Germán Bernácer 1883-1965. (Economista humanista)
Permaneció en Alicante hasta 1931 fecha en que se trasladó a Madrid al ser designado jefe del Servicio de Estudios del Banco de España. Bernácer solicito la plaza argumentando que “ el cargo por su naturaleza responde a mi vocación y a mis trabajos”.
Contaba Óscar Esplá en un artículo que en la rememorada tertulia de Ortega y Gasset y sus amigos en la Granja del Henar había citado las teorías de su amigo, el economista Germán Bernácer, practicamente desconocido en España. Bernácer era un sorprendente autodidacta, un investigador solitario, en el cultivo de la Ciencia Económica, como lo fue su amigo Oscar Esplá en los primeros años en que estudió música. La reacción de Ortega ante la referencia a Bernácer fue tajante manifestando que no creía en los genios agazapados en provincias esperando a que los descubrieran. Esplá le prestó la obra de Bernácer “El interés del capital” y al poco Ortega le dijo “Bernácer es una formidable cabeza pensante”. Con ese motivo fue Bernácer a Madrid; tomó contacto con Ortega, dio una memorable conferencia sobre “La peseta enferma” y –dice Esplá- que esto influyó en la nueva trayectoria de su vida pues al poco tiempo le llamó el Banco de España para designarle Jefe del Servicio de Estudios.
Contaba Óscar Esplá en un artículo que en la rememorada tertulia de Ortega y Gasset y sus amigos en la Granja del Henar había citado las teorías de su amigo, el economista Germán Bernácer, practicamente desconocido en España. Bernácer era un sorprendente autodidacta, un investigador solitario, en el cultivo de la Ciencia Económica, como lo fue su amigo Oscar Esplá en los primeros años en que estudió música. La reacción de Ortega ante la referencia a Bernácer fue tajante manifestando que no creía en los genios agazapados en provincias esperando a que los descubrieran. Esplá le prestó la obra de Bernácer “El interés del capital” y al poco Ortega le dijo “Bernácer es una formidable cabeza pensante”. Con ese motivo fue Bernácer a Madrid; tomó contacto con Ortega, dio una memorable conferencia sobre “La peseta enferma” y –dice Esplá- que esto influyó en la nueva trayectoria de su vida pues al poco tiempo le llamó el Banco de España para designarle Jefe del Servicio de Estudios.
“La teoría de las disponibilidades como interpretación de las crisis económicas y del problema social” impresionó al economista inglés Robertson quien lo publicó extractado en la Revista “Económica” de Cambridge, dándole fama y notoriedad internacional.
Un testimonio de aquella amistad fue la dedicatoria que Bernácer hacía en 1945 a Oscar Esplá de su libro “La doctrina funcional del dinero” con la siguiente redacción: “A Oscar Esplá, a quien me unen muchos lustros de fraternal amistad y el recuerdo nostálgico de tantos caminos que hemos andado juntos. Germán”
Gran parte de la vida profesional de Bernácer transcurrió siendo Jefe del Servicio de Estudios del Banco de España: desde diciembre de 1931, hasta que cesó en el mismo cargo en noviembre de 1955 al llegarle la edad de jubilación. Su cometido consistía en reunir toda la información posible sobre las condiciones financieras de los mercados y proporcionar asesoramiento económico continuo a los rectores del Banco central para que las autoridades dispusieran de las orientaciones expertas para la toma de decisiones de política monetaria con eficacia y responsabilidad. En noviembre de 1936, siguiendo al Gobierno de la República se trasladó la Administración del Banco a Valencia. Este cambio también afectó al Servicio de Estudios y a Germán Bernácer, a quien se le ordenó el traslado a la capital valenciana. Al final de la guerra, con la apertura de depuraciones políticas, hubo un paréntesis en la carrera profesional de Bernacer en el Banco de España. En 1940 reingresó como Jefe del Servicio.
