduría, mientras revolucionaba y humanizaba la economía. Junto a otros economistas y coautores como Joshua Angrist (MIT), Orley Ashenfelter (Princeton) y David Card (Berkeley) llevó a cabo la revolución de la credibilidaden el análisis empírico, poniendo el énfasis en la estrategia de identificación (o cómo recuperar el parámetro de interés que gobierna la relación entre dos variables).[i] Pero además Alan fue un revolucionario humanista: hacía sentir bien a aquellos que le rodeaban, le conocieran o no, incluyendo entre otros a sus estudiantes pero también a los trabajadores con bajos salarios, cuyas vidas se vieron afectadas positivamente por subidas del salario mínimo, entre otras políticas económicas, que fueron influenciadas por su investigación.
Academia y servicio público. Alan fue un académico brillante y un verdadero servidor público, que creía en poder ayudar a los demás mediante políticas económicas basadas en la mejor evidencia disponible, fruto del estudio apasionado y objetivo de temas de índoles muy diversas: mercado laboral, educación, desigualdad, progreso tecnológico, terrorismo, música, medidas de bienestar individual, uso del tiempo, y un sinfín. Su preocupación por entender los determinantes del bienestar individual, en particular de aquellos individuos menos favorecidos, es quizás el nexo que unía todos y cada uno de estos temas. Si a esto le sumamos su asombrosa capacidad de análisis económico, basada en una excelente intuición, sus extensos conocimientos estadísticos y su gran humanismo, no es sorprendente que tuviera una influencia enormemente positiva en la economía real durante su tiempo como servidor público para distintos gobiernos de los EEUU, el de Bill Clinton primero, y el de Barack Obama después.
El bienestar de las personas y la importancia de los datos. Sus estudios económicos se concentraron primordialmente en entender los distintos determinantes del bienestar individual y encontrar las herramientas que permitieran impulsar las transformaciones oportunas para afectar de forma radicalmente positivamente la vida de millones de personas. Para ello utilizó todo tipo de datos: desde datos censales, pasando por datos de gemelos, y llegando a encuestas telefónicas. Alan fomentó la obtención de datos propios entre sus estudiantes e impulsó la financiación de la misma. Por ejemplo, Alan impulsó la financiación de la Encuesta de Condiciones de Vida y Opciones Económicas en Acayucan (México) que llevé a cabo junto mi amigo y colaborador Marco Gonzalez-Navarro (Berkeley) en los años 2006 y 2009 para medir el impacto de la infraestructura (pavimentación de calles) sobre el bienestar de los habitantes en las mismas.[ii]
El uso de experimentos naturales para inferir efectos causales en situaciones no experimentales. A la hora de evaluar el efecto causal de una variable de interés (ya sea el salario mínimo o el nivel de escolarización), Alan enfatizaba el uso de experimentos naturales -situaciones donde el grupo que está afectado por la variable de interés queda determinado por la naturaleza (por ejemplo, tener un gemelo idéntico) o por otros factores fuera del control de los experimentadores (por ejemplo, una nueva reforma)- en sus estudios desde finales de los 80s y principios de los 90s. El uso de experimentos naturales permitía imitar la lógica de los experimentos aleatorios controlados (que en aquella época se llevaban a cabo principalmente en medicina) en entornos tan complejos como el mercado laboral o el sistema educativo. Los estudios de Alan sientan la base del trabajo empírico que se lleva realizando desde finales de los 90s hasta el día de hoy, y que se centra en la identificación de los efectos de interés.
El efecto del salario mínimo sobre el nivel de empleo. Mi primer contacto con Alan Krueger fue en 2001, cuando leí su libro con David Card sobre la nueva economía del salario mínimo[iii] durante la elaboración de mi tesina de licenciatura bajo la supervisión de Adriana Kugler. En este libro se describen varios episodios de incrementos en el salario mínimo y sus efectos en el empleo en EEUU, incluyendo uno de sus artículos seminales con David Card.[iv]En las clases de principios de economía uno suele aprender que, ceteris paribus, en un mercado de trabajo competitivo, un aumento del salario mínimo genera una reducción del empleo. Alan (en colaboración con David Card) se propuso validar dicha predicción utilizando un experimento natural: el incremento del salario mínimo de 4.25 a 5.05 dólares por hora en el estado de New Jersey (NJ), EEUU, el 1 de abril de 1992.
Una posibilidad es comparar el nivel de empleo en NJ antes y después de la subida del salario mínimo. Dicha comparación es problemática porque captura dos efectos: el efecto del incremento del salario mínimo y el efecto puramente temporal, debido a cualquier otro factor que cambie antes y después del 1 de abril. ¿Cómo remover el efecto puramente temporal e identificar el efecto del incremento del salario mínimo? Para ello Alan y David Card se fijan en la diferencia en los niveles de empleo antes y después del 1 de abril en el estado de Pennsylvania (PA), un estado fronterizo con NJ, y donde el salario mínimo no experimentó ningún cambio. La diferencia en los niveles de empleo en PA les permite identificar el efecto temporal. Substrayendo la diferencia en los niveles de empleo en PA de la diferencia en los niveles de empleo en NJ se puede identificar el efecto del incremento del salario mínimo bajo un supuesto clave, a saber, que los niveles de empleo en NJ y PA hubieran evolucionado de forma paralela en ausencia de la subida del salario mínimo en NJ.
Obteniendo datos de 410 restaurantes de comida rápida (311 en NJ y 79 en PA) –donde se encuentran los trabajadores con bajos salarios y que se ven más directamente afectados por el salario mínimo– antes (Febrero y Marzo 1992) y después (Noviembre y Diciembre 1992) de la subida en el salario mínimo, los autores encuentran que el incremento en el salario mínimo no se tradujo en una reducción en el empleo. La relevancia de esta investigación es mayúscula, en términos académicos y sociales. En primer lugar, desde una perspectiva de política económica y bienestar social, subraya que el salario mínimo puede tener efectos positivos en términos salariales sin tener efectos negativos en términos de empleo. Expansiones del salario mínimo posteriores han sido claramente influenciadas por los resultados de este estudio, beneficiando a millones de trabajadores. En segundo lugar, la estrategia de identificación utilizada por los autores, que utiliza dos diferencias, y de aquí el nombre método de las diferencias-en-diferencias, es una de las estrategias de identificación más utilizadas por los economistas desde entonces y hasta el día de hoy.[v]
El retorno a la educación en el mercado laboral. Conocí a Alan personalmente en 2003, cuando me trasladé a la Universidad de Princeton para desarrollar mis estudios de Doctorado en Economía. En el curso 2004-2005 Alan fue uno de mis profesores de Economía Laboral. A partir de 2005 y hasta mi graduación en 2008, Alan sería el supervisor de mi tesis doctoral. Durante mis años en Princeton, aprendí que Alan no solo estaba interesado en el impacto del salario mínimo sobre el empleo y las condiciones laborales de los trabajadores con bajos salarios, sino que también estaba preocupado por la formación de estos trabajadores, su capital humano, entre muchos otros temas, todos ellos ligados al bienestar de las personas. En particular, Alan estudió el impacto del nivel educativo de los trabajadores sobre sus salarios en varias ocasiones. Según la teoría del capital humano, la educación hace más productivos a los trabajadores. La predicción básica de esta teoría es pues que los trabajadores con mayor nivel educativo obtienen unos mayores salarios en el mercado laboral, lo que los economistas llamamos el retorno de la educación en términos salariales.
