BIS Annual Economic Report
87º Informe Anual, 2016/17
https://www.bis.org/publ/arpdf/ar2017_ec_es.pdf
I. Hacia un crecimiento resiliente
BIS Annual Economic Report
|
25 junio 2017
A lo largo del pasado año, la economía mundial ha seguido mejorando.
El crecimiento se ha acercado a sus promedios de largo plazo, el
desempleo ha caído hacia sus niveles precrisis y la inflación ha subido
para acercarse a los objetivos de los bancos centrales. Con el trasfondo
de las mejores perspectivas a corto plazo de los últimos años, nuestro
Informe Anual examina cuatro riesgos que podrían poner en peligro la
sostenibilidad de la expansión a medio plazo: un repunte de la
inflación, tensiones financieras conforme van madurando los ciclos
financieros, debilidad del consumo y de la inversión principalmente por
el peso de la deuda y, por último, un aumento del proteccionismo. En
gran medida, estos riesgos surgen de la «tríada de riesgos» analizada en
el Informe del año pasado: crecimiento de la productividad inusualmente
bajo, niveles de deuda inusualmente altos y margen de maniobra de la
política económica inusualmente estrecho. Así pues, la estrategia más
prometedora para las autoridades consiste en aprovechar las favorables
condiciones actuales para reforzar la resiliencia de la economía, tanto a
escala nacional como internacional. En este sentido, resulta esencial
elevar el potencial de crecimiento de la economía. En el plano nacional,
esto implica reequilibrar las políticas para favorecer reformas
estructurales, aliviar la sobrecarga que soporta la política monetaria e
implementar marcos holísticos para gestionar de manera más sistemática
el ciclo financiero. A escala mundial, hay que reforzar el enfoque
multilateral de la política económica, el único capaz de hacer frente a
los actuales retos mundiales.
https://www.bis.org/publ/arpdf/ar2017_1_es.pdf
II. Las sacudidas políticas reorientan los mercados
BIS Annual Economic Report
|
25 junio 2017
Los mercados financieros tuvieron que afrontar un cambiante entorno
político a medida que mejoraba la coyuntura económica. Los
acontecimientos políticos sorprendieron a los mercados, que tuvieron que
adaptarse rápidamente al cambio de dirección de las políticas y sus
implicaciones económicas. La atención se alejó de la política monetaria
para centrarse en la evolución política, lo que provocó un cambio en los
patrones de correlación y riesgo tradicionales. En lugar de alternar
entre fases generalizadas de preferencia y aversión por el riesgo, los
inversores comenzaron a diferenciar más entre sectores y países. Los
rendimientos de los bonos divergieron entre las principales economías,
con efectos colaterales sobre los mercados de divisas. Al mismo tiempo,
se abrió una brecha entre los indicadores de incertidumbre sobre las
políticas -que se dispararon- y los índices de volatilidad en los
mercados financieros -que se desplomaron-, al tiempo que varios
indicadores apuntaban a un incremento de los riesgos de cola. Las
anómalas valoraciones registradas tras la Gran Crisis Financiera (GCF)
se redujeron pero no desaparecieron, lo que sugiere que pueden haber
adquirido un cariz más permanente en los mercados.
III. La economía mundial - ¿Maduración de la recuperación económica? ¿Rotación del ciclo financiero?
BIS Annual Economic Report
|
25 junio 2017
La expansión cíclica mundial cobró considerable fuerza durante el
ejercicio analizado, con la práctica totalidad de las principales
economías creciendo a principios de 2017. El consumo fue clave para
impulsar la demanda agregada, aunque la inversión empresarial también
pareció repuntar. Al mismo tiempo, la reducción de los indicadores de
holgura económica sugirió que la expansión estaba entrando en fase de
maduración. Los ciclos financieros estaban en su fase de expansión en
muchos países, respaldando así el repunte económico. En parte
relacionado con el ciclo financiero, se observan riesgos a medio plazo
que podrían amenazar una expansión económica sostenible. Los indicadores
adelantados de tensiones financieras señalan riesgos a raíz de los
elevados niveles de deuda privada y precios de la vivienda en diversas
economías que no estuvieron en el epicentro de la GCF. El elevado
endeudamiento de los hogares puede lastrar la demanda en algunos países,
especialmente si un aumento de las tasas de interés agrava la carga del
servicio de la deuda. Por su parte, la abultada deuda empresarial,
junto con el débil crecimiento de la productividad, podría pesar sobre
la inversión, y un aumento de las corrientes proteccionistas podría
deslucir las perspectivas económicas. Ahora bien, los vientos de cola
cíclicos abren una ventana de oportunidad para aplicar políticas que
mejoren la resiliencia y reduzcan los riesgos para el crecimiento
sostenible.