A partir de 1940 se intensificaron sus relaciones con las más relevantes personalidades en la historia del pensamiento económico. Su obra influyó mucho entre economistas anglosajones y franceses, como pionero de la ciencia económica moderna le solicitaron prologar obras, le invitaron a pronunciar conferencias y fue designado miembro de institutos y academias de ciencias económicas. Se han catalogado 255 títulos correspondientes a conferencias, libros y artículos en revistas de economía y periódicos escritos en español, italiano, alemán, ingles y francés—lenguas que hablaba y escribía correctamente-.
Finalizada la guerra civil española se produjo un enfriamiento oficial alrededor de su persona, pero había dejado una semilla de enorme categoría intelectual que continuaba dando frutos. El célebre economista inglés Dennis H. Robertson reconocía noblemente en 1940, a través de un artículo titulado “Una contribución española a la teoría de las fluctuaciones”, que las ideas utilizadas por él en su libro “Política bancaria y nivel de precios” las había expuesto Bernácer con mucho anterioridad. Y la visita a Madrid del mago de las finanzas alemanas, el Ministro de Hacienda Dr. Schacht, probó que por encima de las corrientes políticas dominantes la sabiduría de Bernácer era una necesidad para España. Para la reunión con Schacht en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas habían escogido diez o doce personalidades españolas. No figuraba inicialmente en la relación el español Germán Bernácer, pero el economista alemán, conocedor de sus trabajos reclamó su presencia. La participación del español en el coloquio originó un vivo debate en el que se manifestó tanto el espíritu exento de vanidad de Bernácer como la enjundia de su pensamiento, Cuando Schacht, por razones de oportunismo político, quiso destacar las excelencias del patrón oro, combatió Bernácer con sólidos argumentos la vuelta a este patrón, haciendo comprender que Alemania había salido de la depresión mundial gracias a una política expansiva cuya realización habría sido imposible con el patrón oro que el economista alemán defendía.
Gran parte de la vida profesional de Bernácer transcurrió siendo Jefe del Servicio de Estudios del Banco de España: desde diciembre de 1931, hasta que cesó en el mismo cargo en noviembre de 1955 al llegarle la edad de jubilación. Su cometido consistía en reunir toda la información posible sobre las condiciones financieras de los mercados y proporcionar asesoramiento económico continuo a los rectores del Banco central para que las autoridades dispusieran de las orientaciones expertas para la toma de decisiones de política monetaria con eficacia y responsabilidad. En noviembre de 1936, siguiendo al Gobierno de la República se trasladó la Administración del Banco a Valencia. Este cambio también afectó al Servicio de Estudios y a Germán Bernácer, a quien se le ordenó el traslado a la capital valenciana. Al final de la guerra, con la apertura de depuraciones políticas, hubo un paréntesis en la carrera profesional de Bernacer en el Banco de España. En 1940 reingresó como Jefe del Servicio.
A partir de 1940 se intensificaron sus relaciones con las más relevantes personalidades en la historia del pensamiento económico. Su obra influyó mucho entre economistas anglosajones y franceses, como pionero de la ciencia económica moderna le solicitaron prologar obras, le invitaron a pronunciar conferencias y fue designado miembro de institutos y academias de ciencias económicas. Se han catalogado 255 títulos correspondientes a conferencias, libros y artículos en revistas de economía y periódicos escritos en español, italiano, alemán, ingles y francés—lenguas que hablaba y escribía correctamente-.