Una forma simple de intentar ver cuál es este retorno consiste en comparar el salario medio de los trabajadores con mayor nivel educativo (por ejemplo, los que tienen un grado universitario) con el salario medio de los trabajadores con menor nivel educativo (por ejemplo, los que no tienen un grado universitario). El problema de dicha comparación es que trabajadores con distintos niveles educativos pueden diferir en otras características distintas a su educación: nivel de motivación, capacidad de concentración, etc. Si dichas características se observaran, en principio, uno podría hacer la comparación anterior ajustando por las diferencias en las mismas. El problema es que desafortunadamente no todos los determinantes del nivel educativo y salarial de un individuo son observables. Si los individuos con mayor nivel educativo son también individuos cuyas familias tienden a tener más contactos, y tener más contactos está asociado a mayores salarios para los hijos, quizá la comparación anterior, incluso después de ajustar por diferencias en motivación y concentración, capturará dos efectos: el efecto de un mayor nivel educativo y un sesgodebido a que individuos con mayor nivel educativo tienden a provenir de familias con más contactos, y esto a su vez está relacionado con mayores ingresos en el mercado laboral. Alan atajó este problema de omisión de variables relevantes (o sesgo de habilidad, ampliamente entendida) en numerosas ocasiones, y lo hizo de formas muy diferentes, utilizando información muy variada (por ejemplo, información sobre gemelos e información sobre el trimestre de nacimiento) y fuentes de datos muy diversas (por ejemplo, encuestas propias y datos censales).
En 1991, Alan, en colaboración con Orley Ashenfelter (Princeton), obtuvo datos de 298 gemelos monocigóticos (gemelos idénticos) que participaron en la reunión de gemelos más importante del mundo que se celebra anualmente en Twinsburg, Ohio, con el propósito de cuantificar el retorno de la educación en términos salariales.[vi] La idea es que un par de gemelos genéticamente "idénticos", no solo comparten el mismo entorno (al menos en comparación a un par de individuos seleccionados de una población de aleatoriamente), incluyendo la misma familia, sino que además tienen la misma habilidad innata, entre otras características que pueden ser relevantes y estar asociadas con el nivel educativo y los ingresos salariales. Si uno está dispuesto a suponer que pares de gemelos idénticos con diferentes niveles educativos comparten aquellas características relacionadas con el nivel educativo y los ingresos salariales, la comparación de los salarios entre gemelos idénticos con distintos niveles educativos permite identificar el efecto causal de la educación en términos salariales. Los resultados de dicha comparación sugieren que un año adicional de educación supone un incremento salarial del 12-16%. Una vez más, muchos estudios posteriores utilizaron estrategias de identificación similares a la hora de evaluar la tasa de retorno a la inversión en capital humano, comparando hermanos/as o gemelos/as.
Pero el estudio que me gustaría enfatizar en esta breve nota es su trabajo con Joshua Angrist (MIT) en el que investigan el efecto causal de un mayor nivel educativo (medido en años de escolarización) en términos salariales utilizando información sobre el trimestre de nacimiento.[vii] ¿Cuál es la relevancia del trimestre de nacimiento en este contexto? El papel del trimestre de nacimiento en la relación entre nivel educativo y salarios surge de la interacción de dos tipos de leyes del sistema educativo en EEUU: (1) las leyes de edad de admisiones en la escuelas; (2) las leyes de escolaridad obligatoria. Para explicar el papel de estas leyes podemos considerar un ejemplo con 2 individuos: Carles (nacido el 1 de Enero de 1980) y Oriol (nacido el 31 de Diciembre de 1980). Supongamos, en primer lugar que, independientemente del mes de nacimiento, todos los niños, incluidos Carles y Oriol, empiezan el primer año de escuela el año en que cumplen los 6 años. Supongamos, en segundo lugar que, una vez cumplidos los 16 años de edad, cualquier estudiante puede decidir dejar los estudios, y tanto como Carles y Oriol quieren dejar sus estudios lo antes posible. Como Carles cumple los años el 1 de Enero, Carles puede abandonar sus estudios el 1 de Enero de 1996. Sin embargo, Oriol debe esperar al 31 de Diciembre de ese mismo año. Si las vacaciones de verano duran 3 meses, Oriol es forzado por la ley de escolaridad obligatoria a adquirir 9 meses de escolarización más que Carles. Supongamos ahora que tenemos muchos Carles y muchos Oriols; la diferencia en el salario medio entre los Oriols y los Carles dividida por la diferencia en el nivel de escolarización medio entre los Oriols y los Carles (9 meses) nos permitirá identificar el efecto causal de un año adicional de escolarización para el grupo de Carles y Oriols, esto es, para individuos nacidos a principios y finales de año que adquieren más o menos escolarización en función de su fecha (trimestre) de nacimiento, bajo determinados supuestos.
Técnicamente, el trimestre de nacimiento es una variable instrumental para el nivel educativo, y es un instrumento válido, esto es, permite identificar el efecto causal anterior, siempre y cuando (1) las personas nacidas en los últimos trimestres del año tengan un nivel de escolarización mayor que las nacidas en los primeros trimestres del año (el instrumento es relevante), y (2) el trimestre de nacimiento no esté asociado con otros determinantes de los ingresos salariales, como por ejemplo, el nivel de motivación, capacidad de concentración, etc. (el instrumento es exógeno). El uso del trimestre de nacimiento como variable instrumental generó toda una discusión en la profesión acerca de lo importante que es que las variables instrumentales puedan explicar la variable endógena (el nivel de escolarización en este caso).
Mientras que la relevancia del instrumento se puede examinar directamente, no ocurre lo mismo con la exogeneidad del mismo. Aun así, uno puede tratar de refutar la exogenidad de un instrumento como indicaron los autores de varias formas. Por ejemplo, investigando si el trimestre de nacimiento está correlacionado con otras características (nivel de escolarización de las madres[viii]) y al mismo tiempo dicha correlación va en la misma dirección que el efecto de interés, o investigando si el trimestre de nacimiento predice los salarios para el grupo de individuos con estudios universitarios. Si el efecto del trimestre de nacimiento en el nivel de escolarización se debe a las leyes de escolarización obligatoria, este solamente debería de afectar a los individuos que quieren abandonar los estudios lo antes posible. Por lo tanto, si el trimestre de nacimiento es exógeno, no deberíamos encontrar un efecto del trimestre de nacimiento en el nivel de escolarización o los ingresos salariales para estudiantes con estudios universitarios. Esto es exactamente lo que encontraron Alan y Joshua Angrist. Este tipo de test de refutabilidad, que encontramos en un estudio publicado hace ya casi 30 años, es fundamental en el trabajo aplicado actual.
El estudio reveló que la simple comparación de los salarios promedios entre individuos con mayor y menor nivel de escolarización produce un resultado muy similar a la comparación basada en la utilización del trimestre de nacimiento como variable instrumental -i.e., la comparación de los salarios promedios entre individuos nacidos en el último trimestre del año y los nacidos en la primera parte del año dividida por la diferencia en el nivel de escolarización medio entre individuos nacidos a principios y a finales del año. A mi entender, lo más relevante de este estudio no es el resultado en sí mismo, sino la forma en que se presenta el método de variables instrumentales para inferir efectos causales y se discuten los supuestos y estrategias de verificación o refutabilidad de los mismos. Este estudio es sin duda una lectura obligatoria para cualquier persona que quiera comprender como utilizar variables instrumentales. Las lecciones de este episodio en la vida de Alan hoy en día forman parte de la práctica empírica de cualquier economista que trabaje con datos.
Vuelta al Humanismo. Además de conocer a Alan como profesor, lo conocí como supervisor y mentor. De él aprendí mucho, en lo académico y en lo personal. Alan siempre fue generoso con su tiempo, consejos y comentarios, y siempre con una sonrisa. Recuerdo que la puerta de su despacho estaba siempre abierta; aunque tengo que admitir que muchas veces no supe que decirle, ya fuere por falta de confianza en mis habilidades o por falta de conocimientos.