IV. La política monetaria - acercamiento a la normalización
BIS Annual Economic Report
|
25 junio 2017
La política monetaria continuó siendo en general muy acomodaticia,
con tasas de interés nominales y reales todavía en niveles muy bajos y
con los balances de los bancos centrales aún voluminosos o incluso en
expansión. En un contexto de crecimiento más fuerte, la evolución de la
inflación se convirtió en el eje de las decisiones de los bancos
centrales. Mientras que las tasas de inflación en general se acercaron
más a los mandatos de estabilidad de precios de los bancos centrales, la
significativa reducción de la holgura en el mercado laboral hizo temer
un repunte excesivo de la inflación. Dicho esto, la evolución histórica
del mercado laboral sugiere que no es probable que este riesgo
inflacionista sea la principal amenaza para la actual expansión mundial.
La normalización de la política monetaria plantea retos sin precedentes
ante los elevados niveles de deuda y la inusual incertidumbre del
momento presente. Una estrategia centrada en la gradualidad y la
transparencia aportaría claros beneficios, aunque no sería la panacea,
ya que también podría incentivar una mayor asunción de riesgo y frenar
la ampliación del margen de maniobra de las autoridades.
V. El sector financiero - prepararse para el futuro
BIS Annual Economic Report
|
25 junio 2017
El sector financiero afronta una coyuntura que, aunque está
mejorando, todavía presenta retos. El panorama económico a corto plazo
ha mejorado sustancialmente, si bien los márgenes de intermediación
continúan siendo estrechos en las principales económicas y el sector
tiene que lidiar con fuerzas estructurales como la innovación
tecnológica y las presiones de consolidación. Ahora que están a punto de
concluir los principales capítulos de la reforma reguladora, los bancos
y otras instituciones financieras tienen más margen para aumentar su
resiliencia. Un ámbito que merece atención son los mercados mundiales de
financiación en dólares estadounidenses, que probablemente continúen
siendo un importante foco de tensión durante episodios de turbulencia de
los mercados. La fuerte dependencia de financiación a corto plazo en
esta moneda que continúan teniendo los bancos, junto con el elevado
grado de concentración e interconexión en los mercados, pone de
manifiesto la importancia de la cooperación supervisora y de contar con
respaldos eficaces. El objetivo último debe ser un sistema financiero
más fuerte que ayude a fortalecer la resiliencia de la economía mundial.
VI. Sobre la globalización
BIS Annual Economic Report
|
25 junio 2017
La globalización económica ha contribuido a un aumento sustancial de
los niveles de vida y a la reducción de la pobreza a lo largo del último
medio siglo. La integración comercial y la financiera están
estrechamente relacionadas: el comercio mundial no solo depende de los
vínculos financieros, sino que también los genera. Juntas, la apertura
comercial y la financiera han mejorado la competencia y han difundido la
tecnología, propiciando ganancias de eficiencia e impulsando la
productividad agregada. Como cualquier otra forma de cambio económico de
amplio alcance, la globalización también plantea retos. Por ejemplo, la
globalización ha coincidido con un aumento de la desigualdad en la
distribución de la renta dentro de algunos países, aunque hay evidencias
de que la tecnología ha sido la causa principal de esta evolución.
Asimismo, la apertura financiera expone a las economías a influencias
externas desestabilizadoras. Unas políticas nacionales bien diseñadas
pueden incrementar los beneficios de la globalización y mitigar los
costes del ajuste que conlleva. Al mismo tiempo, la cooperación
internacional debe complementar dichas políticas para poder abordar los
vínculos mundiales. Una de las prioridades es completar las reformas
financieras internacionales en curso. Las monedas mundiales hacen
necesaria la cooperación internacional, la gestión eficaz de las crisis y
una consideración más sistemática de los mecanismos de transmisión y
retroalimentación entre países.
Anexo estadistico
https://www.bis.org/publ/arpdf/ar2017_7_es.pdf
-
BPI
https://www.bis.org/publ/arpdf/ar2017_8_es.pdf
No hay comentarios:
Publicar un comentario