Finalizada la guerra civil española se produjo un enfriamiento oficial alrededor de su persona, pero había dejado una semilla de enorme categoría intelectual que continuaba dando frutos. El célebre economista inglés Dennis H. Robertson reconocía noblemente en 1940, a través de un artículo titulado “Una contribución española a la teoría de las fluctuaciones”, que las ideas utilizadas por él en su libro “Política bancaria y nivel de precios” las había expuesto Bernácer con mucho anterioridad. Y la visita a Madrid del mago de las finanzas alemanas, el Ministro de Hacienda Dr. Schacht, probó que por encima de las corrientes políticas dominantes la sabiduría de Bernácer era una necesidad para España. Para la reunión con Schacht en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas habían escogido diez o doce personalidades españolas. No figuraba inicialmente en la relación el español Germán Bernácer, pero el economista alemán, conocedor de sus trabajos reclamó su presencia. La participación del español en el coloquio originó un vivo debate en el que se manifestó tanto el espíritu exento de vanidad de Bernácer como la enjundia de su pensamiento, Cuando Schacht, por razones de oportunismo político, quiso destacar las excelencias del patrón oro, combatió Bernácer con sólidos argumentos la vuelta a este patrón, haciendo comprender que Alemania había salido de la depresión mundial gracias a una política expansiva cuya realización habría sido imposible con el patrón oro que el economista alemán defendía.
Hacía los años 50, publico la Editorial Aguilar una de las obras fundamentales de Bernácer, “Una economía libre, sin crisis y sin paro” de un interés tal que determinó la venta de todos los ejemplares. Y los grandes de la economía y la banca de entonces, Larraz, Arteche, el marqués de Aledo, Villalonga y Garnica, inquietos por la perspectiva del Mercado Común, y seguros de que mediante ese concurso recibirían el análisis deseado, encomendaron a Bernácer el ensayo mas sustantivo de los “Estudios sobre la unidad de Europa”. Su trabajo lo tituló “La doctrina del gran espacio económico”. Fundía en él historia y futuro, afirmando con visión avanzada que el espacio de España era Europa.
En 1953, escribió el ensayo los “Estudios sobre la unidad de Europa”. Su trabajo lo tituló “La doctrina del gran espacio económico”. Fundía en él historia y futuro, afirmando con visión avanzada que el espacio de España era Europa.
Célebres economistas que sintieron profunda admiración por Bernácer destacaron su gran categoría intelectual. Don Emilio de Figueroa, Catedrático de la Universidad Complutense, decía en 1983: “con motivo de un viaje a Roma conocí alli al famoso economista francés Jacques Rueff, quien al saber que yo era español, me dijo: -“España puede sentirse orgullosa de tener un hombre como Monsieur Bernácer”. Y más tarde, visitando la Universidad de Yale, en los Estados Unidos de América, el entonces jefe de los asesores económicos del presidente norteamericano, profesor Henry C. Wallich me dijo: “El profesor Bernácer, en la teoría monetaria, se ha adelantado a Lord Keynes y a muchos otros economistas de su época”.
Fue un intelectual en el más amplio y noble sentido de la palabra; poseía una vasta cultura que tenía como uno de sus exponentes su buen estilo literario. Amante de la literatura y de la música, era frecuente su asistencia a los conciertos y desde muy joven estudió a los clásicos siendo lector habitual de San Agustín, Stendlhal, Nietzche y algunos poetas de la que después fue llamada “ Generación del 27”.
En Madrid deseaba encontrar un ambiente propicio para sus estudios predilectos y a la vez satisfacer mejor sus aficiones e inquietudes culturales. Como anécdota que refleja su carácter tímido y las inquietudes intelectuales del grupo de amigos alicantinos, mencionaré que el día de su boda la novia hubo de esperar en San Nicolás pues Germán, que se encontraba en casa de Oscar Esplá, no se atrevía a interrumpir a Ernesto Halfter que interpretaba al piano un concierto para varios amigos que habían de asistir al enlace matrimonial de Germán con María Guardiola Costa.