Pero Alan también fue un amigo. Recuerdo en 2012 su preocupación por la crisis española y como podía afectar a mi trabajo de profesor en aquel momento en la Universidad de Alicante. Poco después me trasladaría al Reino Unido, para aceptar una oferta de la Universidad de Oxford. En 2016 durante el congreso anual de la Royal Economic Society en Brighton, y después de su sesión plenaria sobre salarios mínimos, estuvimos hablando y me dedicó una copia de la edición especial 20º aniversario de su libro sobre la nueva economía del salario mínimo (con David Card).[ix] Como siempre, buenas palabras, agradecido de que me reuniera con él y una sonrisa.
Un recuerdo que tengo muy presente es su visita en 2008 a la Universidad de Alicante. Me emociono al recordar sus palabras el día que nos despedíamos de camino a su taxi: “They really like you here. This is very important”. ¿Cuál fue el efecto causal de estas palabras sobre mí? Como diría Alan, no lo podemos saber sin un buen contrafactual. Pero creo que su efecto fue muy positivo, al igual que su influencia sobre todas las personas que interactuaron con él y se contagiaron con su pasión por la economía, su sonrisa y su humanidad. Con la trágica despedida de Alan, corremos el riesgo que su revolución termine y nuestra profesión se vuelva más oscura, menos generosa, y menos humana. Esperemos que ello no ocurra. Esto sería el mejor homenaje profesional a su legado.
Referencias:
[i] Angrist, Joshua and Jörn-Steffen Pischke (2010) "The Credibility Revolution in Empirical Economics: How Better Research Design Is Taking the Con out of Econometrics." Journal of Economic Perspectives, 24 (2): 3-30.
[ii] Gonzalez-Navarro, Marco and Climent Quintana-Domeque (2016) "Paving Streets for the Poor: Experimental Analysis of Infrastructure Effects." Review of Economics and Statistics, 98(2): 254-267.
[iii] Card, David and Alan Krueger (1995) Myth and Measurement: The New Economics of the Minimum Wage, Princeton, Princeton University Press.
[iv] Card, David and Alan Krueger (1994) "Minimum Wages and Employment: A Case Study of the Fast-Food Industry in New Jersey and Pennsylvania." American Economic Review, 84(4): 772-793.
[v] Angrist, Joshua and Jörn-Steffen Pischke (2009) Mostly Harmless Econometrics. An Empiricist's Companion, Princeton, Princeton University Press.
[vi] Ashenfelter, Orley and Alan Krueger (1994) "Estimates of the Economic Return to Schooling from a New Sample of Twins." American Economic Review, 84(5): 1157-1173.
[vii] Angrist, Joshua, and Alan Krueger (1991) "Does Compulsory School Attendance Affect Schooling and Earnings?" Quarterly Journal of Economics, 106(4): 979-1014.
[viii] Clarke, Damian, Oreffice Sonia, and Climent Quintana-Domeque (forthcoming) "The Demand for Season of Birth." Journal of Applied Econometrics.
[ix] Card, David and Alan Krueger (2015) Myth and Measurement The New Economics of the Minimum Wage - Twentieth-Anniversary Edition, Princeton, Princeton University Press.
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http://nadaesgratis.es/admin/en-memoria-de-alan-krueger-un-economista-brillante-que-revoluciono-y-humanizo-la-economia
ESTUDIO DEL MODELO ALEMÁN: FEDERALISMO EJECUTIVO Y EL ROL DEL BUNDESRAT
ESTUDIO DEL MODELO ALEMÁN: FEDERALISMO EJECUTIVO Y EL ROL DEL BUNDESRAT
Dirk Brouër Secretario General del Bundesrat, Berlín
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Resumen de cómo se lleva la cooperación a la práctica en Alemania, y destacar algunos aspectos característicos desde la perspectiva del Bundesrat.
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FELD, L.P. (2006), (Extreme) Haushaltsnotlage im Saarland?, Finanzwissenschaftliches Gutachten im Auftrag der Länder Baden-Württemberg, Bayern, Hessen, Nordrhein-Westfalen und Sachsen, Marburg. FELD, L.P. (2007a), Befindet sich das Saarland in einer (extremen) Haushaltsnotlage? Eine ergänzende Betrachtung, Finanzwissenschaftliches Gutachten im Auftrag der Länder Baden-Würt-temberg, Bayern, Hessen, Nordrhein-Westfalen und Sachsen, Heidelberg.
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http://www.gencat.cat/governacio/pub/sum/iea/ctA_11.pdf
Dirk Brouër Secretario General del Bundesrat, Berlín
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Resumen de cómo se lleva la cooperación a la práctica en Alemania, y destacar algunos aspectos característicos desde la perspectiva del Bundesrat.
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Nuestra Constitución (la Ley Básica) estipula que son los Estados federales alemanes, los Länder, los que constituyen la Federación. La legislación, las tareas administrativas y la administración de justicia, en otras palabras, los tres poderes ejecutivos clásicos recaen en principio ámbito de los poderes y las responsabilidades de los Estados federales. La Federación solo es competente cuando la Constitución le atribuye explícitamente una función particular. Si bien una mayoría abrumadora de poderes legislativos corresponden a la Federación, tal y como se estipula en diversas disposiciones, es importante destacar que éstos son poderes que han sido transferidos, casi se podría decir delegados, a la Federación. Con todo, llevar a cabo las tareas que incumben al Estado/aplicar la legislación es casi por entero responsabilidad de las autoridades en los Estados federales.
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En pocas palabras: La Federación necesita a los Estados federales para aprobar proyectos de ley para el Estado en su totalidad y por supuesto para aplicar esa legislación. No obstante, los Estados federales necesitan a su vez a la Federación, ya que los ingresos vitales para el funcionamiento del Estado en su conjunto proceden de los impuestos conocidos como tasas correspondientes a la Federación (impuestos conjuntos).
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Este entrelazamiento de los poderes y las responsabilidades de la Federación y los Estados federales se hace manifiesto en una serie de disposiciones contenidas en la Ley Básica (por ejemplo, en los Artículos 30, 50, 70 y 83 sobre los poderes y las responsabilidades de los Estados federales, y en particular el Artículo 79 subsección 3 con la denominada “cláusula de eternidad”, que prohíbe determinados cambios en las disposiciones constitucionales con respecto a la estructura federal de Alemania y la participación de los Estados federales en la legislación de la Federación, así como los Artículos 31 y 32 con sus disposiciones acerca de la preponderancia de la Federación por una parte, y los poderes y las responsabilidades explícitamente asignados a la Federación en virtud del derecho constitucional). Este sistema, con esferas de influencia íntimamente relacionadas y “controles y contrapesos” mutuos supone que la existencia de cooperación entre la Federación y Estados federales es esencial; se puede afirmar lo mismo de las relaciones entre los Estados federales que de las relaciones entre los Estados federales y la Federación. Dentro de esta relación, los Estados federales deben defender el principio de “lealtad a la Federación”, mientras que la Federación está obligada a adoptar un “enfoque cordial con los Länder”. Así pues, la Constitución mantiene unido al Estado.
En lo concerniente a la política constitucional, tanto los Estados federales como la Federación son responsables de garantizar unas condiciones de vida lo más equiparables posible para todos los ciudadanos. En consecuencia, además del intercambio de información franco sobre cuestiones técnicas, también se forjan alianzas en lo político entre los Estados federales cuando tienen intereses comunes, mientras que en otros casos sus posiciones son diametralmente opuestas. Por ende, los Estados federales con una fuerte base industrial en su economía quizás prefieren a veces unir fuerzas con una agrupación de Estados federales donde la agricultura sea más importante; del mismo modo, puede que las ciudades-estado tengan preocupaciones distintas que los Estados federales más grandes más próximos a ellas. La Constitución permite la competencia entre los Estados federales dentro de unos límites razonables, pero también fomenta la solidaridad entre los Länder, por ejemplo en el contexto del sistema de nivelación fiscal.
Mi primera conclusión: A pesar de todas las diferencias entre los Estados federales en cuanto a estructura poblacional o estructura y peso de la economía, e independientemente de qué constelación política se encuentre actualmente en el gobierno, existe la necesidad de cooperar entre los Estados federales en interés de las personas que viven allí. A menos que la mayoría de los Estados federales lleguen a un acuerdo y cooperen entre sí, éstos no tendrán una influencia decisiva sobre la política federal y sobre la legislación aprobada para todo el país.
2. DISTINTAS FORMAS DE COOPERACIÓN
Al considerar el modo en que los Estados federales cooperan, configuran sus opiniones y toman decisiones conjuntas, es preciso hacer una distinción entre cooperación institucional en el Bundesrat y cooperación que, si bien está formalizada, no está consagrada en la Constitución, por ejemplo en grupos de trabajo, o conferencias sectoriales que reúnen a ministros de los Estados federales o los Ministros presidentes. Paralelamente se han creado diversos organismos, a menudo como respuesta a disposiciones legislativas concretas, con representantes de la Federación y de los Estados federales, en particular para abordar lo que se denominan tareas conjuntas, así como foros establecidos en virtud de acuerdos entre los Estados federales (tales como la Conferencia Permanente de Ministros de Educación). Estas formas de cooperación se entrelazan. Voy a explicarlo con un ejemplo referente a la Unión Europea.
Cada Estado federal tiene su propia oficina representativa en Bruselas, cada una de ellas con su propia red de contactos en la Comisión y el Consejo. Los Estados federales han formalizado un acuerdo entre sí, por el cual mantienen una pequeña secretaría en Bruselas, conocida con el nombre de Observador de los Estados federales, cuyo director está autorizado a asistir a las reuniones del COREPER y del Consejo en calidad de observador, e informar a los Estados federales sobre el progreso de tales encuentros. Cuando los Estados federales tienen un interés particular en los asuntos objeto de un proyecto de legislación, el Bundesrat nombra representantes llamados plenipotenciarios, que siguen las negociaciones a escala europea como representantes de la delegación alemana e informan a los Estados federales acerca de los detalles de esas negociaciones. Si a raíz de estas deliberaciones surgen cuestiones fundamentales concernientes a la política de la Unión Europea, los ministros de los Estados federales con responsabilidad en asuntos europeos discuten estos temas en una conferencia independiente, la Conferencia de Ministros para Asuntos Europeos de los Länder. Los Estados federales actúan por mediación del Bundesrat si desean adoptar una posición conjunta con respecto al gobierno federal o la Comisión, e incluso en determinados casos esas opiniones son vinculantes para el gobierno federal. Eso significa que las administraciones de los Estados federales existen junto a la secretaría conjunta de los Länder en Bruselas, el órgano de coordinación política con la Conferencia de Ministros para Asuntos Europeos, y el Bundesrat, que adopta posiciones sobre todo en asuntos de legislación de la Unión Europea y pueden designar plenipotenciarios, quienes pueden retomar si lo desean cualquier asunto e incluirlo en la agenda."...........
Cada Estado federal tiene su propia oficina representativa en Bruselas, cada una de ellas con su propia red de contactos en la Comisión y el Consejo. Los Estados federales han formalizado un acuerdo entre sí, por el cual mantienen una pequeña secretaría en Bruselas, conocida con el nombre de Observador de los Estados federales, cuyo director está autorizado a asistir a las reuniones del COREPER y del Consejo en calidad de observador, e informar a los Estados federales sobre el progreso de tales encuentros. Cuando los Estados federales tienen un interés particular en los asuntos objeto de un proyecto de legislación, el Bundesrat nombra representantes llamados plenipotenciarios, que siguen las negociaciones a escala europea como representantes de la delegación alemana e informan a los Estados federales acerca de los detalles de esas negociaciones. Si a raíz de estas deliberaciones surgen cuestiones fundamentales concernientes a la política de la Unión Europea, los ministros de los Estados federales con responsabilidad en asuntos europeos discuten estos temas en una conferencia independiente, la Conferencia de Ministros para Asuntos Europeos de los Länder. Los Estados federales actúan por mediación del Bundesrat si desean adoptar una posición conjunta con respecto al gobierno federal o la Comisión, e incluso en determinados casos esas opiniones son vinculantes para el gobierno federal. Eso significa que las administraciones de los Estados federales existen junto a la secretaría conjunta de los Länder en Bruselas, el órgano de coordinación política con la Conferencia de Ministros para Asuntos Europeos, y el Bundesrat, que adopta posiciones sobre todo en asuntos de legislación de la Unión Europea y pueden designar plenipotenciarios, quienes pueden retomar si lo desean cualquier asunto e incluirlo en la agenda."...........
Mi segunda conclusión:
Los modos de cooperación entre los Estados federales por medio de especialistas técnicos en el Bundesrat, en las Conferencias de Ministros independientes y en los organismos que dispone la legislación o los acuerdos (como es el caso de las tareas conjuntas), existen en paralelo. Aunque se dan solapamientos ocasionalmente, éstos ámbitos de cooperación son por lo general complementarios.
3. LAS SINGULARIDADES DEL SISTEMA ALEMÁN
Todos los modos de cooperación antes mencionados implican colaboración entre las diversas autoridades ejecutivas e incluyen a menudo organismos donde solo los funcionarios están representados. Los ministros, dicho de otro modo, el nivel político, no participan hasta el final del proceso, por ejemplo en las Conferencias de Ministros sectoriales o en las sesiones plenarias del Bundesrat. Alemania tiene un “federalismo ejecutivo”. Los miembros del Bundesrat son también miembros del gobierno en sus Estados federales y son nombrados exclusivamente por una decisión tomada por el Gabinete de su propio Estado federal. Eso significa que no son parlamentarios directamente elegidos.........."
Tercera conclusión:
En un primer momento, la cooperación entre los Estados federales se da casi siempre entre funcionarios. Sin embargo, ellos son responsables ante los políticos con puestos de liderazgo y por ello también se ven influidos por ellos. A fin de cuentas, las decisiones se toman en el ámbito político. Aparte de ciertos casos excepcionales, los intereses concretos de los Estados federales determinan en qué sentido emiten sus votos.
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4. EL BUNDESRAT: ¿“PISANDO EL FRENO”? A menudo se dice que el sistema alemán de influencia mutua, y por ende de supervisión mutua, da lugar a procedimientos complicados y prolongados. Algunos afirman que alienta las tendencias regionalistas y obliga a los políticos a llegar a acuerdos, para terminar con el “mínimo común denominador”. Por ello, se piensa que el federalismo impide la toma de decisiones rápidas y claras y es más o menos análogo a una “gran coalición” constante, en la que cada uno de los dos bandos necesita demostrar consideración por el otro."
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COMENTARIOS A MODO DE CONCLUSIÓN:
La forma de federalismo específicamente alemana obedece a cuestiones históricas, y los Estados federales desempeñan una función determinante en el ejercicio del poder estatal. Obviamente se trata de un modelo que no resulta aplicable en cualquier lugar. Ha supuesto una contribución significativa para mantener la diversidad cultural y la identidad regional. El federalismo en Alemania ofrece margen a los Estados federales para que evolucionen por sí mismos sin cuestionar con ello la unidad del Estado. Este sistema fomenta y de hecho exige solidaridad entre los Estados federales y garantiza la estabilidad y la paz social en Alemania y en consecuencia en el mismo corazón de Europa. Por supuesto, este sistema no está exento de inquietudes políticas y partidistas, aunque sí supone un contrapeso a las tendencias centralizadoras en el gobierno federal y el Bundestag. Como las otras formas de la política, está sujeto a un cambio constante, pero hasta ahora ha resistido todas las pruebas y tribulaciones a las que se ha enfrentado. El federalismo es útil a Alemania. Gracias por su atención.