Hay que aludir también a lo persuasivo de sus convicciones y sugestiones. Tenía una amplia visión de los problemas con soluciones supradisciplinares. La economía fue para el el mejor ejercicio intelectual. Siempre se apoyó en el análisis. Además, y en todo momento se sirvió de juicios morales que dieron firmeza a sus proposiciones, incluso con sacrificio de sus metas vitales. Estas cualidades reforzaban su amistad con Gabriel Miró, quien también mantuvo una gran exigencia de la ética. En Bernácer es asimismo destacable la importancia que concedía a la felicidad sobre el bienestar material como reflejo y producto de su bondad y de los sentimientos que siempre presidieron su comportamiento. Nunca concluía sin una aportación práctica y una meta posible. Historia y porvenir guiaban siempre su mente al servicio de la Humanidad.
http://www.alicantevivo.org/2007/08/germn-berncer-el-economista-humanista.html
Fue un intelectual en el más amplio y noble sentido de la palabra; poseía una vasta cultura que tenía como uno de sus exponentes su buen estilo literario. Amante de la literatura y de la música, era frecuente su asistencia a los conciertos y desde muy joven estudió a los clásicos siendo lector habitual de San Agustín, Stendlhal, Nietzche y algunos poetas de la que después fue llamada “ Generación del 27”.
En Madrid deseaba encontrar un ambiente propicio para sus estudios predilectos y a la vez satisfacer mejor sus aficiones e inquietudes culturales. Como anécdota que refleja su carácter tímido y las inquietudes intelectuales del grupo de amigos alicantinos, mencionaré que el día de su boda la novia hubo de esperar en San Nicolás pues Germán, que se encontraba en casa de Oscar Esplá, no se atrevía a interrumpir a Ernesto Halfter que interpretaba al piano un concierto para varios amigos que habían de asistir al enlace matrimonial de Germán con María Guardiola Costa.
Hay que aludir también a lo persuasivo de sus convicciones y sugestiones. Tenía una amplia visión de los problemas con soluciones supradisciplinares. La economía fue para el el mejor ejercicio intelectual. Siempre se apoyó en el análisis. Además, y en todo momento se sirvió de juicios morales que dieron firmeza a sus proposiciones, incluso con sacrificio de sus metas vitales. Estas cualidades reforzaban su amistad con Gabriel Miró, quien también mantuvo una gran exigencia de la ética. En Bernácer es asimismo destacable la importancia que concedía a la felicidad sobre el bienestar material como reflejo y producto de su bondad y de los sentimientos que siempre presidieron su comportamiento. Nunca concluía sin una aportación práctica y una meta posible. Historia y porvenir guiaban siempre su mente al servicio de la Humanidad.
http://www.alicantevivo.org/2007/08/germn-berncer-el-economista-humanista.html
En sus escritos se advierte que no escapa a su sagaz sentido del análisis de los fenómenos de la naturaleza vinculados – cómo no—a las paradojas de la de la desocupación, la superproducción y la crisis.
Su interés por los problemas sociales hicieron que dedicase sus mejores esfuerzos en busca de una mejor suerte para sus semejantes, sobre todo para las clases desamparadas en lo cultural y en lo económico. Consideró necesario—según sus propias palabras – “ la consecución del bienestar material, pero no como un fin en sí mismo, sino como un peldaño hacia la felicidad, que es un fin moral...”
Esta extensa biografía podría haberse sintetizado con una solo línea; con la dedicatoria que Gabriel Miró hacía en uno de sus libros al amigo y al que mas tarde sería considerado uno de los economistas mas ilustres, al que debemos grandes aportaciones a la ciencia económica. Decía así: “A Germán Bernácer, íntimo, docto, infantil, bueno y todo sencillez”.
Su interés por los problemas sociales hicieron que dedicase sus mejores esfuerzos en busca de una mejor suerte para sus semejantes, sobre todo para las clases desamparadas en lo cultural y en lo económico. Consideró necesario—según sus propias palabras – “ la consecución del bienestar material, pero no como un fin en sí mismo, sino como un peldaño hacia la felicidad, que es un fin moral...”
Esta extensa biografía podría haberse sintetizado con una solo línea; con la dedicatoria que Gabriel Miró hacía en uno de sus libros al amigo y al que mas tarde sería considerado uno de los economistas mas ilustres, al que debemos grandes aportaciones a la ciencia económica. Decía así: “A Germán Bernácer, íntimo, docto, infantil, bueno y todo sencillez”.