Zaragoza, 28 de marzo de 2009
Palacio de la Aljafería – Calle de los Diputados, s/n– 50004 ZARAGOZA
Teléfono 976 28 97 15 - Fax 976 28 96 65
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fundacion@fundacionmgimenezabad.es
http://www.fundacionmgimenezabad.es/es/documentacion
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II COMISIÓN DEL FEDERALISMO: REFORMAS RECIENTES DE LAS RELACIONES FINANCIERAS ENTRE LA FEDERACIÓN Y LOS ESTADOS (LÄNDER) EN ALEMANIA Lars P. Feld y Thushyanthan Baskaran
REFERENCIASPalacio de la Aljafería – Calle de los Diputados, s/n– 50004 ZARAGOZA
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II COMISIÓN DEL FEDERALISMO: REFORMAS RECIENTES DE LAS RELACIONES FINANCIERAS ENTRE LA FEDERACIÓN Y LOS ESTADOS (LÄNDER) EN ALEMANIA Lars P. Feld y Thushyanthan Baskaran
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-http://www.gencat.cat/governacio/pub/sum/iea/ctA_11.pdf
Mejorar los debates económicos: modelos y disyuntivas José Luis Ferreira
Mejorar los debates económicos: modelos y disyuntivas
Los modelos en Economía se suelen comparar con los mapas. Un mapa no
es la realidad, pero ayuda a desenvolverse en ella. Dependiendo de qué
aspecto de la realidad se quiera estudiar, se usará un mapa u otro. En
un momento interesan los relieves geográficos, en otro las
delimitaciones políticas; ahora queremos fijarnos en grandes áreas,
ahora queremos un detalle más preciso de un territorio. Hay terra incognita
y hay terrenos mal cartografiados. Hay también mapas que se inventan
regiones y, donde no saben qué hay, dibujan monstruos, o apuntan
leyendas que nos dicen dónde hay dragones, o dónde nacen los escorpiones y los cenocéfalos (estos últimos, aquí,
en lo que parece ser el cuerno de África). No tener un mapa es malo,
pero tener un mapa con escala 1:1 es inútil, aunque sea el más preciso.
Borges lo ilustraba muy bien en su minicuento Del Rigor de la Ciencia.
Esta distinción entre el modelo y la realidad se hace sin problemas
en la investigación económica y se transmite con desigual suerte en la
enseñanza, pero no se llega a resaltar todo lo que se debiera en la
divulgación y en el debate social. Esto tiene como consecuencia
enredarse en malentendidos que luego es imposible aclarar. Presentaré un
par de ejemplos.
Empresas que entran en países en desarrollo y pagan sueldos bajos a los trabajadores
Cuando se trata el tema, la discusión enseguida deriva por estos derroteros:
Epi: La entrada de esas empresas es buena porque ofrece a los trabajadores una opción mejor que la que tenían, puesto que libremente aceptan trabajar en lugar de seguir haciendo lo que hasta ese momento hacían.
Blas: No se puede hablar de elección libre cuando la alternativa es morirse de hambre.
A partir de ahí, se entra en bucle y el debate no avanza. La
disyuntiva trabajar para la empresa o morirse de hambre tiene fácil
respuesta: es mejor trabajar para la empresa. La apreciación moral de
una empresa que se aprovecha de quien se muere de hambre para tenerlo
trabajando por un sueldo miserable, también: casi todos los humanos
diremos que está obrando mal. Aceptar la elección obvia entre las dos
alternativas no implica nada acerca de lo importante: (i) ¿solo hay esas
dos alternativas?, (ii) ¿son esas dos alternativas las que mejor
definen la realidad de la que estamos hablando? Incluso si la
alternativa no es la muerte de hambre, sino la pobreza extrema, la
situación será de una oferta de trabajo muy rígida, por lo cual la
empresa se llevará la mayor parte del excedente creado en ese mercado,
incluso si hay muchas empresas en las que trabajar (algo que los
marxistas llamarían la apropiación de la plusvalía, pero que
erróneamente atribuían a todos los mercados). Si hay más alternativas,
de forma que la oferta de trabajo tenga cierta elasticidad, entonces los
trabajadores se apropiarán de parte del excedente.
Dilucidar cuál es el caso será lo que importe. La descripción de la
situación según Epi o Blas vendrá después, como una forma de resumir lo
hallado. A partir de ahí se podrá avanzar. Por ejemplo, si la historia
responde más al modelo de Blas habrá lugar para debatir y ponerse de
acuerdo en la conveniencia de promover la presencia de sindicatos, de
pasar una legislación que favorezca una mejor distribución del
excedente, de promover la educación y preparación de los trabajadores, o
de promover la entrada de todavía más empresas para que la competencia
por los trabajadores aumente sus salarios. La idea de que la presencia
de empresas poco a poco aumentará el nivel de vida de los trabajadores
del país en donde se establecen puede seguir siendo cierta, tal como
recoge el modelo de Epi, pero la mejora podría llegar antes si hacemos
algo de caso a Blas.
Subida del salario mínimo interprofesional
De nuevo, las posiciones sobre este tema acaban enrocándose en algo parecido a esto:
Epi: Se trata de saber si el puesto de trabajo que se creaba pagando 850€ se seguirá creando si se pagan 1000€.
Blas: Se trata de saber si se prefiere que un trabajador gane 850€ o 1000€.
Hay variantes de estas afirmaciones, como que si una empresa no puede
pagar 1000€ entonces no merece existir, o que se trata de elegir entre
850€ o 0€. Estas maneras de enfocar el asunto son incompletas y las
carga el diablo, por más que sea muy fácil contestar a todas ellas: Sí,
es cierto que hay que saber si ese puesto de trabajo se seguirá creando.
Sí, prefiero que el trabajador gane 1000€ antes que 850€. Sí, esa
empresa podría merecer existir. Y sí, prefiero que gane 850€ antes que
nada.
En rigor, no sería posible extraer ninguna conclusión sobre qué se
opina del tema respondiendo de esta manera. No son buenas preguntas ni
buenos modelos para estudiar el asunto. Incluso el modelo neoclásico
(apenas usado hoy en día para analizar el mercado de trabajo) dice que
imponer un salario mínimo por encima del de mercado (sin pasarse) tendrá
como consecuencia una disminución del empleo, pero también un aumento
de la masa salarial en manos de los trabajadores. Modelos más modernos
encuentran que la cosa es todavía más complicada. Se trata de elegir
sabiendo las consecuencias. Si ya sabemos que quien pone un pero es que
está en contra de los trabajadores o que quien apoya sin reservas quiere
cargarse la economía, el debate social no avanzará.
Sirvan estas reflexiones para guiarse en los debates y para no caer
en la parálisis discursiva. Se suman a otras entradas pedagógicas de
este blog (esta, esta, esta y esta,
por ejemplo). No es mi intención hablar sobre estos dos ejemplos
concretos, si está bien o no que entren empresas a contratar mano de
obra en países pobres o si la subida del SMI reciente dará buenos
resultados o no (para ello, mejor aquí y aquí).
Preferiría que los comentarios fueran acerca de más experiencias sobre
cómo mejorar el debate económico sin entrar en la defensa o rechazo de
políticas concretas.
-http://nadaesgratis.es/jose-luis-ferreira/mejorar-los-debates-economicos-modelos-y-disyuntivas
Rendir cuentas Javier Ferri
Rendir cuentas
de Javier Ferri
Escribía el profesor Azcárraga refiriéndose a la Universidad que para reformar un cementerio no se puede esperar mucha colaboración de los de dentro. Hay muertos que no hacen ruido[1] y aun así siguen rindiendo cuentas ante la historia, esa historia pequeña y cercana que se escribe con nuestros recuerdos. Y hay muertos que hacen mucho ruido, y ese ruido se envasa en los libros de historia como en un frasco que de vez en cuando se agita para producir un sonido distinto al volverlo a abrir. Hay muertos honorables que han llenado el frasco de la historia con música de arte, o con música de ciencia, y muertos infames que han ensuciado con el ruido del sufrimiento la música prometida. Y todavía el tiempo revolverá los sonidos que nos legaron los muertos para hacer, tal vez, indistinguible la honra de la infamia.
Los políticos nada muertos sino muy vivos quieren creer que su responsabilidad se limita a mantener a su electorado satisfecho, desviando la mirada de los efectos colaterales de sus decisiones o sus no decisiones[2]. Esta irresponsable responsabilidad conlleva importantes costes económicos, aunque muchos de estos costes se manifestarán en el futuro, lo que propicia una vía de escape a la rendición de cuentas que los políticos aprovechan, confiando en que nadie en el futuro asocie lo que acontecerá con lo que pudo haber sido. Para ello el político tiene que asegurarse de que los sonidos de su legado político se envasan al vacío, que es la forma más aséptica de provocar el olvido. Aquí radica la principal diferencia entre el político y el estadista: el político gobierna sobre la base del olvido.
Si existe un área en la que las decisiones políticas que se toman hoy determinarán lo que seremos como sociedad mañana, esa es la educación. La educación lo impregna todo, desde la categoría de nuestros políticos, empresarios, trabajadores y científicos, hasta la calidad de nuestras instituciones y normas. La educación es el principal motor del progreso y del bienestar. Y sin embargo, la educación en todos sus niveles ha sufrido un maltrato secular en nuestro país, como refleja la multitud de reformas educativas[3] que se han firmado desde que nuestro último político dictador empezó a rendir cuentas como muerto[4]. Siguiendo con la tradición, el último Consejo de Ministros aprobó el proyecto de ley para la Nueva Educación del siglo XXI[5]. Aunque la convocatoria de elecciones generales ha dejado en suspenso su trámite parlamentario, esta reforma representa toda una declaración de intenciones en materia educativa del partido político que más veces ha gobernado en España, y no es descartable que siga adelante en la próxima legislatura.
Con carácter general, una buena ley de educación es aquélla que sienta las bases para que un porcentaje elevado de personas potencialmente estudiantes, a través de un proceso de aprendizaje, terminen adquiriendo los conocimientos y habilidades que les permitan en un futuro realizarse plenamente, incluyendo una mayor capacidad de conseguir un trabajo acorde con sus competencias. Este objetivo educativo tiene dos vertientes, la parte cuantitativa, es decir, más tiempo de exposición a la educación es mejor que menos tiempo, y la dimensión cualitativa, que básicamente significa que el tiempo de exposición se transforme en un incremento efectivo de habilidades cognitivas. Confiar en un mero recuento estadístico de los logros académicos como indicadores de mejoras educativas es una estrategia equivocada, máxime cuando dichas estadísticas son espuriamente dependientes de los cambios normativos. Reducir el número máximo de repeticiones y relajar las condiciones para la consecución de los títulos, como establece el proyecto de ley, es una forma artificial de mejorar las estadísticas cuantitativas de educación, equivalente a hinchar por ley el PIB y argumentar que nuestro bienestar agregado ha mejorado[6].
La clave está en la calidad, la gran olvidada de todas las reformas educativas habidas en España. Tener más estudiantes titulados con títulos más devaluados no nos hace mejores, sino que nos empobrece como sociedad, y es un resultado injusto para los estudiantes de procedencia social más modesta. La igualdad en materia educativa consiste en facilitar los medios para que los estudiantes menos favorecidos puedan realizar sus estudios en condiciones equiparables al resto, y en que sus resultados en términos de logros académicos tengan el valor real que les corresponde. Una ley que priva a los estudiantes (pobres o ricos) del reconocimiento que se merecen, por la pérdida de valor de los títulos, no puede ser una buena ley.
La calidad de la educación es un indicador fundamental de nuestra capacidad de generar bienestar futuro. Tres cuartas partes de las diferencias en la tasa de crecimiento a largo plazo de la renta per cápita de los países puede explicarse por diferencias en la calidad de su educación[7], y esta constatación nos conduce a tres preguntas fundamentales: (a) cómo se valora la calidad de la educación; (b) qué relación tiene con la calidad de los profesores; (c) qué se puede hacer para mejorar esta calidad. Como veremos a continuación, las respuestas a estas tres preguntas guardan una estrecha relación con la rendición de cuentas.
Uno de los economistas que más profundamente ha estudiado la importancia que tiene la calidad en la educación, y los factores capaces de modificarla, es Eric Hanushek. Su reciente survey sobre la importancia de la rendición de cuentas implementada a través de los tests estandarizados debería empapelar las paredes de los despachos del Ministerio de Educación. En términos muy sucintos, de este survey, y de otros trabajos recientes de Hanushek con otros autores, se desprenden las siguientes respuestas a las tres preguntas planteadas.
(a) Los mejores indicadores para medir la calidad de la educación son los test estandarizados que, con todos sus problemas, son una medida excelente basada en resultados, con un valor informativo superior a los tradicionales indicadores indirectos basados en medición de inputs (véase, por ejemplo, Dearden, Ferri y Meghir). Desde que existe dicha información, las variaciones en los test internacionales estandarizados (como el de PISA) pueden utilizarse como indicadores de la evolución de la calidad de los sistemas educativos, y los políticos tendría que rendir cuentas de los resultados obtenidos. En el último PISA, España se situaba algo por debajo de la media de países de la OCDE, aunque a diferencia de éstos, sus resultados habían experimentado una ligera variación positiva en los últimos tres años.
(b) La calidad del profesorado, y de la dirección del centro, juega un papel fundamental en los resultados obtenidos en los test estandarizados y en los ingresos futuros de los estudiantes. A modo de ejemplo, según Hanuskek (2011) reemplazar al 8 por cien de profesores con menor valor añadido[8] por profesores sobre la mediana, podría mover a Estados Unidos de una posición mediocre en los rankings de calidad educativa a las posiciones más elevadas, con un valor económico en términos de valor presente descontado de 100 billones de dólares.
Sobre este aspecto, en España, existen indicios preocupantes de lo que nos puede deparar el futuro. Lo que podría considerarse una aproximación a una prueba estandarizada para medir las habilidades y conocimientos de nuestros egresados universitarios con vocación docente, las oposiciones a profesores de educación secundaria[9] celebradas entre junio y julio de 2018, nos dejó un paisaje desolador: para cubrir 20.000 plazas se presentaron 200.000 candidatos (una tasa de 10 candidatos por plaza) y aun así se quedaron por cubrir, por la debilidad de los opositores, un 10 por cien de las mismas (un 27 por cien en Euskadi y un 20 por cien en Madrid). Un síntoma claro de que algo falla en nuestro sistema educativo, una falla que termina reflejándose en los que tendrán que formar a nuestros hijos y nietos. Pese a la relevancia y la gravedad del problema, la sociedad civil y los distintos gobiernos permanecen callados. La Universidad no puede seguir escudándose en su autonomía para evitar rendir cuentas, ni puede dejar de denunciar el déficit en habilidades cognitivas de un porcentaje no despreciable de estudiantes que acceden a ella (aquí una muestra). Aunque sólo fuera por la relevancia de lo que está en juego, los profesores y centros, en todos los niveles del sistema educativo, deberían rendir cuentas.
(c) No todos los sistemas de rendición de cuentas tienen la misma efectividad. En este reciente trabajo de Bergbahuer, Hanushek y Woessmann (un resumen aquí) se utilizan dos millones de observaciones de panel procedente de los resultados de los test de PISA para identificar el efecto de introducir diversas reformas en los países de la OCDE, relacionadas con la monitorización de los objetivos de la educación y la rendición de cuentas. Las conclusiones son claras, la rendición efectiva de cuentas, aquélla que mejora la calidad del sistema educativo, está asociada con la asunción de responsabilidades. Partiendo de los resultados de los estudiantes en pruebas estandarizadas se puede evaluar, utilizando los controles correspondientes, el grado de progreso educativo asociado con los distintos profesores y centros. Los resultados de esta evaluación deberían ser públicos y servir para premiar a los que lo hacen bien y penalizar a los que lo hacen mal. Aquí está el problema, en la resistencia de los profesores y centros en los distintos niveles de la educación a dejarse evaluar de forma comparada. Los distintos sustitutivos de rendición de cuentas que nos alejan en mayor o menor medida de este marco de referencia, o no tienen efecto, o tienen un efecto negativo. Piénsese por ejemplo en la rendición de cuentas a nivel interno basada en la utilización de encuestas a estudiantes, y en los incentivos perversos que este sistema acarrea. Lamentablemente, sobre el mecanismo de control y rendición de cuentas, el nuevo proyecto de ley latente se apresura a dejar claro que "las evaluaciones-diagnóstico proyectadas en 4º de Primaria y 2º de ESO servirán para la mejora interna, sin publicar rankings de centros".
El nuevo proyecto de ley es en gran parte, como todas sus leyes predecesoras, una declaración de buenas intenciones que tiene dos carencias fundamentales. La primera es que pone más énfasis en los aspectos cuantitativos que cualitativos de la educación. La segunda es que no establece un mecanismo eficaz de rendición de cuentas por parte de los agentes implicados en el proceso educativo. La expectación que siempre despierta una reforma educativa contrasta sistemáticamente con ese silencio nuclear sobre la rendición de cuentas y que, veladamente, como una máscara inevitable, irá embargando su música:
Oídme.
Nadie oyó nada. Una sonrisa oscura veladamente puso su dulce máscara
sobre el rostro, borrándolo.
Un soplo sonó. Oídme. Todos, todos pusieron su delicado oído.
Oídme. Y se oyó puro, cristalino, el silencio.
Vicente Aleixandre, fragmento de El Moribundo.
[1] Joan Báez: “La Llorona”.
[2] Incluya aquí el lector su lista favorita de ejemplos.
[3] Ocho reformas y media.
[4] Como dictador vivo no rindió cuentas nunca.
[5] Un resumen-presentación del proyecto de ley puede encontrarse aquí.
[6] Podría aducirse que al observar una mejora en el PIB publicado los agentes económicos reaccionarían positivamente aumentando el gasto e induciendo un aumento efectivo en el PIB, que es parecido al argumento de recuperar a estudiantes para el sistema sobre la base de la relajación de los requisitos mínimos.
[7] Hanushek, E. A. y Woessmann L. (2012): "Do better schools lead to more growth? Cognitive skills, economic outcomes, and causation." Journal of Economic Growth, 17, 4: 267-321.
[8] El valor añadido del profesor se obtiene estimando su influencia sobre el desarrollo cognitivo de los estudiantes a su cargo, una vez descontados otros factores fuera del control del profesor.
[9] No estoy defendiendo la virtud del sistema de oposiciones, sino destacando los resultados de enfrentarse a una prueba con las reglas de juego bien establecidas. Aunque los tribunales (y por lo tanto los criterios de corrección) podían diferir entre regiones, el temario era común en todas las Comunidades Autónomas.
Escribía el profesor Azcárraga refiriéndose a la Universidad que para reformar un cementerio no se puede esperar mucha colaboración de los de dentro. Hay muertos que no hacen ruido[1] y aun así siguen rindiendo cuentas ante la historia, esa historia pequeña y cercana que se escribe con nuestros recuerdos. Y hay muertos que hacen mucho ruido, y ese ruido se envasa en los libros de historia como en un frasco que de vez en cuando se agita para producir un sonido distinto al volverlo a abrir. Hay muertos honorables que han llenado el frasco de la historia con música de arte, o con música de ciencia, y muertos infames que han ensuciado con el ruido del sufrimiento la música prometida. Y todavía el tiempo revolverá los sonidos que nos legaron los muertos para hacer, tal vez, indistinguible la honra de la infamia.
Los políticos nada muertos sino muy vivos quieren creer que su responsabilidad se limita a mantener a su electorado satisfecho, desviando la mirada de los efectos colaterales de sus decisiones o sus no decisiones[2]. Esta irresponsable responsabilidad conlleva importantes costes económicos, aunque muchos de estos costes se manifestarán en el futuro, lo que propicia una vía de escape a la rendición de cuentas que los políticos aprovechan, confiando en que nadie en el futuro asocie lo que acontecerá con lo que pudo haber sido. Para ello el político tiene que asegurarse de que los sonidos de su legado político se envasan al vacío, que es la forma más aséptica de provocar el olvido. Aquí radica la principal diferencia entre el político y el estadista: el político gobierna sobre la base del olvido.
Si existe un área en la que las decisiones políticas que se toman hoy determinarán lo que seremos como sociedad mañana, esa es la educación. La educación lo impregna todo, desde la categoría de nuestros políticos, empresarios, trabajadores y científicos, hasta la calidad de nuestras instituciones y normas. La educación es el principal motor del progreso y del bienestar. Y sin embargo, la educación en todos sus niveles ha sufrido un maltrato secular en nuestro país, como refleja la multitud de reformas educativas[3] que se han firmado desde que nuestro último político dictador empezó a rendir cuentas como muerto[4]. Siguiendo con la tradición, el último Consejo de Ministros aprobó el proyecto de ley para la Nueva Educación del siglo XXI[5]. Aunque la convocatoria de elecciones generales ha dejado en suspenso su trámite parlamentario, esta reforma representa toda una declaración de intenciones en materia educativa del partido político que más veces ha gobernado en España, y no es descartable que siga adelante en la próxima legislatura.
Con carácter general, una buena ley de educación es aquélla que sienta las bases para que un porcentaje elevado de personas potencialmente estudiantes, a través de un proceso de aprendizaje, terminen adquiriendo los conocimientos y habilidades que les permitan en un futuro realizarse plenamente, incluyendo una mayor capacidad de conseguir un trabajo acorde con sus competencias. Este objetivo educativo tiene dos vertientes, la parte cuantitativa, es decir, más tiempo de exposición a la educación es mejor que menos tiempo, y la dimensión cualitativa, que básicamente significa que el tiempo de exposición se transforme en un incremento efectivo de habilidades cognitivas. Confiar en un mero recuento estadístico de los logros académicos como indicadores de mejoras educativas es una estrategia equivocada, máxime cuando dichas estadísticas son espuriamente dependientes de los cambios normativos. Reducir el número máximo de repeticiones y relajar las condiciones para la consecución de los títulos, como establece el proyecto de ley, es una forma artificial de mejorar las estadísticas cuantitativas de educación, equivalente a hinchar por ley el PIB y argumentar que nuestro bienestar agregado ha mejorado[6].
La clave está en la calidad, la gran olvidada de todas las reformas educativas habidas en España. Tener más estudiantes titulados con títulos más devaluados no nos hace mejores, sino que nos empobrece como sociedad, y es un resultado injusto para los estudiantes de procedencia social más modesta. La igualdad en materia educativa consiste en facilitar los medios para que los estudiantes menos favorecidos puedan realizar sus estudios en condiciones equiparables al resto, y en que sus resultados en términos de logros académicos tengan el valor real que les corresponde. Una ley que priva a los estudiantes (pobres o ricos) del reconocimiento que se merecen, por la pérdida de valor de los títulos, no puede ser una buena ley.
La calidad de la educación es un indicador fundamental de nuestra capacidad de generar bienestar futuro. Tres cuartas partes de las diferencias en la tasa de crecimiento a largo plazo de la renta per cápita de los países puede explicarse por diferencias en la calidad de su educación[7], y esta constatación nos conduce a tres preguntas fundamentales: (a) cómo se valora la calidad de la educación; (b) qué relación tiene con la calidad de los profesores; (c) qué se puede hacer para mejorar esta calidad. Como veremos a continuación, las respuestas a estas tres preguntas guardan una estrecha relación con la rendición de cuentas.
Uno de los economistas que más profundamente ha estudiado la importancia que tiene la calidad en la educación, y los factores capaces de modificarla, es Eric Hanushek. Su reciente survey sobre la importancia de la rendición de cuentas implementada a través de los tests estandarizados debería empapelar las paredes de los despachos del Ministerio de Educación. En términos muy sucintos, de este survey, y de otros trabajos recientes de Hanushek con otros autores, se desprenden las siguientes respuestas a las tres preguntas planteadas.
(a) Los mejores indicadores para medir la calidad de la educación son los test estandarizados que, con todos sus problemas, son una medida excelente basada en resultados, con un valor informativo superior a los tradicionales indicadores indirectos basados en medición de inputs (véase, por ejemplo, Dearden, Ferri y Meghir). Desde que existe dicha información, las variaciones en los test internacionales estandarizados (como el de PISA) pueden utilizarse como indicadores de la evolución de la calidad de los sistemas educativos, y los políticos tendría que rendir cuentas de los resultados obtenidos. En el último PISA, España se situaba algo por debajo de la media de países de la OCDE, aunque a diferencia de éstos, sus resultados habían experimentado una ligera variación positiva en los últimos tres años.
(b) La calidad del profesorado, y de la dirección del centro, juega un papel fundamental en los resultados obtenidos en los test estandarizados y en los ingresos futuros de los estudiantes. A modo de ejemplo, según Hanuskek (2011) reemplazar al 8 por cien de profesores con menor valor añadido[8] por profesores sobre la mediana, podría mover a Estados Unidos de una posición mediocre en los rankings de calidad educativa a las posiciones más elevadas, con un valor económico en términos de valor presente descontado de 100 billones de dólares.
Sobre este aspecto, en España, existen indicios preocupantes de lo que nos puede deparar el futuro. Lo que podría considerarse una aproximación a una prueba estandarizada para medir las habilidades y conocimientos de nuestros egresados universitarios con vocación docente, las oposiciones a profesores de educación secundaria[9] celebradas entre junio y julio de 2018, nos dejó un paisaje desolador: para cubrir 20.000 plazas se presentaron 200.000 candidatos (una tasa de 10 candidatos por plaza) y aun así se quedaron por cubrir, por la debilidad de los opositores, un 10 por cien de las mismas (un 27 por cien en Euskadi y un 20 por cien en Madrid). Un síntoma claro de que algo falla en nuestro sistema educativo, una falla que termina reflejándose en los que tendrán que formar a nuestros hijos y nietos. Pese a la relevancia y la gravedad del problema, la sociedad civil y los distintos gobiernos permanecen callados. La Universidad no puede seguir escudándose en su autonomía para evitar rendir cuentas, ni puede dejar de denunciar el déficit en habilidades cognitivas de un porcentaje no despreciable de estudiantes que acceden a ella (aquí una muestra). Aunque sólo fuera por la relevancia de lo que está en juego, los profesores y centros, en todos los niveles del sistema educativo, deberían rendir cuentas.
(c) No todos los sistemas de rendición de cuentas tienen la misma efectividad. En este reciente trabajo de Bergbahuer, Hanushek y Woessmann (un resumen aquí) se utilizan dos millones de observaciones de panel procedente de los resultados de los test de PISA para identificar el efecto de introducir diversas reformas en los países de la OCDE, relacionadas con la monitorización de los objetivos de la educación y la rendición de cuentas. Las conclusiones son claras, la rendición efectiva de cuentas, aquélla que mejora la calidad del sistema educativo, está asociada con la asunción de responsabilidades. Partiendo de los resultados de los estudiantes en pruebas estandarizadas se puede evaluar, utilizando los controles correspondientes, el grado de progreso educativo asociado con los distintos profesores y centros. Los resultados de esta evaluación deberían ser públicos y servir para premiar a los que lo hacen bien y penalizar a los que lo hacen mal. Aquí está el problema, en la resistencia de los profesores y centros en los distintos niveles de la educación a dejarse evaluar de forma comparada. Los distintos sustitutivos de rendición de cuentas que nos alejan en mayor o menor medida de este marco de referencia, o no tienen efecto, o tienen un efecto negativo. Piénsese por ejemplo en la rendición de cuentas a nivel interno basada en la utilización de encuestas a estudiantes, y en los incentivos perversos que este sistema acarrea. Lamentablemente, sobre el mecanismo de control y rendición de cuentas, el nuevo proyecto de ley latente se apresura a dejar claro que "las evaluaciones-diagnóstico proyectadas en 4º de Primaria y 2º de ESO servirán para la mejora interna, sin publicar rankings de centros".
El nuevo proyecto de ley es en gran parte, como todas sus leyes predecesoras, una declaración de buenas intenciones que tiene dos carencias fundamentales. La primera es que pone más énfasis en los aspectos cuantitativos que cualitativos de la educación. La segunda es que no establece un mecanismo eficaz de rendición de cuentas por parte de los agentes implicados en el proceso educativo. La expectación que siempre despierta una reforma educativa contrasta sistemáticamente con ese silencio nuclear sobre la rendición de cuentas y que, veladamente, como una máscara inevitable, irá embargando su música:
Oídme.
Nadie oyó nada. Una sonrisa oscura veladamente puso su dulce máscara
sobre el rostro, borrándolo.
Un soplo sonó. Oídme. Todos, todos pusieron su delicado oído.
Oídme. Y se oyó puro, cristalino, el silencio.
Vicente Aleixandre, fragmento de El Moribundo.
[1] Joan Báez: “La Llorona”.
[2] Incluya aquí el lector su lista favorita de ejemplos.
[3] Ocho reformas y media.
[4] Como dictador vivo no rindió cuentas nunca.
[5] Un resumen-presentación del proyecto de ley puede encontrarse aquí.
[6] Podría aducirse que al observar una mejora en el PIB publicado los agentes económicos reaccionarían positivamente aumentando el gasto e induciendo un aumento efectivo en el PIB, que es parecido al argumento de recuperar a estudiantes para el sistema sobre la base de la relajación de los requisitos mínimos.
[7] Hanushek, E. A. y Woessmann L. (2012): "Do better schools lead to more growth? Cognitive skills, economic outcomes, and causation." Journal of Economic Growth, 17, 4: 267-321.
[8] El valor añadido del profesor se obtiene estimando su influencia sobre el desarrollo cognitivo de los estudiantes a su cargo, una vez descontados otros factores fuera del control del profesor.
[9] No estoy defendiendo la virtud del sistema de oposiciones, sino destacando los resultados de enfrentarse a una prueba con las reglas de juego bien establecidas. Aunque los tribunales (y por lo tanto los criterios de corrección) podían diferir entre regiones, el temario era común en todas las Comunidades Autónomas.
por Javier Ferri
Javier Ferri
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